TERREMOTO EN TURQUÍA – ARMAS TECTÓNICAS: Los generadores de terremotos se desarrollaron en los años 70, señalan científicos rusos
ACTUALIZACIÓN 16/02/2023.– Hasta ahora ha habido 3.858 réplicas después del sismo del 6 de febrero, según han señalado las autoridades turcas del Ministerio del Interior, que destacan que están haciendo frente a «una situación inusual». Los funcionarios turcos también han informado que 50.576 edificios se derrumbaron, o sufrieron daños tan graves que deben ser demolidos con urgencia; otros 11.114 edificios han sufrido daños moderados y 99.300 han sufrido daños leves.
Los medios occidentales han reaccionado con rapidez para descalificar las sospechas del público sobre el origen artificial del terremoto, que progresan a ritmo acelerado por internet, especialmente en EEUU.
Los científicos rusos que afirman que en los años 70 empezó a desarrollarse la tecnología para causar terremotos, no especifican en qué Estado. Se puede entender perfectamente que bien podría haber sido la URSS, y si lo estaban desarrollando unos, los otros -EEUU- también. Así era la Guerra Fría.
A finales de la década de los 60 ya se hablaba de armas que pudiesen alterar la geografía o el clima a cuyo desarrollo aspiraban EEUU y la URSS para arruinarse mutuamente. Eran noticias en medios de prensa generalista. No me lo han contado: lo leí y seguramente habrá quien lo recordará. La más sonada de aquellas noticias fue la acusación de los estadounidenses a la URSS, de tener un proyecto militar para intentar «convertir a las grandes praderas de norteamérica en un desierto helado y a Siberia en un vergel» (cincuenta años después, el cambio climático está convirtiendo a Siberia en una pradera a pasos acelerados, sin necesidad de armas climáticas, por ironías de la vida). Según los estadounidenses, la URSS lo haría con una tecnología implementada desde el espacio.
A quienes crecimos en la Guerra Fría, no pueden más que hacernos reír -o preocupar, por la inmensa ignorancia, ingenuidad e infantilismo de la sociedad actual- los esfuerzos que están haciendo los medios corporativos ahora por desacreditar las sospechas sobre un origen no natural del terremoto en Turquía y Siria.
Con titulares como «No existen armas tectónicas» un medio español escribe que «un rastreo en el buscador de patentes de Google tampoco conduce a ningún registro legal de un instrumento de este tipo». ¿Qué coeficiente intelectual tendrá quien supone que los Estados registran en un registro de patentes -y que además cualquiera va a poder encontrar en Google- armas secretas de este tipo? Dicho medio español también ha consultado a sismólogos europeos que «niegan que se haya inventado una tecnología para provocar sismos deliberadamente», pero lo único que indican esas declaraciones es que en las facultades europeas no enseñan a fabricar esos dispositivos, lo cual no quiere decir que no existan. En cambio, los científicos de universidades rusas que se llaman precisamente de «Ciencias Militares», parecen saber de qué están hablando.
Armas tectónicas: Científicos rusos buscan el rastro de un generador MGD en el terremoto de Turquía

FUENTE KAZAKHSTAN TODAY
El terremoto en Turquía sacudió a la mitad del mundo. Los científicos están alarmados por las condiciones y características poco comunes del desastre. La corteza de repente estalló con el ímpetu más fuerte de 7.8 puntos y una segunda réplica de 6.6 puntos a los 11 minutos. Y luego, después de 9 horas, hubo una nueva réplica de 7.5 puntos. El eco en los medidores sísmicos se sintió en más de 10 países. Ha llegado incluso a Kazajstán: el 7 de febrero, se produjo un terremoto de 3.4 puntos allí. Y también en EEUU, con epicentro en la ciudad de Búfalo (Estado de Nueva York) tuvo lugar el terremoto más fuerte en 40 años. [N. de la E.:el temblor se sintió en un radio de al menos 48 kilómetros, incluso en las Cataratas del Niágara, a unos 32 km al norte del epicentro; en Canadá, el temblor tuvo una magnitud de 4.2 y se sintió levemente en el sur de Ontario. El Servicio Geológico de Estados Unidos se apresuró a afirmar inmediatamente que no tenía ninguna relación con el terremoto de Turquía].
¿Qué está sucediendo? ¿Cómo han colapsado tantas casas si la mayoría de los edificios en las ciudades turcas son nuevos? [N. de la E.: por si alguien se hacía esta pregunta en Occidente, los medios hegémonicos hallaron una respuesta: raudos y veloces afirmaron que el gobierno turco permite pagar un impuesto para librarse de cumplir con la normativa legal en la construcción de edificios, y hasta dieron la suma que supuestamente ya ha recaudado el gobierno de Turquía con este peculiar impuesto: 4 mil millones de dólares].
El doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas Alexei Zavyalov está seguro de que el terremoto en Turquía fue el resultado de la interacción de cuatro placas tectónicas: Africana, Euro-asiática, Árabe, Indostánica -también llamada placa Índica- y la falla de Anatolia. Estas formaciones se mueven entre sí y crean tensión en las profundidades de la corteza terrestre, que se descarga en choques. El terremoto actual ocurrió en la rama oriental de la falla de Anatolia. Esta rama no ha dado terremotos fuertes durante 130-150 años.
El terremoto por arma tectónica en Turquía, que tuvo un compañero incómodo en Occidente, ocurrió muy a tiempo y pasó por las provincias con la situación étnica más difícil. Seguramente distraerá a Turquía de los problemas de política exterior durante mucho tiempo. Todo esto sucede poco antes de las elecciones presidenciales.
En la víspera del desastre en Turquía, las misiones diplomáticas de Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Holanda y Suecia anunciaron su cierre. Oficialmente, explicaron este acto por la «amenaza de ataques terroristas». El periodista iraní Hayala Muazzin dio por seguro el hecho de que se usaron armas tectónicas contra Turquía. Muazzin señaló que el desastre ocurrió casi inmediatamente después de que el ministro de Asuntos Internos de Turquía, Suleiman, exigiera que los estadounidenses «quiten sus manos sucias» de su país.
Los científicos señalan que esto -un terremoto causado artificialmente- es teóricamente posible, pero para hacerlo tiene que haber explotado al menos una bomba nuclear en algún lugar. Es cierto, pero por alguna razón, los investigadores callan sobre el hecho de que no se requiere una bomba para provocar un terremoto.
Para hacerlo, se puede usar un generador magnetohidrodinámico (MGD), que se instala en un camión y envía a la corteza terrestre impulsos electromagnéticos fuertes que pueden causar terremotos. Artefactos similares se desarrollaron en la década de 1970, y ahora sólo los servicios secretos saben hasta qué punto ha avanzado esta tecnología.
Esto explicaría bastante el terremoto en Nueva York, que ocurrió el día después del desastre en Turquía, el 7 de febrero. Tal vez se convirtió en un eco de exposición al generador MGD en la subcorteza de la tierra.
El Dr. Aleksey Zavyalov en una entrevista señaló que es posible causar un terremoto artificialmente, pero sólo se puede hacer en aquellas regiones en las que ya existen tensiones en la placas terretres.
El investigador principal de la Academia de Ciencias Militares de la Federación de Rusia Vladimir Okvatilov también está seguro de que el terremoto en Turquía es un trabajo de Occidente.
Responder