UCRANIA – TERRORISMO DE ESTADO: Zelensky aplica el modelo represor de las dictaduras que asolaron Latinoamérica en los años 70
Zelensky supervisa la campaña de asesinato, secuestro y tortura de la oposición política

MAX BLUMENTHAL -ESHA KRISHNASWAMY / THE GRAYZONE
Mientras afirma defender la democracia, el presidente Volodymyr Zelensky ha prohibido la oposición política, ordenó el arresto de su rival, y dirige la desaparición y el asesinato de los disidentes en todo el país.
El presidente ucraniano Volodymyr, Zelensky ha enmarcado la guerra de su país contra Rusia como una batalla por la propia democracia. En una alocución cuidadosamente coreografiada al Congreso de EEUU el 16 de marzo, Zelensky declaró: «En este momento, se está decidiendo el destino de nuestro país. El destino de nuestra gente, si los ucranianos serán libres y si pueden preservar su democracia».
Los medios corporativos estadounidenses han respondido bañando a Zelensky con la adulación, dirigiendo una campaña para su nominación al Premio Nobel de la Paz e inspirando un homenaje musical extravagante para él y los militares ucranianos durante la ceremonia de los premios Grammy 2022, el 3 de abril.
Sin embargo, los medios de comunicación occidentales miran para otro lado cuando Zelensky y los principales funcionarios de su administración llevan a cabo una campaña de secuestro, tortura y asesinato de legisladores locales ucranianos acusados de colaborar con Rusia. Varios alcaldes y otros funcionarios ucranianos han sido asesinados desde el estallido de la guerra, y muchos -según informes- lo han sido después de participar en conversaciones para desescalar el conflicto con Rusia.
«Hay un traidor menos en Ucrania», dijo el asesor del ministerio de Asuntos Internos Anton Geraschenko, aprobando el asesinato de un alcalde ucraniano acusado de colaborar con Rusia.
Zelensky ha aprovechado la guerra para prohibir una variedad de partidos de la oposición y ordenar el arresto de sus principales rivales. Sus decretos autoritarios han desencadenado la desaparición, la tortura e incluso el asesinato de una serie de activistas de derechos humanos, militantes comunistas y de izquierda, periodistas y funcionarios gubernamentales acusados de simpatías «pro-rusas».
Los Servicios de Seguridad ucranianos (SBU) se han desempeñado como el brazo ejecutor de la campaña de represión autorizada oficialmente. Con la capacitación de la CIA y la coordinación cercana con los paramilitares neonazis respaldados por el Estado de Ucrania, el SBU ha pasado las últimas semanas llenando sus numerosos centros de tortura con disidentes políticos.
En el campo de batalla, mientras tanto, el ejército ucraniano ha participado en una serie de atrocidades contra las tropas rusas capturadas y con orgullo mostraron sus actos sádicos en las redes sociales. Aquí también, los perpetradores de abusos contra el trato debido a los prisioneros de guerra, según el Convenio de Ginebra [N. de la E.: son varios Convenios, el III Convenio de Ginebra es el relativo al trato debido a los prisioneros de guerra], parecen haber recibido la aprobación desde los más altos niveles del gobierno ucraniano.
Mientras Zelensky dice trivialidades sobre la defensa de la democracia ante las embelesadas audiencias occidentales, está usando la guerra como un teatro para promulgar una purga de rivales políticos, disidentes y críticos.
«La guerra se está aprovechando para secuestrar, encarcelar e incluso matar a los miembros de la oposición que expresan críticas al gobierno», comentó un activista de izquierda perseguido por los servicios de seguridad de Ucrania, este mes de abril. «Todos debemos temer por nuestra libertad y nuestra vida».
Torturas y desapariciones forzadas: prácticas comunes del SBU de Ucrania
El gobierno respaldado por Estados Unidos que tomó el poder en Kiev después de la operación de cambio de régimen del Euromaidan de 2013-14, se embarcó en una purga nacional de elementos políticos que se consideraron «pro-rusos» o «insuficientemente nacionalistas». Las leyes de «descomunización» del Parlamento ucraniano activaron aún más la persecución de los elementos izquierdistas y la represión del discurso político de los activistas.
El régimen post-Maidan centró su ira en los ucranianos que han abogado por un acuerdo de paz con los independentistas del este del país, contra aquellos que han documentado los abusos contra los DDHH por parte de los militares ucranianos, y contra los miembros de las organizaciones comunistas. Los elementos disidentes se enfrentaron a la amenaza constante de violencia ultranacionalista, encarcelamiento, e incluso asesinato.
