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Etiquetado: SARS-CoV-2 Mostrar/Ocultar Comentarios | Atajos de teclado

  • mesmontse 11:15 pm el 16 January, 2022 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , , SARS-CoV-2   

    SARS-CoV-2: Dos compuestos del cannabis previenen y tratan la infección, según un estudio de una universidad pública de EEUU 

    Los dos compuestos que bloquean el paso del virus a las células humanas son legales en EEUU. Estos compuestos se pueden tomar por vía oral y tienen un largo historial de uso seguro en humanos, explicó el científico que dirigió la investigación.

    Los cannabinoides bloquean la entrada del SARS-CoV-2 a las células humanas

    Los compuestos de cáñamo identificados por la investigación de la Universidad Estatal de Oregón, a través de una técnica de detección química inventada en la misma universidad, muestran la capacidad de prevenir que el virus que causa el COVID-19 ingrese a las células humanas.

    UNIVERSIDAD ESTATAL DE OREGÓN

    Los hallazgos del estudio dirigido por Richard van Breemen, investigador del Centro de Innovación Global del Estado de Oregón, la Facultad de Farmacia y el Instituto Linus Pauling del Estado de Oregón, se publicaron el 10 de enero de 2022 en el Journal of Natural Products.

    Van Breemen y sus colaboradores, incluidos científicos de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, descubrieron que un par de ácidos cannabinoides se unen a la proteína espiga del SARS-CoV-2, bloqueando un paso crítico en el proceso que utiliza el virus para infectar a las personas.

    Los compuestos son el ácido cannabigerólico, o CBGA, y el ácido cannabidiolico, CBDA, y se unen a la proteína espiga del SARS-Co-2, que es el mismo objetivo farmacológico que se usa en las vacunas contra el COVID-19 y la terapia con anticuerpos.

    “Estos ácidos cannabinoides abundan en el cáñamo y en muchos extractos de cáñamo”, dijo Van Breemen. “No son sustancias controladas como el THC, el ingrediente psicoactivo de la marihuana, y tienen un buen perfil de seguridad en humanos. Y nuestra investigación mostró que los compuestos de cáñamo eran igualmente efectivos contra las variantes del SARS-CoV-2, incluida la variante B.1.1.7, que se detectó por primera vez en el Reino Unido, y la variante B.1.351, detectada por primera vez en Sudáfrica”. Esas dos variantes también se conocen como la variante alfa y beta, respectivamente.

    “Cualquier parte del ciclo de infección y replicación es un objetivo potencial para la intervención antiviral, y la conexión del dominio de unión del receptor de la proteína espiga al receptor ACE2 de la superficie celular humana es un paso crítico en ese ciclo”, dijo.

    “Eso significa que los inhibidores de la entrada celular, como los ácidos del cáñamo, podrían usarse para prevenir la infección por SARS-CoV-2 y también para acortar las infecciones al evitar que las partículas del virus infecten las células humanas. Se unen a las proteínas de punta para que esas proteínas no puedan unirse a la enzima ACE2, que abunda en la membrana externa de las células endoteliales en los pulmones y otros órganos”.

    Van Breemen, Ruth Muchiro de la Facultad de Farmacia, el Instituto Linus Pauling y cinco científicos de la Universidad Estatal de Oregón identificaron los dos ácidos cannabinoides a través de una técnica de detección basada en espectrometría de masas inventada en el laboratorio de Van Breemen. El equipo de Van Breemen evaluó una variedad de productos botánicos utilizados como suplementos dietéticos, incluidos el trébol rojo, el ñame silvestre, el lúpulo y tres especies de regaliz.

    Un artículo anterior en el Diario de la Sociedad Estadounidense de Espectrometría de Masas describió la adaptación del nuevo método, la espectrometría de masas de selección por afinidad, para encontrar medicamentos que se dirijan a la proteína espiga del SARS-CoV-2.

    En la investigación posterior, las pruebas de laboratorio mostraron que el ácido cannabigerólico y el ácido cannabidiolico prevenían la infección de las células epiteliales humanas por la proteína de pico del coronavirus y evitaban la entrada del SARS-CoV-2 en las células.

    “Estos compuestos se pueden tomar por vía oral y tienen un largo historial de uso seguro en humanos”, dijo van Breemen. “Tienen el potencial de prevenir y tratar la infección por SARS-CoV-2. El CBDA y el CBGA son producidos por la planta de cáñamo como precursores del CBD y el CBG, que son familiares para muchos consumidores. Sin embargo, son diferentes de los ácidos y no están contenidos en los productos de cáñamo”.

