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Etiquetado: Enegía; hidrocarburos Mostrar/Ocultar Comentarios | Atajos de teclado

  • mesmontse 11:36 pm el 1 August, 2020 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: Enegía; hidrocarburos, , ,   

    ERDOGAN Y LOS HIDROCARBUROS AJENOS: Turquía envía una flota militar a aguas griegas del Mediterráneo 

    El pasado 21 de julio quince buques militares turcos zarparon para escoltar a un buque de exploración de gas submarino, que realizaría sus actividades en aguas de la isla griega de Kastelórizo, en el Mediterráneo oriental, en una operación planificada hasta el 2 de agosto. La protesta internacional, ha detenido por el momento los planes de Erdogan y ha rebajado algo la tensión en el Mediterráneo, ya que Grecia desplegó su Armada en defensa de posibles ataques a su soberanía.

    Conociendo los antecedentes de la política exterior del presidente turco, no hay lugar para pensar que renuncie a un plan largamente trazado para el cual ha ya dado muchos pasos. En octubre de 2019 Grecia, Chipre y Egipto, ya instaron a Turquía en un duro comunicado, a dejar de cometer “acciones ilegales” y abandonar la perforación del yacimiento de gas en la zona económica exclusiva de las aguas territoriales de la República de Chipre. La UE, Rusia y EEUU se pronunciaron a favor del respeto a los derechos de Chipre. Lejos de desistir, el presidente turco Erdogan, fue más lejos: al mes siguiente firmó un acuerdo, a cambio de ayuda militar -que ya ha hecho efectiva- con el gobierno de Trípoli, una de las facciones contendientes en la guerra Libia, para rediseñar la soberanía sobre las aguas territoriales del Mediterráneo oriental en perjuicio de los países que tienen reconocida allí una zona de explotación exclusiva.

    Asi fue como, con la soberanía autoadjudicada sobre territorios ajenos, este 21 de julio envió al buque explorador de gas submarino, junto a una flota miliar hacia la isla griega de Kastelórizo. La isla pertenece al archipiélago griego del Dodecaneso (163 islas), en la cual está la legendaria isla de Rodas. Los otomanos siempre han intentado conquistarla militarmente aprovechando épocas convulsas como las guerras, pero en su larga historia -los antiguos griegos la habitaron y construyeron una civilización hace 3.600 años- los turcos sólo han conseguido retenerla por breves períodos, y al final siempre la han tenido que devolver. Ahora, Erdogan vuelve a las andadas con el tema, porque esta pequeña isla, la menor del archipiélago, es la llave que abre la puerta a sus ambiciones en el Mediterráneo oriental.

    Turquía tiene una población de 82 millones. Grecia tiene sólo 10 millones de habitantes, y como es bien conocido, el país fue duramene castigado por la crisis de 2008 (de la cual el sur de la UE aun no se ha recuperado). Es obvio, que sin apoyo de sus socios de la Unión Europea, Grecia no tiene ninguna posibilidad de frenar las pretensiones turcas. La política exterior del presidente turco Recep Tayyip Erdogan se parece mucho a la de la Alemania nazi en la década de los años 30 del siglo pasado: anexión de Austria, ocupación de Checoslovaquia, Bohemia y Moravia, aprovechando que las potencias europeas de la época permitieron al Führer anexionarse a los países pequeños, hasta que Europa se encontró a los nazis gobernando Francia durante 4 años, tras sólo 6 semanas de combate.

    «Ankara juega con fuego»: la peligrosa escalada militar entre Grecia y Turquía en el Mediterráneo

    FABIEN PERRIER / MARIANNE

    Desde el 21 de julio, el Mediterráneo oriental ha experimentado una peligrosa escalada militar:  quince buques militares turcos zarparon el 21 de julio para acompañar a un buque de exploración de gas submarino, el Oruc Reis, en el Mediterráneo oriental,  hasta el 2 de agosto. Para Grecia las aguas donde se realizará la exploración son parte de su zona marítima, por lo que la Armada griega desplegó barcos en el  Mar Egeo y anunció «mejores preparativos» ante las recientes actividades de exploración de gas turco en  la zona.

    Durante una reunión en Atenas,  con el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, acusó a Turquía de «intentar invadir su plataforma continental».

    Atenas también presentó una queja ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -de la cual Ankara y Atenas son miembros-,  y ante la Unión Europea.