El servicio de seguridad ucraniano conocido como SBU ha servido como el principal ejecutor de la campaña del gobierno posterior a la represión política interna.
Hasta observadores pro-occidentales, incluida la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los DDHH (ACNUR, por sus siglas en castellano) y Human Rights Watch han acusado al SBU de torturar sistemáticamente a los opositores políticos y a los disidentes ucranianos con impunidad casi total.
El ACNUR encontró en 2016 que «la detención arbitraria, las desapariciones forzadas, las torturas y malos tratos de los detenidos relacionados con los conflictos fueron una práctica común del SBU … un ex oficial de la SBU de Kharkov explicó: ‘Para la SBU, la ley virtualmente no existe ya que todo lo que es ilegal puede ser clasificado o explicado como necesidad del Estado».
Yevhen Karas, el fundador de la infame unidad Neo-Nazi C14, ha detallado la estrecha relación que su banda y otras facciones de extrema derecha, han disfrutado con el SBU. El SBU «nos informa no sólo a nosotros, sino también a Azov, a Sector Derecho, etc.», se jactó Karas en una entrevista en 2017.
Kiev respalda oficialmente el asesinato de alcaldes ucranianos por negociar con Rusia
Desde que Rusia lanzó su Operación militar dentro de Ucrania, el SBU ha cazado a los funcionarios locales que decidieron aceptar suministros humanitarios de Rusia [para la población] o negociaron con las fuerzas rusas para organizar los corredores para evacuar a los civiles.
[N.de la E.: Desde el punto de vista del derecho internacional para situaciones de guerra, Kiev ni siquiera hubiera podido acusar formalmente a estos funcionarios de «cooperación con el enemigo» por aceptar la ayuda para la población civil, porque los Convenios de Ginebra establecen que cuando una fuerza militar (en este caso el ejército ruso) se hace cargo de un territorio, tiene la obligación de proporcionar a la población civil lo necesario para su sustento, hacer que funcionen los suministros básicos, etc. Pero el gobierno de Kiev, o es profundamente iletrado, o todos faltaron a clase cuando debían estudiar el siglo XX].
El 1 de marzo, Volodymyr Strok, el alcalde de la ciudad de Kreminna, en el lado de Lugansk controlado por Ucrania , fue secuestrado por hombres en uniforme militar, y le dispararon en el corazón, según su esposa.
El 3 de marzo, aparecieron imágenes del cuerpo visiblemente torturado de Strok. Un día antes de su asesinato, Strok habría instado a sus colegas ucranianos a negociar con los funcionarios pro-rusos.
Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio de Asuntos Internos de Ucrania, celebró el asesinato del alcalde, declarando en su página de Telegram : «Hay un traidor menos en Ucrania. El alcalde de Kreminna en la región de Luhansk, ex diputado del Parlamento de Lugansk fue encontrado muerto».
Según Geraschenko, Strok había sido juzgado por un «Tribunal Popular». Así, Gerashchenko, envió un mensaje escalofriante a cualquiera que elija buscar la cooperación con Rusia: va a perder la vida si lo hace.
El 7 de marzo, el alcalde de Gostomel, Yuri Prilipko, fue encontrado asesinado. Según informes, Prinipko había negociado con el ejército ruso la organización de un corredor humanitario para la evacuación de los residentes de su ciudad, algo a los cual se negaban los ultranacionalistas ucranianos que durante mucho tiempo habían estado en conflicto con el alcalde.
El pasado 24 de marzo, Gennady Matsegora, el alcalde de Kupyansk, en el noreste de Ucrania, lanzó un video [que puede verse subtitulado en inglés en el enlace a The GrayZone al principio de esta nota] apelando al presidente Volodymyr Zelensky y su administración por la liberación de su hija, que había sido secuestrada por los agentes del SBU.
Luego tuvo lugar el asesinato de Denis Kireev, uno de los miembro más importante del equipo de negociación de Ucrania, que fue asesinado a plena luz del día en Kiev después de la primera ronda de conversaciones con Rusia. Kireev fue posteriormente acusado en los medios locales ucranianos de «traición».
La declaración del presidente Volodymyr Zelensky de que «habría consecuencias para los colaboradores» indica que estas atrocidades han sido aprobadas por los más altos niveles de gobierno.
