Un grupo de científicos de la Academia de Ciencias de China, de Beijing, analizó las mutaciones genéticas de la variante Ómicron del SARS-CoV-2 que la diferencian del linaje B.1.1. (Alfa), para conocer si se originó en humanos o en otro huésped mamífero. Las conclusiones del estudio fueron publicadas el pasado 14 de diciembre en Science.
Los científicos observaron que «la proteína pico de Ómicron se sometió a una selección positiva más fuerte que la de cualquier variante de SARS-CoV-2 informada que se sepa que evoluciona de manera persistente en huéspedes humanos, lo que sugiere la posibilidad de un salto de huésped». Además, encontraron que el espectro de mutaciones «adquiridas por el progenitor de Ómicron fue significativamente diferente del espectro de los virus que evolucionaron en pacientes humanos pero se asemejó a los espectros asociados con la evolución del virus en una célula de ratón».
El espectro molecular de las mutaciones de Ómicron previas al brote es incompatible con una historia evolutiva en humanos, señala el estudio.
Además, dicen los investigadores, «las mutaciones en la proteína de pico de Ómicron se superpusieron significativamente con las mutaciones del SARS-CoV-2 que se sabe que promueven la adaptación a los hospedadores de ratón». Y concluyen que «nuestros resultados sugieren que el progenitor de Ómicron saltó de humanos a ratones, rápidamente acumuló mutaciones conducentes a infectar a ese huésped y luego regresó a humanos, lo que indica una trayectoria evolutiva entre especies para el brote de Ómicron».
El estudio de las variantes, dicen los investigadores, sugiere que el progenitor de Ómicron se separó del linaje B.1.1. a mediados de 2020 y que las versiones intermedias de Ómicron han pasado casi desapercibidas, según el estudio. «Ocasionalmente -dicen los científicos- se informaron versiones intermedias de Ómicron. Por ejemplo, una variante del SARS-CoV-2 (EPI_ISL_7136300) fue recolectada por el Laboratorio de Salud Pública de Utah el 1 de diciembre de 2021, que albergaba 32 de las 45 mutaciones de Ómicron previas al brote».
Los investigadores estudiaron las mutaciones de la variante Ómicron para rastrear sus orígenes en el hospedador más cercano. Así, descubrieron » una trayectoria en la que el progenitor de Ómicron experimentó un evento zoonótico inverso de humanos a ratones en algún momento durante la pandemia -probablemente a mediados de 2020- y mutaciones acumuladas en un ratón hospedador durante más de un año antes de volver a los humanos a fines de 2021″.
La adaptación de Ómicron a ratones también promovió su adaptación a otras especies, como humanos, camellos, y cabras, dice el estudio. Una vez que una variante del SARS-CoV-2 adquiere la capacidad de infectar a un nuevo huésped, puede acumular mutaciones en este nuevo reservorio animal y se vuelve transmisible a otro huésped, explican los investigadores.
El estudio señala «que los seres humanos representan el reservorio más grande conocidode SARS-CoV-2 y con frecuencia entran en contacto con otros animales, incluidos animales de ganado, mascotas o animales salvajes que invaden hogares en busca de alimento y refugio. Dada la capacidad del SARS-CoV-2 para saltar a través de varias especies, parece probable que las poblaciones globales enfrenten variantes adicionales derivadas de animales hasta que la pandemia esté bien bajo control. Por lo tanto, nuestro estudio enfatiza la necesidad de vigilancia viral y secuenciación en animales, especialmente aquellos en contacto cercano con humanos».
El Dr. Ben Krishna, investigador postdoctoral en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), especialista en Inmunología y Virología, dice que aun «suponiendo por un momento que ómicron sea la variante con capacidad de propagación maximizada, tampoco mejorará porque está limitada por la probabilidad genética». El científico señala que «no hay razón para pensar que el virus no será controlado y eliminado por el sistema inmunológico» aunque pudiera comportarse como un jugador de élite y maximizar todas sus estadísticas, lo cual tampoco es fácil para el virus. El investigador explica que el futuro más probable del SARS-CoV-2 es causar una enfermedad leve, las reinfecciones apenas se notarán y que «sólo un pequeño grupo de científicos rastreará los cambios genéticos del SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo», al menos «hasta que el próximo virus salte la barrera de las especies».
Al igual que este científico pronostica el comportamiento futuro del virus, se puede prever el comportamiento de la humanidad ante una próxima crisis global de salud: la sociedad ya habrá olvidado esta pandemia -cada generación cree que el mundo empieza y termina en ella-, no se habrá sacado ninguna lección ética, y la nueva se gestionará del mismo modo. A saber: con criterios geopolíticos, económicos, comerciales, clasistas y racistas por encima de los sanitarios y del bien de toda la especie. Es que, seguramente, el egoísmo estúpido forma parte del genoma de la especie humana. Y al parecer permanece inmutable.
Ómicron tal vez no sea la mutación final, pero puede ser la última preocupante
Se discute si los virus están vivos, pero, como todos los seres, evolucionan. Este hecho ha quedado muy claro durante la pandemia, ya que cada pocos meses han surgido nuevas variantes preocupantes. Algunas de estas variantes se han propagado mejor de persona a persona, y eventualmente se han vuelto dominantes a medida que superaron a las versiones más lentas del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19. Esta capacidad de propagación mejorada se ha atribuido a mutaciones en la proteína de pico, esas proyecciones en forma de hongo en la superficie del virus, que le permiten unirse con más fuerza a los receptores ACE2. Los ACE2 son receptores en la superficie de nuestras células, como los que recubren nuestras vías respiratorias, a los que el virus se adhiere para ingresar al organismo y comenzar a replicarse.
Estas mutaciones permitieron que la variante alfa, y luego la variante delta, se volvieran globalmente dominantes. Y los científicos esperan que suceda lo mismo con la omicron.
El virus no puede mejorar indefinidamente
Si embargo, el virus no puede mejorar indefinidamente. Las leyes de la bioquímica significan que el virus eventualmente desarrollará una proteína de pico que se una a la ACE2 con la mayor fuerza posible. En ese momento, la capacidad del SARS-CoV-2 de propagarse entre las personas no estará limitada por lo bien que el virus se adhiera al exterior de las células. Otros factores limitarán la propagación del virus, como la rapidez con la que se puede replicar el genoma, la rapidez con la que el virus puede ingresar a la célula a través de la proteína TMPRSS2 y la cantidad de virus que puede eliminar un ser humano infectado. En principio, todos estos factores deberían eventualmente evolucionar hasta alcanzar el máximo rendimiento.
