VACUNAS COVID: AstraZeneca en la UVI de las vacunas
Un estudio de investigadores alemanes dirigido por el especialista en coagulación Andreas Greinacher de la Universidad de Greifswald, revela que existe una evidencia científica que confirma la aparición de trombosis tras la inoculación de la vacuna británica AstraZeneca. Por su parte, el Instituto Paul-Ehrlich, centro de referencia para la vacunación en Alemania, ha detectado 31 casos de trombosis en personas que recibieron la vacuna de AstraZeneca, nueve de las cuales fallecieron, entre ellos un hombre de 37 años y una joven de 20. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ya había investigado los primeros casos de trombosis que se informaron hasta el 10 de marzo, pero en poco más de una semana la EMA recomendó continuar con la vacunación, que varios países habían suspendido a la espera de la decisión de esta agencia. La EMA y luego la OMS indicaron «que los beneficios de la vacunación son mayores que los riesgos». Les faltó aclarar para quién «son mayores los beneficios». Obviamente no ha sido así para las personas sanas que han fallecido ni para sus familiares. En Alemania el debate es intenso tras la muerte de los nueve ciudadanos por inusuales tipos de trombosis, tras la vacunación con AstraZeneca, y son muchos los que no han acudido a las citas reservadas con anterioridad para ser vacunados. Por su parte, a la empresa farmacéutica AstraZeneca la única manera que se le ocurrió de afrontar este problema, es la estrategia comercial: cambiarle el nombre a su vacuna, aunque los componentes son los mismos. Ahora se llama Vaxzevria. Esta actitud lo dice todo.
Un raro trastorno de la coagulación nubla las esperanzas en la vacuna de AstraZeneca contra el COVID

KAI KUPFERSCHMIDT- GRETCHEN VOGEL / SCIENCE
En Europa la vacuna de AstraZeneca enfrenta nuevas preocupaciones sobre la seguridad a medida que gana terreno una explicación para los accidentes cerebrovasculares inusuales y los trastornos de la coagulación registrados en al menos 30 receptores de la vacuna. (N. de la E.: estos 30 casos son hasta el 10 de marzo, sin contar los recientes de Alemania)
Muchos países europeos suspendieron el uso de la vacuna de AstraZeneca a principios de marzo luego de los informes iniciales de eventos que provocaron al menos 15 muertes (sin contar las 9 recientes en Alemania). Pero la mayoría reanudó la vacunación con AZ (N.de la E.: excepto Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca) después de que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recomendara hacerlo el 18 de marzo, diciendo que «los beneficios de la vacuna superan cualquier riesgo». La EMA continúa investigando el asunto y convocó un amplio comité de expertos el 29 de marzo.
Ahora, un grupo de investigadores de Alemania dirigido por el especialista en coagulación Andreas Greinacher de la Universidad de Greifswald dice que esa combinación muy inusual de síntomas (coágulos sanguíneos generalizados y un recuento bajo de plaquetas, a veces con sangrado) se asemeja a un efecto secundario poco común de la heparina -un anticoagulante- llamado trombocitopenia inducida por heparina (HIT)
«Síndrome de trombocitopenia inmunitaria protrombótica inducida por la vacuna»
Los científicos, que describieron por primera vez sus hallazgos durante una conferencia de prensa el 19 de marzo, recomiendan una forma de probar y tratar el trastorno y dicen que esto puede ayudar a aliviar las preocupaciones sobre la vacuna. “Sabemos qué hacer: cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo”, dice el profesor Greinacher, quien lo llama «Síndrome de trombocitopenia inmunitaria protrombótica inducida por la vacuna» (VIPIT). Greinacher ha publicado su hallazgo en Research Square.
Aparte de los hallazgos de Greinacher, varios investigadores dijeron a Science que estaban convencidos de que la vacuna estaba causando el raro conjunto de síntomas. Si eso resulta ser cierto, podría tener importantes consecuencias para la vacuna, que es una de las piedras angulares del impulso de la Organización Mundial de la Salud para la inmunización global. AstraZeneca está trabajando con socios de todo el mundo para producir y distribuir miles de millones de dosis en países de ingresos bajos y medios, que podrían tener más dificultades para identificar y tratar efectos secundarios raros.