    “Una de las principales preocupaciones en la pandemia es la propagación de variantes, de las cuales hay muchas, y B.1.1.7 y B.1.351 se encuentran entre las más extendidas y preocupantes”, agregó. “Estas variantes son bien conocidas por evadir los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 de linaje temprano, lo que obviamente es preocupante dado que las estrategias de vacunación actuales se basan en la proteína de pico de linaje temprano como antígeno. Nuestros datos muestran que CBDA y CBGA son efectivos contra las dos variantes que analizamos y esperamos que la tendencia se extienda a otras variantes existentes y futuras”.

    “Nuestra investigación anterior informó sobre el descubrimiento de otro compuesto, uno de regaliz, que también se une a la proteína de pico”, dijo. “Sin embargo, todavía no probamos la actividad de ese compuesto, la licocalcona A, contra el virus vivo. Necesitamos nuevos fondos para eso”.

    Referencia: «Los cannabinoides bloquean la entrada celular del SARS-CoV-2 y las variantes emergentes» por Richard B. van Breemen, Ruth N. Muchiri, Timothy A. Bates, Jules B. Weinstein, Hans C. Leier, Scotland Farley y Fikadu G Tafesse, 10 de enero de 2022, Journal of Natural Products. DOI: 10.1021/acs.jnatprod.1c00946

     
  • mesmontse 8:54 pm el 9 January, 2022 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , SARS-CoV-2   

    ÓMICRON -ORIGEN: Un estudio halla evidencia que la variante evolucionó en ratones 

    Un grupo de científicos de la Academia de Ciencias de China, de Beijing, analizó las mutaciones genéticas de la variante Ómicron del SARS-CoV-2 que la diferencian del linaje B.1.1. (Alfa), para conocer si se originó en humanos o en otro huésped mamífero. Las conclusiones del estudio fueron publicadas el pasado 14 de diciembre en Science.

    Los científicos observaron que «la proteína pico de Ómicron se sometió a una selección positiva más fuerte que la de cualquier variante de SARS-CoV-2 informada que se sepa que evoluciona de manera persistente en huéspedes humanos, lo que sugiere la posibilidad de un salto de huésped». Además, encontraron que el espectro de mutaciones «adquiridas por el progenitor de Ómicron fue significativamente diferente del espectro de los virus que evolucionaron en pacientes humanos pero se asemejó a los espectros asociados con la evolución del virus en una célula de ratón».

    El espectro molecular de las mutaciones de Ómicron previas al brote es incompatible con una historia evolutiva en humanos, señala el estudio.

    Además, dicen los investigadores, «las mutaciones en la proteína de pico de Ómicron se superpusieron significativamente con las mutaciones del SARS-CoV-2 que se sabe que promueven la adaptación a los hospedadores de ratón». Y concluyen que «nuestros resultados sugieren que el progenitor de Ómicron saltó de humanos a ratones, rápidamente acumuló mutaciones conducentes a infectar a ese huésped y luego regresó a humanos, lo que indica una trayectoria evolutiva entre especies para el brote de Ómicron».

    El estudio de las variantes, dicen los investigadores, sugiere que el progenitor de Ómicron se separó del linaje B.1.1. a mediados de 2020 y que las versiones intermedias de Ómicron han pasado casi desapercibidas, según el estudio. «Ocasionalmente -dicen los científicos- se informaron versiones intermedias de Ómicron. Por ejemplo, una variante del SARS-CoV-2 (EPI_ISL_7136300) fue recolectada por el Laboratorio de Salud Pública de Utah el 1 de diciembre de 2021, que albergaba 32 de las 45 mutaciones de Ómicron previas al brote».

    Los investigadores estudiaron las mutaciones de la variante Ómicron para rastrear sus orígenes en el hospedador más cercano. Así, descubrieron » una trayectoria en la que el progenitor de Ómicron experimentó un evento zoonótico inverso de humanos a ratones en algún momento durante la pandemia -probablemente a mediados de 2020- y mutaciones acumuladas en un ratón hospedador durante más de un año antes de volver a los humanos a fines de 2021″.

    La adaptación de Ómicron a ratones también promovió su adaptación a otras especies, como humanos, camellos, y cabras, dice el estudio. Una vez que una variante del SARS-CoV-2 adquiere la capacidad de infectar a un nuevo huésped, puede acumular mutaciones en este nuevo reservorio animal y se vuelve transmisible a otro huésped, explican los investigadores.