    El primer ministro Mitsotakis también se reunió el pasado  23 y 24 de julio con todos los líderes de los partidos parlamentarios para discutir los asuntos «de política exterior griega». Esta actividad dice mucho sobre los temores griegos.

    Una provocación turca en opinión de los griegos sin excepción

    «Ankara está jugando con fuego», dijo en portada  el diario griego de derecha Kathimerini del  del 22 de julio. «Guerra de nervios», tituló el periódico izquierdista Efsyn. Según este último, «Erdogan sigue tirando de la cuerda enviando al  Oruç Reis  al sur de Kastelórizo». (N.de la E.: esta isla pertenece al archipiélag griego de Dodecaneso).  Incluso las fechas no parecen dejar nada al azar: la ofensiva militar de las fuerzas armadas turcas que llevó a la ocupación del 38% del territorio chipriota por parte de Turquía se lanzó el 20 de julio de 1974. En cuanto al Tratado de Lausana, que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan tanto quiere derogar, se firmó el 24 de julio de 1923. (N.de la E.:El tratado de Lausana se firmó entre Grecia, Turquía y las potencias vencedoras de la Primera Guerra mundial, excepto Rusia y EEUU -Turquía participó en ambas guerras mundiales como aliada de Alemania- y fue una sustancial mejora para los turcos del Tratado de Sèvres que había firmado el Imperio Otomano en 1920, al fin de la guerra. El nuevo Estado turco no aceptó este tratado firmado por el sultán, y atacó Grecia y Armenia, consiguiendo más territorio por el Tratado de Lausana. El Tratado de Sèvres, que quedó invalidado, era mejor para los kurdos y los armenios, pueblos muy maltratados por los otomanos, porque creaba un Kurdistán independiente y los armenios podían reunificarse). «Es una provocación», explica Nikos Christofis, especialista en Turquía y profesor asociado en la Universidad Normal de Shaanxi (China). Según el profesor,  «es obvio: los mapas muestran que el barco turco se encuentra en la zona económica exclusiva de Grecia».

    Además, incluso las autoridades turcas parecen reconocerlo. El comunicado de prensa publicado el 22 de julio por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía, dice «para Grecia, el área de prospección está dentro de su propia plataforma continental», pero «basa esta afirmación en la presencia de islas lejos de su territorio continental,  especialmente Kastelórizo». Para Ankara, el reclamo griego es, por lo tanto, «maximalista», «contrario al derecho internacional, a la jurisprudencia y a las decisiones judiciales». «Entonces, para las autoridades turcas, el área marítima en la que el Oruç Reis realizará su exploración es turca», según lo que hemos declarado a las Naciones Unidas y las licencias otorgados por el gobierno turco a la compañía petrolera turca (TPAO ) en 2012″.

    Las fuentes de tensión se acumulan

    De hecho, las tensiones han aumentado desde la firma del acuerdo entre Turquía y la facción libia con sede en Trípoli, en noviembre, que permite a Turquía buscar hidrocarburos en el Mediterráneo oriental. Grecia, como muchos países ribereños, denunció este texto, que extiende considerablemente la plataforma continental de Turquía. Este acuerdo equivale a negar las zonas económicas exclusivas vinculadas a Chipre o las islas griegas (especialmente Creta y el Dodecaneso).

    Otra fuente de tensión, es la conversión de la iglesia de Santa Sofía en una mezquita. Una decisión ofensiva para Atenas, el primer protector moral e histórico de la herencia bizantina. Por otra parte, las autoridades griegas ya han perdido la cuenta de las violaciones de su espacio aéreo por parte de las fuerzas aéreas turcas Esto es aún más preocupante ya que las áreas de fricción están aumentando en la región. El mes pasado, un buque militar turco atacó una fragata francesa, que estaba asegurando el embargo de armas a los contendientes en la guerra civil Libia, a riesgo de desencadenar una peligrosa batalla naval. (N.de la E.: en la guerra civil Libia, Turquía -junto a Qatar e Italia- apoya a la facción con sede en Trípoli, mientras que Francia, Rusia, Egipto, Sudán, Jordania, Emiratos Árabes y Arabia Saudita, apoyan al general Haftar, del Ejército Nacional Libio, con sede en Tobruk, al este de Libia. En el mes de julio, tanto Turquía como Egipto, comenzaron su intervención militar directa en la guerra de Libia; y Rusia –extraoficialmente– cuando aviones de combate rusos  “aparecidos de no se sabe dónde” –tal vez de la base en Siria– frenaron el ataque de drones turcos contra las fuerzas de Haftar, que antes de la entrada de Turquía en la guerra tenía una clara ventaja sobre los oponentes).

