ESPAÑA – ELECCIONES MADRID: La legitimación de la extrema derecha

Dos periodistas expertos en extrema derecha analizan los resultados de las recientes elecciones en la Comunidad de Madrid, en sendas entrevistas en el medio catalán Vilaweb.

«Ayuso ha sabido conectar con las pulsiones de la extrema derecha»


Entrevista con Alba Sidera, periodista experta en extrema derecha y corresponsal en Italia del diario catalán Punt Avui, sobre el triunfo del PP y Vox en las elecciones madrileñas

OT BOU COSTA / VILAWEB

Alba Sidera es corresponsal del Punt Avui en Italia desde hace nueve años. Es autora del libro Feixisme persistent («Fascismo persistente», Saldonar Ediciones), y ya hace tiempo que alerta sobre esta sazón que ha acelerado el crecimiento de la extrema derecha en Europa: las medias verdades, la legitimación en los medios, el marketing calculadísimo de los cerebros grises de los ultras. Hablamos con motivo del resultado de las elecciones en la comunidad de Madrid, en la que el PP de Isabel Díaz Ayuso y Vox han arrasado.

-Matteo Salvini, dirigente de la Liga, fue uno de los primeros en felicitar Díaz Ayuso por la victoria.

-Salvini es un oportunista. Se sube al carro de quien gana. Tiene sus aliados naturales: Marine Le Pen, que fue su gran madrina, Viktor Orbán, Bolsonaro. Pero en la Liga hay una corriente interna, encabezado por Giancarlo Giorgietti, que ahora es ministro del gobierno Draghi, muy ligado a los empresarios, sobre todo del norte de Italia. Y empuja a Salvini para que tenga buena relación con el Partido Popular Europeo, aunque él se resiste un poco. Ayuso es el punto común perfecto. Es esta derecha populista que puede caer muy bien en Italia, pero forma parte de la familia popular europea.

-Hay una afinidad sobre la gestión de la pandemia, además.

-Ayuso ha hecho bandera de que hay que priorizar la economía por delante de la salud. Es el mensaje que va repitiendo Salvini, y lo que ha aplicado su partido que gobierna en algunas regiones del norte, que fueron las más afectadas por la pandemia: la Lombardía, el Véneto. Pusieron por delante el eje económico y hubo una enorme mortalidad. Que Ayuso haya ganado revalida esta opción. Salvini se hace suyo el éxito. Y la prensa italiana cercana a Salvini ha ayudado, exlicando muy positivamente lo que pasaba en Madrid.

-Hay quien se ha esforzado a menudo para vincular Salvini con el independentismo catalán, pero a quienes él felicita es a Ayuso (PP) y a Abascal (Vox).

-Salvini era ‘autonomista’ del norte de Italia, y aprovechó que Berlusconi flaqueaba y que la extrema derecha europea se organizaba para reconvertir la Liga. Pasó de ser «nacionalista» del norte a ultranacionalista italiano. Todas sus declaraciones a favor del independentismo son anteriores a este cambio de rumbo. También mostraba apoyo a los escoceses y a los vascos. Quería legitimar un proyecto que no tenía ni pizca de sentido, porque la «Padania» es una realidad inventada. Acercar la Liga a movimientos de emancipación nacional reales le daba prestigio. Salvini quería aprovecharse para limpiar su imagen.

-Este punto común que dice que representa Ayuso, al PP le va muy bien para reunificar bajo sus siglas todo el espacio que va del centro-derecha a la extrema derecha: la estrategia de Aznar.

-No tengo claro si Ayuso funciona sólo en Madrid o funcionaría también en el resto del Estado. Pero es así, es el proyecto y las maneras de Aznar. Este modo puramente hedonista de entender la libertad. «A mí nadie me tiene que decir cuántas copas de vino me he de beber» (N.de la E.: célebre frase con la cual el ex presidente Aznar replicó a una campaña del gobierno de Zapatero para evitar muertes en carretera por conducir bajo los efectos del alcohol). No es ninguna novedad.