¿Omicron ha alcanzado este pico? No hay ninguna razón para suponer que sí. Los estudios que analizan las mutaciones que el SARS-CoV-2 necesita para propagarse de manera más eficiente, han identificado muchas mutaciones que mejorarían la capacidad de la proteína pico para unirse a células humanas, que ómicron no tiene. Además de esto, podría mejorar en otros aspectos del ciclo de vida del virus, como la replicación del genoma.
Supongamos por un momento que ómicron es la variante con capacidad de propagación maximizada, pero tampoco mejorará porque está limitada por la probabilidad genética.
De la misma manera que las cebras no han desarrollado ojos en la parte posterior de la cabeza para evitar a los depredadores, es posible que el SARS-CoV-2 no pueda detectar las mutaciones necesarias para alcanzar su máximo teórico, ya que esas mutaciones deben ocurrir todas a la vez, y es muy poco probable que pase. Incluso en un escenario donde ómicron fuera la mejor variante para propagarse entre humanos, surgirán nuevas variantes que intenten lidiar con el sistema inmunológico humano.
Después de la infección con cualquier virus, el sistema inmunológico se adapta produciendo anticuerpos que se adhieren al virus para neutralizarlo y células T asesinas que destruyen las células infectadas. Los anticuerpos son fragmentos de proteína que se adhieren a la forma molecular específica del virus, y las células T asesinas también reconocen las células infectadas a través de la forma molecular. El SARS-CoV-2 puede evadir el sistema inmunológico mutando lo suficiente como para que su forma molecular cambie más allá del reconocimiento del sistema inmunológico.
Esta es la razón por la que ómicron aparentemente es tan exitosa en infectar a personas con inmunidad previa, ya sea por vacunas o infecciones con otras variantes del virus: las mutaciones que permiten que el pico se una a la ACE2 con más fuerza, también reducen la capacidad de los anticuerpos para unirse al virus y neutralizarlo. Los datos de Pfizer sugieren que las células T deberían responder de manera similar al ómicron que a las variantes anteriores, lo que coincide con la observación de que ómicron tiene una tasa de mortalidad más baja en Sudáfrica, donde la mayoría de las personas tienen inmunidad.
Es importante destacar que para la humanidad, la exposición pasada todavía parece proteger contra enfermedades graves y la muerte, dejándonos con una situación de «compromiso», en la que el virus puede replicarse y la persona puede reinfectarse, pero no enfermamos tan gravemente como la primera vez.
El futuro probable: el virus será controlado y eliminado por el sistema inmunológico
Aquí radica el futuro más probable de este virus. Incluso si se comporta como un jugador profesional y eventualmente maximiza todas sus estadísticas, no hay razón para pensar que no será controlado y eliminado por el sistema inmunológico. Las mutaciones que mejoran su capacidad de propagación no aumentan mucho las muertes. Este virus, en un supuesto máximo de su potencialidad, simplemente mutaría al azar, cambiando lo suficiente con el tiempo para volverse irreconocible para las defensas adaptadas del sistema inmunológico, lo que permitiría oleadas de reinfección.
Una temporada Covid invernal como la de la gripe
Es posible que tengamos la temporada de COVID cada invierno de la misma manera que tenemos la temporada de gripe ahora. Los virus de la gripe también pueden tener un patrón similar de mutación a lo largo del tiempo, conocido como “deriva antigénica”, que conduce a reinfecciones. Los nuevos virus de la gripe de cada año no son necesariamente mejores que los del año pasado, sólo lo suficientemente diferentes. Quizás la mejor evidencia de este futuro posible para el SARS-CoV-2, es que el 229E, un coronavirus que causa el resfriado común, ya se comporta así.
Por lo tanto, ómicron no será la variante final, pero puede ser la última variante preocupante. Si tenemos suerte, aunque el curso de esta pandemia es difícil de predecir, es probable que el SARS-CoV-2 se convierten en un virus endémico que muta lentamente con el tiempo.
Es muy probable que la enfermedad sea leve, ya que alguna exposición pasada crea inmunidad que reduce la probabilidad de hospitalización y muerte. La mayoría de las personas se infectarán la primera vez cuando sean niños, lo que podría ocurrir antes o después de una vacuna, y las reinfecciones posteriores apenas se notarán.
Sólo un pequeño grupo de científicos rastreará los cambios genéticos del SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo, y las variantes de preocupación se convertirán en cosa del pasado, al menos hasta que el próximo virus salte la barrera de las especies.
Durante el brote de COVID-19 en China, respondiendo al llamado del Estado a las empresas nacionales, el mayor laboratorio farmacéutico productor de medicamentos de Medicina Tradicional China, donó cajas de su medicamento principal contra el coronavirus, por valor de más de 2 millones de dólares a la Cruz Roja de China para la prevención y el tratamiento de Covid-19 en el país y en el extranjero, fundamentalmente en Irak e Italia. Este fármaco estrella de la TCM en la lucha contra la pandemia, ya había ganado en China el segundo puesto en el Premio Nacional de Progreso en Ciencia y Tecnología, y estaba incluido por la Comisión de Salud, en los planes de tratamiento de salud pública, para infecciones como la influenza A y B, la gripe aviar, Ébola, fiebre hemorrágica y síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS). Durante el brote del nuevo coronavirus en Wuhan se usó en más de 1600 hospitales de la provincia de Hubei, incluido el Hospital de campaña de Wuhan. A finales de febrero de 2020, los expertos de la OMS, según explica un miembro de los equipos médicos del Hospital de campaña de Wuhan, «estaban particularmente interesados en saber si en los hospitales de campaña se había utilizado la Medicina Tradicional China para tratar Covid-19 en combinación con la medicina occidental». Los médicos chinos les dijeron qué producto de TCM estaban usando, y explicaron que en China se recomendaba en el plan de prevención y tratamiento.
China lanza un gran proyecto para estudiar la eficacia clínica de su Medicina Tradicional en la prevención y tratamiento de virus
Farmacéuticos del Hospital Provincial de Medicina Tradicional China (MTC) de Gansu (Lanzhou), noroeste de China, el 23 de octubre de 2021. [Photo / Xinhua]
China intensificará los esfuerzos para acumular evidencia sobre la eficacia de la medicina tradicional china (TCM) contra COVID-19 y aclarará cómo funciona, dijeron este jueves funcionarios y expertos en TCM.
La medicina tradicional china ha desempeñado un papel importante en el tratamiento de pacientes con COVID-19 durante la batalla del país contra la enfermedad, dijo ,Li Yu director del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Administración Nacional de Medicina Tradicional China.