A fecha de hoy, faltan once alcaldes de las diversas ciudades de Ucrania. Los medios de comunicación occidentales han estado dando la versión de Kiev sin excepción, alegando que todos los alcaldes fueron arrestados por el ejército ruso. El Ministerio de Defensa de Rusia ha negado estas acusaciones, y además, existe poca evidencia que confirme la línea de Kiev sobre los alcaldes desaparecidos.
Zelensky proscribe a los políticos disidentes, autoriza el arresto de rivales y censura la información
Cuando la guerra estalló en febrero, Volodymyr Zelensky emitió una serie de decretos que formalizan la campaña de Kiev contra la oposición política y los disidentes.
En una orden ejecutiva del 19 de marzo, Zelensky invocó la ley marcial para prohibir a 11 partidos de la oposición.
Los partidos prohibidos son todo el espectro de izquierda, socialistas, o contrarios a la entrada de Ucrania en la OTAN: incluye el Partido de la Vida; Oposición de Izquierda; el Partido Socialista Progresista de Ucrania; el Partido Socialista de Ucrania; la Unión de Fuerzas de Izquierda; los Socialistas; el Partido de Shariy [fundado por el bloggero político Anatoly Shariy, de ideología libertaria]; Nashi [«Lo nuestro», partido considerado de centro, que promueve el desarrollo industrial del país, la descentralización y el regionalismo], State; Bloque de la Oposición y Saldo Bloc [regionalista].
Sin embargo, los partidos abiertamente fascistas y pro-nazis, como el Cuerpo Nacional Azov, se dejaron intactos en el decreto presidencial.
«Las actividades de los políticos dirigidas a la división o al pactismo no tendrán éxito, y recibirán una respuesta dura», declaró el presidente Zelensky.
Mientras borraba a la oposición política, Zelensky ordenó una campaña de propaganda interna sin precedentes para poner bajo el control del Estado todas las noticias que se transmiten por televisión, uniendo a todos los canales en un solo canal de 24 horas llamado «United News» para «decir la verdad sobre la guerra».
El 12 de abril, Zelensky anunció el arresto de su principal rival político, Viktor Medvedchuk, a manos del SBU de Ucrania.

El fundador del segundo partido más grande en Ucrania, ahora ilegalizado, Medvedchuk, es el representante de facto de la población étnica rusa del país. Aunque el Partido se considera «Pro-Rusia», el nuevo Presidente del Partido ha condenado «la agresión de Rusia contra Ucrania».
Los miembros del Batallón neonazi Azov, patrocinado por el Estado, ya habían atacado la casa de Medvedchuk en marzo de 2019, acusándolo de traición y exigiendo su arresto. En agosto de 2020, el Azov abrió fuego contra un autobús que llevaba a militantes del partido de Medvedchuk, hiriendo a varias personas con balas de acero recubierto de goma.
La administración de Zelensky aumentó el acoso a su mayor oponente en febrero de 2021, cuando se quedó con varios medios de comunicación controlados por Medvedchuk.
El Departamento de Estado de EEUU respaldó abiertamente la medida del Presidente, declarando que los Estados Unidos «apoyan los esfuerzos ucranianos para contrarrestar la influencia maligna de Rusia …»
Tres meses después, Kiev encarceló a Medvedchuk y lo acusó de traición. Zelensky justificó encerrar a su principal rival porque era necesario «luchar contra el peligro ruso en el terreno de la información». Medvedchuk escapó del arresto domiciliario al inicio de la guerra, pero ha sido detenido una vez más, y al parecer Kiev quiere usarlo para un intercambio de prisioneros con Rusia.[N. de la E.: El Kremlin ha respondido a estas pretensiones de Kiev diciendo que Medvedchuk no tiene nacionalidad rusa y no entraría en el intercambio de prisioneros. La esposa de Medvedchuk ha pedido al presidente turco y al presidente ruso que intercedan por su libertad].
Desde que las tropas rusas entraron en Ucrania el 24 de febrero, el SBU ha desatado una intensa represión contra cualquiera y contra todas las ramas de la oposición política interna. Los activistas ucranianos de izquierda se enfrentan a un tratamiento particularmente duro, incluyendo el secuestro y la tortura.