    Una escalada útil para Erdogan

    La semana pasada, el canciller alemán habló por teléfono con el primer ministro griego y con el presidente turco, mientras que el Departamento de Estado de EEUU pidió a Turquía que detuviera su acción. En este momento en que las acciones de Erdogan en Siria, Libia o el Mediterráneo Oriental se enfrentan a las críticas de Occidente, (y de Rusia) la reconversión de Hagia Sophia y las violaciones del espacio aéreo o marítimo son la expresión de los objetivos expansionistas de Recep Tayep Erdogan y su confrontación con Europa. Sin embargo, «esta escalada sirve al régimen de Erdogan a la perfección», explica el profesor  Nikos Christofis. A nivel nacional, el presidente turco se enfrenta a la recesión. Después de quince años de poder indiscutible, los votantes manifiestan su cansancio e incluso su protesta; su partido perdió la ciudad de Estambul en las últimas elecciones municipales, y muchos observadores señalan que esta tendencia podría aumentar durante las próximas elecciones presidenciales en 2023. Pero hoy, nadie puede predecir las consecuencias del menor paso en falso en un mundo ya muy tensionado.

     
  • mesmontse 7:38 pm el 9 July, 2020 Enlace permanente | Responder
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    EEUU CONTRA EUROPA – SANCIONES A NORD STREAM 2: Una estrategia estadounidense perdedora 

    Con una longitud de 1.230 kilómetros, el gasoducto Nord Stream 2 que parte desde la terminal Ust-Luga, en la provincia de Leningrado, Rusia, y transcurre por debajo de las aguas del mar Báltico, está a sólo 160 kilómetros de la costa alemana, sin avanzar desde diciembre de 2019, después de que las sanciones de EEUU atemorizaran a la compañía suizo-holandesa Allseas encargada de colocar la tubería submarina, y ésta retirara sus barcos de la obra.

    Rusia, entonces, propuso que el último tramo de la instalación submarina fuera realizado por barcos rusos. El siguiente escollo fue adaptarse a la ley danesa -por cuyas aguas territoriales pasa la tubería- que exige que las empresas que construyan infraestructuras submarinas utilicen embarcaciones equipadas con un sistema de posicionamiento dinámico (DP), para evitar tocar con anclas la enorme cantidad de armas que yacen en el fondo del mar desde la Segunda Guerra Mundial.

    En mayo pasado, el socio ruso del proyecto envió al Akademik Cherskiy al Mar Báltico desde el Lejano Oriente de Rusia, ya que es capaz de tender tuberías de gas submarinas y está equipado con el sistema DP que permite realizar maniobras precisas sin el uso de anclas. No obstante, son necesarios dos barcos, y Rusia sólo posee uno con este sistema y la autorización dependía de la Agencia Danesa de Energía, que esta semana ha dado su consentimiento para que operen los barcos rusos.

    Pero EEUU no desiste en su intento de sabotear el gasoducto ruso-europeo: el Congreso de Estados Unidos está discutiendo un nuevo paquete de sanciones masivas. Ahora va contra las companías aseguradoras de la obra, y contra las compañías relacionadas con la colocación de tuberías (desde las que hacen zanjas hasta las que anclan la estructura). Pero eso no es todo, las sanciones pretender alcanzar a las compañías que certifican los estándares de calidad, seguridad y de cumplimiento de las regulaciones de construcción en el medio marino; en este caso la víctima de EEUU sería una compañía noruega que trabaja para 100 países diferentes, y el plan estadounidense es dejarlos sin clientes.

    A pesar de que las sanciones masivas de EEUU contra las empresas europeas que trabajan en el Nord Stream 2 son actos claramente hostiles contra la soberanía y la economía de la UE, los medios hegemónicos europeos están llenos de justificaciones a la agresión de EEUU, cuando no, se posicionan directamente de su lado.

    A la UE le cabe una versión actualizada de los versos de Bertolt Brecht, que diga: «cuando hay injerencias de EEUU en Venezuela (o en tantos lugares) no decimos nada / hoy las sufrimos nosotros»..