    El estudio señala «que los seres humanos representan el reservorio más grande conocido de SARS-CoV-2 y con frecuencia entran en contacto con otros animales, incluidos animales de ganado, mascotas o animales salvajes que invaden hogares en busca de alimento y refugio. Dada la capacidad del SARS-CoV-2 para saltar a través de varias especies, parece probable que las poblaciones globales enfrenten variantes adicionales derivadas de animales hasta que la pandemia esté bien bajo control. Por lo tanto, nuestro estudio enfatiza la necesidad de vigilancia viral y secuenciación en animales, especialmente aquellos en contacto cercano con humanos».

     
  • mesmontse 8:56 pm el 28 December, 2021 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , , , SARS-CoV-2   

    PANDEMIA – VARIANTE ÓMICRON: El virus no puede mejorar indefinidamente 

    El Dr. Ben Krishna, investigador postdoctoral en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), especialista en Inmunología y Virología, dice que aun «suponiendo por un momento que ómicron sea la variante con capacidad de propagación maximizada, tampoco mejorará porque está limitada por la probabilidad genética». El científico señala que «no hay razón para pensar que el virus no será controlado y eliminado por el sistema inmunológico» aunque pudiera comportarse como un jugador de élite y maximizar todas sus estadísticas, lo cual tampoco es fácil para el virus. El investigador explica que el futuro más probable del SARS-CoV-2 es causar una enfermedad leve, las reinfecciones apenas se notarán y que «sólo un pequeño grupo de científicos rastreará los cambios genéticos del SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo», al menos «hasta que el próximo virus salte la barrera de las especies».

    Al igual que este científico pronostica el comportamiento futuro del virus, se puede prever el comportamiento de la humanidad ante una próxima crisis global de salud: la sociedad ya habrá olvidado esta pandemia -cada generación cree que el mundo empieza y termina en ella-, no se habrá sacado ninguna lección ética, y la nueva se gestionará del mismo modo. A saber: con criterios geopolíticos, económicos, comerciales, clasistas y racistas por encima de los sanitarios y del bien de toda la especie. Es que, seguramente, el egoísmo estúpido forma parte del genoma de la especie humana. Y al parecer permanece inmutable.

    Ómicron tal vez no sea la mutación final, pero puede ser la última preocupante

    BEN KRISHNA / THE CONVERSATION

    Se discute si los virus están vivos, pero, como todos los seres, evolucionan. Este hecho ha quedado muy claro durante la pandemia, ya que cada pocos meses han surgido nuevas variantes preocupantes.
    Algunas de estas variantes se han propagado mejor de persona a persona, y eventualmente se han vuelto dominantes a medida que superaron a las versiones más lentas del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19. Esta capacidad de propagación mejorada se ha atribuido a mutaciones en la proteína de pico, esas proyecciones en forma de hongo en la superficie del virus, que le permiten unirse con más fuerza a los receptores ACE2. Los ACE2 son receptores en la superficie de nuestras células, como los que recubren nuestras vías respiratorias, a los que el virus se adhiere para ingresar al organismo y comenzar a replicarse.

    Estas mutaciones permitieron que la variante alfa, y luego la variante delta, se volvieran globalmente dominantes. Y los científicos esperan que suceda lo mismo con la omicron.

    El virus no puede mejorar indefinidamente

    Si embargo, el virus no puede mejorar indefinidamente. Las leyes de la bioquímica significan que el virus eventualmente desarrollará una proteína de pico que se una a la ACE2 con la mayor fuerza posible. En ese momento, la capacidad del SARS-CoV-2 de propagarse entre las personas no estará limitada por lo bien que el virus se adhiera al exterior de las células. Otros factores limitarán la propagación del virus, como la rapidez con la que se puede replicar el genoma, la rapidez con la que el virus puede ingresar a la célula a través de la proteína TMPRSS2 y la cantidad de virus que puede eliminar un ser humano infectado. En principio, todos estos factores deberían eventualmente evolucionar hasta alcanzar el máximo rendimiento.

    ¿Omicron ha alcanzado este pico? No hay ninguna razón para suponer que sí. Los estudios que analizan las mutaciones que el SARS-CoV-2 necesita para propagarse de manera más eficiente, han identificado muchas mutaciones que mejorarían la capacidad de la proteína pico para unirse a células humanas, que ómicron no tiene. Además de esto, podría mejorar en otros aspectos del ciclo de vida del virus, como la replicación del genoma.

    Supongamos por un momento que ómicron es la variante con capacidad de propagación maximizada, pero tampoco mejorará porque está limitada por la probabilidad genética.

    De la misma manera que las cebras no han desarrollado ojos en la parte posterior de la cabeza para evitar a los depredadores, es posible que el SARS-CoV-2 no pueda detectar las mutaciones necesarias para alcanzar su máximo teórico, ya que esas mutaciones deben ocurrir todas a la vez, y es muy poco probable que pase. Incluso en un escenario donde ómicron fuera la mejor variante para propagarse entre humanos, surgirán nuevas variantes que intenten lidiar con el sistema inmunológico humano.