«Mientras avanzamos en la provisión de una terapia estándar de Medicina Tradicional China, también nos estamos enfocando en recopilar más pruebas clínicas, mejorar la calidad de dicha evidencia y profundizar la investigación sobre su mecanismo de funcionamiento», dijo durante la rueda de prensa.
Li Yu, dijo que recientemente se lanzó un proyecto a nivel nacional para promover la investigación fundamental sobre la eficacia de la medicina tradicional china en la prevención y el tratamiento de la neumonía viral. «El desarrollo de la medicina tradicional china todavía enfrenta una serie de dificultades, en particular desafíos para explicar claramente su mecanismo», explicó.
Li dijo que se realizarán más pruebas clínicas y estudios de casos concretos a nivel mundial como parte de los esfuerzos para elevar el papel de la TCM en la lucha contra la pandemia.
La Administración ha introducido planes de tratamiento con TCM en más de 150 países y regiones, y ha proporcionado productos de Medicina Tradicional China a más de 10 países y regiones que los necesitan. También se han enviado expertos en TCM a más de 28 países y regiones para ayudar en su lucha contra el nuevo coronavirus, dijo Wu Zhendou, jefe del Departamento de Cooperación Internacional de la Administración Nacional.
Zhang Zhongde, vicepresidente del Hospital de Medicina Tradicional China de la provincia de Guangdong, dijo que durante un brote de Covid-19 en Guangzhou, la capital provincial, en mayo y junio, 118 de las 166 infecciones locales recibieron sólo terapias de TCM y en 57 casos de alto riesgo, se logró evitar infecciones graves.
«El resultado clínico es muy bueno. La clave para ofrecer terapias de TCM es analizar los síntomas y la condición de los pacientes y determinar la patogénesis de la enfermedad», dijo Zhang.
Zhang explicó que los expertos en TCM están vigilando de cerca la nueva variante Ómicron y continuarán explorando sus características clave y su pronóstico mientras integran teorías tradicionales de TCM.
«Estamos en el proceso de recopilar los síntomas clínicos de los pacientes con la nueva variante», explicó. «Una vez que surja un nuevo caso, estaremos en el lugar para recopilar más información y pruebas, y compararlas con infecciones anteriores para diseñar planes de tratamiento específicos».
Mapa del riesgo de propagación de coronavirus relacionados con SARSr-CoV. C. A. Sánchez et al., MedRxiv (2021)
El pasado 14 de septiembre, un equipo de investigadores dio a conocer en una preimpresión en medRxiv -un sitio propiedad de la Universidad de Yale y la editorial British Medical Journal- un estudio sobre la propagación de los coronavirus de murciélago, relacionados con el SARS-CoV, en el sudeste asiático. El estudio, titulado «Una estrategia para evaluar el riesgo de propagación de los coronavirus de murciélago relacionados con el SARS en el sudeste asiático», fue realizado por investigadores de EcoHealth Alliance y la Facultad de Medicina Duke-NUS de Singapur.
Los investigadores estiman que un promedio de 400.000 personas se infectan anualmente con coronavirus relacionados con el SARS, en derrames zoonóticos que nunca se convierten en brotes detectables.
Una infección por derrame se produce cuando una población de reservorios (en este caso los murciélagos) con una alta prevalencia de patógenos, entra en contacto con una nueva población de huéspedes (por ejemplo, los humanos). El derrame zoonótico es un evento común, de hecho, más de dos tercios de los virus que actuamente afectan exclusivamente a los humanos fueron transmitidos por animales en algún momento del pasado. Sin embargo, la propagación zoonótica ha aumentado en las últimas décadas, principalmente debido al agronegocio -y su secuela de deforestación, invasión de los humanos en el hábitat de la vida silvestre y pérdida de biodiversidad- el extractivismo, la ganadería industrial, el cambio climático y la globalización.
Según la Organización Mundial de la Salud, casi las tres cuartas partes de todas las epidemias en las últimas décadas se han propagado desde los animales.
En el documento, los investigadores dicen que «la evidencia sugiere que algunos coronavirus de murciélago relacionados con el SARS (SARSr-CoV) podrían infectar a las personas directamente y que su propagación es más frecuente de lo que se reconocía anteriormente». La importancia de «cuantificar el alcance de este derrame ‘oculto’ puede ayudar a orientar los programas de prevención», señalan los autores.
El objetivo de tener datos sobre la geografía y la escala de la propagación es poder elaborar programas de vigilancia y prevención .
Los investigadores explican que crearon un mapa de los hábitats de 23 especies de murciélagos que se sabe que albergan coronavirus relacionados con el SARS (grupo al que pertenecen el SARS-CoV y el SARS -CoV-2) y lo superpusieron con las zonas habitadas por humanos, un área en que viven unos 500 millones de personas. Luego, usaron «la evaluación probabilística del riesgo y los datos sobre el contacto entre humanos y murciélagos, la seroprevalencia del SARSr-CoV humano y la duración de los anticuerpos». Así estimaron que «aproximadamente 400.000 personas se infectan con el SARSr-CoV anualmente en el sur y sudeste de Asia». El área comprende el norte de la India, Nepal, Myanmar y la mayor parte del sudeste asiático, con un riesgo mayor en el sur de China, noreste de Myanmar, norte de Vietnam, Laos, Camboya, Java y otras islas de Indonesia.
El Dr. Eddie Holmes, biólogo evolutivo y virólogo de la Universidad de Sydney, que no participó en la investigación, dijo al matutino británico The telegraph, que «este es un estudio muy interesante y útil» porque “muestra claramente el peligro claro y presente que representa la propagación de los virus de los murciélagos a los humanos. Estas exposiciones son continuas y frecuentes, y claramente ocurren con mucha más frecuencia que cualquier exposición en un laboratorio«.
El Dr. Peter Daszak -zoólogo británico, experto y asesor público en ecología de enfermedades, en particular en zoonosis y uno de los autores del estudio- señaló en declaraciones a la revista Science, que «las interacciones con murciélagos [por parte de la población de la zona], son mucho más comunes de lo que la gente piensa. El sólo hecho de vivir allí significa que estás expuesto: la gente se refugia en cuevas, sacan guano [de murciélago] de las cuevas, cazan y comen murciélagos». «Los mapas podrían orientar los esfuerzos para reducir la probabilidad de propagación cambiando los comportamientos en las comunidades de alto riesgo y dirigiendo la vigilancia para detectar nuevos brotes antes», dijo Daszak.
