GUERRA DE UCRANIA: Canadá emitirá bonos del Estado para recaudar fondos para el gobierno de Kiev
El primer ministro de Canadá dijo que los canadienses «pueden ir a los principales bancos para comprar Bonos de Soberanía -como se llaman oficialmente- que cobrarán después de cinco años con interés» para ayudar a Ucrania. En realidad lo que está haciendo el gobierno canadiense es pedir un préstamo a sus ciudadanos, que les devolverá dentro de cinco años con dinero salido de su propio bolsillo, es decir dinero público. Y no será para hacer nada bueno por el país, sino para mantener una escalada bélica que si sigue su curso no es difícil que termine en un conflicto nuclear.
Canadá prepara ‘bonos de guerra’ para apoyar al gobierno ucraniano infestado de nazis

Durante la Segunda Guerra Mundial el gobierno canadiense pidió a sus ciudadanos que compraran bonos de guerra para combatir el fascismo en Europa. Esto vino sólo después de que Hitler entrara en conflicto con Gran Bretaña, antes de eso el gobierno de Canadá era un entusiasta defensor del fascismo en la década de 1930. Canadá volvió casi instantáneamente a recuperar la relación con el fascismo después del final de la Segunda Guerra Mundial, importando muchos de Europa.
DANIEL XIE / MONTHLY REVIEW
Durante la Segunda Guerra Mundial se llamaba a los canadienses a comprar «préstamos de la victoria», para financiar el esfuerzo de guerra de Canadá. De 1941 a 1945, hubo nueve ediciones de «préstamos de la victoria», con ventas totales en efectivo por un total de casi 12 mil millones de dólares. La Enciclopedia Canadiense señala que «alrededor del 52% de estos bonos fueron comprados por corporaciones y el resto por individuos».
En 2022, el gobierno canadiense ha reintroducido una vez más los bonos de guerra, esta vez para un gobierno ucraniano infestado de nazis, y utilizado por la OTAN para liberar una guerra por poderes contra Rusia.
El 28 de octubre de 2022, el primer ministro Justin Trudeau anunció un plan para recaudar más dinero para la guerra en Ucrania. Este plan involucra a Canadá en la venta de un bono a 5 años respaldado por el Estado, para ayudar a Ucrania, uno de los principales medios que la OTAN utiliza para apuntar a Rusia. Canadá lo llama «Bono de Soberanía ucraniana». El plan de Trudeau convierte a Canadá en el primer país en crear bonos de guerra para Ucrania.
Los bonos de guerra que compren los canadienses, están destinados a ayudar al gobierno ucraniano a «continuar operaciones», y los objetivos de este dinero incluirían «proporcionar servicios esenciales a los ucranianos, como las pensiones y la compra de combustible antes del invierno».
The Canada Files contactó con la Oficina del Primer Ministro para preguntar: «¿Pueden garantizar que ninguno de los fondos recaudados por estos bonos irá al ejército o policía ucraniano?» No ha habido respuesta. De todos modos, se puede afirmar que se ha creado un vínculo del gobierno canadiense para apoyar a un gobierno infestado de nazis en Ucrania.
En una reunión con el Congreso Canadiense de Ucrania, Trudeau les explicó cómo los canadienses ahora pueden «ir a los principales bancos para comprar sus Bonos de Soberanía, que cobrarán después de cinco años con interés». Estos bonos apoyarán al gobierno de Ucrania en la guerra y permitirán que continúe, con más operaciones.
Además de los bonos de guerra para el gobierno ucraniano, el gobierno canadiense también anunció una nueva ronda de sanciones dirigidas contra varios altos funcionarios rusos, quienes estaban vinculados al sector energético incluida Gazprom y sus subsidiarias. Por otra parte, Canadá planea imponer aún más sanciones a los sectores de Justicia y Seguridad rusos que instruyen casos sobre las sanciones para Gazprom. El anuncio de Canadá de estas sanciones significa un mayor compromiso con la estrategia de la OTAN de estrangular económicamente a Rusia. Esto se lleva a cabo independientemente de la efectividad de estas sanciones o de las consecuencias inminentes para Europa con la llegada del invierno.
Una historia muy canadiense: trabajar con colaboradores nazis ucranianos
La preparación de bonos de guerra de Canadá para el gobierno ucraniano, es otro capítulo más de la colaboración de Canadá con elementos profascistas de la diáspora ucraniana, para establecer una política exterior antirrusa. Esta colaboración se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Canadá proporcionó refugio a los nazis ucranianos que huyeron tras la derrota.
Aquellos colaboracionistas con el nazismo alemán, pertenecían específicamente a la facción OUN-B, encabezada por Stephan Bandera, que buscó crear una Ucrania «étnicamente pura», «limpia» de todos los judíos, rusos y polacos. Durante la Segunda Guerra Mundial, colaboraron con entusiasmo con los nazis para exterminar a los comunistas, junto con las poblaciones judías, polacas y eslavas de Ucrania. Algunos miembros de la OUN formaron parte de la unidad ucraniana de las Waffen-SS bajo el nombre de 14ª División SS de Granaderos Ucraniana «Galitzia», que fue responsable de la masacre de más de 1.000 civiles polacos en Huta Peniatska en 1944.
