INDIA – COVID-19: La responsabilidad del primer ministro Modi en una catástrofe anunciada
La catástrofe del COVID-19 en India sigue creciendo

VIJAY PRASHAD / COUNTERPUNCH
Es difícil exagerar el embate del COVID-19 en India. WhatsApp está lleno de mensajes sobre este o aquel amigo y familiar con el virus, mientras que hay publicaciones enojadas sobre cómo el gobierno central le ha fallado por completo a su ciudadanía. Algunos hospitales se están quedando sin camas y otros ya no tienen más oxígeno, mientras el primer ministro Narendra Modi y su gabinete, se evaden del problema.
Trece meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara que el mundo estaba en medio de una pandemia, el gobierno indio está paralizado, incapaz de moverse. Mientras que otros países están muy avanzados en sus programas de vacunación, el gobierno indio se sienta y observa cómo una segunda, o tercera, ola aterriza con fuerza sobre el pueblo indio.
El 21 de abril de 2021, el país registró 315.000 casos en un período de 24 horas. Este es un número extraordinariamente alto. Tengan en cuenta que en China, donde el virus se detectó por primera vez a finales de 2019, el número total de casos detectados es inferior a 100.000. Este aumento ha llamado la atención: ¿se trata de una nueva variante o es el resultado de la falta de gestión de las interacciones sociales incluidos los 3 millones de peregrinos que se reunieron en el Kumbh Mela de este año, y de no vacunar a suficientes personas? (N.de la E.: el Kumbh Mela es un peregrinaje religioso del hinduismo, se lleva a cabo cada 12 años, en una de las cuatro ciudades santas elegidas rotativamente. En 2021 empezó el 1 de abril. En plena pandemia, las compañías turísticas han estado promocionando viajes internacionales para presenciar este festival).
En el centro está el fracaso total del gobierno indio, encabezado por el primer ministro Modi, para tomar en serio esta pandemia.
El gobierno de Modi se tomó la pandemia a la ligera
Una mirada alrededor del mundo muestra que aquellos gobiernos que ignoraron las advertencias de la OMS sufrieron los peores estragos del COVID-19. Desde enero de 2020, la OMS había pedido a los gobiernos que insistieran en reglas básicas de higiene —lavado de manos, distancia física, uso de mascarillas— y luego sugirió pruebas para COVID-19, rastreo de contactos y aislamiento social. El primer conjunto de recomendaciones no requiere inmensos recursos. El gobierno de Vietnam, por ejemplo, tomó esas recomendaciones muy en serio y ralentizó la propagación de la enfermedad de inmediato.
El gobierno de la India actuó con lentitud a pesar de la evidencia de la peligrosidad de la enfermedad. Para el 10 de marzo de 2020, antes de que la OMS declarara una pandemia, el gobierno indio informó sobre 50 casos de COVID-19 en India, con infecciones que se duplicaron en 14 días.
El primer acto importante del primer ministro de la India fue un toque de queda de Janata de 14 horas, que fue dramático pero no estaba en línea con las recomendaciones de la OMS. Este despiadado encierro, con cuatro horas previas de aviso, envió a cientos de miles de trabajadores a la carretera rumbo a sus hogares, sin un centavo, algunos muriendo en el camino y muchos llevando el virus a sus pueblos y aldeas.
El primer ministro Modi ejecutó este cierre sin consultar con sus propios departamentos, cuyos consejos podrían haberle advertido contra un acto tan precipitado e innecesario.
El primer ministro Modi se tomó toda la pandemia a la ligera. Instó a la gente a encender velas y golpear ollas, a hacer ruido para ahuyentar el virus. El bloqueo siguió extendiéndose, pero no había nada sistemático, ninguna política nacional que se pueda encontrar en cualquier lugar de los sitios web del gobierno. En mayo y junio de 2020, el bloqueo siguió ampliándose, aunque esto no tenía sentido para los millones de indios de clase trabajadora que tenían que ir a trabajar para sobrevivir con su salario diario. Un año después de la pandemia, ahora hay 16 millones de personas en la India con infecciones detectadas y 185.000 muertes por la pandemia confirmadas. Hay que escribir palabras como «detectado» y «confirmado» entrecomilladas porque los datos de mortalidad de la India durante esta pandemia son absolutamente poco fiables. (N.de la E.: Los expertos indios señalan que habitualmente en el país sólo se llegan a registrar oficialmente un 86% de los fallecimientos, y en sólo el 22% de los mismos se registra la causa oficial de la muerte. Estos registros deficientes, impedirán estimar el número real de muertos en la pandemia, aunque sólo sea comparando el incremento de decesos con las cifras de años anteriores).