Europa también depende en gran medida de la vacuna: la Unión Europea compró 400 millones de dosis. (N.de la E.: la UE pagó por adelantado 336 millones de euros a AstraZeneca en junio de 2020 para financiar la investigación previa y la producción de 300 millones de dosis). El hecho de que la empresa no entregue a tiempo las cantidades acordadas en cada remesa ha retrasado los lanzamientos de la campaña de vacunación en la UE. E incluso si el riesgo fuera muy bajo, tiene sentido usar la vacuna solamente en aquellos que también pueden beneficiarse al máximo de ella: personas mayores con alto riesgo de morir por COVID-19. (N. de la E.: La Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorizó el uso de la vacuna de AstraZeneca el 29 de enero. La EMA asegura que la vacuna ha sido testada entre pacientes de 18 a 55 años: “Los estudios carecían de datos suficientes para determinar la eficacia de la vacuna en el grupo de mayores de 55 años”. Por eso al principio, muchos países europeos limitaron su uso a la población con edad inferior a 55 o 65 años. Más tarde cambiaron de criterio -seguramente impulsados por la escasez de vacunas para inmunizar a la población mayor más vunerable- y el 4 de marzo Alemania recomendó usarla en mayores de 65 años; a continuación Francia decidió usarla en población de 65 a 75 años; Suecia -antes de suspenderla- la autorizó también para mayores de 65 años, la misma ampliación de edad fue asumida por Grecia, Rumania, Bélgica, Italia. Bulgaria y Croacia no habían puesto límites. España, seguía manteniendo el límite en los 55 años. Después del parón por las primeras muertes por trombosis y la nueva puesta en marcha del uso de la vacuna el 18 de marzo avalada por la autoridad europea y la OMS, España aumentó el límite de edad hasta los 65 años. Hoy, día 30 -justamente cuando se conoce la decisión de Berlín y Munich de suspender la vacunación con AZ por 9 muertos por trombosis en Alemania y se publican las primeras evidencias científicas sobre la relación de estos eventos con la vacuna- España decide eliminar totalmente el límite de edad para la aplicación de la vacuna de AZ.)
La situación tiene a los científicos caminando por la cuerda floja: quieren concienciar a la profesión médica de sus preocupaciones sin sembrar el pánico. Pero la hipótesis del profesor Greinacher se está tomando en serio. Dos sociedades médicas alemanas publicaron comunicados de prensa elogiándolo por resolver el problema. En los Países Bajos, la Sociedad Holandesa de Medicina Interna instó a los internistas a conocer los síntomas y el curso de acción recomendado. El Reino Unido ha informado oficialmente sólo de cinco casos, a pesar de administrar 11 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca, pero la Sociedad Británica de Hematología ha instado a sus miembros a tomar conciencia de «un área importante y emergente en la hemostasia y la trombosis» y a informar sobre cualquier posible caso. El Grupo Asesor Técnico Australiano sobre Inmunización ha recomendado no administrar ninguna vacuna COVID-19 a personas con antecedentes de HIT.
AstraZeneca no ha respondido directamente a los informes de este raro síndrome, excepto para decir que no aparecieron en ninguno de los ensayos clínicos de la compañía.
Un trastorno «muy llamativo»
La historia del VIPIT (Síndrome de trombocitopenia inmunitaria protrombótica inducida por la vacuna) comenzó el 27 de febrero, cuando la Dra. Sabine Eichinger, hematóloga de la Universidad Médica de Viena, se encontró con un caso inusual. Una enfermera de 49 años -vacunada hacía 10 días con la vacuna de AZ- había acudido a un hospital local el día anterior con náuseas y malestar estomacal, y fue trasladada al hospital de Eichinger. Tenía un recuento de plaquetas bajo y las tomografías encontraron trombosis (coágulos de sangre) en las venas del abdomen y más tarde también en las arterias. “Había poco que pudiéramos hacer en esta etapa”, dice Eichinger. La paciente falleció al día siguiente.
La combinación de bajo recuento de plaquetas o trombocitopenia y coágulos, «es muy sorprendente», dice la Dra. Eichinger. Las plaquetas, también conocidas como trombocitos, ayudan a formar coágulos de sangre, por lo que unos niveles bajos generalmente provocan sangrado, no coagulación. «Uno pensaría que las plaquetas bajas y las trombosis son realmente opuestas». Cuando ocurren juntas se llama coagulación intravascular diseminada, y se dan cuando hay una infección grave, una lesión o un cáncer, que desencadenan una coagulación tan generalizada que consume todas las plaquetas, explica la Dra. y agrega «pero ella no tenía ninguna de estas cosas».
