ALEMANIA – LOS VERDES: Del pacifismo a ser la vanguardia política de la OTAN

¿Qué ha sido del partido que nació en la República Federal de Alemania con el nombre de Die Grünen (Los Verdes) el 13 de enero de 1980, de la alianza de los nuevos movimientos sociales que desde mediados de los setenta abogaban por la ecología política, el pacifismo, la economía mixta y sostenible para el medio ambiente y la defensa de los derechos civiles?

¿En qué ha mutado el partido co- fundado por Petra Kelly, que en su manifiesto presentaba sus lemas: “socialismo, ecologismo, democracia de base, no-violencia?

Los actuales Verdes, no renuncian a la figura de Petra Kelly (Baviera, 1947-Bonn, 1992), pero si Kelly viviera, hoy renegaría del partido que ayudó a fundar, y tal vez hubiera impedido o al menos denunciado la infiltración ideológica de la formación política de la cual fue uno de sus principales teóricos.

Pero Petra Kelly, fue hallada asesinada el 1 de Octubre de 1992 en su domicilio junto a su compañero Gert Bastian, parlamentario electo de Los verdes. Bastian era un ex militar alemán fundador del grupo Generales por la Paz. La versión policial fue que Bastian disparó a Kelly y luego se suicidó. Bastian era contrario al despliegue previsto de misiles nucleares de la OTAN en Europa, y se unió al Movimiento Pacifista, donde conoció a Petra Kelly.

En su momento se habló mucho de la muerte de Petra Kelly y Bastian. Los medios difundieron que se habían suicidado porque tenían serios problemas de salud y estaban deprimidos (ella tenía 45 años, y él 69), pero no sufrían enfermedades terminales. En años recientes -en esa moda de reescribir la Wikipedia sin aportar pruebas que resistan un análisis inteligente- se ha agregado una nueva versión oficial: que Bastian acababa de enterarse que al día siguiente se haría público que él era en realidad «un agente soviético», tras descubrir documentación al respecto en los archivos del Ministerio de Seguridad del Estado de Alemania Oriental, a los cuales la flamante Alemania reunificada tenía acceso.

Buena parte de la transmutación del partido, del pacifismo al belicismo atlantista, se explica por la integración en Los Verdes de un grupo nacido en Alemania Oriental: Bündnis 90 (Alianza 90), que tuvo lugar el 14 de mayo de 1993. Bündnis 90 era una coalición de tres grupos anticomunistas del este de Alemania, que se habían creado pocos meses antes del colapso de la RDA: Nuevo Foro; Iniciativa por los DDHH y Democracia Ahora! 

Demasiadas casualidades para que se trate sólo de inocentes coincidencias.

Déjà vu histórico: como en Yugoslavia, ahora en Ucrania, tan pronto como Los Verdes están en el gobierno estalla una guerra de agresión

GERD SCHUMANN / JUNGE WELT

«El antiguo partido de los evasores [pacifistas, antimilitaristas, que «evadían» el servicio militar]  ha mutado en uno de defensa», escribió el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) recientemente, 23 años después de la guerra de Yugoslavia. El periódico principal de la burguesía alemana entiende al  antimilitarismo como «evadir». Y el armamentismo, las sanciones [al enemigo], y las exportaciones de armas son una expresión de «la defensa». El comentario del FAZ es un elogio muy especial y peculiar para Los Verdes alemanes en tiempos trágicos. Antes de que Los Verdes se convirtieran en Alianza 90/Los Verdes, esto hubiera sido impensable.

«Ir a la guerra con estilo»

Joschka Fischer [de Los Verdes] vestía jeans y zapatillas deportivas en 1985 cuando prestó juramento como Ministro de Medio Ambiente y Energía del Estado federado de Hesse  [al formarse la primera coalición «rojiverde» entre Los Verdes y el Partido Socialdemócrata en Hesse]. Causó sensación con este gesto, mientras que sus logros políticos tendían a desagradar a la base del partido.

Más tarde, como Ministro Federal de Relaciones Exteriores, ayudó a iniciar una guerra de agresión por primera vez desde Joachim von Ribbentrop [ministro de Asuntos Exteriores de la Alemania nazi]. Entonces se presentó a jurar el cargo con un traje de tres piezas. Probablemente pensó que así podía transmitir su giro hacia la OTAN de manera creíble, lo que hicieron Los Verdes en la convención especial del partido en Bielefeld en mayo de 1999, aunque no de manera realmente convincente,  (444 a favor y 318 votos en contra).

