UCRANIA: Así tortura y reprime el régimen de Kiev apoyado por los gobiernos occidentales con el dinero del contribuyente

¿Cómo no pueden entenderlo en Occidente? se pregunta una víctima

Esta entrevista es de junio de 2022. La víctima, hoy refugiada en el Donbass, pide que su historia se difunda en todos los idiomas. Quien conozca los testimonios de las víctimas de las dictaduras del Cono Sur Latinoamericano de los años 70 reconocerá el modus operandi represivo inmediatamente. No falta ni un solo detalle: represión ilegal llevada a cabo conjuntamente por fuerzas estatales y parapoliciales; decenas de hombres armados irrumpiendo violentamente en los domicilios para detener a una persona desarmada; centros de detención secretos; traslados nocturnos; tortura a los hijos para quebrar a la víctima; amenazas contra niños y ancianos de la familia; condiciones infrahumanas en los centros de detención; extorsión para quedarse con las propiedades del detenido. Quien haya vivido las peripecias de refugiado se reconocerá en el relato de esta mujer: «Me quedé en la estación durante 24 horas, mirando al suelo vacío, todo lo que me quedaba era mi bolso … toda una vida para terminar con un bolso, eso era todo lo que tenía, ¡pero finalmente era libre!«. Quien haya sido preso político también se sentirá identificado con esos detenidos en las mazmorras de los nazis ucranianos, cuando el día en que se celebraba la victoria de 1945 contra la Alemania nazi, cantaron canciones alusivas…aun sabiendo que después los carceleros los molerían a golpes.

Larissa, torturada en las mazmorras de la SBU ucraniana en Kharkov

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Larissa era oficial de policía en la ciudad de Kharkov y sirvió a Ucrania fielmente durante 18 años. Pero cuando el Maidan comenzó en Kiev (2014), ella y su familia, así como la gran mayoría de los habitantes de la ciudad, comenzaron a preocuparse. Incluso antes de la masacre de Odessa, la población proclamó la República Popular de Kharkov y elevó la bandera rusa sobre la administración del Consejo Regional, comprometiéndose firmemente al camino de unirse a la Federación Rusa.

El levantamiento fue aplastado con sangre por las fuerzas de seguridad ucraniana y la llegada a la ciudad de cientos de ultranacionalistas fanáticos, dirigidos por Andrei Biletsky -el futuro comandante del regimiento neonazi Azov- y también por Igor Mosiychuk -un secuaz del partido Sector Derecho- y por supuesto, por las fuerzas de la policía política de Ucrania, la SBU. El ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, también tiene una inmensa responsabilidad por lo que sucedió en esta ciudad y en muchos otras del este del país.

Larissa fue testigo de todos estos eventos y después de un largo tiempo llevando ayuda humanitaria al Donbass ocupado por Kiev, finalmente fue arrestada en marzo de 2015, junto con su hijo, y fue torturada durante 3 meses en una de las prisiones secretas de la SBU.

Durante tres horas y media, aceptó contar su historia. Se sumergió en el corazón del terror ucraniano, los golpes, la tortura psicológica y física, la extorsión, las mentiras y la negación absoluta del principio de libertad de pensamiento.

La revuelta contra el Maidan en Kharkov fue ahogada en sangre y terror

Larissa desde 2016 está refugiada en Donetsk. Es madre y abuela, no era una luchadora de la resistencia armada, y no participó en ninguna trama contra Ucrania, pero desaprobó profundamente aquello en lo que se convirtió Ucrania y, como policía, también piensa en términos de la ley, y relata:

«Nací en la época de la Unión Soviética, en Minsk (Bielorrusia) porque mi padre era militar y nos trasladábamos mucho. Finalmente nos instalamos en Khakov donde me casé y tuve mis hijos. Me escandalicé, al igual que todos los que me rodeaban, por los eventos del Maidan, todo lo cual era totalmente ilegal y violaba la Constitución del país. Vi las imágenes de policías ardiendo como antorchas, la devastación causada en la capital, la destrucción y el saqueo. El nuevo gobierno que surgió después era en sí mismo ilegal, nacido de esta locura y nacido con sangre. En toda la ciudad (Kharkov) la gente se apresuró a salir a las calles para protestar. La gente estaba entusiasmada, pacífica, y después de que Crimea ingresara a Rusia, pensamos que nosotros también teníamos que separarnos de un país que se había vuelto completamente trastornado.

Mis abuelos lucharon en la Gran Guerra Patriótica, no podíamos entender que los nazis pudieran gobernar en Ucrania, imponer su ideología y comprendí que en 1945 no los habíamos aplastado totalmente. Hoy en el mundo, en Ucrania y en los Estados Unidos, el nazismo es rampante, ¿cómo no pueden reaccionar y cómo no pueden entenderlo en Occidente?