Esta combinación inusual también aparece en el HIT, que puede ocurrir en pacientes que reciben heparina como fármaco. La heparina se une a una proteína llamada factor plaquetario 4 (PF4), formando un complejo. Por razones que no se comprenden, algunas personas producen anticuerpos contra el complejo, lo que desencadena una reacción de coagulación fuera de control. La paciente de Eichinger no había recibido heparina, pero había recibido una inyección de la vacuna AstraZeneca 5 días antes de que comenzaran los síntomas. «Pensé que tal vez se trataba de algún tipo de reacción inmunitaria», dice Eichinger y se comunicó con el profesor Greinacher, quien había estudiado el HIT durante décadas. “Entonces las cosas empezaron a suceder de forma rápida» dice, mientras varios países respondían a los informes de coagulación suspendiendo el uso de la vacuna AstraZeneca.
Greinacher dice que se comunicó con otros colegas que habían estudiado el HIT en Canadá y Alemania y le preguntó al Instituto Paul Ehrlich (PEI), que supervisa la seguridad de las vacunas en Alemania, si habían visto algún caso. El PEI también recomendó a Alemania que detuviera el uso de la vacuna y le pidió al profesor Greinacher que ayudara a investigar. Pronto recibió muestras de sangre de ocho pacientes. Todos tenían plaquetas bajas y una coagulación inusual, explica. En cuatro muestras, los investigadores también encontraron evidencia de anticuerpos contra PF4, un sello distintivo del HIT. Él y sus colegas ahora están verificando si otros receptores de la vacuna y ex pacientes de COVID-19 tienen anticuerpos similares.
Se puede tratar
El profesor Greinacher está de acuerdo en la necesidad de recopilar más datos. Pero dice que es crucial alertar a los médicos sobre esta posible complicación. Cuando se reconoce a tiempo, el HIT se puede tratar con inmunoglobulinas (anticuerpos inespecíficos de donantes de sangre) que ayudan a frenar la activación plaquetaria. Los anticoagulantes sin heparina pueden ayudar a disolver los coágulos. El VIPIT debe tratarse de manera similar, explica. En al menos un caso, dice Greinacher, un médico buscó el consejo del grupo de especialistas y el paciente se recuperó. La Sociedad Alemana para el Estudio de la Trombosis y la Hemostasia, de la que Greinacher es miembro, ha emitido una serie de recomendaciones para diagnosticar y tratar la VIPIT. Greinacher dice que también ha estado en contacto con representantes de AstraZeneca.
Nigel Key, hematólogo de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, está de acuerdo en la necesidad de alertar a los médicos. La advertencia a los médicos de que se pueden encontrar ante estos casos es crucial.
Los científicos ahora están luchando por comprender cuán grande es el subconjunto de personas suceptibles de desarrollar este cuadro por la vacuna de AZ y quiénes estarían en ese grupo.
Hasta ahora, la mayoría de los casos se han observado en mujeres menores de 65 años. Pero eso podría deberse a la población vacunada: muchos países inicialmente usaron AstraZeneca sólo en personas menores de 65 años porque los primeros ensayos clínicos incluyeron a pocos receptores mayores. Eso significó que la vacuna se utilizó en grupos prioritarios como los trabajadores de la salud y los maestros, la mayoría de los cuales son mujeres (enfermeras y docentes). En Noruega, por ejemplo, el 78% de las dosis de AstraZeneca fueron para mujeres, dice Sara Viksmoen Watle, médico jefe del Instituto de Salud Pública de Noruega. Sin embargo, el Reino Unido utilizó la vacuna primero en personas mayores, lo que puede explicar por qué se han detectado menos eventos de coagulación inusuales allí.
Los datos de Noruega, cuyos extensos registros de salud facilitan este tipo de investigación, sugieren que una infección previa por COVID-19 no predispone a los vacunados a una reacción grave, dice Watle. Alertar a los médicos ayudará a garantizar que se pierdan menos casos para la investigación, dice Key. Una base de datos global de casos también puede ser útil.
Muchos países, por ahora, están aceptando asumir el riesgo que puede conllevar la vacuna AstraZeneca. Dinamarca y Noruega esperan más datos.
Noruega, que ha administrado la vacuna AstraZeneca a 130.000 personas menores de 65 años, informó que cinco pacientes tenían plaquetas bajas, hemorragia y trombosis generalizadas, tres de los cuales murieron. Eso es aproximadamente un caso de cada 25.000 vacunados, «un número alto con un resultado muy crítico en individuos jóvenes previamente sanos», dice la Dra. Watle, del Instituto de Salud Pública de Noruega
El país espera tomar una decisión sobre la vacuna en 3 semanas. Puede permitirse esperar: los casos de COVID-19 son relativamente bajos y AstraZeneca está administrando tan pocas dosis que la pausa prolongada no hará una gran diferencia a corto plazo.
La agencia europea EMA dice que emitirá una actualización sobre la vacuna durante la próxima reunión de su comité de seguridad, que se llevará a cabo del 6 al 9 de abril.
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