-De todas formas, no parece que el PP pueda comerse a Vox tan fácilmente como lo ha hecho con Ciudadanos.

-Vox hace que Ciudadanos ya no sea necesario. El discurso principal de Ciudadanos, que era crear crispación contra el independentismo (catalán) ya fue el mismo de Vox cuando aún éstos no eran nada. Y los medios los inflaron, y también fueron acusación popular en el juicio contra los líderes independentistas catalanes. Y la ola de extrema derecha que hay en el mundo sopla a favor de Vox y del discurso del odio. Pero si no ha crecido tanto como podía crecer es porque Ayuso ha sabido conectar con las pulsiones de la extrema derecha, que se presenta como transgresora. Ayuso ha recogido votos de Vox, que a su vez ha recogido votos de Ciudadanos, que ya no tiene razón de existir.

-Bea Fanjul, la presidenta de las juventudes del PP, dijo que había que votar a Ayuso porque «era mejor malo conocido que bueno por conocer».

La gente se ríe de este tipo de discursos, pero olvidan a quien van dirigidos. Fanjul se dirigía claramente a los jóvenes que hablan y piensan como ella. No es una oradora brillante, pero lo que les quería decir es claro: «Sé que están seducidos por Vox, que es muy atractivo, pero vale más que voten a Ayuso, que es un valor seguro». Les decía que el PP es el padre de Vox y que por tanto se dejaran de experimentos y los votaran directamente.

-Ayuso también ha dicho que está muy contenta porque dice que la apoyan muchos jóvenes. ¿Qué ocurre para que haya tantos jóvenes que se sientan atraídos por el extrema derecha?

-Todo esto ya viene de la nueva derecha francesa que salió de Mayo del 68. Un grupo de intelectuales de derechas se dieron cuenta de que las ideas de izquierda eran mucho más atractivas para los jóvenes, y que la extrema derecha quedaba anticuada y destartalada. Pusieron mucho dinero y muchos estudiosos a resolverlo. Fusionaron pensadores de extrema derecha clásica, incluso próximos al nazismo, con pensadores de izquierda como Gramsci. Y definieron una estrategia: hay que conquistar la hegemonía cultural. Todo está muy bien calculado.

Van reproduciendo este marco mental de lo que llaman políticamente incorrecto, que ha ido cuajando con los años. Y con las redes sociales ha sido aún más fácil y rápido. Son los valores clásicos de la extrema derecha presentados como algo contracultural. E incluso en ciertos países han reformado postulados y abrazan el ecologismo o un feminismo manipulado.

«Las cloacas del estado han sido claras ganadoras de las elecciones en Madrid»

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Miquel Ramos, periodista y experto en extrema derecha analiza los resultados de unas elecciones en las que la derecha extrema y el españolismo han arrasado. En esta entrevista, Ramos advierte que el resultado de las elecciones autonómicas de Madrid ha legitimado el discurso de la extrema derecha, y ahora ya no es vista como un peligro en ciertos sectores de la sociedad.

ESPERANÇA CAMPS BARBER / VILAWEB

-Una de las primeras felicitaciones que recibió la noche electoral Isabel Díaz Ayuso fue la del presidente del partido de la Liga Norte italiana, Matteo Salvini.

-Es lógico, porque Salvini ahora quiere tomar una posición algo más hacia el centro y Ayuso representa esta esencia de la derecha con tics de extrema derecha, que es el papel que quiere hacer Salvini en Italia. La campaña de Ayuso ha sido muy escorada a la derecha radical, y es lógico que se encuentren en este punto, Salvini y Ayuso. Al igual que es lógico que Vox no haya crecido más porque ya estaba Ayuso.

¿El votante de Vox se siente representado por Díaz Ayuso?