Ciertamente, la gran difusión que tiene el murciélago en la dieta humana es sorprendente, no sólo en Asia sino en África, Oceanía y algunos puntos de Latinoamérica. El riesgo para la salud es bien conocido, e incluye enfermedades mucho más dramáticas que las provocadas por los coronavirus. A pesar de ello, China es el único país que ha tomado medidas: el 24 de febrero de 2020 el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional prohibió la caza, el comercio y el transporte de todos los animales salvajes para el consumo humano. La prohibición cubre no sólo las especies capturadas en el medio silvestre, sino también a los animales salvajes nacidos y criados en instalaciones de cría. Anteriormente varios ministerios -como el de Asuntos Agrícolas y Rurales, entre otros- ya habían advertido contra el consumo de carne de animales silvestres, pero no se había llegado a la prohibición como ahora.
Pero no se trata sólo del contacto con murciélagos en la dieta humana sino que hay en juego actividades económicas como la recolección del guano de estos animales, que constituye el medio de vida de aldeas rurales enteras de Tailandia, Camboya, Vietnam o Laos. Por ejemplo, en algunas aldeas de Vietnam, hasta el 70% de sus habitantes -en especial mujeres y niños- se ganan la vida recolectando guano de murciélago, que es considerado un abono natural eficaz. Los agricultores que se dedican al cultivo de fruta, consideran que el guano de murciélago hace a la fruta más dulce, y también se usa en los arrozales de toda la región. Es un trabajo mal pagado, duro, insalubre y peligroso: se trabaja desde antes del amanecer en cuevas oscuras, recogiendo el guano del suelo, soportando un olor casi imposible de resistir, bajo una permanente «lluvia» de excrementos de murciélago, que anidan en lo alto de las paredes rocosas. Los recolectores que quieren evitar la lluvia de heces, trepan arriesgadamente para recoger el guano de los salientes de la roca.
Un campesino transporta heces de murciélago de la cueva de Vihear Luong en Camboya Foto: Merlintuttle.org
En 2020, un equipo liderado por el Dr. Marc Valiutto del Instutito Smithsonian, halló seis coronavirus completamente nuevos, de la misma familia que el SARS-CoV-2, que causa COVID-19, en muestras de estiércol de 464 murciélagos.
Ante este panorama, es inevitable no pensar en que mientras el vehículo robótico Mars Rover Perseverance (llamado cariñosamente Percy por sus operadores de la NASA) recoge con eficacia y precisión, rocas en el planeta Marte -y las analiza-, aquí millones de seres humanos tienen que ganarse la vida recogiendo mierda infecta con las manos. Obviamente, quienes hayan pensado honestamente – es decir, los que no responden a agendas políticas- que la pandemia de SARS-CoV-2 se pudo originar «en un laboratorio», no tienen la menor idea de las condiciones en que vive la mayor parte de nuestra propia especie.
El cálculo de infectados estimado en el estudio puede estar infraestimado, ya que según explica Science, no contaron a las personas que se dedican al comercio de vida silvestre, y pueden infectarse a través de un animal infectado previamente por un murciélago.
El Dr. Daszak dice que los mapas también podrían orientar los esfuerzos para encontrar el origen natural del virus. También dijo a Science que “es probable que muchos de los virus no se puedan transmitir de una persona a otra, pero tengo muy pocas dudas de que ha habido enfermedades debido a estos virus que se diagnostican erróneamente o nunca se diagnostican, ya que es poco probable que un agricultor rural de Myanmar vaya a la clínica porque tiene un poco de tos».
La variante, detectada en Angola y Suecia, está muy mutada y evade los anticuerpos inducidos por las vacunas Pfizer y AstraZeneca
La revista Cellular & Molecular Immunology publicó este 25 de octubre los resultados de una investigación llevada a cabo por un equipo de científicos alemanes, sobre la variante A.30 (también denominada A.VOI.V2), del SARS-CoV-2 que causa el Covid, detectada en Suecia y en Angola esta primavera, y probablemente originada en Tanzania.
Los investigadores alemanes señalan que la importancia de analizar las variantes emergentes del virus radica en que las vacunas “desencadenan anticuerpos que se dirigen contra la proteína pico (S) del virus” y “la aparición de variantes del SARS-CoV-2 con mutaciones de la proteína S que confieren resistencia podría comprometer la eficacia de las vacunas”. Además, dicen “las variantes virales emergentes con transmisibilidad mejorada, probablemente debido a interacciones alteradas entre el virus y la célula huésped, podrían extenderse rápidamente a nivel mundial”.
Los científicos investigaron la variante A.30 del coronavirus y la compararon con las variantes las variantes Beta (B.1.351) y Eta (B.1.525). Estas dos variantes se detectaron por primera vez en África, y la variante Beta, que se considera una variante preocupante, muestra el nivel más alto de resistencia a la neutralización entre todas las variantes preocupantes del SARS-CoV-2, explica el artículo en Cellular & Molecular Immunology.
En comparación con la proteína S del SARS-CoV-2 B.1, que circuló al principio de la pandemia, la proteína S de la variante A.30 contiene 5 deleciones (mutaciones genéticas que implican pérdida de material genético) y 10 sustituciones de aminoácidos (sustitución de un aminoácido por otro -los aminoácidos son moléculas que se combinan para formar proteínas-).
Las pruebas también revelaron que A.30 es resistente tanto al Bamlanivimab como al Etesevimab, medicamentos antivirales utilizados en el tratamiento del Covid-19 que actúan sobre la proteía S del SARS-CoV-2 para bloquear la unión y entrada del virus a las células humanas. Sin embargo, no es resistente a un cóctel de ambos antivirales.
A.30 fue más resistente que otras variantes a la neutralización por anticuerpos inducidos por la vacuna ChAdOx1 nCoV-19 (AstraZeneca) o BNT162b2 (Pzifer). La variante A.30 mostró una capacidad mejorada para ingresar a la mayoría de las células huésped, incluidas las células de riñón, hígado y pulmón. “En resumen, A.30 exhibe una preferencia de línea celular no observada para otras variantes virales y evade eficazmente la neutralización por anticuerpos provocados por la vacunación con ChAdOx1 nCoV-19 o BNT162b2”, explica la publicación científica.
Los científicos, dicen que la combinación de la vacuna de AstraZeneca y la de Pfizer, “que previamente se demostró que aumentaba las respuestas de anticuerpos neutralizantes” en comparación con las respectivas vacunas por separado, “podría ofrecer una protección sólida contra la variante A.30”.
El equipo concluye que “en conjunto, nuestros resultados sugieren que la variante A.30 del SARS-CoV-2 puede evadir el control de los anticuerpos inducidos por la vacuna y podría mostrar una mayor capacidad para ingresar a las células”…”lo que podría ayudar particularmente en la diseminación extra pulmonar. Como consecuencia, la posible propagación de la variante A.30 justifica una vigilancia estrecha y la rápida implementación de contramedidas”.