Las convenciones especiales del partido ahora se han vuelto superfluas bajo el signo del llamado punto de inflexión. Hoy, la entrega de armas pesadas para la guerra -algo considerado antes un sacrilegio- es aprobada «con una mayoría múltiple», por un pequeño grupo de liderazgo llamado «congreso menor del partido», compuesto por poco menos de cien personas. A pesar de esto, no quieren quitarse la etiqueta de «partido de la paz» , como declaró el presidente de la formación política, Omid Nouripour, el 30 de abril de 2022, explicando su interpretación especial de la dialéctica, que al parecer es todo un éxito. Los primeros candidatos Verdes en ganar elecciones desde el comienzo de la guerra de Ucrania, en Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia, así lo apuntan, al igual que los índices de popularidad disparados de Annalena Baerbock [Ministra de Exteriores del gobierno Scholtz, por Los Verdes] y Robert Habeck [vicecanciller y Ministro de Economia, del gabinete Scholtz, por Los Verdes]. La apariencia ahora determina la conciecia, al parecer.

El 9 de diciembre de 2021, en el camino desde el Quai d’Orsay, la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, hasta la Gare du Nord en París, Baerbock hizo que su convoy de vehículos se detuviera brevemente en un puente sobre el Sena para tomarle fotos con la Torre Eiffel de fondo: vestido rojo, botas de caña alta, sonrisa brillante. Al día siguiente, la política de 40 años se convirtió en una especie de «chica de portada» de varios periódico. Anteriormente había representado su verdadero ser en el Quai d’Orsay cuando anunció sin rodeos: «Rusia pagará un alto precio político y, sobre todo, económico por una nueva violación del  Estado ucraniano».

¿Por qué no respondió Baerbock a las reiteradas solicitudes del presidente ruso, Vladimir Putin, de «que la OTAN no acepte a Ucrania ni a otras ex repúblicas soviéticas como miembros»? ¿Fue incomprensible que Putin  presionara por lograr «acuerdos con EEUU y la OTAN, con los cuales se prohibirá una expansión hacia el este de la alianza militar y el establecimiento de bases militares estadounidenses en Estados de la antigua esfera de influencia soviética» (04.01.22,  tagesschau.de)?

Baerbock, al igual que sus superiores en la Cancillería, tuvo la oportunidad de mediar en el conflicto de Ucrania.

Las amenazas contra la mediación, como es bien sabido, bloquean el acceso a la diplomacia y no sólo reducen la perspectiva de hablar de los intereses en conflicto, sino que contribuyen a la escalada.

Los Verdes califican de ‘incorrectala Ostpolitik alemana del último medio siglo

La obstinación que han mostrados Los Verdes desde que están en el gobierno no es nada nuevo. Es una reminiscencia de la historia de la guerra yugoslava de finales de la década de 1990. Y, de hecho, el paralelismo de los hechos en el tiempo es sorprendente al principio, aunque esta vez hay diferentes nombres,  colores,  y campos enfrentados.

Es obvia la impresión de que uno ya ha visto la maldita miseria, el sufrimiento de la población, la destrucción y la violencia de una forma u otra. Un déjà vu que da pie a ver la función de Alianza 90/Die Grünen, como una especie de Partido de vanguardia de la confrontación. Tan pronto como se unen al gobierno, las cosas se ponen serias.

El 27 de octubre de 1998, Joschka Fischer asumió como Ministro de Relaciones Exteriores, y menos de cinco meses después, el 24 de marzo de 1999, las primeras bombas de la OTAN cayeron sobre Belgrado.

El gobierno de Scholz asumió el 8 de diciembre de 2021, y mientras sus socios Verdes levantaron la mano en un juramento cuya fórmula incluye evitar daños al país, en ese momento ya existía la suposición de que incumplirían su palabra  y su ideología  mutaría en la doctrina de la era colonial que divide el mundo en el bien y el mal: las «democracias» de Occidente y las «autocracias». Algo que simplemente encajaba bien en la geoestrategia estadounidense de volverse cada vez más agresivo con Beijing.

La política de Alemania Occidental, que se ha orientado hacia el cambio a través del comercio durante aproximadamente medio siglo, ha sido un obstáculo importante para la instalación de la geoestrategia estadounidense. La experta atlantista Baerbock, calificó esta política de «incorrecta» durante un evento para disidentes bielorrusos el 26 de mayo.

