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  • mesmontse 3:43 am el 12 December, 2022 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , Venezuela   

    VENEZUELA: El caso del diplomático Alex Saab detenido ilegalmente en EEUU 

    ACTUALIZACIÓN 31/12: El pasado 23 de diciembre, el juez Robert Scola de Miami, Florida, desestimó la inmunidad diplomática de Alex Saab, en un fallo de 15 páginas. El juez argumenta que EEUU no reconoce la legitimidad del segundo mandato del presidente Maduro, y por lo tanto el tribunal no puede reconocer a Saab como representante de su gobierno.

    El diplomático venezolano Alex Saab fue detenido por presión de Washington en una escala en la isla africana de Cabo Verde, cuando regresaba de negociar contratos de alimentos, medicamentos y piezas para la industria petrolera venezolana, en Medio Oriente para evitar las sanciones de EEUU contra Venezuela. El estatus diplomático de Saab fue ignorado tanto en el arresto como en la entrega, que se llevó a cabo el 16 de octubre de 2021. Washington lo acusa de presuntos delitos de lavado de dinero. En caso de ser condenado en EEUU se expone a una pena de 20 años de prisión.

    Diplomático secuestrado: Comienza en EEUU la audiencia sobre el estatus del representante venezolano Alex Saab. Washington niega la inmunidad

    JUNGE WELT

    Exactamente 18 meses después de que el diplomático venezolano Alex Saab fuera arrestado en las islas de Cabo Verde [un Estado soberano, situado en el Atlántico, frente a las costas de Segenal, que declaró su independencia de Portugal en 1973], y entregado a EEUU, comenzará este lunes próximo una audiencia en el Tribunal del Distrito Sur, en Florida (EEUU), para determinar si tiene inmunidad diplomática. El procedimiento está programado hasta el 20 de diciembre. Su esposa Camila Fabbri, abogados y activistas, apelaron a Washington -que encarceló a Saab el 16 de octubre de 2021- este sábado, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, para que respete los derechos de Saab y lo libere inmediatamente.

    «Apelamos a los representantes de la justicia de los Estados Unidos para que no dañen la credibilidad de su sistema legal, respeten la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y respeten la inmunidad de Alex Saab», dijo la abogada venezolana Laila Tajeldine ante los representantes de medios internacionales. Explicó que según su evaluación, el procedimiento «principalmente no es un caso legal sino un caso altamente político».

    Camila Fabbri informó que las autoridades estadounidenses obstaculizaron la presentación de documentos y declaraciones personales sobre el estatus diplomático de Saab. «No han aceptado ningún documento o declaración transmitida electrónicamente», dijo la esposa de Saab. Además los testigos de las tareas y actividades diplomáticas de Saab tienen problemas con el permiso de entrada necesario. Desde la finalización de las relaciones diplomáticas, durante el gobierno de Donald Trump, en Caracas ya no ha habido embajada de EEUU. El representante de EEUU en Colombia les ofreció a los abogados (de Saab) octubre de 2024, como fecha más temprana para atender las solicitudes de visa.

    Laila Tajeldine solicitó a los medios y movimientos de solidaridad que contribuyan a que la «causa Alex Saab» ya no era ignorada por los medios europeos y las instancias políticas.

    El secuestro de Saab por parte de los Estados Unidos no es sólo una violación del derecho internacional, los derechos humanos y un ataque a la soberanía de un Estado, sino un precedente. «Es una amenaza para todos los diplomáticos y activistas», dijo Camila Fabbri. «Aquí se abrió una puerta que podría despejar el camino para perseguir a todos los que no se someten a los deseos de los Estados Unidos».

     
    • Alberto Espejo 3:23 pm el 12 diciembre, 2022 Enlace permanente | Responder

      No son NOMBRES PARTICULARES, como en los GENOCIDIOS, pero aunque sean ESTRATEGIAS DISRUPTIVAS -cambios históricos PLANIFICADOS- los SERES y sus DDHH Alex Saab y Cristina Fernández de Kirchner están en la misma situación: «JUDIALIZADXS» sin NINGUNA CAUSA y con DEVASTACIÓN de DERECHOS SOCIALES. Tal disrupción histórica es IMPOSIBLE de REALIZARSE en su devenir histórico, hechos por hombres y mujeres. NADIE olvidará las bombas atómicas tiradas a Japón, la invasión a México de EEUU para apoderarse de la mitad de su territorio, la CAÍDA de imperios, a no ser que sea en la FICCIÓN hollywoodense. Se trata de que los GOLPES para «CASTIGAR» están basados en MENTIRAS, DIFAMACIÓN y TERROR. Es el TERRORISMO judicial, la nueva inquisición misógina, EMPRESAS de MEDIOS y REDES aculturantes con datos falsos protegen a los «JUECES» y «FISCALXS» FALSXS.

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    • Alberto Espejo 4:11 pm el 12 diciembre, 2022 Enlace permanente | Responder

      *DIFAMACIÓN

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  • mesmontse 10:03 am el 11 March, 2022 Enlace permanente | Responder
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    ECONOMÍA: EEUU pide petróleo a Irán y a Venezuela tras la furia sancionadora a Rusia 

    Las sanciones de Washington contra Moscú destruirán Europa, no a Rusia

    PEPE ESCOBAR / THE CRADLE

    El 7 de marzo se conoció la lista rusa oficial de las naciones sancionadoras hostiles: EEUU; toda la UNIÓN EUROPEA; Australia; Albania; Andorra; República Checa; Reino Unido (incluida Jersey, Anguilla, British Virgin Islands y Gibraltar); Islandia; Canadá; Liechtenstein; Micronesia; Mónaco; Nueva Zelanda; Noruega; República de Corea (Corea del Sur); San Marino; Macedonia del Norte; Singapur; Taiwan; Ucrania; República de Montenegro; Suiza; Japón.

    Observe cómo la ‘comunidad internacional’ sigue encogiéndose.  El Sur Global debe tener en cuenta que ninguna nación de Asia Occidental, América Latina o África se ha unido a las sanciones de Washington.

    Moscú ni siquiera ha anunciado su propio paquete de contra-sanciones. Pero un decreto oficial  que permite a las empresas rusas devolver sus deudas con acreedores «de países hostiles»  en rublos, proporciona un indicio de lo que está por venir.

    Todas las medidas rusas giran en torno a este nuevo decreto presidencial, firmado el sábado pasado, que el economista Yevgeny Yushchuk define como una «mina terrestre de represalia nuclear».

    Funciona así: para pagar deudas a un país de la lista de países hostiles a  Rusia,  que exceda los 10 millones de rublos al mes (100.000 dólares), las compañías rusas no tienen que hacer una transferencia. Abren en un banco ruso una cuenta en rublos a nombre del acreedor. Luego, la compañía rusa transfiere a esta cuenta su pago convertido a rublos, según a la tasa de cambio del Banco Central de Rusia,  y todo es perfectamente legal.

    Los pagos en moneda extranjera deben recibir un permiso especial de la Comisión del Gobierno para el control de la inversión extranjera.

    Lo que esto significa en la práctica es que la mayor parte de los 478 mil millones de dólares de la deuda extranjera rusa puede «desaparecer» de los balances de los bancos occidentales. El equivalente en rublos se depositará en los bancos rusos, pero los bancos occidentales tal como están las cosas, no pueden acceder a ella.

    [N.de la E: Y si los bancos occidentales no pueden cobrar la deuda rusa, es probable que pretendan que los Estados los rescaten con dinero público, como ocurrió en la crisis del 2008].

    Es discutible si esta sencilla estrategia fue el producto de las mentes  «no soberanistas» reunidas en el Banco Central ruso. Es más probable que haya sido aportada por el  influyente economista Sergei Glazyev, un antiguo antiguo asesor del presidente  Vladimir Putin sobre integración regional.

    Mientras tanto, el banco público ruso SBERBANK confirmó que emitirá tarjetas MIR de débito/crédito   unidas al UnionPay de China. Alfa-Bank, el banco privado más grande de Rusia, también emitirá tarjetas de débito y crédito de UnionPay. Aunque sólo se presentó hace cinco años, el 40 por ciento de los rusos ya tiene una tarjeta MIR para uso doméstico. Ahora también podrán usarlo internacionalmente, a través de la enorme red de UnionPay. Y sin Visa ni  Mastercard, las comisiones de todas las transacciones permanecerán en la esfera de Rusia y China. En efecto, fin de la dolarización.

    EEUU AHORA PIDE PETRÓLEO A IRÁN Y VENEZUELA

    La administración estadounidense del presidente Joe  Biden ahora está absolutamente desesperada: el 8 de marzo prohibió todas las importaciones de petróleo y gas de Rusia, el segundo mayor exportador de petróleo a los Estados Unidos, detrás de Canadá y por delante de México. La gran estrategia de reemplazo  de EEUU es pedirle petróleo a Irán y Venezuela.

    Las negociaciones de las sanciones sobre Irán en Viena pueden llegar a la última etapa, según lo reconoció incluso el diplomático chino Wang QUN. Pero fue el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, quien presentó una nueva variable crucial en las discusiones finales de Viena.

