VACUNAS PFIZER Y MODERNA: Informan cientos de casos de inflamación cardíaca en personas vacunadas
EEUU, Israel, Japón y la Unión Europea reportan casos de miocarditis y pericarditis

El pasado 11 de junio The New York Times, informó que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, están estudiando casi 800 casos de problemas cardíacos raros luego de la inmunización con las vacunas contra el coronavirus fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna.
Más de la mitad de los problemas cardíacos se presentaron en vacunados de 12 a 24 años, una cifra notablemente alta, siendo que este grupo constituye sólo el 9 % del total de vacunados.
“Claramente tenemos un desequilibrio allí”, dijo el Dr. Tom Shimabukuro, el experto en vacunas del CDC que presentó los datos. Las complicaciones reportadas han sido miocarditis y pericarditis. La miocarditis es una inflamación del músculo cardiaco, y la pericarditis es una inflamación de la capa exterior que recubre el corazón.
Hasta el 31 de mayo, 216 personas experimentaron miocarditis o pericarditis después de una dosis de cualquiera de las dos vacunas, y 573 después de la segunda dosis.
La segunda dosis de Pfizer-BioNTech se relacionó con aproximadamente el doble de casos que la segunda dosis de Moderna.
Hubo 79 casos reportados en el grupo de los de 16 -17 años (cuando los investigadores calculaban que habría unos 19) ; y se informó de 196 casos entre los jóvenes de 18 a 24 años (cuando lo esperado era un máximo de 83). Por lo general se presentan varios días después de la segunda dosis de la vacuna.
La gran mayoría se ha recuperado, pero 41 tenían síntomas en curso, 15 aún están hospitalizados y 3 están en la unidad de cuidados intensivos, informó CBSNews.
El mes pasado Pfizer obtuvo una autorización de uso de emergencia para su vacuna COVID-19 en estadounidenses de tan sólo 12 años. Casi al mismo tiempo, la EMA (la agencia de regulación de medicamentos de la UE) también la autorizó para menores de entre 12 y 15 años.
Seguidamente, Moderna también solicitó permiso a la FDA estadounidense para administrar su vacuna los adolescentes.
Pfizer, dio un paso más y anunció la semana pasada que había decidido las dosis para usar en un ensayo clínico en niños de tan sólo 6 meses de edad y esperaba enviar datos antes de octubre. Anteriormente, ya había dicho que esperan concluir los ensayos para niños de 2 años en septiembre.
La Dra. Marion Gruber, directora de la oficina de vacunas de la FDA estadounidense, dijo -según informa CBSNews– que «las consideraciones de riesgo-beneficio para determinar si se debe emitir una autorización de uso de emergencia para el uso de una vacuna COVID-19 en individuos pediátricos sanos deberán tener en cuenta esta información [los casos reportados de problemas cardíacos] y la consideración de riesgo-beneficio probablemente será diferente, no sólo en comparación con las de adultos, sino que también pueden ser diferentes para los grupos pediátricos más jóvenes que para los mayores».
La CNCB publicó el 10 de junio que durante una reunión de discusión el Dr. Cody Meissner, miembro del Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA estadounidense, dijo que estaba «preocupado» por el problema cardíaco reportado en los jóvenes receptores de la vacuna. Se preguntó si habrá cicatrices en el tejido muscular o una arritmia como resultado de la afección. «Creo que es poco probable, pero no lo sabemos», dijo Meissner, que es también profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts. «Entonces, antes de que comencemos a vacunar a millones de adolescentes y niños, es muy importante averiguar cuáles son las consecuencias».
Por su parte, el 13 de junio, el Ministerio de Salud de Japón informó que 7 personas, de una edad comprendida entre 20 y 69 años, desarrollaron miocarditis o pericarditis después de recibir la vacuna Pfizer en el país. Seis de ellos eran varones, y mostraron los síntomas luego de recibir la segunda dosis de la vacuna.