[N. de la E.: En la edición del 9 de abril de 2008, la Gazeta Polska Weekly, publicó un artículo sobre la masacre, con testimonios de supervivientes (Emilia Bernacka, que entonces tenía 10 años; Filomena Franczukowska, que tenía 20; Jozefa Orlowska, entonces de 16; y Regina Wroblewska, que tenía 6). Afirmaron que los asesinos eran ucranianos de la División Galizia de las SS. Todos afirmaron que la aldea fue atacada por las tropas ucranianas, que asesinaron a todos los polacos que lograron capturar, incluidos bebés. Los pocos supervivientes, lograron abrir la puerta trasera de una iglesia de la aldea donde los asesinos los habían recluido para masacrarlos. Después de asesinar a los habitantes de Huta Pieniacka, la población ucraniana, saqueó las propiedades de los asesinados, cargando todo en carros de caballos que habían preparado de antemano. La mayoría de las casas fueron quemadas durante la masacre. Según los testimonios de los que sobrevivieron, los alemanes no participaron directamente en la masacre misma. El pueblo de Huta Peniatska ya no existe. En 2009, los entonces presidentes de Polonia y Ucrania, Lech Kaczyński y Víktor Yúshchenko, respectivamente, visitaron el lugar para rendir homenaje a las víctimas. Entonces, se erigió un monolito de granito en memoria de los masacrados.
Es difícil entender la falta de dignidad del gobierno actual de Polonia, que ahora ha destinado el 1% de su PIB -como las mismas autoridades polacas lo han declarado- a ayudar al gobierno de Ucrania, sostenido por fuerzas con la misma ideología nazi de limpieza étnica, como las que masacraron a sus compatriotas, en un tiempo no tan lejano].
Estos grupos fascistas encontrarían un nuevo hogar en Canadá, ya que el anticomunismo se convirtió en una parte integral de la política exterior canadiense en la Guerra Fría. Según el historiador de investigación Peter Vronsky, un grupo financiado por Estados Unidos, el Consejo Cristiano Canadiense para el Reasentamiento de Refugiados, presionó al gobierno de Canadá, para que captara ex colaboradores de las SS en la guerra contra el comunismo.
El gobierno canadiense admitiría a más de 2.000 miembros de la División Galitzia de las Waffen SS, para aplastar a ala izquierda de la diáspora ucraniana en Canadá. En muchos casos, simplemente mostrar un tatuaje de las SS a los funcionarios era suficiente para ser admitido en Canadá.
Estos colaboradores del nazismo trabajaron con el gobierno canadiense y las corporaciones canadienses para eliminar a los movimientos de izquierda en Canadá. La policía de Canadá pagó a presuntos criminales de guerra como Radislav Grujicic para proporcionar informes de inteligencia sobre inmigrantes de izquierda. Compañías mineras canadienses como INCO usaron colaboradores nazis ucranianos para eliminar a los militantes de sindicatos izquierdistas.
Los colaboradores nazis ucranianos que se establecieron en Canadá crearon varias organizaciones para difundir su ideología. Estas organizaciones incluyeron el Congreso Canadiense de Ucrania (UCC) y la Liga Canadiense de Ucrania (LUC), las cuales glorifican a colaboradores nazis como Bandera y su lugarteniente, Yaroslav Stetsko. La UCC incluso fue tan lejos como considerar a Bandera uno de los héroes nacionales de Ucrania.

Además de fundar organizaciones promotoras del ultranacionalismo ucraniano, también erigirían monumentos a varios colaboradores nazis. Estos memoriales incluyen un monumento en Oakville que conmemora a la OUN de Stepan Bandera, incorporada en la 14ª División SS de Granaderos Ucraniana «Galitzia», así como una estatua del colaborador nazi ucraniano Román Shujévych en Edmonton.

[N. de la E.: El 28 de julio de 2020, la asociación judía B’nai Brith y el Congreso Polaco Canadiense emitieron una declaración conjunta pidiendo la eliminación del monumento a la 14a División de Granaderos Waffen-SS, en el cemenerio de Oakville, en Ontario. El monumento conmemora una unidad militar ucraniana de la Segunda Guerra Mundial que colaboró con los nazis y asesinó a miles de judíos «La presencia de monumentos en Canadá que glorifiquen la ideología perversa del nazismo es inaceptables», dijeron. Además del monumento de Oakville, B’nai Brith ha protestado durante años -sin conseguir una respuesta de las autoridades- contra la presencia en Edmonton, de un busto de Román Shujévych, un colaborador nazi en Ucrania que supervisó atrocidades masivas contra judíos, polacos étnicos, bielorrusos y otros. La asociación B’nai Brith ha tratado de combatir la glorificación del nazismo en Canadá, recientemente han publicado un artículo detallado sobre la glorificación nazi en Canadá].