    Lavrov hizo su demanda bastante explícita: «Hemos solicitado una garantía escrita … que el proceso actual [de sanciones contra Rusia ] provocado por los Estados Unidos no dañe de ninguna manera nuestro derecho a la cooperación libre y completa en comercio, economía, e inversión, y  cooperación militar-técnica con la República Islámica».

    Según el Acuerdo de Plan de Acción Integral (JCPOA) conjunto de 2015, Rusia recibe uranio enriquecido de Irán  y lo intercambia por el óxido de uranio impuro obtenido durante el procesamiento; y en paralelo, está reconvirtiendo la planta nuclear de Fordow, en Irán, en un centro de investigación. Sin las exportaciones iraníes de uranio enriquecido, simplemente no hay acuerdo JCPOA. Es asombroso que la mente del Secretario de Estado de los Estados Unidos Blinken, no pueda entender eso.

    Todos en Viena, incluidos los que están sentados en el banquillo, saben que para que todos los actores firmen el renacimiento del JCPOA, ninguna nación debe ser individualmente presionada  en términos de negociación con Irán. Teherán también lo sabe.

    Entonces, lo que está sucediendo ahora es un elaborado juego de espejos persas, coordinado entre la diplomacia rusa e iraní.

    Un elemento extra es que, según una fuente de Intel Persiana del Golfo con acceso privilegiado a fuentes iraníes, Teherán puede estar vendiendo hasta tres millones de barriles de petróleo al día, «pero si llegan a un acuerdo, no afectará a la oferta en absoluto; solamente se les pagará más».

    “MISTER MADURO, DEME ALGO DE PETRÓLEO”

    Así que, la Casa Blanca envió una delegación para hablar con el presidente venezolano Nicolás Maduro, liderada por Juan González, el principal asesor de América Latina de la Casa Blanca. La oferta de los Estados Unidos es «aliviar» las sanciones a Caracas a cambio de petróleo.

    EEUU lleva años, si no décadas, quemando todos los puentes con Venezuela e Irán. Los Estados Unidos destruyeron a Irak y Libia, y aislaron a Venezuela e Irán en su intento de hacerse cargo de los mercados de petróleo globales, sólo para terminar miserablemente tratando de comprar a ambos y escapar de ser aplastados por las fuerzas económicas que han desatado. Eso demuestra, una vez más, que los «responsables políticos» imperiales han perdido el norte completamente.

    Caracas solicitará la eliminación de todas las sanciones sobre Venezuela y el regreso de todo su oro confiscado. Y parece que nada de esto fue hablado con el  ‘presidente’ Juan Guaido, quien desde 2019, ha sido el único líder venezolano «reconocido» por Washington.

    Mientras tanto, los mercados de petróleo y gas, están en pánico total. Ningún comerciante occidental quiere comprar gas ruso; y eso no tiene nada que ver con la empresa de energía estatal de Rusia, Gazprom, que continúa suministrando debidamente a los clientes que firmaron contratos con tarifas fijas, de entre 100 a 300 dólares; mientras que otros están pagando más de 3.000 dólares en el mercado al contado.

    Los bancos europeos están cada vez menos dispuestos a otorgar préstamos para el comercio de energía con Rusia debido a la histeria de las sanciones. Lo que sugiere sólidamente  que la tubería de gas Nord Stream 2, de Rusia a Alemania, no entrará en funcionamiento.

    Cualquiera con cerebro en Alemania sabe que dos terminales de gas natural licuado (LNG) adicionales, aún por construirse, no serán suficientes para las necesidades del país. Simplemente no hay suficiente GNL para suministrarles. Europa tendrá que luchar con Asia sobre quién puede pagar más. Asia gana.

    Europa importa aproximadamente 400 mil millones de metros cúbicos de gas al año, y Rusia es responsable de 200 mil millones de este total.  No hay forma de que Europa pueda encontrar  200 mil millones en ningún otro lugar para reemplazar a Rusia, ya sea en Argelia, Qatar o Turkmenistán. Sin mencionar su falta de las terminales de GNL necesarias.

    Entonces, obviamente, el principal beneficiario de todo el desorden será EEUU que podrá imponer no sólo sus terminales y sistemas de control, sino también beneficiarse de los préstamos a la UE, las ventas de equipos y el acceso completo a la infraestructura energética de toda la UE. Todas las instalaciones de GNL, las tuberías y los almacenes se conectarán a una red única con una sola sala de control: un sueño de negocios estadounidense.

    Europa quedará con una producción reducida de gas para su industria menguante; pérdidas de empleo; disminución de la calidad de vida; aumento de la presión sobre el sistema de seguridad social; y, por último, pero no menos importante, la necesidad de solicitar préstamos adicionales. Algunas naciones volverán al carbón para calefacción. El proyecto de energía verde caerá.

    ¿Qué pasa con Rusia? Como hipótesis, incluso si todas sus exportaciones de energía se redujeran – y no lo serán- sus mejores clientes están en Asia, y Rusia no tendría que usar sus reservas extranjeras.

    El ataque rusófobo  total a las exportaciones rusas también se dirige al paladio (un metal más caro que el oro), vital para electrónica, desde computadoras portátiles hasta sistemas de aeronaves;  y los precios se disparan. Rusia controla el 50 % del mercado global. También se han vetado las exportaciones de gases nobles: neón, helio, argón y xenón, esencial para la producción de microchips. El titanio ha aumentado en un 25%, y tanto Boeing (en una tercera parte) y Airbus (en dos tercios) usan el titanio de Rusia.

    Petróleo, alimentos, fertilizantes, metales estratégicos, gas de neón para semiconductores: todos ardiendo en la hoguera, a los pies de la quemada “bruja Rusia”.

    Por todo lo que eso implica, una escasez de productos básicos puede hacer que todo el sistema financiero occidental explote.

    Lo que tenemos aquí, esencialmente, son los Estados Unidos destruyendo voluntariamente la industria alemana y la economía europea, extrañamente, con su connivencia.

    Destruir la economía europea significa no permitir el espacio de mercado adicional para China, y bloquear el inevitable comercio adicional  entre la UE y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor tratado comercial del mundo. [El RCEP es un acuerdo comercial multilateral firmado entre 15 países del Asia Pacífico, compuesto por las 10 economías de ASEAN  (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), mas China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda].

    El economista estadounidense Michael Hudson ha bosquejado concisamente las líneas de la auto-implosión imperial. Sin embargo, más dramático, como un desastre estratégico, es cómo un desfile sordo, mudo y ciego hacia la recesión profunda y la hiperinflación rasgará lo que queda de la cohesión social de Occidente.

     
  • mesmontse 3:22 am el 13 August, 2021 Enlace permanente | Responder
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    VENEZUELA – UNIÓN COMUNERA: El socialismo sigue en el horizonte 

    La Unión Comunera, las ideas de Chávez en acción

    La Unión Comunera es una organización de base que ha marcado a la sociedad comunera su horizonte estratégico. Desde hace dos años, la Unión trabaja en todo el país en un esfuerzo heroico por volver a politizar y reactivar las comunas venezolanas y proyectos relacionados. En esta entrevista hablamos con Juan “Juancho” Lenzo. Es cofundador de Tatuy Televisión, proyecto mediático comprometido con el movimiento de base chavista, y coordinador de comunicaciones de la Unión Comunera. Pueden seguir a la Unión Comunera en twitter.

    MRonline

    Chávez dijo que los proyectos socialistas (fábricas públicas, comunas, etc.) deben coordinarse entre sí. Dijo que no deberían ser «islas» socialistas en un océano capitalista, porque de esa manera solo serían «tragadas por el mar». Háblanos de la Unión Comunera como un esfuerzo por acercar y conectar las diversas iniciativas comunales. ¿Cómo surgió el proyecto y quiénes participan en él?

    Desde 2019, varias organizaciones venezolanas que estaban capeando el temporal de la crisis comenzaron a reunirse y sondearse entre sí. Al hacerlo, estaban motivados por la necesidad de sobrevivir frente a la crisis, pero también estaban preocupados por la restauración [capitalista] que estaban imponiendo algunos sectores del gobierno. Así comenzó un proceso de construcción de una plataforma compartida en torno a un programa común de lucha.

    La iniciativa de la Unión Comunera tomó forma cuando estas organizaciones reflexionaban sobre la comuna como un proyecto estratégico. La propuesta final surgió de una reunión realizada en la Comuna Che Guevara en el Estado de Mérida en diciembre de 2019, con la participación de varias comunas, entre ellas la Luisa Cáceres de Arismendi, de Anzoátegui; El Maizal, de Lara-Portuguesa; la 5 de Marzo de ; Sectores Unidos, de Lara y Pancha Vásquez, de Apure. Lo hicieron junto a organizaciones como el Frente Cultural de Izquierda y Tatuy.

    Inspirada en las ideas de Chávez, la Unión Comunera nació como un espacio para vincular esfuerzos comunales en una gran organización nacional que nos permitiera romper con el mero localismo, superando el aislamiento de los diferentes proyectos de base venezolanos. De esta manera, la Unión Comunera busca crear un proyecto integral con visión nacional y con un plan de transformación del país.
    Actualmente, más de veinte proyectos de diferentes regiones se están integrando en la Unión. Esto lo está haciendo la Brigada Argelia Laya, que promueve los vínculos en la organización, el intercambio, la producción, la comunicación y la defensa integral de los territorios.