    Diversos analistas internacionales expertos en el tema de la energía, conciden en decir que EEUU no podrá detener el Nord Stream 2 y que las sanciones, en todo caso, lo único que lograrán es empeorar las relaciones de EEUU con Europa. De hecho, el gobierno alemán ya ha dicho en su Parlamento que si EEUU legisla el paquete de sanciones con que amenaza, serían tratadas como una interferencia en la soberanía alemana y europea; y advirtió que la UE podría tomar medidas similares contra empresas estadounidenses.

    A continuación pueden leer una entrevista realizada por un medio digital francés a Nicolas Mazzucchi, profesor de Relaciones Internacionales y Ciencias Politicas; experto en energía, materias primas, e inteligencia económica; e investigador en economía de Defensa en el Instituto de Investigación Estratégica de la Escuela Militar de Francia.

    Sanciones contra Nord Stream 2: «Estados Unidos se arriesga a ser visto por los europeos como un país francamente hostil”

    Operador de Nord Stream 2 defiende la decisión de Dinamarca sobre el  gasoducto – Diario Digital Nuestro País

    EMMANUEL LEVY / MARIANNE

    El Congreso de los Estados Unidos está a punto de votar un segundo conjunto de sanciones para evitar que se finalice el Nord Stream 2. Este oleoducto transportaría miles de millones de metros cúbicos de gas ruso bajo el Báltico. Nicolas Mazzucchi, investigador de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS), descifra una estrategia estadounidense perdedora.

    Marianne: ¿Puede darnos un marco económico para este gasoducto que abastecería 55 mil millones de metros cúbicos desde los campos de gas siberianos a las áreas de consumo de Europa occidental?

    Nicolas Mazzucchi: En el sector energético, los desafíos geoestratégicos son obviamente muy importantes. Pero no son ni más ni menos que cuestiones económicas. Todo se trata de dinero. Podemos tener todos los intereses estratégicos, si no hay salida económica, no se hará nada.

    Europa es un área con un perfil de consumo de gas muy predecible. Las necesidades son y seguirán siendo alrededor de 450 mil millones de metros cúbicos por año. El consumo aumentará ligeramente para 2035, luego disminuirá un poco con la transición energética hasta 2050. Hasta ahora, Europa se abastece primero en su propio continente: los Países Bajos, el Reino Unido y Noruega, que es, por cierto, el proveedor líder de Francia. Los campos de gas de estos países están en distintas etapas de la fase de agotamiento, la más avanzada y cercana a cero es para el campo de los Países Bajos y el 50% para el país escandinavo. Hay consumo estable y producción en constante declive y tanto Rusia como los países europeos han identificado claramente esta dinámica, y se posicionan a través de Nord Stream 2 para un horizonte de algunas décadas.

    En la práctica, el consorcio que financia Nord Stream 2, opera en una arquitectura clásica: el productor / exportador, el Gazprom ruso con el 51% de las acciones, está aliado con los clientes / importadores finales, que son cinco compañías europeas de energía cada una con el 10%, incluyendo Engie de Francia. Pero la asociación va más allá de la financiación. También toma la forma de contratos de suministro a largo plazo llamados «tomar o pagar», que fija un precio fijo (con posibles revisiones) durante 30 años para el suministro de un volumen fijo de gas.

    Washington tiene una visión muy negativa de Nord Stream 2. ¿Es un movimiento para favorecer sus propias exportaciones de gas natural licuado?

    Obviamente, existe un interés económico por parte de los Estados Unidos en garantizar el acceso al mercado europeo para su GNL. En una lógica de diversificación de sus suministros, la Unión Europea también ha aumentado la financiación para terminales de GNL en sus fachadas marítimas. Tanto es así que hoy hay exceso de capacidad. En promedio, esa infraestructura sólo se usa al 35%. Por razones históricas, Polonia, que quiere desprenderse de Rusia tanto como sea posible, ha decidido prescindir de Gazprom al no renovar su contrato de suministro. Así que su terminal de almacenamiento de GNL en el Báltico se usa en realidad a más del 75%. Por el contrario, algunas terminales italianas o españolas están subempleadas, a veces al 10% de su capacidad. El hecho es que incluso aunque el mercado de GNL es más flexible, porque los contratos son considerablemente más cortos, su precio sigue siendo dos o tres veces mayor que el del gas por tubo. Además, Estados Unidos no es el único proveedor. Entre los pesos pesados ​​actuales y futuros, encontramos países como Nigeria, Canadá, Qatar, pero también Trinidad y Tobago, que es una especie de tesoro de GNL.