Consecuencias de la privatización
Las consecuencias de entregar la atención médica al sector privado y la falta de fondos para la salud pública han sido diabólicas. Desde hace años, los defensores de la atención de la salud pública, como Jan Swasthya Abhiyan, han pedido más gasto público en salud pública y menos dependencia de la atención médica con fines de lucro. Estas llamadas cayeron en oídos sordos.
Los gobiernos de India han gastado cantidades muy bajas en salud: 3,5 por ciento del PIB en 2018, una cifra que se ha mantenido igual durante décadas. El gasto sanitario actual per cápita de la India, por paridad de poder adquisitivo, fue de 275,13 en 2018, similar a las cifras de Kiribati (un Estado insular del Pacífico de 811 km2) Myanmar y Sierra Leona. Este es un número muy bajo para un país con el tipo de capacidad industrial y riqueza de la India. (N.de la E.: Es muy interesante ver qué porcentaje de su PIB dedica cada país a salud pública. Según datos de 2019, Argentina dedicaba un 6,61 de su PIB a la salud pública, un porcentaje sólo superado por Cuba en la región, y superior a varios países de la UE como por ejemplo España (6,37); Italia (6,42) ; Portugal (5,86); Grecia (4,62), Irlanda (5,08), y también superior a Australia, Israel, Corea del Sur).
A fines de 2020, el gobierno indio admitió que tiene 0,8 médicos por cada 1.000 indios y 1,7 enfermeras por cada 1.000 indios. Ningún país del tamaño y la riqueza de la India tiene un número tan bajo de médicos. Aún hay cifras peores: India tiene sólo 5.3 camas por cada 10.000 personas, mientras que China, por ejemplo, tiene 43.1 camas para el mismo número. India tiene solo 2.3 camas de cuidados críticos para 100.000 personas (en comparación con 3.6 en China) y sólo tiene 48.000 ventiladores/respiradores (China tenía 70.000 ventiladores sólo en Wuhan).
La debilidad de la infraestructura médica se debe totalmente a la privatización, donde los hospitales del sector privado ejecutan su sistema según el principio de capacidad máxima y no tienen capacidad para manejar cargas máximas. La teoría de la optimización no permite que el sistema haga frente a sobretensiones, ya que en tiempos normales significaría que los hospitales tendrían un exceso de capacidad. Ningún sector privado va a desarrollar voluntariamente camas sobrantes o ventiladores sobrantes. Es esto lo que inevitablemente provoca la crisis en una pandemia.
El bajo gasto en salud significa un bajo gasto en infraestructura médica y bajos salarios para los trabajadores médicos. Ésta es una mala forma de dirigir una sociedad moderna.
Sin vacunas ni oxígeno
La escasez es un problema normal en cualquier sociedad. Pero la escasez de productos médicos básicos en India durante la pandemia ha sido escandalosa.
La India ha sido conocida durante mucho tiempo como la «farmacia del mundo», ya que el sector de la industria farmacéutica de la India ha sido hábil en la ingeniería inversa de una variedad de medicamentos genéricos. Es el tercer mayor fabricante de la industria farmacéutica. India representa el 60 % de la producción mundial de vacunas, incluido el 90 % de la vacuna contra el sarampión de la OMS, y también India se ha convertido en el mayor productor de píldoras para el mercado estadounidense. Pero nada de esto ayudó durante la crisis.
Las vacunas contra COVID-19 no están disponibles para los indios al ritmo necesario. Las vacunas para los indios no estarán completas antes de noviembre de 2022. La nueva política del gobierno permitirá que los fabricantes de vacunas aumenten los precios, pero no producirán lo suficientemente rápido para cubrir las necesidades (las fábricas de vacunas del sector público de India están inactivas). No se prevé ninguna adquisición rápida a gran escala. Tampoco hay suficiente oxígeno medicinal, y el partido gobernante no ha cumplido las promesas de aumentar la disponibilidad. El gobierno de la India ha estado exportando oxígeno, incluso cuando quedó claro que las reservas internas se habían agotado (también ha exportado inyecciones de Remdesivir que no había para los ciudadanos indios).