    -La Unión Comunera aglutina a gran parte del chavismo de base, aquellos que, en palabras de Ángel Prado, “se niegan a arrodillarse ante la oligarquía y el reformismo”. La Unión es rebelde y constructiva: frente a la restauración capitalista, pretende avanzar y no retroceder. Háblanos de esta dialéctica entre la restauración capitalista generalizada (por la crisis del modelo de acumulación, las sanciones y las tendencias reformistas dentro del gobierno) y la ofensiva comunal desde abajo y con el pueblo.

    El chavismo es un movimiento heterogéneo, amplio, diverso y en ocasiones contradictorio que no se puede reducir al gobierno ni al partido de gobierno [PSUV]. Aunque diverso, hay amplios sectores del chavismo popular que se oponen a la agresión imperialista, pero disienten de la forma en que el proceso se ha alejado de sus orígenes: entienden la tendencia oficial actual como un abandono del proyecto de Chávez. Esta percepción se ve reforzada por los ataques directos, insultos y agresiones que ha recibido el movimiento popular por parte de sectores de la burocracia.

    Ante esta situación, los sectores más conscientes y organizados del chavismo popular no sólo están cuestionando el curso de las cosas, sino que también están trabajando para acumular fuerzas y avanzar de una manera que permita la continuidad del legado de Chávez. Así, podríamos decir que hay dos frentes de batalla: uno contra el imperialismo, la oligarquía y la burguesía, y otro contra los sectores reformistas que han ido enterrando el proyecto bolivariano desde adentro.

    El razonamiento de la Unión es rechazar una cualquier posibilidad de retirada táctica: hacerlo debilitaría nuestra posición de defensa y resistencia contra el imperialismo. También facilitaría la rápida restauración capitalista, que avanza en detrimento de los sectores populares y obreros en Venezuela.

    -¿Entonces la Unión Comunera propone que el Proceso Bolivariano siga avanzando hacia el socialismo, incluso desde nuestro presente imperfecto y difícil?

    A pesar de las dificultades, desvíos y retrocesos actuales, estamos convencidos de que el socialismo sigue siendo el horizonte estratégico de la Revolución Bolivariana. Como chavistas, estamos dispuestos a aportar todos nuestros esfuerzos, toda nuestra fuerza viva, para construir un futuro socialista.

    El proyecto comunal tiene lo que necesitamos para insistir en nuestro camino hacia el socialismo: territorio, organización popular, propiedad social de los medios de producción, conciencia revolucionaria y voluntad de transformar la sociedad.

    -¿Cuál es la actitud de la Unión Comunera hacia el poder? ¿Es un movimiento social? ¿Un espacio de resistencia? ¿Tiene una visión política estratégica para el país?

    Las Comunas son en sí mismas espacios de poder, ejercidos con mayor o menor fuerza según cada caso. En proyectos como la Comuna El Maizal, el ejercicio del poder en el territorio es muy similar a las formas de poder dual que operaron en revoluciones pasadas. Gracias a sus comuneros rebeldes, El Maizal ha ido acumulando fuerzas que trabajan para controlar el territorio y los medios de producción. Ha logrado avances en la organización popular y el poder simbólico, y puede desafiar la jurisdicción del gobierno en algunas áreas. Y así El Maizal, como espacio autogobernado, se ha convertido en una fuerza dentro del municipio de Simón Planas [Estado Lara], con frecuentes enfrentamientos y contradicciones abiertas con el poder constituido en el territorio.

    Este tipo de experiencias nos ayudan a clarificar la visión de la Unión Comunera: es urgente construir algo visible a nivel nacional que demuestre la viabilidad, relevancia y necesidad del ejercicio del poder por y para el pueblo. Es por eso que la táctica del poder dual es relevante para la Unión.

    Los comuneros deben construir su propio espacio de poder, que debe ser autónomo del poder constituido, no subordinado al partido gobernante. Debe ser independiente de ministerios, gobernaciones y alcaldías. Chávez enfatizó esto una y otra vez. Esta fuerza debe avanzar con sus propios pies hacia una nueva organización del poder a escala nacional que, a su vez, desmantelará progresivamente el viejo Estado burgués y será clave en la construcción del socialismo.

    Hablemos de la Brigada Argelia Laya, que viajó en representación de la Unión Comunera por todo el país. ¿Cuales son sus objetivos? ¿Quién participa en la Brigada? ¿Cómo se mueve?

    La Brigada Argelia Laya fue desarrollada para reconectar al pueblo involucrado en proyectos comunales y para acompañar sus luchas y batallas. Hemos estado visitando organizaciones comunales en todo el país desde 2019, viendo con nuestros propios ojos y tocando con nuestras propias manos estas iniciativas, mientras las alentamos a unirse como una sola fuerza bajo el paraguas de la Unión Comunera.

    La Brigada nos ha permitido conocer y explorar la realidad sobre el terreno. Desde abril de 2021 nos enfocamos en fortalecer la organización de base y reactivar y consolidar el trabajo organizativo, productivo, formativo y comunicacional.

    Crecer en número no sirve de nada para la Unión de Comunas si no fomentamos también el desarrollo cualitativo de sus Comunas. No queremos convertirnos en una organización burocrática que agrega “comunas de papel” [comunas que están legalmente reconocidas pero que no tienen trabajo real]. Queremos elevar el nivel organizativo de los espacios comunes, que, a su vez, se convertirán en ejemplos y brindarán un apoyo real al resto del movimiento popular.

    La Brigada está formada por militantes de las comunas y organizaciones que forman parte de la Unión Comunera. Es apoyada por esas mismas organizaciones. La Brigada se encuentra actualmente desplegada en cinco regiones del país: Este, Llanos, Andes, Centro Oeste y Región Capital.

    Los brigadistas se instalan en los territorios durante diez días, comen, duermen y conviven con los comuneros que allí habitan. Los miembros de la brigada trabajan con la gente en el análisis del contexto político. También hacen formación política y acompañan a los comuneros locales en el trabajo político y productivo.

    Al hacerlo, la Brigada contribuye a fortalecer la moral de la gente: debido a la crisis, la negligencia institucional, el aislamiento político y la pérdida de perspectiva, a menudo están desmoralizados. Además, intentamos volver a politizar a las personas, promoviendo así una práctica muy diferente a las dinámicas clientelistas, oportunistas y corruptas que hoy prevalecen.

    También fomentamos la activación o reactivación de la actividad económica comunal. Hacemos esto en base a lo que Chávez llamó el triángulo elemental del socialismo: propiedad social de los medios de producción, producción social organizada por los trabajadores y producción para satisfacer necesidades comunes.

    En la situación actual, es fundamental activar o reactivar la vida económica de las comunas para garantizar su vida organizativa y política.

    -El camino hacia la construcción del socialismo comunal apenas comienza. ¿Cuál ve como el próximo paso en este proceso que, sin duda, deberá desafiar el modelo que se está implementando en el país?

    El movimiento comunal tiene varios desafíos importantes.


    Primero es necesario construir una hoja de ruta programática. Esto nos permitirá tener una táctica y una estrategia concebida desde la comuna, nacida de los preceptos que nos legó Chávez, y alimentada por las vivencias de otros procesos históricos. El desarrollo de un programa autónomo obligará al movimiento comunal a fortalecer sus esfuerzos teóricos, sistematizar lo que emana de la práctica y alimentar la práctica con los insumos teóricos ya existentes. Todo esto debe ir acompañado de un gigantesco esfuerzo educativo que permita a todo el movimiento hacer realmente suyo el programa de lucha.

    También es necesario construir autonomía política, para demostrar el potencial real de autogobierno, movilización, organización e integración del pueblo en el ejercicio de la política. Todo esto debe darse en un contexto de democracia popular, comunal, rompiendo con la dependencia institucional, la tutela y cooptación partidista, así como con dinámicas clientelistas y oportunistas.

    También es esencial construir la autonomía económica, para consolidar la economía comunal de una manera que no sólo permita a las comunas sobrevivir a la volatilidad de la economía venezolana, sino que también sentar las bases de una economía socialista. En este sentido, la Unión Comunera también debe resistir y enfrentar la liberalización económica que está impulsando el gobierno. Eso viene junto con la dolarización, la hiperinflación, las privatizaciones, el deterioro de los salarios y la precariedad de los trabajadores, todo lo cual golpea más duramente a los sectores populares.

    Sabemos que el camino por delante no será fácil. Pero lo cierto es que si el movimiento popular venezolano en general, y el movimiento comunal en particular, no logra consolidar un proyecto fuerte y autónomo, no se convertirá en una alternativa política y una solución revolucionaria a la crisis.