    Después de la infección con cualquier virus, el sistema inmunológico se adapta produciendo anticuerpos que se adhieren al virus para neutralizarlo y células T asesinas que destruyen las células infectadas. Los anticuerpos son fragmentos de proteína que se adhieren a la forma molecular específica del virus, y las células T asesinas también reconocen las células infectadas a través de la forma molecular. El SARS-CoV-2 puede evadir el sistema inmunológico mutando lo suficiente como para que su forma molecular cambie más allá del reconocimiento del sistema inmunológico.

    Esta es la razón por la que ómicron aparentemente es tan exitosa en infectar a personas con inmunidad previa, ya sea por vacunas o infecciones con otras variantes del virus: las mutaciones que permiten que el pico se una a la ACE2 con más fuerza, también reducen la capacidad de los anticuerpos para unirse al virus y neutralizarlo. Los datos de Pfizer sugieren que las células T deberían responder de manera similar al ómicron que a las variantes anteriores, lo que coincide con la observación de que ómicron tiene una tasa de mortalidad más baja en Sudáfrica, donde la mayoría de las personas tienen inmunidad.

    Es importante destacar que para la humanidad, la exposición pasada todavía parece proteger contra enfermedades graves y la muerte, dejándonos con una situación de «compromiso», en la que el virus puede replicarse y la persona puede reinfectarse, pero no enfermamos tan gravemente como la primera vez.

    El futuro probable: el virus será controlado y eliminado por el sistema inmunológico

    Aquí radica el futuro más probable de este virus. Incluso si se comporta como un jugador profesional y eventualmente maximiza todas sus estadísticas, no hay razón para pensar que no será controlado y eliminado por el sistema inmunológico. Las mutaciones que mejoran su capacidad de propagación no aumentan mucho las muertes. Este virus, en un supuesto máximo de su potencialidad, simplemente mutaría al azar, cambiando lo suficiente con el tiempo para volverse irreconocible para las defensas adaptadas del sistema inmunológico, lo que permitiría oleadas de reinfección.

    Una temporada Covid invernal como la de la gripe

    Es posible que tengamos la temporada de COVID cada invierno de la misma manera que tenemos la temporada de gripe ahora. Los virus de la gripe también pueden tener un patrón similar de mutación a lo largo del tiempo, conocido como “deriva antigénica”, que conduce a reinfecciones. Los nuevos virus de la gripe de cada año no son necesariamente mejores que los del año pasado, sólo lo suficientemente diferentes. Quizás la mejor evidencia de este futuro posible para el SARS-CoV-2, es que el 229E, un coronavirus que causa el resfriado común, ya se comporta así.

    Por lo tanto, ómicron no será la variante final, pero puede ser la última variante preocupante. Si tenemos suerte, aunque el curso de esta pandemia es difícil de predecir, es probable que el SARS-CoV-2 se convierten en un virus endémico que muta lentamente con el tiempo.

    Es muy probable que la enfermedad sea leve, ya que alguna exposición pasada crea inmunidad que reduce la probabilidad de hospitalización y muerte. La mayoría de las personas se infectarán la primera vez cuando sean niños, lo que podría ocurrir antes o después de una vacuna, y las reinfecciones posteriores apenas se notarán.

    Sólo un pequeño grupo de científicos rastreará los cambios genéticos del SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo, y las variantes de preocupación se convertirán en cosa del pasado, al menos hasta que el próximo virus salte la barrera de las especies.

     
  • mesmontse 6:28 am el 3 December, 2021 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: SARS-CoV-2, Sudáfrica   

    CORONAVIRUS- VARIANTE ÓMICRON: No tiene justificación científica la histeria de los países ricos 

    La Unión Europea prohibió los vuelos con salida o destino a Sudáfrica, Botswana, Suazilandia, Lesoto, Namibia, Mozambique y Zimbabue por temor a la nueva variante ómicron de coronavirus. También lo hicieron Japón, EEUU, Canadá, y Reino Unido. Una de las impulsoras de la medida ha sido la presidente de la Comisión Europea, la alemana Úsula von der Leyen, quien rápidamente insistió en suspender los vuelos a esos países. Von der Leyen también pide la imposición de la vacunación obligatoria en la UE para «contrarrestar la resistencia de la población».

    Pero resulta que la «variante sudafricana» como ya la llaman algunos medios -como en su día hablaron de «virus chino» con una falta total de ética- estaba circulando en los Países Bajos, antes de que fuera detectada en Sudáfrica. Así que, aunque fue secuenciada por primera vez en la nación africana aún no está claro dónde o cuándo surgió.