El 25 de marzo de 2020, Modi dijo que ganaría este Mahabharat -batalla épica- contra COVID-19 en 18 días. Ahora, más de 56 semanas después de esa promesa, India se parece más a los campos empapados de sangre de Kurukshetra (lugar de una batalla épica según la mitología hindú), donde miles ya han muerto, y ni siquiera se ha llegado al entretiempo.
Festival Kumbh Mela 2021: Mortalidad e indiferencia de los líderes políticos y religiosos

El Kumbh se lleva a cabo cada 12 años, pero el de este año se celebra 11 años después del último porque el gobierno central de India y el regional optaron por complacer a los líderes religiosos en lugar de cuidar la salud pública. (N.de la E.: Este evento se considera la reunión religiosa más grande de su tipo en el mundo y forma parte de la lista de la UNESCO del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Ha llegado a reunir a 100 millones de peregrinos).
SHUDDHABRATA SENGUPTA / THE WIRE
Los kumbh Melas se llevan a cabo cada 12 años. El último Kumbh Mela en la ciudad santa de Haridwar se celebró en 2010. La fecha real para el Kumbh actual en Haridwar era 2022, no 2021. Entonces, ¿cómo se avanzó un año entero cuando se esperaba la segunda ola de Covid en la India? Más aún cuando los estudios epidemiológicos indican que las segundas oleadas de infección son siempre peores que la primera. Déjeme explicarlo.
Se adelantó un año, a 2021, porque cada 83 años se desencuadra el calendario gregoriano legal de las fechas astronómicas en que se debe celebrar el evento. (N.de la E.: esto no es sorprendente ya que todas las religiones tienen un calendario de celebraciones, calculado en base a eventos astronómicos, y por eso las fechas no son fijas, como por ejemplo la semana santa católica que se calcula a partir de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte; o el ramadán musulmán que empieza en la primera luna llena del noveno mes del calendario lunar, etc. Un tema diferente, es que las autoridades de India no aplicaran restricciones debido la pandemia, a un evento considerado la mayor reunión religiosa del mundo. Eventos religiosos multitudinarios en otros países sí han sido restringidos: en 2020, Arabia Saudí impuso restricciones al acceso a La Meca y anuncia que en 2021 sólo accederán personas vacunadas; en España se suspendieron las famosas celebraciones de Semana Santa en 2021 y 2021, etc.) El gobierno de la India y el gobierno de Uttarakhand no cancelaron el Kumbh Mela, lo que podrían haber hecho fácilmente, para no poner en peligro la vida de millones de personas al causar un evento de superdifusión de COVID-19. En consulta con el Akhil Bharatiya Akhada Parishad (ABAP) adelantaron la fecha de 2022 a 2021, conociendo plenamente los peligros de la pandemia. (N. de la E.: el ABAP es el Consejo de organizaciones del Hinduismo y la filosofía hindú, no participa en la política partidista, pero tiene una posición de liderazgo entre los hindúes, y el hinduismo es seguido por el 80,45 % de los indios)
El Kumbh Mela es un evento históricamente relacionado con la propagación de contagios. Los gobiernos de la India a veces han logrado una gestión eficiente de los asombrosos problemas de salud pública de un evento como el Kumbh. El Kumbh de 2013, que se dice que fue la reunión más grande de su tipo en la historia, se desarrolló sin ningún evento adverso, y esto lo atestigua un estudio en profundidad de los problemas epidemiológicos, así como la preparación para calamidades y desastres realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard. Pero no había una pandemia furiosa en ese momento.
Una historia de contagios
Con el Covid enfurecido desde 2020, no es necesario tener un doctorado en salud pública para adivinar que una ocasión como el Kumbh Mela podría ser un posible epicentro de una segunda ola contagiosa, que, dadas las condiciones del Kumbh, muy probablemente se convierta en un tsunami de enfermedades. Eso es exactamente lo que ha sucedido en los últimos días.
Todo el mundo en la India, y francamente, el mundo, ahora está en riesgo debido al resultado de algunas decisiones tontas de algunos hombres en Delhi y Dehradun (capital del Estado de Uttarakhand donde tuvo lugar el festival). Nada de esto debería haber sido una sorpresa, requiriendo que el consejo tardío y poco entusiasta de Narendra Modi para que el resto del Kumbh fuera «simbólico».
