FRANCIA – REELECCIÓN DE MACRON: El gobierno anuncia avanzar en sus reformas antisociales «sin importar lo que venga»
Sobre el presidente reelegido Emmanuel Macron se cierne la amenaza de perder la mayoría en el Parlamento

RAPHAËL SCHMELLER / JUNGE WELT
Aparentemente es una coronación. Con el 58.5 % de los votos emitidos, Emmanuel Macron ganó las elecciones a la presidencia francesa en segunda vuelta, este domingo claramente contra Marine Le Pen. El titular se conservará como jefe de Estado. Ha sido el primer presidente, desde que el mandato presidencial se acortó de 7 a 5 años, en 2000, que logra ser elegido para un segundo período. Sus predecesores Nicolas Sarkozy y François Hollande no tuvieron éxito.
Pero la apariencia es engañosa: Macron podría convertirse en un «rey sin corona». Porque en Francia, a la elección del presidente sigue la del parlamento. El presidente tiene que asegurar una mayoría para su mandato para poder implementar sus planes. En vista de las nuevas condiciones políticas en el país, no es fácil para Macron ganar esa mayoría en las elecciones parlamentarias de los días 12 y 19 de junio.
En el curso de las elecciones presidenciales, tres grupos aproximadamente igual de poderosos, surgieron en Francia: la facción liberal de Macron, una izquierda anticapitalista alrededor de Jean-Luc Mélenchon en La Francia Insumisa (LFI) y la extrema derecha de Le Pen. En 2017 todavía había un bloque conservador de derecha como cuarta fuerza, pero el hecho de obtener menos del 5 % de los votos en las elecciones presidenciales, indica que se ha disuelto casi por completo a favor de Macron y Le Pen. Para el partido hermano de la CDU alemana, Les Républicains (LR), las elecciones parlamentarias simplemente serán para decidir si continúa existiendo. La situación para LR es delicada, porque al menos programáticamente, el partido parece haberse vuelto superfluo: su política económica es prácticamente la misma que la de Macron, y en lo que respecta a la política con los extranjeros es igual a la de Le Pen.
Dado que en Francia están prohibidos por la Constitución más de dos mandatos presidenciales [a diferencia de España y Alemania, donde no hay límites] los próximos cinco años serán los últimos de Macron al frente del Estado. Por lo tanto, los sindicatos temen que intente llevar a cabo sus «reformas» -porque ya no habrá castigo electoral posible– y en primer lugar el aumento en la edad de jubilación de 62 a 65 años. [N. de la E.: en España, desde 2013 la edad de la jubilación -que era de 65 años- se fue aumentando paulatinamente en meses por año, y llegará en 2027 a situarse en los 67 años, exigiendo más de 38 años trabajados. En Alemania, también se ha ido alargando la edad de jubilación, según el segmento de edad, así los nacidos a partir de 1964,se jubilan a los 67 años].
La Ministra de Trabajo francesa Élisabeth Borne, dijo en una entrevista este lunes: «Tenemos que hacer la reforma de las jubilaciones», sin importar lo que venga. El Ministro de Economía, Bruno Le Maire, fue un paso más allá y prometió aplicar el artículo 49 Párrafo 3 de la Constitución Francesa, a través del cual se puede lanzar una ley sin debate o coordinación en el Parlamento.
Pero la clave del asunto es que esto no puede ser iniciado por el presidente, sino por el Primer Ministro.
El segundo «gran proyecto» de Macron es establecer que los desempleados que reciben un subsidio de asistencia social, deban realizar 20 horas de trabajo gratuito por semana. Los sindicatos critican que estos trabajadores baratos se destinarán a empleos que nadie haría por lo mal pagados que están.
Aunque, como dijo Éric Zemmour, líder del partido de ultra derecha Reconquête (Reconquista) [N.de la E.: postulan el «nacionalismo francés; nacionalismo conservador; anti-inmigración; soberanismo; euroescepticismo suave; proteccionismo económico; nacionalismo económico], el domingo por la noche en su discurso, «el nombre Le Pen falló por octava vez» (cinco veces fue candidato Jean-Marie Le Pen, y tres su hija Marine), la líder de no deja la escena política. «Continuaré mi compromiso con Francia y los franceses», dijo Marine Le Pen en la noche de las elecciones. Su próximo objetivo es «la gran batalla electoral» por la mayoría parlamentaria. En vistas de ello, Zemmour pidió la «unidad de la derecha» y le gustaría aliarse con Le Pen. Pero Marine hasta ahora no quiere saber nada de eso. Ella quiere seguir su estrategia de «demonización», de modo que Zemmour es alguien que se interpone en el camino, según la estrategia actual de Rassemblement National (RN). Pero es cuestionable que Le Pen pueda conquistar una mayoría en la Asamblea Nacional sin los votos de Zemour.
También será crucial para el campo de la izquierda superar la fragmentación que Mélenchon le cuesta al movimiento. El punto de partida actual es nuevo: Mélenchon claramente prevaleció con casi el 22 % de los votos en las elecciones presidenciales como líder de la izquierda. Es el resultado del mensaje de Mélenchon: «Les pido a los franceses que voten al Primer Ministro». Ahora, muchos pueden seguir esta consigna. El Secretario Nacional del Partido Comunista (PCF), Fabien Roussel, ya dejó en claro que se esfuerzan por un acuerdo con LFI. Actualmente hay conversaciones entre LFI, PCF y los Verdes. El Nuevo Partido Anti -Capitalista (NPA) negocia por separado. El Partido Socialista (PS) también está en la mayoría de las conversaciones. Sin embargo, un acuerdo aún está lejos, porque la condición de Mélenchon para hacer listas conjuntas es respetar el programa de la LFI. La crítica de la UE contenida en él, y la demanda de una salida de la OTAN no sólo será rechazada por el PS, sino también en gran parte por los Verdes. El resultado de las elecciones parlamentarias parece ser tan abierto como no lo ha sido durante mucho tiempo.
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