    Tampoco es exacto lo que difunden los medios de que en Sudáfrica, «menos de una cuarta parte de la población está totalmente vacunada», cuando en realidad la media del país se sitúa en el 41%. Tampoco es cierto que no cuenten con suficientes dosis de vacunas, y vale la pena recordar que Sudáfrica vacuna con Pfizer y Janssen, todo sea dicho ante los prejuicios sobre la eficacia de lo no producido en Occidente.

    De todos modos, una mayor proporción de población vacunada no parece ser un freno para los contagios: en Japón, con un 76,7 % de la población vacunada con la pauta completa, durante tres meses la variante Delta del coronavirus -que se impuso a todas las demás- estuvo provocando un número récord de hasta 26.000 casos diarios. Y así fue, hasta que desapareció. Los científicos japoneses del Instituto Nacional de Genética, explicaron que en algún momento de sus mutaciones se autodestruyó, al dañarse una proteína fundamental que necesita el virus para replicarse.

    Los próximos que descubran una variante se lo pensarán dos veces antes de decirlo, dice sobre la variante ómicron, el epidemiólogo catalán Xavier Gómez-Olivé desde Sudáfrica

    ORIOL BÄBLER / VILAWEB

    La variante ómicron del coronavirus, que se ha descubierto recientemente en Sudáfrica, acapara buena parte de la atención mediática relacionada con la pandemia. Especialmente después de la alerta de la OMS sobre «el alto riesgo de contagio en todo el mundo» y la interrupción en la UE y Estados Unidos de las conexiones aéreas con varios países del sur de África. Para entender qué ocurre en Sudáfrica, Vilaweb ha entrevistado al epidemiólogo catalán Xavier Gómez-Olivé, que desde 2005 trabaja en la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo. «No estamos en una situación dramática y los hospitales no están colapsados», dice y lamenta el pánico internacional que han originado las acciones de los gobiernos occidentales.

    —Sudáfrica es el foco de atención mediática a raíz del descubrimiento de la variante ómicron del coronavirus. ¿Cuál es la situación epidemiológica en el país?

    —Hasta hace pocos días, la situación epidemiológica en Sudáfrica era muy tranquila y la incidencia era muy baja. Nos movíamos en torno a unos pocos cientos de casos, pero a partir del día 14, la cosa ha ido al alza. En dos días se doblaron los casos y así, exponencialmente, hasta alcanzar los 3.000 casos diarios. Y se espera que sigan creciendo. Estamos muy cerca de que se declare la cuarta ola de la cóvid.

    Pero en los hospitales no se ha notado un aumento de casos graves. La nueva variante causa sobre todo casos leves que, por ahora, se concentran en la provincia de Gauteng, en la que se encuentran las ciudades de Johannesburgo y Pretoria. No estamos en una situación dramática y los hospitales no están colapsados.

    —Para situarnos, en Sudáfrica, ¿cuáles han sido los picos de las olas anteriores?

    —En los picos anteriores se detectaban entre 18.000 y 20.000 casos diarios, y en los hospitales había unos 2.000 ingresados.

    —Los datos, dado que es un país de casi sesenta millones de habitantes, son relativamente bajos si los comparamos con los del Estado español.

    —Aquí se calcula que hay bastantes casos sin diagnosticar. Nuestro centro ha realizado un estudio en una población de 600 habitantes en la provincia de Mpumalanga, en la frontera con Mozambique. Se ha realizado un seguimiento exhaustivo de esta población y les hemos tomado muestras nasales dos veces por semana. En todas partes, los niveles de infección son más altos de lo que nos dicen las cifras y las estadísticas.

    El 30% se ha infectado, pero la mayoría con sintomatología muy leve, por lo que muchos nunca han ido al hospital.

    —¿Qué sabemos hasta ahora de la variante ómicrón?

    —Los primeros casos se detectaron a raíz de un brote en la Universidad de Tecnología de Tshwane (Pretoria). Aquí es fin de curso y se cree que los estudiantes se contagiaron en una celebración. Ahora, todavía no sabemos si esta variante afecta especialmente a los jóvenes o simplemente es que el contexto del brote ha hecho que la mayoría de casos sean entre la juventud. También debe tenerse en cuenta que la población joven es la menos vacunada. El porcentaje de inmunizados es del 25%, mientras que los mayores de sesenta años superan el 50% y la media del país es del 41%.

    —¿Debemos preocuparnos?

    —Los casos detectados, por ahora, presentan sintomatología leve. Es demasiado temprano para determinar si esta variante es más infecciosa o puede sortear la protección de las vacunas.