Luego vimos llegar a cientos de activistas del Maidan, con armas, con uniformes negros, con las fuerzas del SBU y gente que venía del oeste de Ucrania, con Biletsky y Mosiychuk [dirigentes de la ultraderecha]. Muy rápidamente disparaban en las calles, y en abril ya asesinaron a tres personas. El terror se extendió, la ciudad de Kharkov, que amo tanto, estaba bajo el control de esas bandas. No estoy particularmemte apegada a Lenin, pero esta es nuestra historia, no podemos cortar todo y es despreciable luchar contra la memoria, la cultura y las civilizaciones. Yo misma soy rusoparlante, no hablo ucraniano, puedo entenderlo pero en la ciudad el idioma es el ruso. Por lo tanto, prohibir nuestra historia, nuestro lenguaje, los partidos políticos y luego usar una terrible violencia contra la población no era aceptable ”.

Torturada por la SBU y encarcelada por su opinión política

Larissa continúa su historia con precisión, con reflexiones y consideraciones sobre los derechos humanos que nadie en Occidente podría contradecir. Incluso con la experiencia de haber escuchado los testimonios de las personas torturadas, todavía nos sorprendemos al escuchar hechos atroces y nuevos.

«No participé en la resistencia armada. Tenía mi opinión y no podía permanecer indiferente, así que comencé a llevar ayuda al Donbass. Fue horrible ver a la Fuerza Aérea de Ucrania y su artillería disparando a civiles en Lugansk o Donetsk. Recuerdo a una mujer moribunda destrozada por una bomba, esa imagen se ha quedado conmigo. Nuestros canales de televisión estaban mostrando fotos sin comentar, sin denunciar lo que estaba sucediendo, así que decidí recoger lo que podía a mi alrededor, mi salario también me permitía ayudar, y comencé a llevar ayuda a la retaguardia, especialmente para las personas mayores. Fui a Mariupol, a Avdeevka, y a otras ciudades del Donbass, llevamos lo que podíamos en automóvil: pan, comida, medicinas, ropa.

Fue terrible ver eso, e incluso escuché que en una aldea tres personas mayores murieron de hambre. No había nada, Kiev dejó de pagar las pensiones a los jubilados.

Hice mi último viaje en diciembre de 2014, pasando los controles, pero no pude sospechar que ya estaba siendo vigilada desde hacia tiempo. Cuando fui arrestada en marzo de 2015, habían estado escuchando mis conversaciones telefónicas durante seis meses, según me dijeron después. Fueron a arrestar a mi hijo primero, yo vivía con mi otro hijo en otro apartamento. Arrestaron a otras dos personas en mi edificio. Hubo una ola de arrestos en toda la ciudad, un resumen, no sé cuántas personas, decenas, cientos. La represión política era realmente a gran escala.

¡Vinieron catorce de ellos! ¡Catorce para determe a mí y no tuve tiempo de abrir la puerta antes de que ya la hubieran roto! Algunos llevaban uniformes de la SBU, otros ropa civil, estaban armados, se repartieron por toda la vivienda y me detuvieron. Algunos de ellos gritaban, otros hacían preguntas con calma. En un momento me pidieron que saliera al corredor e inmediatamente después encontraron una granada en la bota de mi nieta de 12 años … por supuesto que fueron ellos quienes la habían puesto allí. Negué haber tenido armas, pero dijeron que yo era una terrorista y que estaba socavando la seguridad del Estado.

Encontré fuerzas para bromear y les dije que había comprado esa granada para proteger la bota del ataque de las polillas… entendieron entonces que no obtendrían nada de mí. Había pedido un abogado, estaban filmando con una gran cámara, me dijeron que no tenía derecho a un abogado, siendo un enemigo de Ucrania. Luego me llevaron a las instalaciones de SBU y el infierno se desató”.

El infierno de tortura y extorsión en las sórdidas mazmorras de la SBU


El resto de la historia de Larissa nos pondrá en contacto con el mal en estado puro, porque aunque su detención fue más corta que la de otros prisioneros políticos que entrevisté, Larissa fue maltratada casi todos los días de su encarcelamiento en esta prisión secreta de SBU en Kharkov desde marzo hasta mayo de 2015, y luego, nuevamente en otras dos cárceles entre mayo de 2015 y finales de enero de 2016.