    El Congreso de los Estados Unidos está a punto de votar un segundo conjunto de sanciones destinadas a evitar la finalización de Nord Stream 2. Después de sancionar a las empresas directamente vinculadas a la construcción, ahora se dirige a todos los involucrados directa o indirectamente: aseguradoras, bancos, autoridades portuarias etc. Y retroactivamente. ¿Por qué Estados Unidos está sacando artillería pesada?

    Con el primer volumen de sanciones, los estadounidenses pensaron que iban a hacer mucho más daño que eso. Pero los rusos parecen capaces de continuar el proyecto. Con este nuevo conjunto de sanciones, no son las compañías de petróleo y gas, en sentido amplio, las que están en la mira, sino las infraestructuras portuarias. Incluso si los rusos logran tener la tecnología para colocar los tubos en el fondo del mar, si se les prohíbe usar los puertos, será inútil. Por lo tanto, las sanciones pasan de la esfera tecnológica a la esfera geográfica. Y allí, comenzamos a tocar geografía europea. Por supuesto, se trata de empresas, pero la soberanía europea se ve socavada.

    Por el momento, solo la canciller Angela Merkel ha expresado oficialmente su preocupación por el plan de sanciones. ¿Por qué solo escuchamos a los alemanes?

    Creo que Alemania intentará mostrar los músculos todo el tiempo que pueda. Es el país europeo más involucrado, el más interesado en Nord Stream 2, ya que ya estaba en Nord Stream. El gasoducto llega a Alemania, el país que servirá como placa de redistribución para toda Europa. Las empresas alemanas son las más involucradas. Es por eso que Angela Merkel repite que Nord Stream 2 es sólo un proyecto económico y no geopolítico.

    ¿Cómo ve la situación?

    Todo dependerá de la voluntad de los Estados Unidos. Primero vote sobre estas sanciones, luego aplíquelas. Si eligen un modo violento, los países europeos sólo pueden reaccionar. La pregunta es: ¿puede Estados Unidos darse el lujo de poner a los europeos en su contra ? El contexto internacional no es favorable para ellos. A la luz de su competencia estratégica global con China, sabiendo que la relación transatlántica no se ve bien en este momento, ¿es realmente necesario para Washington dar otra puñalada a la relación con el Viejo Continente? Si la voluntad de los estadounidenses es evitar que los rusos coloquen la tubería, los Europeos serán criminalizados.

    No es ningún misterio: China ha desarrollado una estrategia para seducir a los países europeos. Italia se ha unido oficialmente al proyecto económico de la Ruta de la Seda. Grecia se ha abierto en gran medida a la inversión china. El puerto de Pireo, como gran parte de su infraestructura energética, pasó a bandera china. Lo mismo ocurre en Portugal con la adquisición de REN, la compañía eléctrica nacional por parte de State Grid, y luego de EDP, el productor nacional de electricidad, esta vez comprado por China Three Gorges. Lo mismo ocurre en varios países, particularmente en Europa central y oriental. China se ha beneficiado del debilitamiento de estos países después de la crisis de 2008, y de la incapacidad de la UE para proporcionar una respuesta coordinada. De hecho, tenemos un acercamiento económico que incluso a veces puede tender a un acercamiento político. Es suficiente ver cómo China  jugó bien su carta durante la crisis de salud en Italia. Esto no ha escapado a la atención de los Estados Unidos, que está muy preocupado por esta situación.

    ¿Son estas amenazas de sanciones una mala iniciativa por parte de los Estados Unidos?

    Si. La OTAN va mal, hay problemas bilaterales y multilaterales en la relación transatlántica. ¿Qué tienen que ganar los Estados Unidos en este juego en el Báltico? ¿Aislar a Rusia un poco más? Este no será realmente el caso. Si los europeos necesitan gas ruso, lo conseguirán, incluso sin Nord Stream 2, a través de las tuberías existentes, los rusos enviarán gas, incluso si tienen que pasar por Ucrania, aunque les moleste un poco. Si Washington finalmente bloquea el Nord Stream 2, no hay nada que pueda beneficiar  a la empresa American LNG, como dije antes. Por otro lado, existe el riesgo de que varios países europeos comiencen a considerar a los Estados Unidos como un país francamente hostil. Para deleite de los chinos …