    Es verdad que presenta una treintena de mutaciones en la espícula y esto puede indicar ciertas cosas, pero debemos ver cómo todo evoluciona antes de extraer conclusiones.

    —En las muestras secuenciadas, ¿qué porcentaje se detecta de ómicron?

    — El 90% en la provincia de Gauteng. Es posible que poco a poco vaya sustituyendo a la variante delta, que en su momento sustituyó a la beta.

    —¿La baja cifra de vacunación es a causa de una falta de dosis o del escepticismo de una parte de la población?

    —En Sudáfrica, la campaña de vacunación comenzó más tarde que en Europa, y especialmente los jóvenes, han tenido menos tiempo para vacunarse. Cuando se abrió su franja, la vacunación se disparó, pero ahora se ha atascado. La gente mayor sí ha sido más constante y se ha asegurado de recibir ambas dosis. En Sudáfrica, tenemos las vacunas que se necesitan y la intención del gobierno es alcanzar el 75% de inmunizados. Es relativamente fácil de vacunarse y el acceso es igual para todos. Ahora se administran unas 150.000 dosis diarias y la intención es llegar a las 200.000. Al igual que en Europa o en Estados Unidos, en Sudáfrica también hay gente que recela de las vacunas o que directamente no se quiere vacunar. Hay un poco de todo. Y hay muchas creencias y situaciones particulares que lo hacen todo algo más complicado.

    —¿Qué vacuna se pone?
    —Se empezó a utilizar AstraZeneca, pero con la aparición de la variante beta, varios estudios demostraron que no era tan efectiva, y se cambió a Pfizer y Janssen.

    —¿Cómo ha reaccionado la sociedad sudafricana ante la aparición de esta nueva variante?

    Creo que la histeria o la sobreactuación han estado fuera de Sudáfrica.

    Aquí la situación es más bien tranquila. El pasado domingo, el presidente Ramaphosa se dirigió a la población y envió un mensaje de calma y paciencia. Explicó que no se tomarían medidas extraordinarias, sobre todo mientras no se tenga más información concreta sobre el ómicron, lo que puede tardar un plazo de dos o tres semanas. Además, advirtió que estaban a las puertas de una nueva oleada e insistió en la importancia de vacunarse, de hacer uso de la máscara y de evitar los contactos sociales.

    ¿Qué restricciones se aplican actualmente?

    —Las principales restricciones son el confinamiento nocturno, que va de medianoche hasta las cuatro de la madrugada, y la obligatoriedad de llevar máscara en la calle. Además, según los entornos y eventos, se han marcado topes para la concentración de gente. En este sentido, el gobierno recomienda realizar al aire libre la mayoría de encuentros y actividades.

    —¿Cómo se ha recibido la decisión de Europa y Estados Unidos de interrumpir los vuelos y de intentar aislar al país?

    —La palabra que utilizó el presidente es “indignante”, y es así. Los científicos que han descubierto la variante lo han dicho por activa y por pasiva: hemos hecho un hallazgo, no hemos creado ni generado nada. Ni siquiera se sabe si el ómicron se ha originado en Suráfrica.

    Simplemente se ha descubierto aquí. Seguramente surgió en octubre y desde entonces millones de personas han viajado por todo el mundo. Poco a poco aparecerán casos por todas partes, pero se podrán identificar porque científicos sudafricanos han avisado qué buscar. No tiene ningún sentido que se estigmatice a los investigadores y al país que ha hecho este hallazgo. No tiene ninguna explicación científica lo que se ha hecho con Sudáfrica. Piense que ese país vive en gran parte del turismo. Ahora llega Navidad, que aquí es en verano y temporada alta, y todo se ha malogrado. ¿Cómo sacamos adelante la economía? Si siempre se actúa así, los próximos que descubran una variante quizá se lo piensen dos veces antes de decirlo.

     
  • mesmontse 8:21 am el 27 November, 2021 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , SARS-CoV-2   

    SARS-CoV-2: Crean un chicle capaz de capturar el virus en la saliva y de bloquear la entrada celular 

    Un chicle portador de una trampa biológica muestra una eficacia del 95% para frenar la transmisión y reducir la carga viral oral

    El pasado 10 de noviembre, la revista Cell, especializada Bioquímica y Biología Molecular, publicó una investigación realizada por un equipo de 25 científicos, liderados por el Dr. Henry Daniell, profesor y director de investigación del Departamento de Ciencias Básicas y Traslacionales, de la Universidad de Pensilvania (EEUU). La investigación, financiada con fondos públicos del Departamento de Desarrollo Comunitario y Económico del Estado de Pensilvania, desarrolló y probó la eficacia de una goma de mascar bautizada CTB-ACE2 para eliminar el SARS-CoV-2 en la saliva.

