UCRANIA: El Estado reprime a los sospechosos de ser críticos con la deriva autoritaria de Zelensky

El sitio oficial en internet de Abogados de Kiev, informa que desde que empezó la guerra en Ucrania, el Estado ha realizado 6.261 procedimientos por «delitos de crímenes de agresión y de guerra», entre los cuales se incluyen casos como el del joven militante de un partido de izquierda Alexander Matjuschenko, y 2.248 procedimientos de «Infracción de la integridad territorial de Ucrania». Además, la edad penal se rebaja de los 16 a los 14 años, para tales delitos, incluido el sacar fotos con teléfonos móviles a las accciones de las tropas ucranianas.

Los servicios de inteligencia ucraniana torturan activistas de izquierda en la ciudad de Dnipro

El maltrato del activista Alexander Matjuschenko el 3 de marzo en Dnipro documentado por los mismos perpetradores del batallón Azov

FUENTE JUNGE WELT

El pasado 3 de marzo, a la hora del almuerzo, 5 personas irrumpieron a gritos en el apartamento del empleado hotelero de 31 años Alexander Matjuschenko y su compañera María, en Dnipro. [Una ciudad del este, de un millón de habitantes]. Les gritaron que tenían que tirarse en el suelo, y que no se movieran, explicó María a Junge Welt.

Los atacantes ocultaban su rostro, pero dos de ellos llevaban insignias en la ropa como miembros del SBU, los servicios de inteligencia ucranianos. Mientras que éstos revolvían las habitaciones, otro hombre en uniforme militar con emblema del batallón nazi Azov, golpeaba a Alexander. «Esa misma persona me escupió en la cara y me cortó el pelo con un cuchillo», dice María. A Matjuschenko lo golpearon y maltrataron durante dos horas.

Las imágenes fueron publicadas por los propios atacantes en su canal de Telegram de la ciudad de Dnipro, que tiene alrededor de 335.000 seguidores. En una foto, Matjuschenko, con sangre en la cara, está en el suelo de espaldas , apuntado con un rifle contra la nuca . Un video muestra cómo lo obligan a ponerse de pie y hacer el saludo fascista de Stepan Bandera «¡Gloria a los héroes de Ucrania!»

Matjuschenko es un activista y miembro del partido de izquierda Liwizja («La Izquierda»), nacido hace dos años por la unión de activistas de diversos movimientos sociales en Dnipro. Esa organización de izquierda apoya huelgas y protestas, con movilizaciones y publicaciones contra los recortes sociales, los bajos salarios, la pérdida de democracia y el poder de los medios de comunicación desde los cuales la oligarquía ucraniana dicta cómo es la «sociedad correcta», como dijo Matjuschenko en un artículo publicado en 2020: «El gobierno ‘correcto’ y la oposición ‘correcta’ compiten entre sí en anticomunismo y xenofobia».

Anteriormente, Alexander ya había sufrido varios intentos de intimidación de los fascistas, pero ahora también ha participado la policía -dijo María- lo cual hace más seria la represión. Después del maltrato en su domicilio, les confiscaron computadoras, teléfonos inteligentes y otros objetos.

«Luego, nos pusieron una bolsa sobre la cabezas, nos ataron las manos una cinta, y nos metieron en un automóvil hasta el edificio de la SBU. Allí continuaron los interrogatorios y nos amenazaron con cortanos las orejas», relató María. Ella fue liberada después de pasar una noche en el calabozo. Alexander Matjuschenko, fue llevado a una prisión, allí lo atendió un médico de sus lesiones: numerosas fracturas, moretones, heridas en los ojos y en la cara.

Hasta ahora sólo su abogado lo ha visitado. Matjuschenko, dice que nunca ha tenido un arma en sus manos, pero es acusado, según el párrafo 437 del Código Penal de Ucrania, de «implementar una guerra agresiva o una operación militar», un delito penal castigado con entre 10 a 15 años de prisión. El 6 de marzo, fue rechazada su libertad provisional con fianza.

Hay numerosos informes de casos similares de arbitrariedad judicial en Dnipro. «La guerra se usa como excusa para llevarse a los que critican al gobierno, los detienen e incluso los matan«, dice un activista de izquierda a Junge Welt. «Todos tememos por nuestra libertad y nuestras vidas».