El 3 de marzo, en la ciudad de Dnipro, los oficiales del SBU acompañados por los neonazis del Azov allanaron la casa de activistas de la organización Livizja («Izquieda»), que se formó contra los recortes sociales y el poder de los medios de derecha. Una activista dijo que un miembro del Azov «me cortó el cabello con un cuchillo», y otros procedieron a torturar a su esposo, Alexander Matjuschenko, presionando el cañón de un arma en la cabeza y obligándolo a a ponerse de pie y hacer repetidamente al saludo fascista de Stepan Bandera: «¡Slava Ukraini!»

«Luego nos pusieron bolsas sobre la cabeza, nos ataron las manos con cinta y nos llevaron al edificio del SBU en un automóvil. Allí continuaron interrogándonos y amenazádonos con cortarnos las orejas», dijo la esposa de Matjuschenko a la publicación alemana Junge Welt [Nota que ya publicamos]
Los miembros del Azov y los agentes del SBU registraron la sesión de tortura y publicaron en internet las imágenes de la cara ensangrentada de Matjuschenko.
Matjuschenko fue encarcelado acusado de que estaba «realizando una guerra u operación militar agresiva», y ahora enfrenta de 10 a 15 años de prisión. A pesar de tener varias costillas rotas de la paliza que le dieron los neonazis respaldados por el Estado, se le ha negado la libertad bajo fianza. Docenas de otros izquierdistas han sido encarcelados con cargos similares en Dnipro.
Entre los detenidos por el SBU están Mikhail y Aleksander Kononovich, miembros de la Unión Juvenil Comunista Leninista de Ucrania. Ambos fueron arrestados y encarcelados el 6 de marzo y acusados de «propagación de opiniones pro-rusas y pro-bielorrusas».

En los días siguientes, el SBU arrestó: al periodista de televisión Yan Taksyur y lo acusó de traición; a la activista de DDHH Elena Berezhnaya; a la abogada de DDHH Elena Viacheslavova -cuyo padre, Mikhail, murió quemado en la Cámara de Sindicatos de Odessa durante el ataque de bandas neonazis el 2 de mayo de 2014-; al periodista independiente Yuri Tkachev, quien fue acusado de traición; al activista de los derechos de los discapacitados, Oleg Novikov, quien fue condenado a tres años este abril por apoyar el «separatismo».
La lista de los encarcelados por los servicios de seguridad de Ucrania crece cada día y es demasiado extensa para reproducirse aquí.
Posiblemente el incidente de represión más espantoso fue cuando los neonazis respaldados por el gobierno ucraniano secuestraron a Maxim Ryndovskiy, un luchador profesional de MMA (siglas de Artes Marciales Mixtas), y lo torturaron brutalmente por «el crimen» de haber sido entrenador de luchadores rusos en un gimnasio en Chechenia. Ryndovskiy también era judío, y llevaba la estrella de David tatuada en su pierna. En las redes sociales había hablado contra la guerra [de Kiev]en el este de Ucrania.
Secuestro de opositores políticos en el extranjero
El SBU incluso ha cazado miembros de la oposición en el extranjero, como informó el periodista Dan Cohen: Anatoly Shariy, del recientemente prohibido Partido de Shariy dijo que fue objeto de un intento de asesinato del SBU. Shariy ha sido un oponente abierto al régimen de Maidan respaldado por Estados Unidos, y se ha visto obligado a irse al exilio después de sufrir años de hostigamiento por parte de los ultranacionalistas. En el mes de marzo, el político libertario y activista en las redes sociales, recibió un correo electrónico de un amigo, Igor, que le pedía organizar una reunión. Posteriormente, se enteró de que Igor estaba detenido por el SBU en ese momento, y lo estaban usando para conseguir que Shariy revelara su ubicación.
Shariy ha sido puesto en la lista negra pública de «enemigos del Estado» creada por Anton Geraschenko, el ministro de Asuntos Internos de Ucrania. Varios periodistas y disidentes ucranianos, incluido el prominente columnista Oles Buzina, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte respaldados por el Estado después de que aparecieran sus nombres en la lista.

Los ciudadanos ucranianos comunes también han sido sometidos a tortura desde el inicio de la guerra este febrero. Innumerables videos han aparecido en las redes sociales, mostrando a civiles atados a los postes de las farolas, a menudo con sus genitales expuestos o sus caras pintadas de color verde. Estos actos de humillación y tortura, realizados por los voluntarios de Defensa Territorial «encargados de hacer cumplir la ley y el orden durante el tiempo de guerra», han tenido por objeto a los sospechosos de ser simpatizantes pro-rusos, y también contra los gitanos a los que acusan de «ladrones».