El pasado 1 de junio, la revista Science publicó que el Ministerio de Salud de Israel cuenta con un informe que concluye que 1 de cada 3000 y 1 de cada 6000 hombres, de 16 y 24 años respectivamente, que recibieron la vacuna de Pfizer desarrollaron una inflamación del músculo cardíaco, si bien la mayoría de los casos fueron leves y se resolvieron en unas pocas semanas. En Israel se detectó el problema por primera vez en abril, con más de 60 casos, principalmente en hombres jóvenes, tras la segunda dosis de vacuna. Casi al mismo tiempo, el Departamento de Defensa de EEEUU comenzó a rastrear casos de este tipo y halló 14. A mediados de mayo, los CDC de EEUU dijeron que también estaban revisando los casos de miocarditis.
Los funcionarios de salud de la UE, dijeron el 28 de mayo que habían recibido 107 informes de miocarditis después de la vacuna Pfizer-BioNTech. Pero en Europa se han vacunado relativamente pocas personas menores de 30 años.
Desde fines de enero, en Israel se ha estado vacunando a adolescentes a partir de 16 años y el Ministerio de Salud programa abrir las vacunación para niños a partir de 12 años. EEUU y Canadá, comenzaron a vacunar a niños mayores de 12 años a mediados de mayo.
El Dr. Mevorach, Jefe de Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad de Hadassah y director del equipo de investigación creado en enero por el Ministerio de Salud israelí para investigar los casos, dijo a Science que identificaron 110 casos de miocarditis entre 5 millones de personas en Israel que habían recibido dos dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech en el mes anterior al diagnóstico. Esto significa algo más de un caso cada 50.000 vacunados.
El 90 % de los casos detectados en Israel, se dieron en hombres y la tasa entre los vacunados fue entre cinco y 25 veces superior a la tasa de miocarditis en la población general, señala el informe.
El Dr. Peter Liu, cardiólogo y director científico del Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, dijo que que «esto es, al menos estadísticamente, un fenómeno real”.
Los casos de miocarditis después de la vacuna Moderna -que no se usa en Israel- también se están investigando en los Estados Unidos. No está claro por qué las dos vacunas, que dependen del ARN mensajero podrían aumentar el riesgo. Una posibilidad es que los niveles muy altos de anticuerpos que generan en los jóvenes también pueden, en casos raros, dar lugar a una reacción inmune exagerada que inflama el corazón. «No hay duda de que estas [vacunas] son extremadamente generadoras de inmunidad», dijo el Dr. Liu.
El Dr. Mevorach dice -según publica Science– que sospecha que el ARNm en sí podría estar desempeñando un papel. El sistema inmunológico innato reconoce el ARN como parte de la defensa del cuerpo contra los microbios, incluidos los virus de ARN como el SARS-CoV-2, señala. «Creo que en realidad el ARNm es una especie de adyuvante natural, que aumenta la respuesta inmune«, dijo el experto.
Una pregunta importante es si retrasar la segunda dosis de vacuna podría reducir algún riesgo potencial. Puede haber una oportunidad para averiguarlo: varios países han ampliado el intervalo entre las dos dosis de las 3 semanas probadas y recomendadas por Pfizer, a 12 o incluso 16 semanas, debido a la escasez de vacunas. Su hubiera una caída en los casos de miocarditis entre aquellos cuya segunda dosis se retrasó podría ser vista en los datos en los próximos meses.
El Dr. Mevorach dijo que la compensación riesgo- beneficio de la vacunación, puede ser diferente en Israel, dado su número extremadamente bajo de infecciones por SARS-CoV-2 y que espera que el Ministerio de Salud deje la decisión de vacunar a los adolescentes más jóvenes a sus padres y sus médicos porque «por el momento, ya no tenemos una emergencia”.
En EEUU los CDC continúan recomendando la vacunación para niños mayores de 12 años en su sitio en internet. Advierten, sí, que «los médicos consideren la miocarditis y la pericarditis en pacientes que desarrollen dolor de pecho agudo, dificultad para respirar o palpitaciones del corazón, dentro de una semana después de la vacunación» y que ante la sospecha los facultativos «deben considerar consultar con un cardiólogo pediatra». También señalan que «los pacientes con estas afecciones deben esperar tres meses y recibir la autorización de un médico antes de regresar a una actividad rigurosa como los deportes competitivos».
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