Ella explica: me llevaron a las instalaciones de la SBU y mi primer interrogatorio fue realmente terrible, duró 37 horas sin parar, me impidieron dormir y me hacían las preguntas más abusurdas. Los agentes de la SBU se turnaron, perdí el sentido del tiempo y ya no era yo después de ese tratamiento. Habían arrestado a mi hijo sólo para presionarme. Fue golpeado salvajemente durante horas, era un cuerpo sangriento, magullado e irreconocible. Le rompieron las costillas y también las manos y me amenazaban que si no confesaba todo lo que querían, sería golpeado nuevamente. Es una tortura terrible para que una madre ser chantajeada tan cruelmente. Finalmente me arrojaron a una celda y me derrumbé en un sueño profundo. Estaba en la celda con una docena de personas. Había varias celdas contiguas, tal vez había unos 70 desafortunados como yo allí. Todos los días nos sacaban para un nuevo interrogatorio.Teníamos poca comida, sólo sopa y pan y las condiciones eran terribles, en realidad era la antesala de la muerte. Hombres y mujeres fueron separados. Cuando los guardias no estaban, hablábamos con prisioneros de las celdas contiguas. Los hombres estaban en peores condiciones, sin colchones; algunos heridos y sin tratamiento médico. A veces nos sacaban a un pequeño patio rodeado de paredes. Recuerdo que el 8 de mayo de 2015, [Día de la Victoria contra los nazis] para celebrarlo, cantamos canciones patrióticas de esa época. Estaban furiosos, pero ¿qué podrían hacernos que fuera más terrible de lo que ya nos habían hecho? Amenazaron con atacar a mi madre de 84 años e incluso a mi nieta de 12 años. Este chantaje ya no funcionó, les dije que podían hacer lo que querían. Fui acusada de cosas absurdas, como ser una espía, porque podía ver las idas y venidas de los aviones militares ucranianos desde mi balcón, y que les estaba transmitiendo información a los rusos [N de la E.: en 2015 no había intervención rusa en el Donbass]… respondí que esto era absurdo, pero continuaron tratando de que yo firmara una confesión delirante.

También me dijeron que si les daba nuestros pisos -el mío y el de mi hijo- entonces podría ser libre, o que también podía pagar una gran suma de dinero y eso desencadenaría mi liberación.

Respondí que no había ley para obligarme a hacer esto, que era un crimen y un robo. Un fiscal que me conocía por todos mis años de servicio en la administración policial, finalmente intervino, pero no fui liberada. Eso los enfureció más, y fui golpeada, y constantemente acusada y amenazada. Finalmente, me hicieron una farsa de juicio y me dijeron que me liberarían, lo que, por supuesto, era una mentira para esperanzarme y luego quebrarme. Dieron por válidas todas las falsas acusaciones contra mí, pero la verdad es que fueron mis puntos de vista políticos los que me llevaron a la cárcel. ¿Es esto normal en un país civilizado?

Fui transferida por la noche -para que nadie pudiera verme en la calle, o que se viera que había gente encarcelada ilegalmente allí- a una prisión en Poltava. Estuve allí hasta octubre, encarcelada con presas comunes, pero también había prisioneros políticos como yo. Estuve hasta mi segundo juicio, en octubre de 2015, donde me sentenciaron a un año de detención. Fui enviada a un centro de detención en una ciudad en el centro de Ucrania. Fui liberada a fines de enero de 2016, y pude regresar a mi casa en Kharkov, mi hijo estuvo detenido durante cinco años ”.

Refugio en Rusia y regreso al Donbass


Tortura, intentos de robarle su propiedad y su dinero; chantaje y amenazas de dañar a su familia, incluidos ancianos y niños; meses de interrogatorios brutales: estamos aquí claramente ante lo que cometió la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial, en la misma intensidad de la violencia bárbara y gratuita.

¿Cómo puede haber haber justificación del delito de opinión en los medios de comunicación occidentales, en estas famosas «democracias» de la Unión Europea?

¿Cómo se puede justificar el apoyo a Kiev en tales condiciones? Porque la pregunta es importante, ¿saben las autoridades occidentales lo que ocurría? Sí, porque hay testimonios de prisioneros que fueron visitados por personas de la Cruz Roja, de la ONU y la OSCE.


Larissa regresó a casa después de la pesadilla de su detención, pero sus problemas no habían terminado:

«Volví a casa, habiendo perdido mi trabajo; con mi hijo en prisión, tenía que cuidar a mi nieta. Un día vi en la calle al fiscal que había intervenido en mi caso. Me reconoció y vino a mí. Se disculpó mil veces, diciéndome que se había visto obligado a hacer el juicio tal como le habían dicho. Me advirtió que estaba en la mira de la SBU nuevamente, y que pronto volverían por mí. Me aconsejó que huyera. Inmediatamente entendí que tenía que hacerlo, y gracias a amigos y conocidos, pude pagar a un contrabandista para cruzar la frontera entre Ucrania y Rusia, que no está muy lejos de Kharkov. Tuve que pagar una gran cantidad de dinero. Me escondieron en el maletero de un automóvil.