-Sí. Ella representa bastante bien los valores de Vox y es bien aceptada entre el electorado. Incluso ha hecho un poco de sombra a Monasterio (la candidata de Vox). Aun así, Vox no ha tenido un mal resultado, sobre todo porque ha conseguido que la derecha del PP intentara parecerse a ellos. Y eso, para ellos, es una buena noticia, aunque sólo hayan crecido en un diputado.

-Esta victoria de Díaz Ayuso, ¿influirá en la forma en que el gobierno español querrá resolver el conflicto con Cataluña?

-Evidentemente. En estas elecciones, hay un componente nacionalista importante. Nacionalista madrileño, más que español. El nacionalismo es clave en todas las políticas de la derecha y sí, influirá. Quien piense que lo que pase en Madrid no tendrá consecuencias en Valencia o en Cataluña está muy equivocado.

-¿Qué consecuencias?

-No olvidemos que, tanto si nos gusta como si no, el marco estatal es el marco estatal, por mucho que nuestro marco mental sea otro. Es evidente que la derecha española actúa en clave estatal. Se abre una nueva etapa y, tanto en Valencia como en las Islas Baleares, el entendimiento entre las izquierdas puede hacer un poco de freno y habrá unos años de gracia para establecer determinadas políticas y armarse bien para lo que pueda venir. Ahora, esto es un mensaje contundente para el gobierno de Valencia y para el gobierno de Baleares.

Todo lo que no se haga en los dos años que quedan (de legislatura), tardaremos mucho en poder hacerlo. Esto obliga a ser valientes y dejar la tibieza para otro día, porque la derecha viene como una apisonadora.

-¿También en las elecciones españolas?


Las elecciones de Madrid han sido un aviso en clave estatal. Sánchez debe reflexionar, porque no lo ha hecho bien. Ha gobernado y no ha sido valiente. Ha estado más pendiente de lo que decía la derecha, en vez de hacer sus políticas. Es incapaz de limpiar parte de las cloacas. No puede ser que envían cartas (amenazantes, con balas) al ministro de Interior, y vamos destapando casos de amenazas de la policía y de militares, y (el gobierno) sea incapaz de meter mano en las estructuras del Estado.

Es una cobardía extrema y, además, esta complicidad con el statu quo y el pacto de no agresión con algunas estructuras del Estado como el ejército, la policía, la monarquía u otros intocables -gobierne quien gobierne-, indica que están rendidos a unas estructuras que no se pueden tocar. Esto deja a la democracia en muy mal lugar.

-En manos de las cloacas…

-Uno de los ganadores claros de las elecciones (madrileñas) han sido las cloacas del estado. Había un personaje molesto que era Pablo Iglesias, que en un momento sirvió para ilusionar a una parte de la izquierda y desgastar al Partido Socialista, lo digo interpretándolo desde la óptica de las cloacas, y cuando el poder ya se ha visto amenazado por algunas propuestas de Podemos lo han liquidado rápidamente de la manera más sucia posible.

-Lo han hecho irse.

-Hacía mucho tiempo que tenían la consigna de destruir a Pablo Iglesias. Tanto cuando era vicepresidente como ahora. El desgaste personal ha sido brutal. Se ha centrado mucho en su figura. Pero la política no se hace sólo a las instituciones, la derecha se encuentra en plena batalla cultural contra la izquierda.

-¿Piensa que el otro resultado de estas elecciones ha sido la normalización de la extrema derecha?

La extrema derecha sale legitimada. Es un actor que ya es permanente, ya se pacta y se convive con absoluta normalidad. Ya no es molesta ni para la derecha ni para el establishment. ¡Al contrario! Todo esto tiene la consecuencia de que en algún momento puede terminar mal. No olvidemos que el discurso de odio es combustible para la violencia. Pienso que puede haber una escalada de violencia sin precedentes dentro de poco tiempo.

Esto de las cartas (amenazantes) puede parecer anecdótico, pero no lo es tanto. Deberíamos ver cómo lo gestionará la democracia, si el Estado español pone freno. Pero todavía no sabemos quién envió las cartas, aunque tengo la impresión de que Interior ya lo sabe.

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