CORONAVIRUS : Una pandemia en el Paleolítico dejó huella en los genes de los asiáticos orientales modernos
Una investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad Nacional de Australia ha encontrado evidencias en el ADN de los asiáticos orientales modernos, de que hace unos 25.000 años, sus ancestros enfrentaron una pandemia de un coronavirus que barrió el este de Asia.
El estudio lo ha realizado la Universidad de Australia. El Instituto de Wuhan no ha tenido nada que ver. Por otra parte, hace unos 25.000 años, aquellos remotos ancestros asiáticos estaban en el Paleolítico superior, es decir recorriendo el tramo final de la Edad de Piedra y no tenían laboratorios de virología. Parece obvio, pero puede no serlo tanto para funcionarios de algunos países, que ya dieron muestras de su (in)cultura general cuando se asombraban de que hubiera «tantos jarrones antiguos» en el Museo de Bagdad, ante las imágenes que mostraban el saqueo del mismo tras la invasión al país.
Hallados rastros de una guerra milenaria de la humanidad con coronavirus escritos en el ADN

YASSINE SOUILMI – RAY TOBLER / THE CONVERSATION
El Dr. Yassine Souilmi es Biólogo computacional especializado en estudios genómicos a gran escala para abordar cuestiones médicas y evolutivas. Es Investigador visitante en la Universidad Nacional de Australia
El Dr. Ray Tobler, es Investigador postdoctoral en la Universidad Nacional de Australia, interesado en la genética de poblaciones y la adaptación y su papel en la generación de la diversidad humana moderna.
Un coronavirus habría barrido el este de Asia hace más de 20.000 años, dejando rastros en el ADN de los habitantes de la China moderna, Japón y Vietnam.
La investigación, publicada en Current Biology, encontró evidencia de adaptación genética a la familia de virus coronavirus en 42 genes de poblaciones modernas en estas regiones.
La pandemia de COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2, es hasta ahora responsable de más de 3.8 millones de muertes y miles de millones de dólares en pérdidas económicas en todo el mundo. La familia de coronavirus también incluye los virus MERS y SARS relacionados, los cuales han causado importantes brotes mortales en los últimos 20 años.
Los resultados de la investigación muestran cómo la búsqueda de rastros genéticos de brotes virales históricos puede ayudarnos a tratar los brotes del futuro.
Las pandemias pueden ser tan antiguas como la historia de la humanidad
Hemos tenido pandemias antes. Sólo en el siglo XX, tres variantes del virus de la influenza dieron como resultado brotes de gran alcance que causaron la muerte de millones: la «gripe española» de 1918-20, la «gripe asiática» de 1957-58 y la «gripe de Hong Kong» de 1968-69. Los registros históricos de brotes causados por virus y otros patógenos se remontan a miles de años. Parece plausible que estas interacciones se remontan aún más atrás, a los primeros períodos de la prehistoria humana.
Las antiguas migraciones que vieron a nuestros antepasados extenderse desde África por todo el mundo los expuso a nuevos patógenos. Como muchos otros desafíos ambientales, estos antiguos encuentros virales pueden haber desencadenado adaptaciones que ayudaron a sobrevivir a nuestros antepasados. Estas adaptaciones pueden haber incluido cambios fisiológicos o inmunológicos que mejoraron la resistencia a las infecciones o redujeron los impactos de la enfermedad en la salud.
La adaptación a la enfermedad puede dejar rastros genéticos
Durante las últimas décadas, los genetistas han ideado poderosas herramientas estadísticas para descubrir rastros genéticos de eventos históricos de adaptación que permanecen presentes dentro de los genomas de las personas que viven en la actualidad. Estas herramientas han permitido a los científicos descubrir genes que marcan adaptaciones para la vida a gran altitud y para el consumo de leche de los adultos, entre otras cosas.
El equipo de investigadores tenía curiosidad por ver si los encuentros históricos con coronavirus antiguos habían dejado algún rastro de este tipo en las poblaciones humanas de hoy.
Además de revelar brotes históricos de coronavirus, esta información puede contener nuevos conocimientos sobre la base genética de la infección por coronavirus y cómo estos virus causan enfermedades en los seres humanos modernos.
Los virus son criaturas simples con un objetivo: hacer más copias de sí mismos. Pero su estructura biológica simple significa que no pueden reproducirse de forma independiente, para ello deben invadir las células de otros organismos y secuestrar su maquinaria molecular. Las invasiones virales implican unirse e interactuar con proteínas específicas producidas por la célula huésped, que llamamos proteínas de interacción viral (VIP).
Las marcas del antiguo coronavirus
Los investigadores aplicaron análisis computacionales de vanguardia a los genomas de más de 2500 personas de 26 poblaciones de todo el mundo. Encontramos firmas de adaptación en 42 genes humanos diferentes que codifican las VIP.
Estas señales VIP estaban presentes en sólo cinco poblaciones, todas ellas del este de Asia, la probable patria ancestral de la familia del coronavirus. Esto sugiere que los antepasados de los asiáticos orientales modernos estuvieron expuestos inicialmente a los coronavirus hace unos 25.000 años.
Pruebas adicionales revelaron que los 42 VIP se expresan principalmente en los pulmones, que es el tejido más afectado por los síntomas de COVID-19. También confirmaron que estos genes VIP también interactúan directamente con el virus SARS-CoV-2, responsable de la pandemia actual.
Otros estudios independientes también han demostrado que las mutaciones en los genes VIP pueden mediar la susceptibilidad al SARS-CoV-2 y la gravedad de los síntomas del COVID-19. Además, varios genes VIP se están utilizando actualmente como dianas farmacológicas para tratamientos al COVID-19 o forman parte de ensayos clínicos con este fin.
Varios de los genes VIP adaptativos identificados en nuestro estudio también son objetivos farmacológicos para otros tipos de virus, como el virus del Zika y la hepatitis C. Varios de estos medicamentos se han reutilizado con éxito y sugieren que otros podrían potencialmente reutilizarse para el tratamiento del COVID-19.
Al descubrir los genes afectados por brotes virales históricos, el estudio apunta a la esperanza de que los análisis genéticos evolutivos sen una nueva herramienta para combatir brotes futuros.
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