     
    • xuxuyoc450 3:41 pm el 10 julio, 2020 Enlace permanente | Responder

      El conflicto energético sí constituye un programa de soluciones geopolíticas, sobre todo si es EU quien va a calificar las acciones del problema en nombre de su «seguridad nacional», cada vez más perjudicada por sus propias instituciones. Europa, diferente a su tradición política de bloque, frente a la seuda unión sólida de USA, no interviene para dar una respuesta soberana sobre el necesitado Nord Stream 2, por razones económicas y geopolíticas de su continente, sin embargo tácitamente todos han hecho su parte para que se finalice la estrategia de oleoductos rusos. Sólo han sido intervencionistas acicateados por Washington en pro de las políticas sionistas de Netanyahu y no permitirán avasallamientos de sus normas y leyes cosa que EU hace cada vez que responde con violencia y ataques caprichosos a cuestiones alejadas de su interés intercontinental, puesto que esta agresividad le saldría muy cara por su real debilidad social, la política de sanidad y la frágil democracia de máscaras oportunas, hoy ya se le acabaron todas.

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  • mesmontse 12:26 am el 2 February, 2020 Enlace permanente | Responder
    Etiquetas: Enegía; hidrocarburos, , , ,   

    MEDITERRÁNEO ORIENTAL: El gas israelí y el gasoducto que amenaza la paz regional 

    Gasoducto o sueño imposible: Israel, Turquía y el conflicto por los hidrocarburos que se está gestando en el Mediterráneo

    RAMZY BAROUD / COUNTERPUNCH

    Los descubrimientos de gas natural a gran escala en la costa de Israel y Palestina están programados para hacer de Tel Aviv un centro de energía regional. De todos modos, todavía está por verse si Israel podrá traducir los indicadores positivos de las reservas de gas, en gran parte sin explotar, en una riqueza económica y estratégica real. Lo que es seguro, es que Medio Oriente ya está en medio de una guerra geoestratégica mayor, y estas reservas de gas tienen el potencial de convertirse en una confrontación militar real.

    Como era de esperar, Israel está en el corazón de este creciente conflicto.

    Egipto y Jordania, clientes del gas israelí

    “La semana pasada, comenzamos a enviar gas a Egipto. Convertimos a Israel en una superpotencia energética ”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante una reunión de gabinete el pasado 19 de enero.

    Los comentarios de satisfacción de Netanyahu se produjeron justo después de algunas noticias financieras emocionantes para el primer ministro: tanto Jordania como Egipto son ahora clientes de Tel Aviv y reciben miles de millones de metros cúbicos de gas israelí.

    Para Netanyahu, bombear gas israelí a dos países árabes vecinos constituye algo más que ventajas económicas y políticas: es un gran triunfo personal. El líder israelí está tratando de convencer al electorado de votar por él en otras elecciones generales en marzo, mientras le ruega a la élite política de Israel que le otorgue inmunidad para que pueda permanecer fuera de prisión por varios cargos de corrupción.

    La participación de Egipto en el gas israelí -85 mil millones de metros cúbicos (bcm), con un costo estimado de más de 19.000 millones de dólares- es a través de la entidad privada egipcia Dolphinus Holdings. El acuerdo jordano se firmó entre la compañía nacional de electricidad NEPCO del país y la firma estadounidense Noble Energy, que posee una participación del 45% en el proyecto israelí.

    Los jordanos han estado protestando en masa contra el acuerdo de gas con Israel, ya que ven la cooperación económica entre su país e Israel como un acto de normalización política, especialmente mientras Tel Aviv continúa ocupando y oprimiendo los territorios palestinos. Los ecos de las protestas populares llegaron al Parlamento jordano, que este 19 de enero votó unánimemente a favor de una ley para prohibir las importaciones de gas de Israel.

    Durante años, Israel ha estado explotando el descubrimiento de los enormes depósitos de gas natural de los campos de Leviatán y Tamar, ubicados a casi 125 km y 80 km al oeste de Haifa, respectivamente, para reconstruir alianzas regionales y redefinir su centralidad geopolítica en Europa.

    Sin embargo, la estrategia israelí ya ha creado potenciales conflictos en una región ya inestable, con la suma al juego de poder de Chipre, Grecia, Francia, Italia y Libia, así como Egipto, Turquía, Líbano y Rusia.

    Israel, Grecia y Chipre: socios en el nuevo gasoducto

    El pasado 2 de enero, Netanyahu estaba en Atenas firmando un acuerdo para un gasoducto, junto con el primer ministro griego, Kyriako Mitotakis, y el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades.