     
  • mesmontse 3:27 pm el 22 July, 2021 Enlace permanente | Responder
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    ORO VENEZOLANO EN BANCO DE INGLATERRA: Cuando el zorro cuida las gallinas 

    El Banco de Inglaterra fue un banco privado perteneciente a la familia Rothschild -que junto a sus clanes familiares controlaba la banca de casi toda Europa- durante siglos, hasta que en 1946 fue nacionalizado debido a la segunda guerra mundial. El Banco de Inglaterra tiene actuaciones ilegales e inmorales en su haber como por ejemplo, haber transferido a la Alemania nazi, el oro de los países invadidos. Según documentos que se hicieron públicos en 2013, en marzo de 1939 transfirió el oro checoslovaco -valorado en unos 843 millones de euros actuales- desde la cuenta de ese país a la cuenta del Banco Central de la Alemania nazi, actuando en contra de las órdenes del gobierno británico. Aún así numerosos países siguen creyendo que su oro soberano está a salvo en tales manos.

    La razón por la cual los países depositan sus reservas en el Banco de Inglaterra, es por la facilidad que ofrece Londres para poner el oro en el mercado y obtener rentabilidad, al ser un centro financiero mundial. Pero el Brexit y la volatilidad de la economía mundial, hace que actualmente sea un riesgo mantener las reservas de oro de un país fuera de sus fronteras, y así lo considera la mayoría de países occidentales.

    El caso del oro venezolano, ha reavivado la desconfianza de muchos países en la custodia de sus reservas por parte del Banco de Inglaterra. Las alarmas se han disparado en Australia, que aun mantiene el 99% de sus reservas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra y durante años el regulador del Reino Unido no ha permitido a Canberra realizar una auditoría de sus lingotes.

    Hace tiempo que se abrió el debate en los Estados sobre la conveniencia de que los bancos centrales mantuvieran la totalidad o gran parte de sus reservas de oro en su propio territorio, para que en caso de necesitarlas no tuvieran problemas para repatriarlas. En Alemania hubo una campaña popular que presionó al gobierno para obtener la repatriación de sus reservas de oro y el Bundesbank a partir de 2012 empezó a repatriar las reservas de oro depositadas en Francia, Inglaterra y EEUU. Son conocidos los problemas que surgieron con EEUU para la recuperación del oro alemán depositado en la Reserva Federal: tardaron 5 años en devolverlo y las numerosas excusas estadounidenses abonaron las sospechas de que en realidad no tenían el oro, que se lo habían gastado.

    Ante el Brexit, muchos países europeos se apresuraron a retirar su oro de la custodia de Londres. En 2019, Polonia, repatrió 100 toneladas de oro de Londres a Varsovia, en una operación urgente. El banco central polaco manifestó que la repatriación respondía a la necesidad de los bancos centrales de «limitar el riesgo geopolítico», ante el peligro de «perder el acceso o la restricción de la disponibilidad de sus recursos de oro en el extranjero». Lo mismo han hecho Austria, Rumania y otros países de Europa central. Holanda, por su parte, está construyendo nuevas instalaciones en bases militares para albergar sus reservas de oro en su propio territorio, una vez que termine de repatriarlas de Londres y Nueva York.

    En la nota que pueden leer a continuación, el sociólogo Ociel López, profesor de la Universidad Central de Venezuela, analiza la situación del oro venezolano depositado en el Banco de Inglaterra, banco central del Reino Unido.

    El oro venezolano en el Banco de Inglaterra: la peligrosa jurisprudencia colonial que podría engendrar gobiernos paralelos para desfalcar países


    OCIEL ALÍ LÓPEZ / PORTAL ALBA



    El mismo riesgo lo tendrán de ahora en adelante países de la región como México, Argentina, Bolivia, Colombia y Perú, que tienen reservas de este preciado metal en Reino Unido.

    La decisión que pronto deberá tomar el Tribunal Supremo de Reino Unido sobre la custodia de las 31 toneladas de oro venezolanas, calculadas en más de 1.000 millones de dólares y retenidas en el Banco de Inglaterra, podría generar jurisprudencia sobre la autoridad última de las reservas internacionales que muchas naciones han confiado a ese país.

    Ya no solo se trata de Venezuela, sino de los más de 30 países de África, América y Asia que tienen resguardadas sus reservas internacionales en oro en dicho banco. De hecho, según algunos cálculos, una quinta parte del oro de todos los países del mundo se encuentra en Londres, considerada la capital del preciado metal.

    En octubre de 2020, la Justicia británica anuló una decisión anterior de los tribunales que favorecía el ‘interinato’ de Juan Guaidó, pero básicamente pidiendo indagar más sobre la autoridad legítima para retirar el oro del Banco de Inglaterra.

    Este lunes, el Gobierno británico confirmó su reconocimiento al ex diputado opositor, aumentando las probabilidades de que el oro venezolano no sea devuelto al ente estatal que lo depositó como resguardo: el Banco Central de Venezuela. Así, el preciado metal puede terminar difuminado entre las bóvedas inglesas y gastos corrientes de un gobierno paralelo que no tiene sede, ni control territorial o poblacional.

    Durante esta semana, los magistrados estarán escuchando a las partes implicadas para dictar sentencia. Si los cinco magistrados encargados de decidir sobre la demanda venezolana terminan de quitarle al Gobierno de Nicolás Maduro la custodia del oro y deciden entregársela a Guaidó –o sencillamente mantenerla en resguardo por tiempo indefinido (ya han pasado casi tres años desde que Venezuela solicitó su repatriación)–, podrían incitar a la creación arbitraria de ‘gobiernos paralelos’ constituidos con el único fin de acceder al control sobre este.

    Ya el Gobierno venezolano, en el mes de mayo de 2020, propuso que se llegara a un acuerdo entre las partes y ese depósito se utilizara, bajo la gestión del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la compra de material sanitario para enfrentar al pandemia. Sin embargo, hasta ahora el Banco de Inglaterra se ha negado a aceptar dicha solicitud.

    Se estaría consolidando una verdadera arma jurídica colonial que pone en riesgo las reservas internacionales de unos 30 países, que ingenuamente confiaron en Reino Unido para resguardar sus recursos soberanos.

    Venezuela figura entre los países que menos vacunas ha aplicado en toda la región por las dificultades para acceder a los recursos necesarios, entre otros, debido a las sanciones impuestas sobre el país. Sin embargo, de concretarse la decisión del alto tribunal británico, el país sudamericano no podrá hacer uso de sus reservas, lo que develaría la insensibilidad de las instituciones británicas más allá de las ‘dudas’ que puedan tener sobre su utilización por parte del Gobierno de Maduro.

    La narrativa, de ahora en adelante, de generarse esta jurisprudencia, será más o menos así. Desde una mirada colonial, las instituciones inglesas le dicen a otros países que han confiado sus reservas en los bancos ingleses: ‘Tú no tienes seguridad para preservar tu oro, me pagas a mí para guardártelo, pero si en algún momento la Administración británica de turno considera ilegítimo tu gobierno, entonces el banco se reserva el derecho de impedir su devolución por un tiempo indefinido, e incluso, posiblemente entregárselo a un gobierno reconocido por las autoridades inglesas aunque no tenga ningún poder sobre el territorio, ni la población, ni una sede conocida’.

    Es este el caso del ‘interinato’ de Guaidó, al cual la Unión Europea (UE) le ha retirado su reconocimiento como gobierno y le ha bajado su estatus de presidente a ‘líder opositor’. La ONU tampoco le reconoce. A pesar de esto, el haber sido reconocido por el Gobierno británico parece tener la suficiente categoría legal como para impedir devolver las reservas al Banco Central de Venezuela.

    El mismo riesgo lo tendrán de ahora en adelante países de la región como México, Argentina, Bolivia, Colombia y Perú, que tienen reservas de oro en bancos ingleses.

    La operación es muy sencilla, el Gobierno británico desconoce a la autoridad que puso el oro en las bóvedas del Banco de Inglaterra, reconoce un presidente diferente y, acto seguido, el organismo decide guardarlo en ‘custodia’ por un tiempo indefinido.

    Hoy, las reservas de unos 30 países que tienen su oro en el Banco de Inglaterra están en riesgo. El Gobierno británico tiene ahora el poder sobre ellos y un fuerte peso para presionar en una dirección u otra las decisiones de esas naciones, so pena de perder sus recursos soberanos.

    Esta decisión no solo crearía una jurisprudencia colonial peligrosa, sino que también incentivaría las aventuras de ‘gobiernos paralelos’ sin mayor poder que el dinero al que podrían acceder en algún banco europeo.

    Podríamos ejemplificar imaginando que en el supuesto negado de que Keiko Fujimori decida autoproclamarse presidenta y el Gobierno británico la reconociera, entonces las 34,7 toneladas de oro de reservas en el exterior del Banco Central de Reserva del Perú estarían en franco riesgo de ‘perderse’ en las bóvedas inglesas o de ser utilizadas por un hipotético Gobierno de Fujimori en el exilio.

    De haberse producido antes una sentencia de este tipo, dictaduras como la de Jeanine Añez en Bolivia quizá hubieran preferido trasladar su gobierno de facto hacia el ‘exilio’ para intentar cobrar o gestionar el dinero del pueblo boliviano, siendo Bolivia un país que también tiene reservas de oro en bancos extranjeros.

    Estos hipotéticos escenarios, difícilmente creíbles, sirven para contemplar que esta decisión no solo crearía una jurisprudencia colonial peligrosa, sino que también incentivaría las aventuras de ‘gobiernos paralelos’ sin mayor poder que el dinero al que podrían acceder en algún banco europeo. Aunque también, esta decisión puede estimular a los países en cuestión a ir pidiendo una devolución paulatina de sus reservas, por miedo a situaciones similares.

