SOBERANÍA REPÚBLICAS DEL DONBASS: El nacimiento de un mundo multipolar

El día en que se agotó la paciencia de Rusia

Residentes de Donetsk celebran con fuegos artificiales y banderas rusas el reconocimiento del nuevo Estado

DMITRY ORLOV / THE SAKER

La fecha de hoy, 22.02.2022, será fácil para que los escolares futuros la recuerden. Muchas personas la recordarán de varias maneras. Los residentes de Donetsk y Lugansk -las dos ciudades rusas anteriormente ucranianas, que más de vez más fueron sometidas a condiciones que bordean el genocidio desde el derrocamiento del gobierno instigado por Estados Unidos- recordarán el baile jubiloso en las calles, disparando fuegos artificiales, agitando banderas rusas y cantando el himno nacional ruso. Para ellos, este es el día en que llegó la nueva esperanza de que su pesadilla de ocho años pronto terminará y la vida finalmente regresará a la normalidad.

El mal informado nuevo canciller alemán ayudó inadvertidamente a resolver la situación diciendo que la idea de un genocidio causado por los ucranianos en el Donbass es ridícula. Dada la historia de la región (N. de la E:: ¡y de Alemania!) es un espectáculo público que un líder alemán use las palabras «genocidio» y «ridículo» en la misma oración.

Aquí está la información, bastante inquietante, que le falta al canciller Scholz : ha habido 9.282 muertos adultos en el Donbass (70% de ellos civiles) y 114 niños. Los muertos del lado ucraniano -de las tropas ucranianas y un surtido variado de mercenarios que han estado atacando y asediando al Donbass desde 2014- han sido contabilizados en 20.186. Esto fue antes del renovado bombardeo ucraniano de los últimos días. También hay más de dos millones de refugiados del Donbass en Rusia, más de un millón de desplazados hacia otras partes de Ucrania y alrededor de 50 mil en Bielorrusia.

La mayoría de los rusos también recordarán este día con alivio, como el día en que finalmente -¡finalmente después de ocho años literalmente sangrientos! – su gobierno entendió que una solución negociada en Ucrania simplemente nunca sucedería y que no tenía sentido esperar más.

Fue catártico para los rusos escuchar a su presidente expresar un torrente de verdades sobre Ucrania, diciendo que fue una creación bolchevique en tierras en su mayoría históricamente rusas, sin el propósito de ser un Estado independiente, señalando que nunca pagó su parte de deuda externa de la era soviética (Rusia la pagó en su nombre), que se negó a devolver los activos rusos con los que finalmente terminó, y en cambio absorbió varios cientos de miles de millones de dólares de subsidios rusos, que extorsionó exigiendo dinero por el uso del gasoducto de construcción soviética, de una tubería de gas que obtuvo de forma gratuita, y que ha desperdiciado y robado, así como el resto de su vasto patrimonio soviético.

También mencionó el presidente Putin que las ambiciones declaradas de Ucrania, de simultáneamente unirse a la OTAN e invadir Crimea, automáticamente desencadenarían una guerra mundial.

Mencionó la ambición declarada de Ucrania de usar el plutonio de sus depósitos de combustible nuclear gastado y cohetes de los tiempos soviéticos, para crear armas de destrucción masiva, una situación que debía ser encarada.

Finalmente, dejó en claro que todos los crímenes de guerra ucranianos de los últimos ocho años se han documentado cuidadosamente y que todos estos criminales de guerra serán llevados ante la justicia.

Este discurso vino poco después de una sesión televisada del Consejo de Seguridad de Rusia en el que todos los ministros clave hablaron y todos ellos hablaron a favor de reconocer a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. El Primer Ministro Mishustin dijo que se han estado preparando para la inevitable caída económica por algún tiempo y están listos para ello. El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, cuando se le preguntó si valdría la pena continuar las negociaciones con Occidente sobre Ucrania, dijo que es «una cuestión de gustos», pero que no se va llegar a nada con ellos. Y el ministro de Defensa, Shoigu, simplemente dijo, muy tranquilamente: «Vamos a seguir adelante. Vamos a hacerlo.»

La respuesta de por qué Rusia esperó durante tanto tiempo para dar este paso es que no estaba lista: la economía rusa aún no estaba blindada contra todas las sanciones posibles; no se habían probado todos los métodos diplomáticos para resolver el problema; y los militares no estaban listos para lidiar con la situación de manera rápida y eficiente.

Luego vino la ceremonia de firma, donde Vladimir Putin, Denis Pushilin de la República Popular de Donetsk y Leonid Pasechnik de la República Popular de Lugansk firmaron los documentos que otorgan reconocimiento a las Repúblicas. Dentro del documento se incluyó una página con la orden del presidente Putin a los militares rusos para proporcionar el establecimiento de la paz en las nuevas Repúblicas.

Hay una cuestión muy interesante en cuanto a las fronteras en las que se defenderá esta paz. Como sabemos después del derrocamiento inconstitucional del gobierno elegido democráticamente en Kiev en 2014, Donetsk y Lugansk se separaron intactas en su extensión. Más tarde, en el curso de la «operación antiterrorista» de Kiev, estas regiones llegaron a ser parcialmente ocupadas por las fuerzas ucranianas. Parece extravagante imaginar que Rusia, en el curso de reconocer la independencia y la soberanía de Donetsk y Lugansk, también otorgue reconocimiento a la ocupación ucraniana. Es mucho más probable que las fuerzas rusas ahora pidan cortésmente a las fuerzas ucranianas que se retiren, dándoles un plazo determinado, y en caso de que no lo hagan, sean capturados.

Finalmente, los líderes occidentales pueden no darse cuenta de esto de inmediato -parecen estar en un estado mental lamentable- pero es probable que al final se den cuenta de que el 22.02.2022 fue el día en que su mierda (sic) finalmente dejó de funcionar.

La idea de que se propague la libertad y la democracia en lugar de la muerte y la pobreza -como se evidencia en Ucrania, en la cima de la lista de países «liberados» y «democratizados- ya no es un absurdo.

La idea de que EEUU es un hegemón global y puede dictar las reglas para todos, está muerta y muerta debe estar. La unidad de la OTAN es sólo un par de palabras sin sentido en un pedazo de papel.

Mentir, como cuando Occidente exige que Rusia cumpla con los términos de los acuerdos de MINSK -¡según los cuales no tiene ninguna obligación!- no tiene efecto.
Occidente puede tardar un poco más de tiempo en darse cuenta de que imponer sanciones adicionales a Rusia es una forma realmente excelente para que el petróleo llegue a 200 dólares por barril, mientras se congelan en la oscuridad. Y en algún momento también se darán cuenta de que no tienen más remedio que otorgar las garantías de seguridad que Rusia ha exigido porque ya lo habían hecho, de palabra y por escrito, e ignorar los compromisos de seguridad ya no es una opción.

Será una curva de aprendizaje empinada para Occidente y hay que preguntarse si serán capaces de aprender algo. La única habilidad que han demostrado es repetir la misma letanía de mentiras una y otra vez. Después de haber sido los sirvientes de los intereses bancarios y corporativos, es posible que no sean capaces de tener el nivel requerido de pensamiento racional.
Y eso plantea otra pregunta: ¿Qué van a hacer las personas en Occidente con ellos?