El SBU de Ucrania aprendió a torturar y asesinar con la CIA
Vassily Prozorov, un ex oficial del SBU que se exilió en Rusia después del golpe de Euromaidan, detalló el uso sistemático de la tortura por parte de los servicios de seguridad ucranianos post-Maidán, para aplastar a la oposición política e intimidar a los ciudadanos acusados de simpatías pro- rusas.
Según Prozorov, los servicios de seguridad ucranianos han sido asesorados directamente por la CIA desde 2014. «Los funcionarios de la CIA han estado presentes en Kiev desde 2014. Residen en apartamentos clandestinos y casas suburbanas», dijo. «Sin embargo, con frecuencia van a la oficina central del SBU para mantener reuniones específicas u organizar operaciones secretas», señaló.
El periodista Dan Cohen entrevistó a un empresario ucraniano llamado Igor que fue arrestado por el SBU por sus relaciones financieras con empresas rusas y detenido este mes de marzo, en la sede principal del servicio de seguridad en el centro de Kiev. Igor dijo que escuchó cómo los prisioneros rusos eran golpeados con tuberías por los voluntarios de Defensa Territorial, que han sido entrenados por los oficiales del SBU. Aporreados mientras sonaba el himno nacional ucraniano, los prisioneros rusos fueron torturados hasta que les obligaban confesar «su odio a Putin».
El empresario relató su propia tortura: «Usaron un encendedor para calentar una aguja, luego la pusieron debajo de mis uñas», le dijo a Cohen. «Lo peor fue cuando me ponían una bolsa de plástico sobre la cabeza, y cuando apretaron la boca de un rifle Kalashnikov contra mi cabeza y me obligaban a responder sus preguntas».
Valentyn Nalyvaichenko, el primer jefe del SBU después de la operación de cambio de régimen en el Euromaidan de 2013-14, había creado vínculos cercanos con Washington cuando se desempeñó como cónsul general en la Embajada de Ucrania en EEUU, durante el gobierno de George W. Bush. Durante ese tiempo, Nalyvaichenko fue reclutado por la CIA, según contó su predecesor en el SBU, Alexander Yakimenko, quien sirvió bajo el gobierno del presidente Viktor Yanukovych.
En 2021, Zelensky nombró a una de las figuras de inteligencia más notorias de Ukrania, Oleksander Poklad, para liderar la División de Contrainteligencia del SBU. Poklad es apodado «El estrangulador», en referencia a su reputación como torturador, y proporcionó todo tipo de trucos sucios para que los rivales políticos de sus jefes, pudieran ser acusados de traición.
Este mes de abril, una ilustración vívida de la brutalidad del SBU salió a la luz en los videos que muestran a sus agentes golpeando a un grupo de hombres acusados de simpatías pro-rusas en la ciudad de Dnipro.
«Nunca tomaremos prisioneros a los soldados rusos»: los militares de Ucrania ostentan sus crímenes de guerra
Mientras que los medios de comunicación occidentales se han centrado en presuntos abusos rusos, los soldados ucranianos y las cuentas pro-ucranianas en las redes sociales han exhibido con orgullo crímenes de guerra sádicos, desde ejecuciones de campo hasta la tortura de soldados prisioneros.
Este marzo, un canal de Telegram pro-ucraniano llamado White Lives Matter («Las vidas blancas importan») subió un video de un soldado ucraniano llamando a la novia de un prisionero de guerra ruso, que se veía a continuación, burlándose de ella con promesas de castrar a los cautivos.
El uso de los soldados ucranianos de los teléfonos celulares de los soldados rusos muertos para burlarse e intimidar a sus familiares parece ser una práctica común. De hecho, el gobierno ucraniano comenzó a utilizar tecnología de reconocimiento facial notoriamente invasiva de Clearview AI, una compañía de tecnología de EEUU para identificar a los caídos rusos y burlarse de sus familiares en las redes sociales.
El canal de Telegram pro-ucraniano llamado Fckrussia2022 publicó un video donde aparece un soldado ruso con uno de sus ojos vendados, al parecer como consecuencia de la tortura, y se burlaban de él llamándole «cerdo tuerto».