    Es posible que todo el movimiento anticolonial inglés, que irrumpió con fuerza durante el año pasado, desconozca los mecanismos coloniales que a día de hoy se incentivan desde Londres, a escasas cuadras de donde se tumbaron estatuas de esclavistas y colonizadores.

     
  • mesmontse 2:56 pm el 27 April, 2021 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: Venezuela   

    VENEZUELA: Un ejército de obreros voluntarios recupera las fábricas paralizadas por las sanciones 

    Venezuela está reconstruyendo su base industrial con un voluntariado obrero

    Ejército Productivo Obrero


    Una organización de 2.270 trabajadores voluntarios está ayudando a Venezuela a impulsar su capacidad industrial, devastada por años de sanciones económicas estadounidenses.


    LEONARDO FLORES / NEWSCLICK


    «No sólo reparamos máquinas; reparamos conciencias ”, dice Sergio Requena del Ejército Productivo Obrero (EPO) en Venezuela. El EPO es un grupo de 2270 voluntarios con una amplia gama de conocimientos técnicos. Van de fábrica en fábrica reparando maquinaria rota. Su misión es recuperar la producción industrial de Venezuela empoderando a los trabajadores para que tomen cartas en el asunto.

    La capacidad productiva de Venezuela ha disminuido vertiginosamente debido a las sanciones de Estados Unidos. El país se ve impedido de acceder al sistema financiero internacional, lo que provoca una caída de la inversión. Incluso importar repuestos o equipos industriales es casi imposible. Como resultado de esto, las fábricas tienen problemas para realizar el mantenimiento y las reparaciones habituales.

    En 2016, Requena y otros fueron invitados a ayudar a La Gaviota, una planta de harina de pescado y enlatadora de sardinas que quedó paralizada debido a un horno roto. Viajaron 500 kilómetros, pasaron cinco días durmiendo y trabajando dentro de la fábrica, y repararon con éxito no sólo el horno, sino también otras cinco piezas de maquinaria dañadas. Tras su visita, la fábrica pasó de producir nada a producir 260 toneladas de harina de pescado.

    Esto puede parecer un pequeño logro, pero es estratégicamente importante, con un poderoso simbolismo. La harina de pescado se usa en la alimentación animal, y cuando se detuvo la producción de La Gaviota, fue reemplazada por importaciones de harina de soja más caras pagadas en dólares.

    Las sanciones de Estados Unidos han provocado que las ganancias en moneda extranjera de Venezuela caigan en un 99%. El impacto de estas sanciones va mucho más allá de la mera economía; han tenido un “efecto devastador en toda la población de Venezuela”, según un informe de un relator especial de Naciones Unidas.

    “El mayor impacto que han tenido las sanciones en mi vida [y la de mi familia] es la destrucción de la normalidad, de nuestra realidad cotidiana, de la rutina que teníamos como familia”, explica Requena. Describe haber pasado días haciendo cola para comprar gasolina en 2019. Gran parte de la familia de su esposa ha abandonado el país en busca de mejores oportunidades. “Esto ha sido causado por las sanciones”, agrega.

    El EPO se organizó formalmente después de la experiencia en La Gaviota, pero sus raíces se remontan más atrás. Entre 2008 y 2014, los trabajadores tomaron el control de tres empresas en el remoto Estado de Bolívar, donde se encuentra gran parte de la capacidad de fabricación de Venezuela. Estas plantas dejaron de producir cuando los propietarios comenzaron a desinvertir y planearon liquidar activos y realizar despidos masivos. En respuesta, los trabajadores ocuparon las fábricas, reiniciaron la producción y finalmente se les otorgó el reconocimiento legal como empresas administradas por los trabajadores después de prolongadas batallas judiciales.

    Habiendo salido victoriosos de esta lucha, Requena y otros de estas tres empresas buscaron cómo ayudar a los trabajadores de todo el país a hacer lo mismo. Considera que el trabajo que está realizando el EPO es un paso para contrarrestar el impacto de lo que él identifica como una guerra híbrida liderada por Estados Unidos contra Venezuela con el objetivo de desestabilizar el Estado y polarizar la sociedad.

    “El papel del EPO en esta guerra híbrida es contribuir a organizar al pueblo venezolano para neutralizar estos intentos de desestabilización del Estado y fortalecer la infraestructura productiva de las comunas”, dice. Son estratégicos en sus esfuerzos y han priorizado tres sectores para trabajar: producción de alimentos, distribución de gas natural y refinación de hidrocarburos.

    Hasta la fecha, el EPO ha llevado a cabo 14 de lo que denominan “batallas productivas”, que es “una intervención directa en el proceso productivo de una unidad de trabajo paralizada o semiparalizada por equipos de trabajadores”. Nueve de los 14 han estado en sus sectores prioritarios. Esto incluye el Complejo de Refinería de Paraguaná, el tercer complejo de refinería de petróleo más grande del mundo, donde ayudó a aumentar la capacidad de procesamiento de aditivos de petróleo crudo y gasolina. Otra empresa es Nutrivida, que produce una bebida para niños fortificada con vitaminas y minerales. Esta bebida se proporciona a un plan de alimentación escolar administrado por el gobierno que alimenta a 4,6 millones de niños. “Estos sectores están íntimamente ligados a [asegurar] el bienestar de los venezolanos, y eso es lo que la guerra híbrida está tratando de romper”, explica Requena.

    Destaca también el trabajo realizado en El Maizal, una de las comunas más grandes de Venezuela, donde 3.200 familias participan en democracia directa para tomar decisiones sobre su comunidad y sus negocios. Esto incluye la granja industrial controlada por trabajadores más grande del país. Allí, el EPO instaló congeladores para almacenar carne de cerdo y aumentó la capacidad de la granja para plantar y cosechar.

    “Si ellos [Estados Unidos] quieren fragmentar nuestras industrias, debemos fortalecerlas. Si no nos dejan importar, debemos producir aquí, crear aquí, diseñar aquí, fabricar aquí ”, apunta Requena. Está convencido de que las sanciones y amenazas de Estados Unidos continuarán, al tiempo que expresa confianza en que el pueblo venezolano pueda superar las dificultades que enfrenta.

    Para él, la mayor victoria en La Gaviota no fue el reinicio de la producción, sino el impacto en los trabajadores de la empresa. “La gente se ha sentido conmovida por sus experiencias con nosotros porque entienden que la sociedad se puede transformar”, señala. Después de dos años de presentarse a trabajar y no poder producir, los trabajadores de La Gaviota estaban desmoralizados y escépticos con Requena y sus compañeros. Al tercer día, después de ver todo lo que se hacía a través de la autogestión y a pesar de los escasos recursos, los trabajadores comenzaron a compartir la visión del EPO de ganar las “batallas productivas” en Venezuela. Una vez que el EPO reparó el equipo de harina de pescado, los trabajadores se encargaron de reparar la picadora de sardinas y la máquina enlatadora.

    A medida que continúe la guerra híbrida contra Venezuela, dependerá de la gente común, trabajando en conjunto, mitigar sus peores impactos.

     
  • mesmontse 12:57 pm el 19 January, 2021 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , Venezuela   

    VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA: Participación de las masas o dependencia del capitalismo local emergente 

    Cómo la izquierda llegó a donde está en Venezuela y qué hacer al respecto

    CHRIS GILBERT / COUNTERPUNCH

    Chris Gilbert es profesor de ciencias políticas en la Universidad Bolivariana de Venezuela.

    Al final de la presidencia de Hugo Chávez, había llegado a existir un vago contrato social en Venezuela. No fue diferente al contrato social que sostuvo el socialismo real durante muchas décadas, como lo describe Michael Lebowitz en su libro Contradictions of Real Socialism. Ambas situaciones involucraron a una vanguardia que garantizaba un cierto nivel de bienestar a las masas a cambio de su apoyo pasivo. Es importante destacar que lo que ofrecieron las masas a cambio de recibir bienestar material y dignidad, fue apoyo al gobierno, pero no participación.

    Si bien la participación había sido un principio central del Proceso Bolivariano consagrado en la Constitución venezolana de 1999, fue gradualmente marginada a medida que se acercaba el final de la primera década del siglo XXI.

    La historia del aplazamiento de la participación en el proceso revolucionario de Venezuela es un proceso poco examinado y poco entendido. Sin embargo, es de vital importancia. Fue en su mayor parte obra de cuadros medios, en la medida en que desmantelaron sistemáticamente las estructuras orgánicas y de base del movimiento bolivariano y del partido PSUV para proteger su propio poder. Esta batalla contra las estructuras orgánicas fue un proceso gradual e iterativo. En efecto, durante las distintas campañas electorales se fueron configurando estructuras orgánicas de poder popular, incluidos los círculos bolivarianos formados antes de la elección de Chávez, los grupos de 10 miembros que operaron en el período previo al referéndum de 2004 y los “batallones” del partido formados en 2007. Desafortunadamente, después de que cada una de estas estructuras organizativas logró sus metas a corto plazo, los cuadros del partido las disolvieron, bloqueando así la formación de expresiones de base del poder popular, sólo para inventar otras nuevas cuando surgieron diferentes tareas.

