ORO VENEZOLANO EN BANCO DE INGLATERRA: Cuando el zorro cuida las gallinas

El Banco de Inglaterra fue un banco privado perteneciente a la familia Rothschild -que junto a sus clanes familiares controlaba la banca de casi toda Europa- durante siglos, hasta que en 1946 fue nacionalizado debido a la segunda guerra mundial. El Banco de Inglaterra tiene actuaciones ilegales e inmorales en su haber como por ejemplo, haber transferido a la Alemania nazi, el oro de los países invadidos. Según documentos que se hicieron públicos en 2013, en marzo de 1939 transfirió el oro checoslovaco -valorado en unos 843 millones de euros actuales- desde la cuenta de ese país a la cuenta del Banco Central de la Alemania nazi, actuando en contra de las órdenes del gobierno británico. Aún así numerosos países siguen creyendo que su oro soberano está a salvo en tales manos.

La razón por la cual los países depositan sus reservas en el Banco de Inglaterra, es por la facilidad que ofrece Londres para poner el oro en el mercado y obtener rentabilidad, al ser un centro financiero mundial. Pero el Brexit y la volatilidad de la economía mundial, hace que actualmente sea un riesgo mantener las reservas de oro de un país fuera de sus fronteras, y así lo considera la mayoría de países occidentales.

El caso del oro venezolano, ha reavivado la desconfianza de muchos países en la custodia de sus reservas por parte del Banco de Inglaterra. Las alarmas se han disparado en Australia, que aun mantiene el 99% de sus reservas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra y durante años el regulador del Reino Unido no ha permitido a Canberra realizar una auditoría de sus lingotes.

Hace tiempo que se abrió el debate en los Estados sobre la conveniencia de que los bancos centrales mantuvieran la totalidad o gran parte de sus reservas de oro en su propio territorio, para que en caso de necesitarlas no tuvieran problemas para repatriarlas. En Alemania hubo una campaña popular que presionó al gobierno para obtener la repatriación de sus reservas de oro y el Bundesbank a partir de 2012 empezó a repatriar las reservas de oro depositadas en Francia, Inglaterra y EEUU. Son conocidos los problemas que surgieron con EEUU para la recuperación del oro alemán depositado en la Reserva Federal: tardaron 5 años en devolverlo y las numerosas excusas estadounidenses abonaron las sospechas de que en realidad no tenían el oro, que se lo habían gastado.

Ante el Brexit, muchos países europeos se apresuraron a retirar su oro de la custodia de Londres. En 2019, Polonia, repatrió 100 toneladas de oro de Londres a Varsovia, en una operación urgente. El banco central polaco manifestó que la repatriación respondía a la necesidad de los bancos centrales de «limitar el riesgo geopolítico», ante el peligro de «perder el acceso o la restricción de la disponibilidad de sus recursos de oro en el extranjero». Lo mismo han hecho Austria, Rumania y otros países de Europa central. Holanda, por su parte, está construyendo nuevas instalaciones en bases militares para albergar sus reservas de oro en su propio territorio, una vez que termine de repatriarlas de Londres y Nueva York.

En la nota que pueden leer a continuación, el sociólogo Ociel López, profesor de la Universidad Central de Venezuela, analiza la situación del oro venezolano depositado en el Banco de Inglaterra, banco central del Reino Unido.

El oro venezolano en el Banco de Inglaterra: la peligrosa jurisprudencia colonial que podría engendrar gobiernos paralelos para desfalcar países


OCIEL ALÍ LÓPEZ / PORTAL ALBA



El mismo riesgo lo tendrán de ahora en adelante países de la región como México, Argentina, Bolivia, Colombia y Perú, que tienen reservas de este preciado metal en Reino Unido.

La decisión que pronto deberá tomar el Tribunal Supremo de Reino Unido sobre la custodia de las 31 toneladas de oro venezolanas, calculadas en más de 1.000 millones de dólares y retenidas en el Banco de Inglaterra, podría generar jurisprudencia sobre la autoridad última de las reservas internacionales que muchas naciones han confiado a ese país.

Ya no solo se trata de Venezuela, sino de los más de 30 países de África, América y Asia que tienen resguardadas sus reservas internacionales en oro en dicho banco. De hecho, según algunos cálculos, una quinta parte del oro de todos los países del mundo se encuentra en Londres, considerada la capital del preciado metal.

En octubre de 2020, la Justicia británica anuló una decisión anterior de los tribunales que favorecía el ‘interinato’ de Juan Guaidó, pero básicamente pidiendo indagar más sobre la autoridad legítima para retirar el oro del Banco de Inglaterra.

Este lunes, el Gobierno británico confirmó su reconocimiento al ex diputado opositor, aumentando las probabilidades de que el oro venezolano no sea devuelto al ente estatal que lo depositó como resguardo: el Banco Central de Venezuela. Así, el preciado metal puede terminar difuminado entre las bóvedas inglesas y gastos corrientes de un gobierno paralelo que no tiene sede, ni control territorial o poblacional.