La ruptura con la anterior Ostpolitik alemana [la política hacia los territorios ubicados al este de Alemania]  se está convirtiendo en un requisito previo para reparar la relación entre EEUU y Alemania, dañada desde las críticas de Donald Trump a la OTAN.

Con los Verdes en el gobierno, Berlín -y por lo tanto Europa Occidental- finalmente se convirtió en el aliado de Washington para el giro hacia la confrontación global, la lucha contra «los malos» se convirtió en la clave ideológica, y  Ucrania -gobernada autocráticamente por gente del mundo del espectáculo fieles a Estados Unido- en el campo de batalla.

Se estaban negociando las relaciones rentables y al mismo tiempo racionales de Alemania con Rusia y China, y Los Verdes siguieron a Washington. Su alternativa al antimilitarismo o al pacifismo que antes promovían, es ahora -como lo fue en Yugoslavia – la OTAN y la violencia armada. No quieren que nadie les recuerde  sus raíces «verdes» que abogaban por salir de la OTAN, la defensa social, la reconversión armamentista y el movimiento por la paz. Ese pasado desbarataría el respaldo unánime  dentro del Partido a las políticas del Occidente colectivo y pondría en tela de juicio las medidas punitivas destinadas a «arruinar» a Rusia, como anunció Baerbock.

«La paz puede ser más abominable que la guerra», según ex intelectuales de izquierda ‘arrepentidos’ del Mayo del 68

Al igual que Fischer en la guerra de Yugoslavia, el Partido representa el concepto del grupo «Nouvelle Philosophy»  en torno al ex maoísta André Glucksmann, Bernard-Henri Lévy, Bernard Kouchner y su amigo Daniel Cohn-Bendit, un político verde. [Nota de la E.: Daniel Cohn-Bendit, fue uno de los líderes de las revueltas del Mayo del 68 francés.  Bernard-Henri Lévy (Argelia, 1948) fue en 1976 uno de los fundadores de la corriente «nuevos filósofos franceses» que criticaba todos los principios de izquierda surgidos a partir de Mayo del 68. Un equivalente francés al Vargas Llosa latinoamericano. ​En 1985, firmó a favor del envío de armamento estadounidese a la Contra nicaragüense. ].

Desde mediados de la década de 1970, los nuevos filósofos franceses confiaron en la OTAN con su arsenal de armas como brazo militar para hacer cumplir los «derechos humanos». Al principio defendieron enérgicamente su posición contra la URSS,  y luego de su disolución, se posicionaron en las diversas crisis que siguieron a nivel mundial.

Bernard-Henri Lévy ya se hizo un nombre en 1992 en el Estado multiétnico de Yugoslavia. Con su reivindicación de la «independencia» de Bosnia-Herzegovina, de la unión pacífica que habían construido los eslavos del sur, alimentó el asesinato en masa mutuo de bosnios musulmanes, croatas y serbios.

En 2011, su insistencia, transmitida al presidente Nicolas Sarkozy por teléfono desde Bengasi (Libia), «animaba» -publica el Frankfurter Allgemeine Zeitunal conflicto armado de Francia contra Muammar Al-Ghaddafi. La petición de Lévy de reconocimiento diplomático de los insurgentes y los ataques militares ayudaron a poner en marcha el desmantelamiento de Libia. Los países participantes de la OTAN actuaron como la fuerza aérea de los «rebeldes» patrocinados por Occidente.

El 17 de marzo de 2011, Francia y Gran Bretaña impulsaron la Resolución 1973 en el Consejo de Seguridad de la ONU, dos días después -el ejército libio estaba a punto de tomar Bengasi- comenzaron los primeros bombardeos. Gadafi fue finalmente linchado y el país del Magreb, hasta entonces un faro de esperanza para toda África, cayó en el caos. Tras la victoria de las milicias, que resultó fatal para la población, la actual ministra de Estado de Cultura, Claudia Roth (de Los Verdes), bailó en las calles del «bastión rebelde». En aquellos días, los trabajadores migrantes ya estaban siendo maltratados y encarcelados a miles,  y luego, los refugiados en dirección a Europa.