    El efecto general de este proceso iterativo fue erosionar y eventualmente derrotar al poder popular, que regresaba más débil después de cada ola de desmovilización. Como resultado, finalmente se consolidó el contrato social tácito antes mencionado, que implicó un apoyo pasivo al gobierno en las elecciones a cambio de bienestar material. El proyecto que sustentaba este arreglo se denominó “socialista”, pero de hecho tenía poco que ver con los objetivos socialistas reales. Esto se debe a que un proyecto socialista, para ser significativo y duradero, debe girar en torno al protagonismo popular y la promoción del desarrollo humano pleno.

    Un caso claro que demuestra el carácter de este quid pro quo falsamente “socialista” consolidado al final de la primera década del Proceso Bolivariano fue la muy celebrada Gran Misión Vivienda Venezuela. Esta fue la última gran empresa de Chávez que logró resultados concretos. Fue un proyecto de vivienda gigante que proporcionó más de 2.5 millones de casas a los venezolanos necesitados. Sin embargo, lo hizo sin ninguna participación o empoderamiento de las masas. Los beneficiarios recibieron las llaves de su casa en eventos públicos, pero no participaron en la conceptualización y planificación, ni en la realización del proyecto.

    Esta, entonces, fue la situación y la base del poder que Maduro heredó cuando fue elegido presidente en 2013. Sin embargo, rápidamente resultó imposible de sostener. La caída de los precios del petróleo en 2014, la intensificación de los ataques financieros contra el país y las sanciones estadounidenses y europeas que comenzaron en 2015 hicieron que las disposiciones del gobierno a favor del bienestar popular, la mitad del contrato, fueran imposibles de sostener. Sin embargo, paradójicamente, los ataques de Estados Unidos al país, que fueron más explícitos en las crueles sanciones petroleras, también le dieron a Maduro y a su gobierno una salida. El tren del bienestar «socialista» puede haberse quedado sin combustible, con la gente cada vez más insatisfecha, pero la cobertura ofrecida por los ataques externos permitió a Maduro y su equipo buscar apoyo en otro sector. Ese era el sector formado por los miembros del movimiento, partido y aliados que querían montar empresas, iniciar y expandir el desarrollo capitalista.

    Esto es exactamente lo que procedieron a hacer Maduro y su gobierno. Incapaces de cumplir con el contrato social existente y en riesgo de perder el apoyo popular, ahora podían echar la mayor parte de la culpa a fuerzas externas por la situación económica, neutralizando así la disidencia más popular, mientras buscaban apoyo adicional y nuevo de una clase capitalista emergente.

    ¿Había alguna otra opción? La otra opción habría sido volverse hacia las masas, reinstaurar la participación popular, forjando así un nuevo contrato auténticamente socialista con las masas basado no en el aumento del bienestar material sino en la participación y el protagonismo revolucionarios. El gobierno y el partido, por supuesto, percibieron esto como riesgoso. Tal movimiento habría amenazado el poder consolidado de los cuadros medios y altos, pero también chocó contra el sentido común que tiende a invadir la burocracia venezolana, un sentido común que se deriva del pasado y se filtra desde el contexto capitalista global, haciendo funcionarios del gobierno incapaces de confiar en las capacidades y la racionalidad de las masas.

    De hecho, incluso Chávez, en la última parte de su presidencia, llegó a tener la misma aversión a los riesgos que hoy exhibe Maduro. En ninguna parte esto fue más evidente que en las políticas de Chávez hacia la vecina Colombia. En relación con Colombia, Chávez optó, a partir de 2007-2008, por impulsar un proceso de paz que culminaría con la eliminación de la guerrilla de las FARC de 50 años. En lugar de pensar en radicalizar a la guerrilla, lo que podría haberse hecho traduciendo los principios clave de participación y protagonismo popular del proceso bolivariano en un contexto diferente al que estaba acostumbrado Chávez, un contexto definido por el conflicto armado, el presidente venezolano quería la guerrilla para hacer un aterrizaje suave en la política legal. La lucha armada contra el imperialismo estadounidense es, por supuesto, un asunto de alto riesgo, pero en su deseo de eliminarlo, Chávez parecía estar proponiendo que un sello política legal podría funcionar en el país vecino. Fue absurdo. Ese modelo, que ya estaba en peligro en Venezuela en ese momento, nunca podría haber despegado ni siquiera en las condiciones polarizadas que existen en Colombia.

    La política libre de riesgos es prácticamente una contradicción en términos para la izquierda y, en el mejor de los casos, es de corta duración. Esto se debe a que la seguridad que uno adquiere es siempre una seguridad que implica una mayor dependencia de la dinámica y las fuerzas del capitalismo. En la crisis que enfrentó poco después de ingresar a la presidencia, Maduro tomó el camino de menor resistencia y buscó eliminar riesgos inclinándose hacia el desarrollo capitalista. La decisión del gobierno de reemplazar el contrato social existente por abrazar a los sectores capitalistas emergentes, un cambio que se hizo bajo la cobertura ofrecida por un brutal ataque imperialista, no es más evidente en ninguna parte que en la irónicamente nombrada Ley Antibloqueo, aprobada en octubre de 2020. Uno imaginaría que una ley anti-bloqueo consistiría en cerrar filas con el pueblo venezolano para enfrentar al enemigo externo. La ley aprobada en la Asamblea Nacional Constituyente, sin embargo, no es nada por el estilo. Traiciona su propósito real en cláusulas clave que garantizan la posibilidad de privatizar empresas públicas sin rendir cuentas al pueblo.

    Es importante señalar que la opción de seguir una política libre de riesgos, aunque sea una quimera, ni siquiera estuvo disponible para Chávez en la primera mitad de la década de su presidencia. Eso tiene que ver con el contexto geopolítico general de esa época y la falta de aliados poderosos. Cuando Chávez y la revolución bolivariana comenzaron en 1999, estaba casi solo en el mundo. Por eso, el único apoyo posible al movimiento eran las propias masas venezolanas. Fue este bloque popular, movilizado bajo el carismático liderazgo de Chávez, el que se enfrentó a un mundo dominado por Estados Unidos. Su momento de gloria fue cuando derrotó con éxito el golpe de estado respaldado por Estados Unidos en 2002 y el sabotaje petrolero que lo siguió. Sin embargo, con el ascenso de Rusia y China como importantes contrapesos del poder de Estados Unidos, apareció otra opción. Esa era la posibilidad de depender de una clase capitalista emergente localmente y buscar el apoyo internacional de estos contrapoderes, mientras se sacaba a las masas venezolanas de la mezcla.

    Analizar un desarrollo histórico con un mal resultado no tiene sentido si no se examinan los caminos no elegidos, pero posiblemente aún disponibles. En Venezuela, el contrato social que definió los últimos años de Chávez – masas pasivas que apoyan un gobierno que garantizaba el bienestar material- ya no es posible. Sin embargo, el turno del gobierno actual de buscar el apoyo de una clase capitalista emergente no es la única opción. Todavía hay vida y efervescencia en las masas venezolanas. Las prácticas de solidaridad social, los ideales igualitarios y una actitud cuestionadora hacia el liderazgo han sido parte de la cultura popular venezolana a largo plazo. Estos rasgos se fomentaron, aunque de manera contradictoria, durante la primera década del chavismo. Incluso en el pequeño comercio y el trueque, que ahora se han convertido en medios de supervivencia para los venezolanos urbanos, se encuentran, junto con el individualismo que necesariamente implica el comercio privado, prácticas de solidaridad. Las actitudes solidarias son aún más evidentes en las estrategias de supervivencia de las masas en relación con la salud, la alimentación y la vivienda.

    Otro foco clave de la solidaridad social en Venezuela es el subconjunto de comunas en funcionamiento, que continúan intentando producir bajo nuevas relaciones sociales. Estas comunas trabajadoras pueden ser relativamente pocas en número, pero son parte de un movimiento campesino de base amplia que encarna muchos de los mismos valores. El truco estaría en encontrar formas de potenciar todas estas prácticas de solidaridad social, que representan la verdadera lógica del socialismo, junto con el desarrollo de los medios para traducir la solidaridad y cooperación populares en participación política activa. Reactivando la participación – el camino no tomado por el proceso bolivariano durante la última década – marcaría un cambio importante y revolucionario hacia el socialismo auténtico, que tendría más que ver con la libertad y el desarrollo humanos y menos con el mero bienestar material distribuido a las masas pasivas. Esto último (el bienestar material de las masas) ni siquiera es una posibilidad bajo ningún régimen imaginable en Venezuela en el futuro cercano.

    Conclusión: si el peso de estas prácticas y formas organizativas solidarias pudiera crecer en la sociedad y empujar hacia la expresión política, presionaría a la dirección para que rectifique abandonando su giro hacia los sectores capitalistas emergentes. Todo esto implicaría graves riesgos. Sin embargo, el camino hacia el socialismo y la liberación humana es inconcebible sin esfuerzos arriesgados como la lucha armada que tuvo lugar en la Sierra Maestra de Cuba y el levantamiento del 4 de febrero en Venezuela, ninguno de los cuales tenía especialmente buenas probabilidades de éxito.