El reciente libro de Chinmay Tumbe, The Age of Pandemics: How They Shaped India and the World, («La era de las pandemias: cómo dieron forma a la India y al mundo») incluye una discusión específica sobre las pandemias y los sucesivos Kumbh Mela. También es útil el artículo de David Arnold de 1986, «Cólera y colonialismo en la India británica» y el libro de Kama Maclean de 2008, Pilgrimage and Power: The Kumbh Mela in Allahabad, 1765-1954 («Peregrinación y poder: El Kumbh Mela en Allahabad, 1765-1954»).
La historia del Kumbh Mela y la enfermedad ha sido bien documentada a lo largo de los años. La Organización Mundial de la Salud tiene una monografía sobre el cólera que tiene una sección sobre el Kumbh. Incluso hay un artículo en la Indian Medical Gazette de 1895 sobre la ‘Historia natural de los brotes de cólera de Haridwar’ (una de las ciudades santas, y uno de los cuatro puntos de celebración del Kumbh Mela en India) y un artículo más reciente,«Una revisión completa del Kumbh Mela: Identificación de riesgos para la propagación de enfermedades infecciosas», publicado en Microbiología e Infección en 2015.
Entonces, ¿fue la ignorancia por parte del primer ministro y sus asesores lo que los llevó a seguir este peligroso camino? ¿O una decisión política deliberada tomada a pesar de conocer los riesgos?
La cronología muestra que el gobierno conocía los riesgos
En julio de 2020, el entonces ministro principal de Uttarakhand, Trivendra Singh Rawat (del BJP, Partido Popular Indio, liderado por Narenda Modi), aseguró al Akhil Bharatiya Akhada Parishad (el ABAP, Consejo de organizaciones del hinduismo) que el Kumbh Mela en Haridwar se llevaría a cabo como de costumbre (cuando no estaba en posición de predecir lo que podría suceder en el futuro y, por lo tanto, no estaba en condiciones de ofrecer tales garantías). “Sin embargo, la forma en que se ha organizado tradicionalmente puede ver algunos cambios dependiendo de la situación del coronavirus en ese momento”,dijo.
En septiembre de 2020, el ministro Trivendra Singh Rawat dijo que habría restricciones de asistencia.Los lideres del ABAP expresaron su «descontento» con el estado de preparación para el Kumbh Mela. Es posible que el gobierno de Uttarakhand se mostrara reacio a seguir adelante . Entonces, el ABAP amenazó con organizar el Kumbh Mela por su cuenta.
El 9 de marzo de 2021, el ministro Trivendra Singh Rawat renunció y su sucesor, Tirath Singh Rawat, dijo de inmediato que no habría restricciones para los peregrinos y que con las bendiciones de la Diosa Ganges, la fe triunfará sobre la enfermedad.
Después de dimitir, Trivendra Singh Rawat expresó sus dudas sobre el cambio de rumbo de las restricciones en el Kumbh Mela. El Hindustan Times lo citó diciendo que “dado el número creciente de casos de Covid-19 en India, es necesario ser más cauteloso al organizar una mega feria religiosa». Esto sugiere que uno de los elementos que llevaron a su destitución pudo haber tenido que ver con las diferencias de opinión con el liderazgo del BJP Central y las facciones dentro del BJP de Uttarakhand, sobre cómo manejar el Kumbh Mela.
En abril, cuando comenzó el evento, incluso el Ministerio de Salud y Bienestar Familiar de India envió mensajes contradictorios. El 6 de abril, ANI, una agencia de noticias particularmente favorecida por el gobierno, publicó un informe en el que sugería que altos funcionarios del gobierno habían expresado su preocupación por el hecho de que el Kumbh Mela se convirtiera en un «evento de gran difusión» (del COVID) . El informe fue recogido y publicado por muchos portales y revistas, incluido India Today. Sin embargo, el mismo día, el Ministerio de Salud y Bienestar Familiar publicó un tuit en el que decía que la información publicada por India Today era una «noticia falsa». La negación fue concisa, ni siquiera dijo si se había citado incorrectamente a un funcionario del gobierno. Lo que transmitió fue la impresión de que el gobierno de la India estaba en modo de negación total sobre la posibilidad de que el Kumbh Mela se convirtiera en una emergencia de salud pública grave, y que llegaría al extremo de cancelar una declaración hecha por un alto funcionario del gobierno.