Pero la variante A.30 hasta ahora no ha sido incluida por la Organización Mundial de la Salud como una variante de interés o preocupación, debido a su baja prevalencia.
La granja, situada en la población de Viver, en la Comunidad Valenciana, a 70 km de Valencia, tiene más de 19.000 ejemplares de visón americano, un mustélido originario de América del Norte, criado en cautividad por la industria peletera. A lo largo del año 2020 se detectó la presencia del virus SARS-CoV-2 en criaderos de visones de los Países Bajos, Dinamarca, EEUU, Canadá, Suecia, Francia, Italia, Polonia, Lituania, Grecia y España. En España han sido confirmados 17 focos hasta la fecha: uno en Teruel (Aragón), 14 en A Coruña (Galicia); uno en Ávila (Castilla y León) y uno en Valencia. Al principio de la pandemia, se sacrificaban todos los animales de la explotación peletera afectada. Esta nueva situación hizo albergar la esperanza de que, si no lo hacía la ética, tal vez serían los riesgos de pérdidas económicas monumentales, los que acabaran con esta cruel e innecesaria actividad, pero ya se ha perdido el miedo al coronavirus y al parecer todo va a seguir como siempre.
Detectan un foco de coronavirus en una granja de visones americanos en Valencia
La granja de Viver contiene 19.196 ejemplares de visón. El Ministerio de Agricultura no ha dado datos de afectaciones, mientras que el propietario dice que sólo hay un animal infectado.
El Ministerio de Agricultura española ha confirmado la existencia de un foco de SARS-CoV-2 en una granja de visones americanos, que son reservorios del virus. La explotación está ubicada en Viver (provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana). El virus ha sido detectado por el Laboratorio Central de Veterinaria de España, situado en la Comunidad de Madrid.
La granja contiene un total de 19.196 ejemplares. El ministerio no revelado la cifra de animales afectados, mientras que el propietario de la explotación, consultado por VilaWeb, dijo que sólo se ha detectado la presencia del virus en un visón.
Según ha podido saber VilaWeb, la granja de Viver se confinó el 8 de octubre a raíz de la presencia del coronavirus. El foco ha sido notificado oficialmente a la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Comisión Europea. Al inicio de la pandemia, el protocolo de actuación comportaba sacrificar todos los animales si se detectaba un caso de infección. Sin embargo, el protocolo actual sólo dicta el confinamiento de la instalación.
Fuentes del gobierno valenciano han explicado a VilaWeb que el protocolo es muy estricto, ya que estos animales son un reservorio del virus. Por eso, cuando hay indicios de un caso de infección, aíslan completamente la explotación, incluido todo el material, comida, pieles y residuos. En cuanto a los trabajadores, el propietario de la granja ha asegurado a VilaWeb que todos han dado negativo en las pruebas PCR. Un extremo que no ha confirmado Sanidad.
Teniendo en cuenta el brote de Viver, en España se ha detectado presencia del virus en 17 visiones americanos en diferentes explotaciones. En el caso de una granja de Teruel, las autoridades sanitarias ordenaron el sacrificio de todos los animales, casi 93.000 ejemplares. En otros países, como Dinamarca, se optó por vías aún más drásticas y se sacrificó directamente a toda la población de visones (17 millones).
Hace un año, la organización WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) alertó que la granja de Viver corría el riesgo de desencadenar un brote del coronavirus y reclamó medidas específicas de control.
El riesgo de los reservorios
A medida que avanza la vacunación aumenta la protección de la población contra el coronavirus. Sin embargo, los científicos han demostrado quehay varias especies de animales, como los mustélidos, que se pueden infectar. Estos reservorios pueden mantener la circulación del coronavirus y desarrollar nuevas mutaciones. Asimismo, existe el riesgo de causar nuevas infecciones de origen zoonótico, que afecten a las personas.
Desde el brote en Wuhan, a finales de 2019, en China ya hay más de 3.000 cargos públicos sancionados por un desempeño deficiente de sus funciones en el control de la epidemia. La sanción más grave es el cese fulminante, le sigue ser rebajados a un cargo de menor relevancia. La sanción mínima es una amonestación en la hoja de servicios, que dificultará el ascenso a puestos de responsabilidad. El pueblo aplaude estas medidas. Por su parte, los expertos del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que siendo un país tan extenso, diverso, con tanta población, sistemas administrativos diferentes y enormes fronteras -China tiene una frontera terrestre de 22.800 km, con 14 países, y frontera marítima con 6; casi 300 puertos, y 33 aeropuertos internacionales- «cualquier pequeño descuido o laguna en el control, podría arruinar los logros anteriores en el control de la epidemia». En Occidente, por el contrario, a los funcionarios públicos que han actuado de la manera más irresponsable, se los ha premiado. En España, el médico que en los medios de comunicación, a principios de 2020 afirmaba -cual Bolsonaro- que «le preocupaba más la gripe estacional que el nuevo coronavirus» y que «aquí no va a pasar lo mismo que en China porque tenemos un excelente sistema de salud pública» (como si China fuera un país sumido en el subdesarrollo, y no la potencia mundial que es), fue ascendido a miembro del equipo asesor del presidente Sánchez para la gestión de la pandemia. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad de España, y encargado de la lucha contra la pandemia, se hizo célebre por mentir descaradamente a la población diciendo que el uso de máscaras protectoras era «contraproducente», inventándose que lo decía la OMS. Luego admitió que había mentido porque en el país no había máscaras ni para el personal sanitario. En noviembre de 2020, la Asamblea del Consejo General de Colegios de Médicos de España, que agrupa a los 52 Colegios del Estado, solicitó el cese inmediato de dicho funcionario, «por su incapacidad manifiesta y prolongada a lo largo de la evolución de la pandemia por Covid-19». También se quejaban de «su ignorancia manifiesta de las condiciones de trabajo» a las que se vio sometido el personal sanitario (ausencia de equipos de protección individual, falta de pruebas diagnósticas, etc.). No sólo no fue cesado, ni dimitó, sino que fue premiado: ha recibido un galardón por «su lucha contra la pandemia de Covid-19». No sólo ha ocurrido en la Europa del sur -tradicionalmente tolerante con la incompetencia, la ineficacia y la negligencia- sino que en el manejo de esta pandemia la Europa del norte ha hecho grandes «progresos» para parecerse a sus vecinos del sur. Países Bajos y Chequia, van en cabeza en la carrera por el descenso.
China sanciona a 70 funcionarios negligentes en medio del brote de la variante Delta
Pruebas de Covid-19 en Wuhan, el 4 de agosto
La estricta disciplina del Partido mejora las habilidades de gestión de riesgos de los funcionarios, mucho más que el sistema bipartidista de EEUU.