     
  • mesmontse 12:42 am el 27 December, 2020 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: Venezuela   

    HUGO CHÁVEZ Y MAO: La comuna popular como camino al socialismo 

    Hugo Chávez y el maoísmo: una conversación con Chris Gilbert


    CIRA PASCUAL MARQUINA / COUNTERPUNCH

    Entrevista a Chris Gilbert, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Bolivariana de Venezuela, creador y coanfitrión de Escuela de Cuadros, un programa educativo marxista transmitido en la televisión pública venezolana, y participante del colectivo Seminario de Economía Crítica Taifa fundado en Barcelona (Cataluña) en 1994. Gilbert es autor de numerosos artículos y coautor del libro Venezuela, el presente como lucha, publicado recientemente.

    La experiencia revolucionaria china en general, y el pensamiento de Mao Zedong en particular, tuvieron un impacto global. ¿Qué nos puedes contar de su influencia en Venezuela?

    Bueno, lo primero que hay que decir es que en Venezuela el maoísmo no jugó un papel importante en ningún sentido directo, por una cuestión de tiempo y geografía. En primer lugar, la influencia de la Revolución Cubana fue tan importante en toda la región que tendió a eclipsar todo lo demás. Luego, cuando el maoísmo se puso de moda, capturando la imaginación de muchos izquierdistas europeos a finales de los 60 y después, influyó en la gente de la izquierda venezolana, pero para entonces la lucha revolucionaria ya comenzaba a ceder.
    Eso, por supuesto, no impidió que algunos revolucionarios venezolanos tuvieran al maoísmo como una especie de referencia teórica, y es importante señalar que el Che Guevara, quien obviamente fue muy influyente en toda América Latina, simpatizaba con muchas ideas maoístas.

    Entonces, ¿diría usted que, si hay un terreno común entre el maoísmo y el chavismo, es más una cuestión de evolución paralela?

    Ciertamente, y uno de los paralelismos más fascinantes proviene de Simón Bolívar [líder clave de la independencia de Venezuela] y su actitud hacia el ejército. Bolívar, como Mao, creía que su ejército revolucionario era una importante fuerza democrática y popular. Cuando la gente criticó a Bolívar por depender de su ejército en política, atacándolo desde una posición liberal, Bolívar respondió: el ejército es el pueblo que realmente puede hacer cosas. La frase de Bolívar también se podría traducir: el ejército es el pueblo con poder. Para Bolívar, el ejército revolucionario era parte del pueblo (es la idea de Mao que: “El pueblo es como el agua y el ejército como un pez”), y era una fuerza democratizadora. Eso era cierto en ese momento y, al parecer, la relación entre ejército y pueblo se convirtió en uno de los factores clave en la revolución que sucedió en Venezuela dos siglos después.

    Eso nos lleva a Hugo Chávez y al Proceso Bolivariano. ¿Qué nos puede decir sobre Chávez, sus aliados chinos y Mao Zedong?

    Hay anécdotas interesantes sobre Chávez y Mao. Chávez estableció estrechas relaciones con China, a la que llamó un «aliado estratégico». Como todos los que lo observaron sabían, Chávez era una persona habilidosa política y socialmente. Solía ​​hacer sentir incómodos a los líderes chinos, porque mencionaba a Mao cuando estaba con ellos, citando el Pequeño Libro Rojo. Trataba a Mao como trataba a Bolívar, es decir, como a alguien que está vivo y entre nosotros. Pero eso no era lo que los líderes chinos querían escuchar. Preferían a Mao como algo más distante y estático, más como un icono, porque, por supuesto, la mayoría de ellos eran capitalistas. Creo que a Chávez, que socialmente era muy sofisticado, le gustaba incomodarlos. ¡Él sabía lo que estaba haciendo!

    Pero más allá de las anécdotas, ¿existía una relación sustancial entre la práctica y la teoría del chavismo, por un lado, y las del maoísmo, por el otro?

    Había una relación muy importante entre la concepción de Chávez de la transición al socialismo y algunas ideas maoístas clave. Cuando Chávez decidió que la comuna era el camino al socialismo, comenzó a promover la lectura de Dentro de una comuna popular: Informe desde Chiliying , el libro de Chu Li y Tien Chieh-yun.

    De hecho, en su último discurso sustancial, el denominado “Golpe de timón” [2012], Chávez criticó a sus ministros por no haber leído el libro, que había publicado como panfleto y del que leía secciones en la televisión nacional.

    Chávez pensó que la experiencia de las comunas chinas, que fue un importante legado maoísta iniciado en el Gran Salto Adelante, contenía muchas lecciones importantes para las comunas venezolanas. De hecho, vio a estas últimas como los pilares básicos del socialismo en Venezuela.

    En su discurso de “Golpe de timón”, Chávez en realidad se comportó un poco como Mao. Cuando atacó a los ministros y los criticó públicamente, fue como cuando Mao dijo al comienzo de la Gran Revolución Cultural que ¡la sede del partido debería ser bombardeada!

    ¡Exactamente! Y eso nos lleva a la relación más importante, aunque un tanto difícil de entender, entre el chavismo y el maoísmo: surge a través de la Gran Revolución Cultural, pero no directamente (y por eso es un poco complicada). Lo cierto es que existe un extraordinario paralelismo entre las ideas de István Mészáros (Hungría, 1930 -Londres, 2017) quien fue el pensador marxista más importante de Chávez, y el proyecto de Mao en la Revolución Cultural, aunque hasta donde yo sé, Mészáros no dijo mucho al respecto sobre ese aspecto de la experiencia revolucionaria china.

    Por lo tanto, también aquí hay una evolución paralela

    Sí, precisamente eso, y es un punto importante. La coincidencia entre el pensamiento de Mészáros y el proyecto de la Revolución Cultural China [1966-1976], muestra cómo las ideas clave del socialismo son parte de un legado universal porque responden a los mismos problemas y desafíos (es decir, los problemas de superación del capitalismo, que es un sistema mundial). Mao y Mészáros enfrentaron los mismos problemas del socialismo real aproximadamente al mismo tiempo. El problema central era la persistencia de la lógica del capital, lo que los maoístas llamaban prácticas burguesas y tendencias capitalistas (a pesar del hecho de que la burguesía había sido derrotada y eliminada en China).

    Así como los maoístas buscaron, durante la Revolución Cultural, erradicar estas prácticas burguesas que persistieron en la burocracia, el partido y la gestión en China, Mészáros argumentó en su libro Más allá del capital [1995] que aunque una sociedad ya no sea capitalista , podría regirse por la lógica del capital. Esta última, la lógica del capital, es metabólica e impregna todos los espacios de la sociedad. En su lugar, habría que construir una democracia sustantiva, que erradicara o aboliera la lógica jerárquica del capital (con su insidiosa división del trabajo). Ese es exactamente el proyecto de la Revolución Cultural China y es lo que Chávez, siguiendo a Mészáros, quería hacer en Venezuela usando la comuna.

    Escuche esta cita del gran maoísta francés Charles Bettelheim: “La experiencia soviética confirma que lo más difícil no es el derrocamiento de las antiguas clases dominantes: la tarea más difícil es, primero, destruir las antiguas relaciones sociales, sobre las cuales en un sistema se puede reconstituir una explotación similar a la supuestamente derrocada para siempre, y luego evitar que estas relaciones se reconstituyan sobre la base de aquellos elementos de lo antiguo que aún permanecen presentes durante mucho tiempo en la nueva formación social ”. Bettelheim escribió esto en 1974, pero es precisamente el tipo de problema que Mészáros abordó en su trabajo de la década de 1990, lo que inspiraría tan profundamente a Chávez.

    Todo esto es muy interesante, pero las comunas en Venezuela están hoy bastante asediadas. A menudo se encuentran en contradicción con el gobierno

    Bueno, ¡parece que la historia se repite! Sí, los capitalistas han tomado la delantera en Venezuela tal como lo hicieron en China. Eso, sin embargo, no impide que la defensa de Chávez de la comuna (dijo: ¡Comuna o nada!) y las ideas clave de la Revolución Cultural China sean un ejemplo brillante, y también práctico. Es decir, no son meras ideas utópicas, sino la única forma de construir el socialismo. Porque sólo erradicando la lógica del capital en todos los espacios, especialmente pero no sólo en los espacios de producción, podemos lograr el socialismo. Por el contrario, son las otras propuestas, el estancamiento, por ejemplo, las que equivalen a construir castillos en el aire.

    ¿Algo más sobre el chavismo y el maoísmo?

    Sí, ambos legados han sufrido un destino similar. Por supuesto, la izquierda de todo el mundo está en mal estado en general y no ha reflexionado sobre sus herencias más importantes. Pero en el caso del chavismo y el maoísmo, hay un problema adicional, que es el eurocentrismo. El eurocentrismo es enemigo de la ciencia revolucionaria, al llevar a la gente a pasar por alto las contribuciones universales que con frecuencia surgen en la periferia del sistema mundial. Es importante reconocer que Europa (y el Norte global en general) no siempre ha sido así … ¡o todavía estarían haciendo matemáticas sin el cero!