    El chicle demostró que es capaz tanto de la captura del virus como del bloqueo de la entrada celular, con una eficacia mayor del 95%.

    Los investigadores explican que la goma de mascar CTB-ACE2 tiene las mismas características físicas y sabor que un chicle convencional, pero lleva incorporadas proteínas que actúan como una trampa biológica que atrapa el virus en la cavidad oral.

    Se conoce ampliamente la entrada del SARS-CoV-2 en las células humanas a través del receptor ACE2. Por lo tanto, el ACE2 liberado al masticar el chicle, compite por el sitio de unión al receptor con el SARS-CoV-2 actuando como señuelo para el virus, y también se une directamente a la espiga del SARS-CoV-2, evitando la entrada a las células humanas. Las proteínas pico del SARS-CoV-2 quedan atrapadas en las micropartículas insolubles del chicle, explica el artículo.

    «Además de la protección profiláctica contra COVID en entornos sociales generales o restaurantes, la goma de mascar ACE2 podría usarse como un medio rápido para reducir el SARS-CoV-2 de la cavidad oral de pacientes infectados que requieren procedimientos dentales», dicen los autores.

    El estudio recuerda que la transmisión del SARS-CoV-2 ocurre a través de gotitas y aerosoles y está relacionada en gran parte con la exposición en interiores, a individuos infectados, sintomáticos o asintomáticos; y que se detectan cargas virales altas de SARS-CoV-2 en la saliva de pacientes con COVID-19, tanto asintomáticos como sintomáticos.

    «De hecho, la carga viral salival se correlaciona con la gravedad de los síntomas de COVID-19, incluida la pérdida del gusto y el olfato, y el virus se replica en las glándulas salivales y las membranas mucosas orales. Por lo tanto, las membranas mucosas orales y la saliva parecen ser una ruta de alto riesgo para la transmisión del SARS-CoV-2, y la inactivación viral dentro de la cavidad oral podría ser una estrategia importante para reducir la infectividad viral en su origen«, dice el estudio.

    Glándulas salivales: sitios principales de replicación del SARS-CoV-2

    «La reducción de la carga viral en la saliva limita el riesgo de transmisión de un posible portador y puede ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad COVID-19 al minimizar la reinfección porque las glándulas salivales constituyen el sitio principal de replicación del SARS-CoV-2. Por lo tanto, exploramos la capacidad de la goma de mascar CTB-ACE2 para atrapar el SARS-CoV-2, para eliminar el virus de la saliva en estudios preclínicos que proporcionan una base de pruebas clínicas diseñadas para reducir la carga viral oral y la transmisión», explica el estudio.

    Los autores señalan que recientemente se han desarrollado varias trampas que utilizan ACE2 soluble en aerosol nasal, es decir el mismo sistema que utiliza el chicle, pero «si bien los aerosoles nasales podrían ayudar a reducir la carga viral en la nariz, se necesitan enfoques adicionales para disminuir la carga viral en la saliva porque las glándulas salivales son los sitios principales de replicación del SARS-CoV-2». Esto es especialmente importante con las cepas de nueva evolución que «tienen una mayor carga viral en la saliva y una mayor transmisión«. La carga viral de las personas infectadas por la variante delta es 1.260 veces mayor que la de las personas infectadas con cepas anteriores, por lo tanto, es importante eliminar el SARS-CoV-2 en la saliva, dicen los investigadores.

    Si bien las máscaras pueden prevenir la transmisión a otras personas, no protegen de la reinfección a las personas infectadas. Por lo tanto, la goma de mascar como biomaterial ofrece aplicaciones novedosas y prácticas durante la pandemia actual, señala el informe.

    Además, los autores esperan que en estudios futuros se exploren «proteínas ACE diseñadas que tienen una afinidad 170 veces mayor por la proteína de pico del SARS-CoV-2 para unirse a las nuevas variantes y bloquear eficazmente la infección o la transmisión».

    «La alta densidad viral y transmisibilidad de estas variantes, junto con el aumento del potencial de replicación y la diseminación viral en serie, garantiza el desarrollo de enfoques novedosos para frenar las cargas virales en la saliva. Los enjuagues bucales con agentes antimicrobianos tienen un breve período de contacto, por lo tanto, en este estudio exploramos una mayor duración del contacto utilizando una administración tópica de chicle».