Trudeau continúa la histórica colaboración antirrusa de Canadá con los ultras ucranianos
La colaboración del gobierno canadiense con la extrema derecha ucraniano-canadiense continuaría bajo Justin Trudeau. Como primer ministro, Trudeau nombró a la ultranacionalista ucraniana Chrystia Freeland como ministra de Relaciones Exteriores y más tarde, como Viceprimera Ministra y Ministra de Finanzas. Freeland es nieta de Michael Chomiak, quien dirigía un periódico de propaganda nazi en Ucrania. Freeland ha defendido el golpe de Estado de Maidan instigado por Estados Unidos, y ha blanquedo la complicidad de su abuelo en el Holocausto, junto a sus esfuerzos por difundir ideas de extrema derecha dentro de la diáspora ucraniana canadiense.
Además del nombramiento de Freeland, el gobierno de Trudeau permitió la venta de armas ligeras a Ucrania y continuar la Operación UNIFIER. La Operación Unifier fue la misión de las Fuerzas Armadas Canadienses que proporcionaban entrenamiento militar para el ejército ucraniano mientras libraba la guerra contra la población rusa de Ucrania.
Si bien la Operación UNIFIER se inició bajo el gobierno de Harper, el gobierno de Trudeau la extendió dos veces. La primera extensión de la Operation UNIFIER fue en marzo de 2019, cuando se extendió hasta marzo de 2022, y la segunda extensión tuvo lugar en enero de 2022, cuando la misión se extendió hasta marzo de 2025.
[N. de la E: La Operación Unifier se organizó a solicitud del gobierno de Ucrania en 2014, para entrenar a las fuerzas ucranianas para ser capaces de reprimir a la población del Donbass y Crimea que no reconocían al gobierno salido del golpe del Maidán. Hasta el comienzo de la operacion militar rusa en Ucrania en febero de 2022, la misión de entrenamiento se realizaba en Ucrania en un formato multinacional que incluía a Dinamarca, Lituania, Polonia, Eslovaquia, Suecia, Ucrania, Reino Unido y EEUU, además de Canadá. Desde agosto de 2022, el ejército canadiense trabaja junto al Ministerio de Defensa británico capacitando a los reclutas ucranianos bajo la Operación Interflex. Esta operación también es multinacional, y esta liderada por el Reino Unido,y tiene el entrenamiento tiene lugar en suelo británico. Es sucesora de la Operación Orbital (2015-2022), que proporcionó entrenamiento a más de 22.000 efectivos militares ucranianos, antes de que la operación militar rusa los hiciera abandonar Ucrania y seguir con el entrenamiento en suelo británico. Cabe reflexionar sobre el hecho de que mientras se desarrollaban estas operaciones, y Ucrania se armaba y entrenaba tropas con la ayuda de todo Occidente, Rusia esperaba pacientemente que Ucrania cumpliera los Acuerdos de Minsk sobre el Donbass, según los cuales Donetsk y Lugansk serían regiones autónomas dentro de una república federal, y Rusia no las reconocería como Estados independientes. Mientras los rusos esperaban (y los otros garantes del cumplimiento del Acuerdo, Francia y Alemania, no hacían nada), Kiev tenía sometidos a los habitantes del Donbass al terror de los batallones nazis y no tenía la menor intención de cumplir con los Acuerdos. Si en algo se puede criticar a Moscú es que tardó demasiado en reaccionar].
A medida que las tensiones empeoraron entre Rusia y Ucrania, el gobierno de Trudeau preparó una extensión adicional de las sanciones contra Rusia, en febrero de 2022.
Con el comienzo de la operación militar de Rusia en Ucrania, el gobierno canadiense presionó por una escalada inmediata del conflicto. El 3 de marzo de 2022, Canadá sancionó a las empresas rusas Rosneft y Gazprom. A continuación impuso un impuesto del 35% a todas las importaciones de Rusia y Bielorrusia. Además, Canadá proporcionó artillería y vehículos blindados ligeros para Ucrania. El 7 de abril de 2022, el parlamento canadiense también se hizo eco de las declaraciones del gobierno ucraniano de que las acciones rusas en Ucrania constituían «un acto de genocidio».
Los intentos de Canadá de escalada del conflicto ucraniano impulsan al mundo a una guerra nuclear
La decisión del gobierno canadiense de crear bonos de guerra para ayudar a Ucrania, es otra indicación de su disposición a trabajar con los ultras ucranianos en la fermentación de una política exterior antirrusa. Durante décadas, desde que se les ofreció refugio en Canadá, los elementos pro-nazis de la diáspora ucraniana han trabajado con el gobierno canadiense y las corporaciones canadienses, primero contra la izquierda canadiense y la URSS, y ahora contra Rusia. En los años posteriores al golpe de Estado de Maidan, Canadá aumentó aún más las tensiones, con sanciones a Rusia y el apoyo militar a Ucrania, tanto antes como después de la operación militar rusa.
A medida que la guerra por poderes instigada por la OTAN en Ucrania contra Rusia acerca al mundo a la guerra nuclear, se necesita más que nunca un movimiento antiimperialista en Canadá para oponerse a que el gobierno canadiense siga aportando a una mayor escalada de la guerra en Ucrania.
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