    Pero el desarrollo del pensamiento revolucionario a menudo se ha visto afectado por su incapacidad para incorporar ideas clave que provienen de fuera del centro. Tal es el caso del énfasis de Mao en la continuación de la lucha de clases después de la revolución, el énfasis maoísta en la participación política de las masas y la forma de lidiar con las contradicciones en el movimiento. En el caso del chavismo, en cuanto a sus aportes universales, señalaría la relación dialéctica entre Estado y poder popular, pero sobre todo el énfasis en la democracia sustantiva como piedra angular del socialismo.

     
  • mesmontse 7:40 pm el 12 August, 2020 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: , , Venezuela   

    VENEZUELA – COVID-19: Colombia retorna venezolanos infectados por pasos fronterizos ilegales 

    La Comisión Presidencial para el Control y la Prevención de Covid-19 de Venezuela informó que entre el 9 de mayo y el 9 de junio, del total de los casos registrados, casi el 74 % fueron importados, principalmente de Colombia, por las localidades fronterizas de Táchira y de Apure. A principios de junio, ya habían retornado a Venezuela 56.276 ciudadanos, de los cuales 1.758 ingresaron contagiados. Fuera de los estados fronterizos, el COVID-19 casi ha sido contenido, con una transmisión comunitaria baja. En Venezuela, 25.805 personas han contraído COVID-19, de las cuáles 223 han muerto.

    Las zonas fronterizas de Venezuela han sido asaltadas por el COVID-19

    Venezuela inicia maniobras militares en la frontera con Colombia ...

    V. PRASHAD; E. VILORIA DABOÍN. A. MALDONADO; ZOE PC/ MR ONLINE

    Como parte de la ofensiva del gobierno de Estados Unidos y el Grupo de Lima para derrocar al gobierno venezolano liderado por el presidente Nicolás Maduro, los países vecinos de Venezuela comenzaron a recibir migrantes para demostrar que el gobierno de Caracas había fracasado. Pero cuando miles de venezolanos cruzaron la frontera en estos cuatro puntos — Apure, Bolívar, Táchira y Zulia — se encontraron tratados en esos países como ciudadanos de segunda clase. Antes de la pandemia, muchos de ellos luchaban contra el trabajo informal y la falta de vivienda; y cuando el COVID-19 golpeó a América del Sur  y los gobiernos de Brasil, Colombia, Ecuador y Perú no lograron contener  la propagación de la enfermedad, los migrantes se encontraron sin protección social y sin acceso a la salud pública. Muchos se infectaron porque la transmisión comunitaria elevó la curva de las infecciones. Al no poder recibir tratamiento en sus nuevos hogares, estos venezolanos comenzaron a regresar a casa, ayudados por paramilitares colombianos y grupos mafiosos (trochas).

    Los contrabandistas, que tienen experiencia en narcotráfico y operaciones paramilitares, han utilizado teleféricos y camiones para evitar los controles fronterizos oficiales, trayendo así a venezolanos infectados con el virus del  COVID-19 al país sin permitirles ser debidamente examinados.

    El gobierno venezolano da la bienvenida a sus ciudadanos, pero solo a través de un cribado epidemiológico adecuado. Freddy Bernal, representante del gobierno en Táchira, dijo que el estado venezolano ha estado tratando de prevenir la entrada ilegal de venezolanos hacia Venezuela.

    Las cifras de contagiados por coronavirus en los países que rodean a Venezuela son altísimas: Brasil (3 millones), Perú (478.000), Colombia (387.000) y Ecuador (94.000). Venezuela, en tanto, tiene sólo 25.000 casos. (N.de la E. las cifras de casos ha sido actualizadas al día de publicación de esta nota).

     La razón por la que las cifras generales de Venezuela son bajas es que el gobierno ha seguido las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y ha empleado métodos probados para romper la cadena de contagios que los funcionarios gubernamentales han aprendido de los trabajadores de la salud y los expertos médicos en China, Cuba, Irán y Rusia.

    De los casos en Venezuela, la mayor parte se encuentran en los estados fronterizos y lo más  probable es que la transmisión comunitaria se deba a las personas que han cruzado al país desde los países vecinos sin control. Fuera de los estados fronterizos, el COVID-19 casi ha sido contenido, con una transmisión comunitaria baja y con el sistema de atención médica trabajando arduamente para curar a los infectados.

    Maltrato a venezolanos en Colombia y Ecuador

    El 21 de mayo, el presidente Maduro acusó a Iván Duque de Colombia de negligencia en el trato de su gobierno a los migrantes venezolanos. Maduro dijo que Colombia estaba enviando a migrantes venezolanos de regreso a Venezuela en autobuses sin desinfectar, y en los autobuses, no pudieron guardar el distanciamiento físico necesario para evitar el contagio.

    En el puente de Rumichaca que une Ecuador con Colombia, la policía colombiana lanzó gases lacrimógenos contra ciudadanos colombianos y venezolanos mientras intentaban regresar a sus países de origen y escapar de la pandemia desenfrenada en Ecuador. Al no poder conseguir boletos de autobús de Ecuador a Venezuela, los migrantes venezolanos se vieron obligados a reunirse en grandes grupos y caminar, durmiendo en la calle en cada punto del trayecto, exponiéndose al contagio. Ninguno de los gobiernos vecinos de Venezuela ofreció ni una simple medida para que los migrantes regresaran a casa.

    En cambio, los políticos en Colombia que están comprometidos con el cambio de régimen en Venezuela comenzaron a argumentar que era el gobierno de Caracas el que repatriaría a sus propios ciudadanos.  Carlos Valero, congresista del partido Un Nuevo Tiempo (UNT) -quien dice en su biografía de Twitter que está “trabajando para los migrantes venezolanos”-  tuiteó que “los venezolanos se encuentran en estas condiciones inhumanas en lugares públicos de Cúcuta, Colombia, después de no poder ingresar a Venezuela ”porque la frontera venezolana había sido cerrada. Esto se produjo después de que el gobierno colombiano impidiera en el puente Rumichaca regresar a casa desde Ecuador a sus propios ciudadanos; y fue durante un período en el que el gobierno venezolano recibió a miles de sus ciudadanos; mientras que Colombia permitió a la extrema derecha jugar a la guerra híbrida de Estados Unidos contra Venezuela.

    Estados Unidos ha utilizado intencionalmente de forma equívoca el concepto de “crisis humanitaria” y “crisis migratoria” como excusas para impulsar el cambio de régimen en Venezuela. Los políticos y los medios de comunicación apenas mencionan el sufrimiento creado por las sanciones unilaterales de EEUU que llevaron a los venezolanos a abandonar su país en primer lugar, ni el maltrato a los migrantes venezolanos en los países vecinos. Tampoco se presta atención al hecho de que la mayoría de los venezolanos que abandonaron el país han regresado a sus hogares o lo han intentado.

    Política de Venezuela en la frontera

    En lugar de negar el regreso de los venezolanos a su país, el gobierno venezolano del Partido Socialista Unido de Venezuela, una variedad de movimientos sociales (como la Red Popular de Ayuda Solidaria), organizadores comunitarios y varias misiones sociales se movilizaron en la frontera para recibir a los migrantes y hacerles pruebas de coronavirus. Se crearon puestos de control epidemiológico a lo largo de la frontera para proteger al país de la infección; los que dieron positivo fueron enviados a centros de salud para recibir tratamiento y estar en cuarentena durante dos semanas.

    En el estado de Apure, 300 trabajadores médicos venezolanos y 100 cubanos crearon 23 Puntos de Atención Social Integral (PASI) para realizar estas pruebas de diagnóstico y asegurar que los venezolanos infectados no transmitan el COVID-19 a la población general. En este estado, hay alrededor de 3.400 personas en estos PASI, donde se les ofrece alojamiento y comida gratis. Estos puestos han estado en funcionamiento durante más de 100 días y han procesado al menos 14.000 migrantes. Los pacientes infectados se tratan con cloroquina e interferón.

    La tasa de infección de Venezuela sigue siendo baja, a pesar de las sanciones unilaterales de EEUU  que le han negado al país el derecho a importar medicamentos y pruebas para la población. Además de eso, los países vecinos de Venezuela han negado los derechos humanos básicos a los venezolanos expatriados y los han enviado, con poca consideración por su seguridad o por la salud pública, durante una pandemia, de regreso a su país de origen.

    Autores

    Vijay Prashad es historiador, editor y periodista de India. Es corresponsal del Independent Media Institute; editor de LeftWord Books y director del  Institute for Social Research Tricontinetal. Es autor de una veintena de obras. Escribe para Frontline, the Hindu, Newsclick, AlterNet y BirGün.

    Eduardo Viloria Daboín es documentalista, fotógrafo y escritor. Es el oficial nacional de comunicaciones del Movimiento Campesino Venezolano Bolívar -Corriente Revolucionaria de Zamora (CRBZ).

    Ana Maldonado es del  Frente Francisco de Miranda (Venezuela).

    Zoe PC es periodista de Peoples Dispatch, informa sobre migraciones en Latinoamérica. Está asociada al Congreso de los Pueblos en Colombia.

     
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