Responsabilidad política
El gobierno de India ha tomado decisiones que han provocado un enorme aumento de las infecciones. Esto podría haberse evitado. A diferencia de China, el Estado indio ni siquiera puede pretender decir que fue tomado desprevenido por el brote de una enfermedad. No sólo tenía todo el conocimiento necesario para saber que podría haber una segunda ola, sino también, al permitir la celebración del Kumbh Mela, en unas fechas en las que ni siquiera tocaba celebrar, actuó activamente para crear las condiciones de una segunda ola.
Que diferentes agencias y entidades gubernamentales están trabajando con propósitos contradictorios, enviando mensajes contradictorios (como el propio Primer Ministro, pidiendo muy tardíamente que la participación fuera «simbólica» en los rituales restantes del Kumbh Mela, mientras que al mismo tiempo exhorta a un gran número de personas a acudir a los mítines electorales en Bengala) ya es bastante negativo. Lo peor es no hacer nada cuando se requiere hacer algo, o hacer demasiado cuando no requiere no hacer nada, o simplemente manipular números y decir mentiras directas (como sobre las tasas de mortalidad en Uttar Pradesh en los últimos días). En total, el gobierno de la India y el gobierno de Uttarakhand lo han echado a perder todo en gran medida.
No hay forma de que alguien pueda justificar la celebración de concentraciones masivas de la escala que implica el Kumbh Mela en este momento.
Lo mismo ocurre con las elecciones, que una Comisión Electoral fácilmente podría haber insistido en posponer, o al menos en reducir las grandes concentraciones y mítines.
El Kumbh Mela de 1855 y la pandemia de cólera
En 1855 había una epidemia de cólera y el Kumbh Mela de ese año amplificó enormemente la enfermedad. Se sabía incluso entonces, aunque la comprensión de las epidemias era mucho menor que la actual.
La Convención Sanitaria Internacional de 1866 en Estambul examinó específicamente los informes de propagación de la enfermedad desde la localización del Kumbh Mela. El consenso internacional en 1866, fue que los lugares de peregrinación de la India a lo largo del río Ganges fueron los lugares donde se desarrolló el cólera, y desde donde llegó: primero a La Meca, luego a Egipto y a los puertos marítimos del Mediterráneo de Europa, antes de ingresar a las principales ciudades europeas. Está documentado en las transcripciones de la Conferencia Sanitaria Internacional celebrada durante siete meses entre febrero y septiembre de 1866 en Constantinopla (Estambul), la entonces capital del Imperio Otomano.
En 2021, cuando sabemos mucho más sobre las enfermedades que en 1855, un gobierno racional y cuerdo debería haber usado todo su poder persuasivo para restringir la celebración religiosa.
1942: cuando la guerra condujo a frenar el Kumbh Mela
Existe un precedente para decir: «No lo hagamos así este año». En 1942 no se vendieron billetes de tren a Allahabad (una de las ciudades santas del hinduismo donde ese año se celebraba el festival) durante la duración del Kumbh ni en los días previos al mismo. Esto restringió automáticamente el número de peregrinos que podían viajar, aludiendo a la posibilidad de un bombardeo por parte de la Fuerza Aérea Japonesa, porque Japón había entrado en la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1940. Tampoco se hicieron arreglos logísticos para acomodar a las multitudes en el sitio del festival. La asistencia al Kumbh en 1942 fue muy baja, y no hubo protestas generalizadas por parte de ninguno de los líderes religiosos del hinduismo, por la retirada del apoyo del gobierno al Kumbh de ese año. Todos los interesados entendieron que las circunstancias habían dictado la necesidad de un tipo diferente de respuesta.
Esta vez, en lugar de cancelar trenes, los ferrocarriles indios ofrecieron trenes especiales para los peregrinos al Kumbh Mela en Haridwar (en el Estado de Uttarakhand, 200 km al NE de Nueva Delhi; considerada por el hinduismo como uno de los siete lugares más sagrados de la India). Y el gobierno colocó anuncios en los periódicos y en la radio y la televisión exhortando a los peregrinos a reunirse en gran número.
Simplemente decidir no operar estos trenes o no dar publicidad al evento hubiera marcado la diferencia, pero no fue así. Hay elecciones para ganar, y el apoyo de varios líderes religiosos se considera crucial como siempre, al igual que las oportunidades de ganar dinero con contratos e ingresos publicitarios para un evento que puede causar millones de enfermos.
jorge 1:57 pm el 29 abril, 2021 Enlace permanente |
Este informe demuestra de forma evidente,aquel concepto que dice:La religion es el opio de los pueblos y lo extenderia a toda la humanidad.
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