La provincia de Guangdong, en el sur de China, sancionó a 20 funcionarios locales ayer 12 de agosto por incumplimiento del deber, al lidiar con el brote local de COVID-19 durante los meses de mayo y junio, lo que la convierte en la última provincia en castigar a los funcionarios por su pobre desempeño en la lucha contra el coronavirus, que se considera una parte importante de la prevención de epidemias dinámica y flexible de China, que ha demostrado su eficacia en la lucha del país contra el virus.
Además de los de Guangdong, otros 50 funcionarios fueron castigados en localidades donde se vieron brotes relacionados con la variante Delta, incluidos Nanjing, Yangzhou y Zhengzhou, donde ha habido la cantidad más alta y el manejo más intenso de casos después del brote de Hubei en 2020.
Entre los 20 funcionarios de Guangdong castigados, 11 fueron destituidos de sus cargos, incluido el director de la Comisión Municipal de Salud de Guangzhou; el jefe y el subjefe del Partido, del distrito de Liwan de Guangzhou, donde comenzó la nueva ola de epidemia; y el jefe del Partido del Hospital Central de Liwan. Los otros nueve también recibieron advertencias, un demérito grave en su hoja de servicios, o bien fueron rebajados de cargo.
Guangzhou vio el primer brote de la variante Delta en China a fines de mayo, y el brote resultó en unos 150 casos en varias ciudades de Guangdong en 20 días. Según el organismo de control anticorrupción de Guangdong, se han revelado debilidades en el trabajo regular de prevención y control de epidemias y algunos funcionarios no han cumplido con sus deberes o los han descuidado.
Las sanciones en Guangzhou se producen cuando más de la mitad de las 31 regiones a nivel provincial de China continental están sufriendo una nueva ronda de brotes, descritos como los más graves desde el brote en Wuhan, después de que se descubrió por primera vez en julio, en Nanjing, en la provincia de Jiangsu, en China oriental. Desde el 20 de julio, el nuevo brote ha provocado que al menos 47 funcionarios sean castigados en ciudades como Nanjing y Yangzhou en la provincia de Jiangsu en China oriental; en Zhengzhou en la provincia de Henan en China central y Zhangjiajie en la provincia de Hunan en China central.
El resurgimiento relacionado con la variante Delta en China ha involucrado a 17 provincias y regiones, con más de 1.000 infecciones registradas hasta ahora. Aproximadamente la mitad se informaron en Yangzhou.
También este jueves, el principal organismo de control de la disciplina de China, la Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI) del Partido Comunista de China (PCCh), instó a una inspección estricta y al castigo por el incumplimiento del deber por parte de los funcionarios en el trabajo contra la epidemia del país, en un artículo publicado en su sitio web.
El CCDI dijo que los funcionarios deben ser responsables de las infracciones graves a fin de impulsar la implementación de responsabilidades en la prevención y el control de epidemias.
Desde el brote de Wuhan a fines de 2019, China ha prestado gran atención a responsabilizar a los funcionarios negligentes como parte de su estrategia integral para hacer frente a la epidemia, lo que ha demostrado ser eficaz. Hasta ahora, más de 3.000 funcionarios en todo el país han sido sancionados por un desempeño deficiente en el trabajo de prevención y control de epidemias.
El castigo razonable a todos los funcionarios negligentes es significativo para advertir a todas las ciudades que no bajaran la guardia, ya que incluso un pequeño descuido podría resultar en que todos los logros anteriores de China en la prevención de la epidemia se reduzcan a nada.
Además, el castigo basado en las regulaciones disciplinarias del Partido mostró que la disciplina del PCCh es más estricta que las leyes de China. Este estricto requisito disciplinario ha mejorado en gran medida la capacidad de gestión de riesgos de los funcionarios, y el sistema político de China de mejorar constantemente el mecanismo de selección de talentos es superior a la rotación de los partidos gobernantes de Occidente, dijeron los observadores.
El público también aplaudió el castigo rápido y oportuno de los funcionarios negligentes, lo que hace que los ciudadanos se sientan seguros y sus preocupaciones se tomen en serio.
Modelo chino
Más de un año y medio después de la pandemia de COVID-19, China ha demostrado la eficacia de su modelo de control de epidemias para contener la amplia propagación del virus, aunque no se pueden evitar las infecciones ocasionales en racimo, y el castigo oportuno a los funcionarios ha sido parte de este modelo chino eficaz, dijeron los observadores.
Un alto funcionario del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijo el jueves al Global Times, bajo condición de anonimato, que es difícil mantener constantemente una vigilancia de alto nivel en China, debido a su enorme población, gran cantidad de puertos, vasto territorio y diferentes niveles de gestión en diferentes ciudades, y cualquier pequeño descuido o laguna en el control, podría arruinar los logros anteriores en la prevención de la epidemia. Dijo también que responsabilizar moderadamente, a los funcionarios descuidados, ayuda a mejorar las medidas de prevención y control de China.
El castigo a los funcionarios también hizo sonar las alarmas para otros gobiernos y funcionarios locales y vino en respuesta a la demanda de la opinión pública.
Esta semana, el grupo de Yangzhou en el que la infección cruzada en una estación de realización de pruebas de detección de Covid, resultó en casi 50 casos generó una preocupación generalizada. El organismo anticorrupción de Yangzhou ha sancionado a ocho funcionarios y empleados públicos por no cumplir con su deber y por una burocracia excesiva.
Si bien China ha adoptado una estricta tolerancia cero en su respuesta a la epidemia, algunos medios occidentales han generado dudas y especulaciones sobre la estrategia de China y la han promocionado como demasiado estricta y rígida.
En un informe reciente, Bloomberg cuestionó la respuesta de China al COVID-19, diciendo que corre el riesgo de dejar al país aislado del mundo.
Sin embargo, el funcionario chino de los CDC dijo que China ha estado ajustando sus políticas epidémicas y continuará haciéndolo de manera oportuna de acuerdo con la situación epidémica, ya que la enfermedad no desaparecerá pronto y las infecciones en racimo son inevitables a largo plazo. Cuando China alcance la inmunidad colectiva a través de la vacunación y cuando la sociedad china pueda adaptarse a infecciones ocasionales en racimo, China se abrirá al mundo gradualmente, dijo el funcionario.
Más eficaz que Occidente
Hasta ahora, muy pocos políticos occidentales han sido castigados por un desempeño deficiente en su respuesta al COVID-19, y países como EEUU se han visto envueltos una vez más en la pandemia, con el 98 % de los estadounidenses viviendo en áreas donde existe un riesgo alto y sustancial de transmisión comunitaria COVID-19, según CNN.