Quizás la imagen más espantosa que ha aparecido en las redes sociales en las últimas semanas es la foto de un soldado ruso torturado que tenía uno de sus ojos arrancado. En la siguiente imagen aparece asesinado acompañado del subtítulo burlesco «buscando nazis» al lado del dibujo de un ojo. [N.de la E.: la cinta roja que lleva el jovencísimo soldado asesinado lo identifica como de la milicia de la República Popular de Donetsk. Este y otros videos de las atrocidades explicadas, pueden verse entrando al artículo original de The GrayZone, en el enlace al principio de esta nota, pero advierto que algunas imágenes son demasiado duras. En algún caso recuerdan a las torturas de Abu Ghraib contra prisioneros iraquíes].
Otro video, también surgido este abril muestra a soldados ucranianos disparando en las piernas a prisioneros rusos indefensos fuera de la ciudad de Jarkov.
Un video publicado por los mercenarios de Legión de Georgia que apoyan a Kiev, con respaldo de EEUU, muestra a sus combatientes realizando ejecuciones de cautivos rusos heridos cerca de un pueblo a las afueras de Kiev. Es probable que estos mercenarios hubieran estado autorizados por sus superiores. Mamula Mamulashvili, el comandante de la Legión de Georgia, que participó en las ejecuciones de prisioneros de guerra rusos, se jactó de que su unidad se involucra libremente en crímenes de guerra: «Sí, les atamos las manos y los pies a veces. Hablo por la Legión Georgiana, nunca hacemos prisioneros».
De manera similar, Gennadiy Druzenko, el jefe del servicio médico militar de Ucrania, declaró en una entrevista con Ucrania 24 que «emitió una orden para castrar a todos los hombres rusos porque eran subhumanos y peores que las cucarachas».
Funcionarios ucranianos presentan a una mujer torturada y asesinada por el Azov como víctima de Rusia
Mientras que los medios de comunicación occidentales buscan violaciones de los DDHH por parte de los rusos, dentro y fuera de Ucrania, el gobierno ucraniano ha autorizado una campaña de propaganda conocida como «guerra total» que incluye la plantación de imágenes falsas e historias falsas para acusar aún más a Rusia.
En un ejemplo especialmente cínico de esta estrategia, Ucrania 24, un canal de televisión donde los tertulianos han llegado a pedir el exterminio genocida de los niños rusos, publicó una foto este mes de abril del cadáver de una mujer con una sangrienta esvástica marcada en su estómago. Ucrania 24 afirmó que se encontró a esta mujer en Gostumel, en la provincia de Kiev, de donde los rusos salieron el 29 de marzo.
La foto del cadáver fue publicada en las redes sociales, por Lesia Vasylenko, miembro ucraniano del Parlamento, y por Oleksiy Arestovych, asesor principal del presidente Zelensky. Mientras que Vasylenko dejó la foto en línea, Arestovych la eliminó ocho horas después de publicarla cuando se enfrentó al hecho de que la información era falsa.
De hecho, la imagen había sido registradas por Patrick Lancaster, un periodista de Estados Unidos con sede en Donetsk, que había filmado el cadáver de una mujer torturada y asesinada por los miembros del batallón de Azov ucraniano en un sótano escolar de Mariupol donde tenían su base. [N: de la E.: el cadáver fue descubierto por el corresponsal de URA RU en el primer recorrido por Mariupol tras la liberación de gran parte de la ciudad. El medio ruso no publicó ninguna foto, pero describió que estaba mutilada, y que era una joven menor de edad].
A medida que los Estados miembros de la OTAN envían armas a Ucrania y la guerra se intensifica, las atrocidades casi seguramente se irán acumulando, y con la bendición del liderazgo de Kiev. Como Zelensky proclamó durante una visita a la ciudad de Bucha este abril, «si no encontramos una salida civilizada, ya conocen a nuestra gente, encontrarán una salida incivilizada».
Max Blumenthal, editor jefe de The GrayZone, es un galardonado periodista estadounidense y autor de varios libros que han sido éxito de ventas: Gomorra republicana: Dentro del movimiento que rompió el Partido (2009); Goliat: La vida y el odio en el Gran Israel (2013); La guerra de los 51 días: Ruina y resistencia en Gaza; (2015); La administración del salvajismo: Cómo el estado de seguridad nacional de EEUU impulsó el surgimiento de Al Qaeda, el Isis y Donald Trump (2019). Ha sido columnista de una serie de publicaciones y autor de varios documentales.
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