Así es como terminé sola en Kursk. Me quedé en la estación durante 24 horas, mirando al suelo vacío, todo lo que me quedaba era mi bolso … toda una vida para terminar con un bolso, eso era todo lo que tenía, ¡pero finalmente era libre!

Pedí a los familiares que pusieran a mi nieta en un avión y la enviaran a Moscú. Recibí refugio político y asistencia. Pero debido a que Rusia y Ucrania no estaban en guerra, tenía miedo de que mi nieta pudiera ser devuelta a Ucrania, si el país la reclamaba a través de los tribunales. Me dije a mí misma que el único lugar donde ninguna ley internacional podía meterse conmigo … eran las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk que no fueron reconocidas por nadie. Era consciente de que me iba a un teatro de guerra, pero finalmente decidí establecerme allí.

Llegué a Donetsk en mayo de 2016. La gente fue genial conmigo, la mentalidad es ligeramente diferente de Kharkov, pero es similar. Algunas personas me encontraron un piso modesto donde solo pagué los servicios públicos. Otros me buscaron enseres para la casa, no tenía ni una sartén ni una tetera para hacer un té. Trabajé duro y ahora tengo mi propio negocio aquí. Mi hijo finalmente fue liberado después de cumplir la sentencia que le impusieron. Todavía está en Kharkov, donde también ayuda a los civiles. Falta de todo, ya que la ciudad está ahora en la línea del frente con la llegada de las tropas rusas [es el mes de junio de 2022].

Después de la guerra, no sé si volveré a vivir en Kharkov, sigue siendo mi ciudad, tengo lazos allí, pero ahora también el Donbass es mi hogar, estoy muy agradecida con la gente por ayudarme tanto.

Deseo la victoria para Rusia y el Donbass y que esos nazis sean destruidos, y hay que decirle todo esto a la mayor cantidad de personas posible, la gente debe saber todo esto. Esos criminales y verdugos, estos políticos y soldados ucranianos tendrán que responder por sus acciones ante la Justicia de los hombres. Tenemos que repetirlo casa por casa, y es por eso que he estado contando mi historia desde entonces, todo esto debe ser conocido, en la medida de lo posible, en todos los idiomas, porque mi caso no es aislado, y voy a tratar de convencer a personas que han sido torturadas que hablen. Tienen miedo, porque a menudo todavía tienen familia en Ucrania, y pueden imaginar lo que la SBU podría hacer a sus familiares … «.

Larissa sobrevivió a las cárceles de la SBU, su historia en Occidente tal vez no interesará a nadie, y sin embargo, es sólo una de las miles de personas en toda Ucrania que fueron arrestadas, torturadas y maltratadas por la terrible policía política ucraniana. Nadie puede inventar tales cosas y nadie puede disputar la veracidad de las declaraciones de los testimonios.

Lo peor es pensar que los gobiernos occidentales al apoyar a Ucrania desde el principio han sido cómplices en todos estos crímenes, cometidos en nombre de la entrada de Ucrania en la OTAN y en la Unión Europea, y que oligarcas , cabilderos e intereses extranjeros, especialmente los anglosajones, han hecho pedazos a Ucrania para atacar a Rusia.

Larissa concluyó diciendo que se hará justicia, que todo irá bien y que la victoria inevitablemente irá a Rusia.

Occidente no puede alegar desconocimiento de lo que Kiev hacía contra la población del Donbass

El 23 de Diciembre de 2014, en la página de Médicos Sin Fronteras en inglés, se podía leer la siguiente información:

El Dr. Yuri Orlov en el Ambulatorio 6, de Novostroika, Donetsk, 2014

El Dr. Yuri Orlov sacude la cabeza. «Mi problema número uno aquí es la hipertensión. Desde el año pasado, he visto un aumento del 30 por ciento de las complicaciones de la presión arterial alta «.

Después de meses de lucha prolongada en el este de Ucrania, el conflicto está teniendo un impacto devastador en las personas que viven a ambos lados de la primera línea. Muchos han perdido a sus seres queridos y han visto a sus hogares y escuelas golpeadas por bombas.