Un informe reciente emitido conjuntamente por tres grupos de expertos chinos dijo que Estados Unidos merece ser etiquetado como el fracaso antipandémico número uno del mundo, además de ser el país número uno con responsabilidad política, esparcidor de pandemias, el número uno en división política y generador de turbulencias durante el período pandémico; el país número uno de desinformación y de terrorismo en el rastreo de los orígenes de la pandemia.
Xie Maosong, investigador principal del Instituto de Innovación y Estrategia de Desarrollo de China, dijo al Global Times este jueves que la interpretación de Occidente de la responsabilidad de los funcionarios se basa en leyes, pero en China, la responsabilidad de los funcionarios también implica responsabilidad política, y en el Partido la disciplina es más estricta que la ley.
Muchos funcionarios fueron castigados por descuidar sus deberes aunque no violaran las leyes, y el PCCh ha elevado sus requisitos para los funcionarios cuando se trata de lidiar con riesgos y desafíos, dijo Xie. Mientras mantiene la sostenibilidad de las políticas, el PCCh también ha mejorado su mecanismo de selección de talentos al evaluar la respuesta de los funcionarios al COVID-19, que es mejor que el sistema bipartidista de Occidente, dijo.
Estados Unidos, debido a diferencias institucionales, no impondrá castigos a los funcionarios o personal relevante cuando no cumplan con sus responsabilidades en la prevención y el control de epidemias, y la falta de altos estándares los hará fácilmente flojos en el trabajo, lo que en parte ha resultado en la desastrosa situación de COVID-19 en el país, dijo Xie, y señaló que el gobierno de EEUU es más hábil en el uso de la retórica para encubrir su incompetencia que para hacer frente a la epidemia.
Desde que comenzó la pandemia, EEUU ha estado siguiendo un camino diferente: la administración Trump comparó el COVID-19 con la gripe, mientras que el gobierno de Biden se ha dedicado a politizar el trabajo de rastreo de los orígenes del COVID-19, en lugar de hacer esfuerzos reales para contener el brote epidémico, dijeron observadores chinos, y agregaron que lo que están haciendo los políticos estadounidenses está costando vidas y arriesgando una crisis de la humanidad.
Una investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad Nacional de Australia ha encontrado evidencias en el ADN de los asiáticos orientales modernos, de que hace unos 25.000 años, sus ancestros enfrentaron una pandemia de un coronavirus que barrió el este de Asia.
El estudio lo ha realizado la Universidad de Australia. El Instituto de Wuhan no ha tenido nada que ver. Por otra parte, hace unos 25.000 años, aquellos remotos ancestros asiáticos estaban en el Paleolítico superior, es decir recorriendo el tramo final de la Edad de Piedra y no tenían laboratorios de virología. Parece obvio, pero puede no serlo tanto para funcionarios de algunos países, que ya dieron muestras de su (in)cultura general cuando se asombraban de que hubiera «tantos jarrones antiguos» en el Museo de Bagdad, ante las imágenes que mostraban el saqueo del mismo tras la invasión al país.
Hallados rastros de una guerra milenaria de la humanidad con coronavirus escritos en el ADN
El Dr. Yassine Souilmi es Biólogo computacional especializado en estudios genómicos a gran escala para abordar cuestiones médicas y evolutivas. Es Investigador visitante en la Universidad Nacional de Australia El Dr. Ray Tobler, es Investigador postdoctoral en la Universidad Nacional de Australia, interesado en la genética de poblaciones y la adaptación y su papel en la generación de la diversidad humana moderna.
Un coronavirus habría barrido el este de Asia hace más de 20.000 años, dejando rastros en el ADN de los habitantes de la China moderna, Japón y Vietnam.
La investigación, publicada en Current Biology, encontró evidencia de adaptación genética a la familia de virus coronavirus en 42 genes de poblaciones modernas en estas regiones.
La pandemia de COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2, es hasta ahora responsable de más de 3.8 millones de muertes y miles de millones de dólares en pérdidas económicas en todo el mundo. La familia de coronavirus también incluye los virus MERS y SARS relacionados, los cuales han causado importantes brotes mortales en los últimos 20 años.
Los resultados de la investigación muestran cómo la búsqueda de rastros genéticos de brotes virales históricos puede ayudarnos a tratar los brotes del futuro.
Las pandemias pueden ser tan antiguas como la historia de la humanidad
Hemos tenido pandemias antes. Sólo en el siglo XX, tres variantes del virus de la influenza dieron como resultado brotes de gran alcance que causaron la muerte de millones: la «gripe española» de 1918-20, la «gripe asiática» de 1957-58 y la «gripe de Hong Kong» de 1968-69. Los registros históricos de brotes causados por virus y otros patógenos se remontan a miles de años. Parece plausible que estas interacciones se remontan aún más atrás, a los primeros períodos de la prehistoria humana.
Las antiguas migraciones que vieron a nuestros antepasados extenderse desde África por todo el mundo los expuso a nuevos patógenos. Como muchos otros desafíos ambientales, estos antiguos encuentros virales pueden haber desencadenado adaptaciones que ayudaron a sobrevivir a nuestros antepasados. Estas adaptaciones pueden haber incluido cambios fisiológicos o inmunológicos que mejoraron la resistencia a las infecciones o redujeron los impactos de la enfermedad en la salud.
La adaptación a la enfermedad puede dejar rastros genéticos
Durante las últimas décadas, los genetistas han ideado poderosas herramientas estadísticas para descubrir rastros genéticos de eventos históricos de adaptación que permanecen presentes dentro de los genomas de las personas que viven en la actualidad. Estas herramientas han permitido a los científicos descubrir genes que marcan adaptaciones para la vida a gran altitud y para el consumo de leche de los adultos, entre otras cosas.
El equipo de investigadores tenía curiosidad por ver si los encuentros históricos con coronavirus antiguos habían dejado algún rastro de este tipo en las poblaciones humanas de hoy.
Además de revelar brotes históricos de coronavirus, esta información puede contener nuevos conocimientos sobre la base genética de la infección por coronavirus y cómo estos virus causan enfermedades en los seres humanos modernos.
Los virus son criaturas simples con un objetivo: hacer más copias de sí mismos. Pero su estructura biológica simple significa que no pueden reproducirse de forma independiente, para ello deben invadir las células de otros organismos y secuestrar su maquinaria molecular. Las invasiones virales implican unirse e interactuar con proteínas específicas producidas por la célula huésped, que llamamos proteínas de interacción viral (VIP).