Durante esta semana, los magistrados estarán escuchando a las partes implicadas para dictar sentencia. Si los cinco magistrados encargados de decidir sobre la demanda venezolana terminan de quitarle al Gobierno de Nicolás Maduro la custodia del oro y deciden entregársela a Guaidó –o sencillamente mantenerla en resguardo por tiempo indefinido (ya han pasado casi tres años desde que Venezuela solicitó su repatriación)–, podrían incitar a la creación arbitraria de ‘gobiernos paralelos’ constituidos con el único fin de acceder al control sobre este.

Ya el Gobierno venezolano, en el mes de mayo de 2020, propuso que se llegara a un acuerdo entre las partes y ese depósito se utilizara, bajo la gestión del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la compra de material sanitario para enfrentar al pandemia. Sin embargo, hasta ahora el Banco de Inglaterra se ha negado a aceptar dicha solicitud.

Se estaría consolidando una verdadera arma jurídica colonial que pone en riesgo las reservas internacionales de unos 30 países, que ingenuamente confiaron en Reino Unido para resguardar sus recursos soberanos.

Venezuela figura entre los países que menos vacunas ha aplicado en toda la región por las dificultades para acceder a los recursos necesarios, entre otros, debido a las sanciones impuestas sobre el país. Sin embargo, de concretarse la decisión del alto tribunal británico, el país sudamericano no podrá hacer uso de sus reservas, lo que develaría la insensibilidad de las instituciones británicas más allá de las ‘dudas’ que puedan tener sobre su utilización por parte del Gobierno de Maduro.

La narrativa, de ahora en adelante, de generarse esta jurisprudencia, será más o menos así. Desde una mirada colonial, las instituciones inglesas le dicen a otros países que han confiado sus reservas en los bancos ingleses: ‘Tú no tienes seguridad para preservar tu oro, me pagas a mí para guardártelo, pero si en algún momento la Administración británica de turno considera ilegítimo tu gobierno, entonces el banco se reserva el derecho de impedir su devolución por un tiempo indefinido, e incluso, posiblemente entregárselo a un gobierno reconocido por las autoridades inglesas aunque no tenga ningún poder sobre el territorio, ni la población, ni una sede conocida’.

Es este el caso del ‘interinato’ de Guaidó, al cual la Unión Europea (UE) le ha retirado su reconocimiento como gobierno y le ha bajado su estatus de presidente a ‘líder opositor’. La ONU tampoco le reconoce. A pesar de esto, el haber sido reconocido por el Gobierno británico parece tener la suficiente categoría legal como para impedir devolver las reservas al Banco Central de Venezuela.

El mismo riesgo lo tendrán de ahora en adelante países de la región como México, Argentina, Bolivia, Colombia y Perú, que tienen reservas de oro en bancos ingleses.

La operación es muy sencilla, el Gobierno británico desconoce a la autoridad que puso el oro en las bóvedas del Banco de Inglaterra, reconoce un presidente diferente y, acto seguido, el organismo decide guardarlo en ‘custodia’ por un tiempo indefinido.

Hoy, las reservas de unos 30 países que tienen su oro en el Banco de Inglaterra están en riesgo. El Gobierno británico tiene ahora el poder sobre ellos y un fuerte peso para presionar en una dirección u otra las decisiones de esas naciones, so pena de perder sus recursos soberanos.

Esta decisión no solo crearía una jurisprudencia colonial peligrosa, sino que también incentivaría las aventuras de ‘gobiernos paralelos’ sin mayor poder que el dinero al que podrían acceder en algún banco europeo.

Podríamos ejemplificar imaginando que en el supuesto negado de que Keiko Fujimori decida autoproclamarse presidenta y el Gobierno británico la reconociera, entonces las 34,7 toneladas de oro de reservas en el exterior del Banco Central de Reserva del Perú estarían en franco riesgo de ‘perderse’ en las bóvedas inglesas o de ser utilizadas por un hipotético Gobierno de Fujimori en el exilio.

De haberse producido antes una sentencia de este tipo, dictaduras como la de Jeanine Añez en Bolivia quizá hubieran preferido trasladar su gobierno de facto hacia el ‘exilio’ para intentar cobrar o gestionar el dinero del pueblo boliviano, siendo Bolivia un país que también tiene reservas de oro en bancos extranjeros.

Estos hipotéticos escenarios, difícilmente creíbles, sirven para contemplar que esta decisión no solo crearía una jurisprudencia colonial peligrosa, sino que también incentivaría las aventuras de ‘gobiernos paralelos’ sin mayor poder que el dinero al que podrían acceder en algún banco europeo. Aunque también, esta decisión puede estimular a los países en cuestión a ir pidiendo una devolución paulatina de sus reservas, por miedo a situaciones similares.

Es posible que todo el movimiento anticolonial inglés, que irrumpió con fuerza durante el año pasado, desconozca los mecanismos coloniales que a día de hoy se incentivan desde Londres, a escasas cuadras de donde se tumbaron estatuas de esclavistas y colonizadores.

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