Su forma de vida ha cambiado dramáticamente, viven con miedo a los enfrentamientos y enfrentan un estrés agudo sobre su futuro. Los meses de intensos esfuerzos en los servicios de salud han dejado agotados a los médicos locales como al Dr. Yuri Orlov, que luchan por satisfacer las crecientes necesidades médicas, en particular de las personas más vulnerables de la comunidad: las personas mayores, enfermas y discapacitadas.

Con los bancos cerrados y los pagos de pensiones cortados en muchas áreas, las personas están retrasando la visita al médico simplemente porque no pueden pagar el transporte o la medicación. Incluso los medicamentos básicos como los analgésicos y el jarabe de la tos están fuera del alcance de las personas que no tienen acceso al dinero en efectivo, mientras que los medicamentos más específicos como la insulina se suministran con escasez.

Desde mayo, Médecins Sans Frontières (MSF) ha estado apoyando a los hospitales en la provincia de Donetsk con suministros para tratar a miles de pacientes heridos por la guerra. En respuesta a las dificultades que ahora enfrentan las personas en el acceso a la atención médica básica, el equipo está expandiendo su apoyo médico a los centros de salud en las áreas afectadas por conflictos en Donetsk.

La primera de estas clínicas –en recibir apoyo de MSF – es el Ambulatorio 6, de Novostroika (34 km al SE de la ciudad de Donetsk) un pequeño pueblo de minería del carbón en las afueras de Shakhtarsk (ciudad de 48.000 habitantes) en la parte rebelde de Donetsk. Es el servicio de salud de atención primaria para unas 7000 personas que viven en cinco aldeas cercanas, brindando atención primaria y remitiendo a las personas al hospital cuando es necesario.

Este pequeño centro de salud no ha recibido ningún medicamento del sistema estatal ucraniano desde agosto (2014), y los salarios para el personal médico no se han pagado desde el verano. Con las líneas de suministro médico en el este del país, severamente interrumpidas o cortadas por completo, y los presupuestos de 2014 agotados hace meses, muchas instituciones como el Ambulatorio 6, dependen de los voluntarios de las organizaciones locales para la comida, y de MSF para los suministros médicos y el apoyo al personal sanitario.

Los pacientes con enfermedades crónicas están particularmente afectados, por lo que el equipo de MSF está proporcionando kits, que contienen medicamentos para tratar enfermedades cardíacas, hipertensión, diabetes y asma, así como otros suministros esenciales a los centros de salud rurales. Con esto, los médicos como el Dr. Yuri pueden continuar atendiendo regularmente a los pacientes.

En julio de 2015 el área alrededor de Novostroika vivió enfrentamientos pesados  ​​y una gran cantidad de casas fueron destruidas. Los efectos siguen siendo visibles. Muchos de los que permanecieron en el pueblo o que regresaron después de que los combates disminuyeron, ahora están aislados y vulnerables. El conflicto ha tenido un impacto desastroso en la economía del área, con muchas empresas y minas cerradas, dejando a las personas sin trabajo.

Luego de la decisión del gobierno ucraniano  de retirar todos los servicios estatales de las áreas rebeldes, las personas mayores han dejado de recibir sus pensiones y beneficios, y todos los servicios bancarios, incluidos los cajeros automáticos y los pagos con tarjeta de crédito, están bloqueados.

En el centro de salud, el Dr. Yuri prepara una lista de aquellos pacientes que están en cama y necesitan visitas a domicilio. Él está usando su propio automóvil, ya que el que pertenece al centro Ambulatorio 6  fue dañado por la metralla durante los combates. Él está pagando el combustible de su propio bolsillo.

«Los médicos y todo el personal sanitario han demostrado una gran dedicación al continuar trabajando a pesar de no recibir salarios durante meses», dice el Dr. Wael Abdurahman Ahmed Ali, quien está coordinando el programa de asistencia médica de MSF. «Es un esfuerzo enorme para ellos. Estamos trabajando para apoyar al personal médico que brinda atención médica esencial a las personas en algunas de las áreas más afectadas «.

Además de la clínica de atención primaria, los equipos de MSF también continúan su apoyo a los hospitales en Donetsk y Lugansk con suministros médicos para tratar a los pacientes heridos por la guerra. Desde mayo (de 2014) nuestros equipos han suministrado 70 instalaciones médicas en primera línea de fuego, a ambos lados de la línea; suficientes para tratar a 13.150 heridos. Los psicólogos de MSF están brindando apoyo de salud mental a los afectados por el conflicto en varias ciudades, incluidas consultas individuales y grupales. Los psicólogos de MSF también están ejecutando un programa de capacitación para psicólogos locales, trabajadores sociales y personal médico que trabaja a lo largo de la región afectada.