    Un futuro prometedor: chicles contra la mayoría de los virus orales

    También señalan que la aplicación de este sistema «podría ampliarse para minimizar la infección o transmisión de la mayoría de los virus orales». Los investigadores recuerdan que las gotitas altamente contagiosas en el aire son la principal causa de transmisión, no sólo del SARS-CoV-2, sino de virus respiratorios como la gripe y el sarampión. «Si bien este estudio se centra en eliminar el SARS-CoV-2, el concepto de atrapar partículas virales en la cavidad bucal mediante el uso de proteínas de la superficie viral en la goma de mascar, para minimizar la reinfección o la transmisión podría aplicarse a la mayoría de los otros virus orales, incluidos la gripe, el SARS, el virus del papiloma humano, el Epstein-Barr, el Zika y los herpesvirus que completan su ciclo de vida en el epitelio oral», dicen los científicos.

    El virus de la influenza es uno de los virus estacionales más transmitidos. Casi el 40% de la superficie del virus de la gripe está cubierta por dos proteínas de pico que se unen a receptores humanos. La transmisión del virus de la influenza también podría reducirse reduciendo el volumen del virus con lectinas vegetales en los chicles, explican los investigadores.

     
  • mesmontse 12:11 am el 13 June, 2021 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , , SARS-CoV-2   

    CORONAVIRUS: Investigadores encuentran el punto débil del virus y cómo atacarlo 

    Científicos suizos descubren el ‘talón de Aquiles’ del coronavirus

    Imagen: momento en que el ARN (amarillo) del virus SARS-CoV-2 forma una estructura de pseudonudo (multicolor, abajo a la derecha) que conduce a un cambio en el marco de lectura del ribosoma (marrón)

    SWISSINFO


    Investigadores del Instituto de tecnología federal suizo ETH Zurich han descubierto un punto débil importante del coronavirus que causa el Covid-19: si se interrumpe un proceso clave para la producción de sus proteínas, la replicación viral en las células infectadas se reduce significativamente.
    Este descubrimiento, que describieron como el «talón de Aquiles del coronavirus», puede conducir al desarrollo de medicamentos antivirales que también pueden tratar otros coronavirus relacionados lejanamente.

    La palabra mágica es «cambio de marco». Durante la lectura paso a paso del diseño desde el ácido ribonucleico (ARN), el ribosoma (la propia fábrica de proteínas de la célula) ocasionalmente «copia mal» y omite letras.


    Esto raramente ocurre en las células sanas, porque una secuencia leída y copiada incorrectamente da como resultado proteínas disfuncionales. Sin embargo, ciertos virus como los coronavirus o el VIH dependen de dichos errores de lectura para regular la producción de sus proteínas. El virus SARS-CoV-2, que causa Covid-19, induce el cambio de marco al plegar su ARN de una manera inusual y compleja, escribió el equipo de investigación en un comunicado.

    «Por lo tanto, dado que ese cambio de marco es esencial para el virus, pero casi nunca ocurre en nuestro organismo, cualquier compuesto que inhiba el cambio de marco dirigiéndose a este pliegue de ARN podría ser potencialmente útil como fármaco para combatir la infección», afirmaron.

    Hasta ahora ha habido una falta de información precisa sobre la interacción del ARN del virus con el ribosoma de la célula huésped infectada durante el cambio de marco. Pero los investigadores de la ETH Zurich y las universidades de Berna, Lausana y Cork, en Irlanda, ahora han logrado observar este proceso, explican en el último número de la revista Science.

    Dos compuestos químicos reducen la replicación del virus

    Usando experimentos bioquímicos sofisticados, pudieron capturar el ribosoma en el sitio de cambio de marco del ARN del SARS-CoV-2. Luego, los científicos pudieron examinar este complejo molecular utilizando microscopía crioelectrónica.

    También dieron un paso más y trataron de influir específicamente en el proceso con sustancias químicas.

    Encontraron dos compuestos químicos que reducen la replicación viral entre 1.000 y 10.000 veces, y no son tóxicos para las células tratadas con ellos.

    Señalaron que aunque estos compuestos actualmente no eran lo suficientemente potentes para ser utilizados como fármacos terapéuticos, el estudio demostró que la inhibición del cambio de marco ribosómico tenía un efecto profundo en la replicación viral.

    Esto allana el camino para el desarrollo de mejores compuestos que eventualmente podrían usarse en el tratamiento de todos los coronavirus.

    «Nuestro trabajo futuro se centrará en comprender los mecanismos de defensa celular que suprimen el cambio de marco viral, ya que esto podría ser útil para el desarrollo de pequeños compuestos con actividad similar», dijo Nenad Ban, profesor de Biología Molecular en ETH Zurich y coautor del estudio.

     
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