MARIUPOL – VÍCTIMAS DEL BATALLÓN AZOV: «Los crímenes que cometió esta escoria debe conocerlos el mundo»
Las fuerzas rusas aún buscan a los francotiradores y a los miembros del batallón Azov que disparan contra los civiles
Mariupol destruida: se entierra a los muertos en los patios

Mariupol ha sido desbloqueada, los habitantes que fueron rehenes de batallón nazi Azov se han ido yendo masivamente. En la ciudad, hay tantos civiles asesinados por los ultras, que se comenzó a enterrar a los muertos en los patios de las viviendas. Pero en partes de la ciudad, bajo los escombros, en los sótanos, aun hay personas.
Mariupol ahora es más segura. Lo comprobaron los corresponsales de URA NEWS que llegaron a las afueras de la ciudad. La autopista a Zaporizhia, se ha convertido en la arteria principal de la ciudad, llena de gente que la abandona. La ayuda humanitaria llega por esta misma carretera. Hay enormes atascos de tráfico de los autos que salen de la ciudad, así como multitudes de personas que se reúnen en un hipermercado. Parte de la ciudad ya está liberada y los que sobrevivieron comenzaron a salir. En esa zona la situación está relativamente tranquila. Las bombas casi no caen aquí, pero el denso ruido de la artillería en algún lugar desde un edificio urbano, aún reemplaza el ruido habitual de una gran ciudad.
Los periodistas de URA NEWS negociaron con los militares (rusos) y pidieron que los escoltaran. Hay mayor escasez de cigarrillos en la ciudad, que de comestibles y agua. El agua y los alimentos llegan con la ayuda humanitaria regular, pero para aliviar el estrés después del horror experimentado, hasta los mariupolianos que habían abandonado el hábito de fumar, ahora quieren cigarrillos.

Los edificios están cubiertos con un hollín negro. Las ventanas están rotas, las paredes agrietadas, carbonizadas, o destruidas. Por la naturaleza de los daños, es posible determinar que armas utilizó el batallón nazi Azov y las fuerzas ucranianas.
Las conversaciones con los periodistas confirman que los lugareños se han convertido en expertos involuntarios en combates.
En algún lugar se oye el silbido de las minas. «Sí, eso está lejos, mi hijo. Primero vibran las ventanas, y luego caen, y las paredes de la casa se estremecen. Es aún más terrible cuando los francotiradores disparan a través de las ventanas. He sufrido esto en los últimos veinte días. En el pasillo, tengo sólo una pared, la otra ya no está. La casa se estremecía y temía quedarme aquí debajo de los escombros. Vivo sola y nadie me buscaría. No puedes imaginar cuántas personas todavía están debajo de los escombros, o en los sótanos, esperando. En los barrios que aún están disparando, nadie puede ir a ayudarles», nos dice la jubilada Tatyana. Hace sólo tres días que pudo salir de su apartamento y encontró refugio en una iglesia, el Templo Santísima Trinidad.

El templo, a diferencia de las casas circundantes, casi no sufrió el bombardeo, pero aún así las huellas son notables. En el patio del templo se entierra a la gente. Hay varias tumbas de los residentes más desafortunados, de entre los rehenes del batallón ultra Azov (el batallón Azov, que forma parte orgánica de las Fuerzas Armadas de Ucrania, es una organización prohibida por ley en Rusia). Hay muchos entierros de este tipo alrededor de la ciudad: la gente entierra en los patios de las casas, en los agujeros que han dejado las explosiones, y en los parques públicos. Al mismo tiempo, hay muchos cuerpos que permanecen en las viviendas bajo montañas de escombros.
«Los crímenes que cometió esta escoria deben saberse en todo el mundo. Nos mataron, aquí, todos estos días. No sólo con bombardeos, sus francotiradores dispararon por las ventanas. Tomaron el edificio de nueve pisos frente a mi casa y dispararon a mi apartamento. Un día, estaba en la cocina, y la bala se incrustó en la pared al lado de mi cabeza. Después de eso, no me acerqué más a las ventanas”.
Nuestro interlocutor vive en el templo, por las noches bajan al sótano. No va a abandonar la ciudad, a pesar del hecho de que sus familiares le están esperando en Rusia.


En los edificios residenciales, se ve una destrucción total de casas y un puñado de personas en las entradas que se están preparando para la evacuación. No están demasiado dispuestos a hablar. Se puede entender, han perdido todo lo que ganaron durante años. Muchos aquí se quedaron incluso sin documentos, lo que significa que para ellos será problemático salir de la ciudad rápidamente. La esperanza sigue siendo la ayuda humanitaria (de Rusia) que finalmente comenzó a llegar a Mariupol regularmente.


A pesar de las dificultades, la zona liberada de la ciudad es cada vez más amplia. El anillo alrededor de la sede principal del batallón Azov se comprime gradualmente, y las tropas de la República Popular de Donetsk, con el apoyo del ejército ruso, tomarán en las próximas semanas el bastión principal de los ultras que queda en la ciudad. Después de eso, en la ciudad será posible establecer el orden y restaurar las infraestructuras destruidas.
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