En Ucrania, donde Lévy ya había estado involucrado en el Maidan en 2014 y recorrió las posiciones de batalla ucranianas en la guerra del Donbass de una manera muy publicitada, estuvo en Odessa en marzo de 2022. “Estaba lo suficientemente cerca del frente y, sin embargo, a una distancia de seguridad suficiente del peligro real” (publicó el Neue Zürcher Zeitung, el 20.03.22). Las fotos muestran al filósofo con su reluciente camisa blanca, los botones superiores desabrochados -su look registrado- escribiendo «Liberté, Égalité,  Fraternité» en blanco y azul, el lema de la Revolución Francesa, junto a barricadas de sacos terreros.

Luego dijo a Die Zeit: «La paz puede ser más abominable que la guerra». El  Frankfurter Allgemeine Zeitung, del 19.05.22 informa cómo Lévy entrevistó a un comandante de los batallones ultras parapetados en la planta Azovstal en Mariupol, quien le dijo: “Todos enfrentamos la muerte. Pero nuestras vidas no tienen sentido. Sólo importa Ucrania. Para eso tenemos que mantener el fuerte. Y luego morir. Nuestro papel es histórico». [N.de la E.: estos «héroes» son los que se rindieron, ni siquiera esperaron a que se les acabara la comida, ni el agua, ni las municiones, aunque es probable que se les acabara alguna otra sustancia más importante que les daba tanto «valor»]. A los ojos del Frankfurter Allgemeine Zeitung, (23.05.22) los «héroes del regimiento de voluntarios Azov no son nazis, sino personas que luchan por su libertad».

El pasado se aprovecha para el presente, como el juramento de Buchenwald: «¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más el fascismo!», que fue reducido a la mitad. El 8 de mayo de 2022 en Berlín, se desechó históricamente al Ejército Rojo como libertador, lo mismo que la bandera soviética con la hoz y el martillo .

Hay silencio sobre las brigadas neonazis en el edificio del sindicato de Kiev y en el Euro-Maidan, así como sobre la presencia allí de Guido Westerwelle (de la FDP alemana) y Marieluise Beck (de Los Verdes).

Los fascistas son sólo individuos «poco delicados»

Marieluise Beck ya había trabajado anteriormente como especialista en exportaciones de ideología occidental al Este: «El estado de ánimo me recordó mucho a Sarajevo hace 20 años», dijo después de una visita al Maidan en 2014, sin dejar claro cómo se sentía acerca de las actividades nazis. Cuando se le preguntó sobre el grupo «Sector Derecho», solo recordó que «un grupo de veteranos de Afganistán montó la estructura de seguridad contra los agentes provocadores infiltrados en el Maidan», y comentó: «No fueron delicados» (Die Tageszeitung, 24.02.14). Los fascistas eran sólo individuos «no delicados», según Beck.

Marieluise Beck, portavoz durante mucho tiempo del grupo parlamentario de Los Verdes para la política de Europa del Este, en el Parlamento Federal alemán, ahora es responsable de la postura Los Verdes contra Rusia y China. Su bien equipado grupo de expertos de «activistas de derechos civiles» reunidos en el «Centro de Modernidad Liberal» fundado por ella y su esposo, el ex maoísta Ralf Fücks, difunde la tesis más importante, de que existe una «internacional antiliberal» en todo el mundo, con «cuartel general» en el Kremlin, que proclama  «la era de la democracia antiliberal».

Baerbock y Habeck han internalizado este punto de vista. Mientras tanto, Lévy, como pionero del grupo, exige que la OTAN imponga una zona de exclusión aérea sobre Ucrania. Es una reminiscencia de Libia, excepto que esta vez el filósofo está jugando con el riesgo de una guerra nuclear.

Las comparaciones de la guerra de Ucrania con las guerras de la OTAN del pasado, sin embargo, son un terreno evitado tanto política como mediáticamente. Cualquiera que las saque a relucir, es acusado de recurrir a un truco sucio y de ser “defensor de Putin”, por lo cual las respectivas historias previas de la escalada permanecen ocultas. Inevitablemente provocarían preguntas no deseadas sobre las responsabilidades y las causas. Eso sería tan desagradable como revelador para quienes resultan ser inesperados maestros de la escalada: Los Verdes que ante un conflicto político global, están tirando por la borda el programa del partido.

Robert Habeck [ahora vicecanciller y Ministro de Economia «verde» del gobierno de coalición de Scholtz], se hizo fotografiar en la campaña electoral federal de mayo de 2021 en el este de Ucrania con un casco de guerra y un chaleco antibalas agachado detrás de las ruinas de la guerra y por primera vez pidió armas para Ucrania, inicialmente «defensivas». Estaba señalando a la Casa Blanca qué podía esperar de Los Verdes. Esto lo sabía también, Annalena Baerbock, cuyo lema fue “Nord Stream 2: No, gracias”.