    Se proyecta que el gasoducto EastMed viaje desde Israel a Chipre, de allí a Grecia y, en última instancia a Italia, transportando así el gas del Mediterráneo oriental directamente a Europa.

    Hace unos años este escenario parecía impensable, ya que Israel, de hecho, importaba gran parte del gas natural desde el vecino Egipto.

    El yacimiento Tamar de Israel rectificó en parte su dependencia del gas importado cuando comenzó a producir en 2003. Poco después, Israel siguió desarrollando la explotación del gas, esta vez con un potencial mucho mayor, en el enorme yacimiento de Leviatán. El 31 de diciembre de 2019, Leviathan comenzó a bombear gas por primera vez.

    Leviatán se encuentra en la cuenca levantina del mar Mediterráneo, una región rica en hidrocarburos.

    «Se estima que Leviatán tiene más de 21 billones de pies cúbicos de gas natural, suficiente para satisfacer las necesidades israelíes de generación de energía durante los próximos 40 años, mientras que todavía deja un amplio suministro para la exportación», escribió Frank Musmar en el Centro de Estudios Estratégicos de BESA.

    Israel se está diversificando más allá de ejercer un dominio económico regional para convertirse en un gran jugador en el escenario geopolítico internacional también.

    Se espera que el proyecto del gasoducto EastMed, estimado en 6 mil millones de dólares cubra el 10% de la necesidad general de gas natural en Europa. Aquí es donde las cosas se ponen aún más interesantes.

    Turquía y Rusia: perjudicadas

    Turquía cree que el acuerdo, que involucra a sus propios rivales regionales, Chipre y Grecia, está diseñado específicamente para marginarlo económicamente al excluirlo del auge de hidrocarburos del Mediterráneo.

    Ankara ya es un centro de energía a gran escala, siendo el anfitrión de TurkStream, que alimenta a Europa, con aproximadamente el 40% de sus necesidades de gas natural proveniente de Rusia. Este hecho ha proporcionado a Moscú y Ankara no sólo ventajas económicas, sino también influencia geoestratégica.

    Si el gasoducto EastMed se convierte en realidad, Turquía y Rusia serán las que más perderán.

    Turquía se asocia a Trípoli y entra en la guerra de Libia por el gas

    En una serie de movimientos sucesivos y sorprendentes, Turquía tomó represalias firmando un acuerdo fronterizo marítimo con el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Libia, reconocido internacionalmente, y comprometiéndose a enviar apoyo militar para ayudar a Trípoli en su lucha contra las fuerzas leales al General Khalifa Haftar.

    «Turquía no permitirá ninguna actividad que vaya en contra de sus propios intereses en la región», dijo Fuat Oktay, vicepresidente de Turquía, a la Agencia de Noticias Anadolu, y agregó que «cualquier plan que ignore a Turquía no tiene absolutamente ninguna posibilidad de éxito».

    Aunque los países europeos se apresuraron a condenar a Ankara, Turquía logró cambiar las reglas del juego al reclamar vastas áreas que también reclaman Grecia y Chipre como parte de sus llamadas zonas económicas exclusivas (ZEE).

    Turquía no solo perforará en las aguas territoriales de Libia para obtener gas natural, sino también en aguas en disputa cerca de Chipre. Ankara está acusando a Chipre de violar «el reclamo igualitario de descubrimientos», un acuerdo que siguió al conflicto militar entre ambos países en 1974.

    Si el problema no se resuelve, el proyecto del gasoducto EastMed podría convertirse en un sueño imposible. Lo que parecía un acuerdo lucrativo, con una inmensa importancia geopolítica desde el punto de vista israelí, ahora parece ser otra extensión del amplio conflicto de Medio Oriente.

    Si bien la UE está ansiosa por liberarse del control estratégico de Rusia sobre el mercado del gas natural, el gasoducto EastMed parece cada vez más inviable desde todos los ángulos posibles.

    Sin embargo, teniendo en cuenta los enormes depósitos de gas natural que están listos para alimentar a mercados europeos, es casi seguro que el gas natural del Mediterráneo eventualmente se convertirá en una fuente importante de disputas políticas, si no, de una guerra.


    Ramzy Baroud es Doctor en Estudios de Palestina de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y es académico en el Centro de Estudios Globales Internacionales, de la Universidad California Santa Bárbara. Es escritor, y editor de Palestine Chronicle. Su último libro es «La última tierra: una historia palestina» (Pluto Press, Londres, 2018)

     
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