Las marcas del antiguo coronavirus
Los investigadores aplicaron análisis computacionales de vanguardia a los genomas de más de 2500 personas de 26 poblaciones de todo el mundo. Encontramos firmas de adaptación en 42 genes humanos diferentes que codifican las VIP.
Estas señales VIP estaban presentes en sólo cinco poblaciones, todas ellas del este de Asia, la probable patria ancestral de la familia del coronavirus. Esto sugiere que los antepasados de los asiáticos orientales modernos estuvieron expuestos inicialmente a los coronavirus hace unos 25.000 años.
Pruebas adicionales revelaron que los 42 VIP se expresan principalmente en los pulmones, que es el tejido más afectado por los síntomas de COVID-19. También confirmaron que estos genes VIP también interactúan directamente con el virus SARS-CoV-2, responsable de la pandemia actual.
Otros estudios independientes también han demostrado que las mutaciones en los genes VIP pueden mediar la susceptibilidad al SARS-CoV-2 y la gravedad de los síntomas del COVID-19. Además, varios genes VIP se están utilizando actualmente como dianas farmacológicas para tratamientos al COVID-19 o forman parte de ensayos clínicos con este fin.
Varios de los genes VIP adaptativos identificados en nuestro estudio también son objetivos farmacológicos para otros tipos de virus, como el virus del Zika y la hepatitis C. Varios de estos medicamentos se han reutilizado con éxito y sugieren que otros podrían potencialmente reutilizarse para el tratamiento del COVID-19.
Al descubrir los genes afectados por brotes virales históricos, el estudio apunta a la esperanza de que los análisis genéticos evolutivos sen una nueva herramienta para combatir brotes futuros.
Científicos suizos descubren el ‘talón de Aquiles’ del coronavirus
Imagen: momento en que el ARN (amarillo) del virus SARS-CoV-2 forma una estructura de pseudonudo (multicolor, abajo a la derecha) que conduce a un cambio en el marco de lectura del ribosoma (marrón)
Investigadores del Instituto de tecnología federal suizo ETH Zurich han descubierto un punto débil importante del coronavirus que causa el Covid-19: si se interrumpe un proceso clave para la producción de sus proteínas, la replicación viral en las células infectadas se reduce significativamente. Este descubrimiento, que describieron como el «talón de Aquiles del coronavirus», puede conducir al desarrollo de medicamentos antivirales que también pueden tratar otros coronavirus relacionados lejanamente.
La palabra mágica es «cambio de marco». Durante la lectura paso a paso del diseño desde el ácido ribonucleico (ARN), el ribosoma (la propia fábrica de proteínas de la célula) ocasionalmente «copia mal» y omite letras.
Esto raramente ocurre en las células sanas, porque una secuencia leída y copiada incorrectamente da como resultado proteínas disfuncionales. Sin embargo, ciertos virus como los coronavirus o el VIH dependen de dichos errores de lectura para regular la producción de sus proteínas. El virus SARS-CoV-2, que causa Covid-19, induce el cambio de marco al plegar su ARN de una manera inusual y compleja, escribió el equipo de investigación en un comunicado.
«Por lo tanto, dado que ese cambio de marco es esencial para el virus, pero casi nunca ocurre en nuestro organismo, cualquier compuesto que inhiba el cambio de marco dirigiéndose a este pliegue de ARN podría ser potencialmente útil como fármaco para combatir la infección», afirmaron.
Hasta ahora ha habido una falta de información precisa sobre la interacción del ARN del virus con el ribosoma de la célula huésped infectada durante el cambio de marco. Pero los investigadores de la ETH Zurich y las universidades de Berna, Lausana y Cork, en Irlanda, ahora han logrado observar este proceso, explican en el último número de la revista Science.
Dos compuestos químicos reducen la replicación del virus
Usando experimentos bioquímicos sofisticados, pudieron capturar el ribosoma en el sitio de cambio de marco del ARN del SARS-CoV-2. Luego, los científicos pudieron examinar este complejo molecular utilizando microscopía crioelectrónica.
También dieron un paso más y trataron de influir específicamente en el proceso con sustancias químicas.
Encontraron dos compuestos químicos que reducen la replicación viral entre 1.000 y 10.000 veces, y no son tóxicos para las células tratadas con ellos.
Señalaron que aunque estos compuestos actualmente no eran lo suficientemente potentes para ser utilizados como fármacos terapéuticos, el estudio demostró que la inhibición del cambio de marco ribosómico tenía un efecto profundo en la replicación viral.
Esto allana el camino para el desarrollo de mejores compuestos que eventualmente podrían usarse en el tratamiento de todos los coronavirus.
«Nuestro trabajo futuro se centrará en comprender los mecanismos de defensa celular que suprimen el cambio de marco viral, ya que esto podría ser útil para el desarrollo de pequeños compuestos con actividad similar», dijo Nenad Ban, profesor de Biología Molecular en ETH Zurich y coautor del estudio.
Saber dónde y cómo se producen los contagios de coronavirus es básico a la hora de proponer medidas para detener la pandemia. Hasta ahora, los datos que se tenían eran de estudios extranjeros. Por primera vez se han analizado en Cataluña. Se ha estudiado el origen de todos los contagios de diciembre, menos los de Barcelona ciudad, cuyos datos aún no se han introducido.
Las conclusiones son claras: hay que reducir y hay que hacer que sean seguros los encuentros sociales con los familiares no convivientes, o los amigos.
Aunque la mayoría de los contagios se producen dentro del domicilio, se deben a que alguno de los miembros antes se ha contagiado en algún otro entorno. Por lo tanto si se evitan estos contagios también disminuirán los de los convivientes. Y lo más evitable de todo son esos encuentros sociales.
Una cuarta parte de los contagios son fruto de estos encuentros, dentro o fuera de casa. Mejorar las cifras de contagio está, en gran parte, en manos del comportamiento individual.
Dónde se producen los contagios
Un 70% dentro de casa, donde vamos sin mascarilla y debido al frío lo tenemos todo cerrado. Más de la mitad se contagia directamente de las personas con quienes convine. Un 11%, se contagia en los encuentros con amigos o familiares que se reciben en casa. Sólo un 1% de los contagios se produce cuando vienen cuidadores, personal de limpieza o profesores particulares.
Más de una cuarta parte se dan fuera de casa. En reuniones sociales se produce un 14%; un 7% ocurren en el trabajo; un 5% en la escuela; y en residencias de ancianos y hospitales, sólo un 2%.
Estos datos se han obtenido gracias a la Red de Vigilancia Epidemiológica, aunque sólo refleja lo ocurrido en diciembre.
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