«La OTAN está ladrando a la puerta de Rusia»

La suposición del Papa Francisco de que «la OTAN ladrando a la puerta de Rusia» contribuyó a la guerra, se ha convertido en una idea familiar. Negando, relativizando, o denegando las promesas de 1990 de no expandirse hacia el este, la OTAN se había acercado constantemente a Moscú desde la década de 1990: Polonia, República Checa, Hungría (1999, antes de la guerra contra Yugoslavia, candidatos OTAN desde 1997); Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia (2004, candidatos desde 2002); Albania, Croacia (2009, candidatos desde 2008 ), Montenegro (2017, candidato desde 2009); Macedonia del Norte (2020, candidato desde 2019). Los Estados hasta ahora oficialmente neutrales de Ucrania, Georgia, Suecia, Finlandia y Austria tienen fuertes lazos con la OTAN. [N. de la E.: la nota es anterior a la solicitud de ingreso de Finlandia y Suecia].

“Si no queremos la Tercera Guerra Mundial, tarde o temprano tendremos que salir de esta lógica de escalada militar»

No sólo Francisco advierte. El ex asesor de Merkel y general de brigada Erich Vad, dijo en abril de 2022: “Actualmente estamos haciendo mucha retórica de guerra, con buenas intenciones en términos de ética. Pero el camino al infierno siempre está empedrado de buenas intenciones. Tenemos que pensar en la guerra en curso entre Rusia y Ucrania como la última”. Los Verdes obviamente no están en condiciones de hacer eso.

El general Vad, agregó: “Si no queremos la Tercera Guerra Mundial, tarde o temprano tendremos que salir de esta lógica de escalada militar e iniciar negociaciones” (ZDF, canal público alemán de TV, programa “Heute”, 12.04.22). [N. de la E.: tres meses después de las palabras del general alemán, la escalada se ha incrementado, y mucho; y no se ven en el horizonte negociaciones. Estamos cada vez más cerca de la tercera guerra mundial y los europeos están en las playas de vacaciones…].

Parece sorprendente que las partes garantes de los Acuerdos de Minsk II, Francia y Alemania, hayan estado tan poco orientadas a obtener resultados durante años. En el amargo final de su inutilidad tanto Emmanuel Macron el 8 de febrero de 2022, como Olaf Scholz el 16 de febrero de 2022, obviamente le dieron a Vladimir Putin la impresión de que tenían poco que ofrecer más que una vaga declaración que no comprometía a nada. Al menos Putin dejó claro que una promesa verbal de Occidente, de que Ucrania no se convertirá en miembro de la OTAN en un futuro previsible, no era suficiente. Y pedía garantías por escrito. (tagesschau.de, 15.02.22).

Incluso se dijo de Scholz, al menos según The Wall Street Journal, que publicó con motivo de la visita del canciller alemán a Kiev, que «la guerra de Ucrania podría haberse evitado hasta el último minuto. La negativa de Zelensky a renunciar a la opción de unirse a la OTAN fue decisiva para que Rusia tomara la decisión de atacar. El ucraniano se lo había declarado al canciller Olaf Scholz cinco días antes del inicio de la guerra, siguiendo una sugerencia de este. Según esto, el presidente ruso, Vladimir Putin, canceló una cumbre con el presidente estadounidense, Joseph Biden, que ya había sido acordada en principio, y el mismo día reconoció diplomáticamente a las Repúblicas Populares en el Donbass». El artículo se basa en declaraciones realizadas principalmente por diplomáticos europeos” (JW, 04.04.22).

Al mismo tiempo, la inquietud por su propia política se extiende en su partido socialdemócrata. La ira por la actitud «verde» hacia la entrega de equipo de guerra pesado está creciendo en el SPD «cada día», dice Der Spiegel. Los Verdes, sin embargo, se muestran impertérritos y con asombrosa autosatisfacción y unidad como los mejores amigos de la OTAN y de la industria armamentista alemana y actúan como su vanguardia política.

¿Qué será de una fuerza que, a pesar de todo esto, sigue viviendo de su imagen de vanguardia de la sociedad civil, ecológica, antimilitarista, pero que al final sólo sirve al viejo imperialismo, que ahora retoma militarmente el reparto de un mundo que se ha descoyuntado?

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