EDUCACIÓN: La escritura inclusivista causará fracaso escolar y exclusión social, advierten lingüistas franceses

En Francia, una porción del profesorado activista de la llamada escritura inclusiva está introduciéndola en la formación de escolares de 3 a 11 años, lo que ha motivado la preocupación de los especialistas de la lengua. Lingüistas, sociolingüistas y expertos en Ciencias de la Educación coinciden en señalar que este experimento -realizado a espaldas de los contenidos oficiales de la materia- generará nuevas grietas sociales. Una gran proporción de escolares, en Francia (y en España), ya llegan a la educación secundaria con un pobre dominio de la gramática, y una muy deficiente comprensión lectora por lo tanto, introducir distorsiones en la escritura sólo va empeorar las competencias del alumnado menos favorecido. En una nota -que podrán leer al final de esta introducción- una treintena de especialistas franceses en la materia concluye que: «El género femenino y masculino obviamente no tienen el mismo significado aplicado a sexo o gramática: encontrar algún privilegio social en la concordancia de adjetivos es una mera fantasía«

Pero estas tendencias no son nuevas. En 1997, la entonces diputada del PSOE Carmen Romero – a la sazón esposa de Felipe González, y la misma que en 1998 organizaba actos reivindicativos de los ex altos cargos socialistas condenados por el terrorismo de Estado de los GAL-  en un mitin en Cádiz (Andalucía)  se dirigió a «los jóvenes y las jóvenas«. Esta ejecución sumaria de la gramática fue en nombre de la igualdad entre varones y mujeres, según aclaró la protagonista. Romero, profesora de Lengua y Literatura, tenía recursos formativos como para haber hablado de «la juventud» si quería hacer un discurso inclusivo, pero optó por darle una estocada a la lengua. Y además, en Andalucía, donde como docente no ignoraba el problema histórico existente con la Educación, con escolares siempre por debajo de la media de rendimiento del Estado español. En 2018, en el Informe PISA  (el mayor examen internacional de competencias educativas) Andalucía volvió a quedar por debajo de la media nacional, entre los últimos de España, algo que ocurre desde 2009. Pueden imaginarse cómo era la situación en 1997, y por qué era una pésima idea que un personaje público fuera forjando barbarismos.

La barbarización del idioma es un divertimento de ricos que perjudicará a los pobres

La ridícula reivindicación lingüística de la diputada Romero, ilustra muy bien, lo que ya se había vuelto una práctica de la socialdemocracia europea (imitada por afines y desorientados del mundo): entretener al público con debates sobre la forma y no sobre el fondo de la cuestión.

De hecho, hay una confusión entre la lengua y el uso que se hace de la misma, es decir, entre el discurso y la lengua. El problema no está en las palabras sino en el uso que se hace de ellas, y el pensamiento que se expresa a través de ellas. Se confunde el mensaje con el vehículo que lo sostiene. Cambiar al mensajero, no genera una modificación del mensaje. Se puede hacer un discurso totalmente ofensivo hacia el colectivo femenino usando la neolengua inclusivista.

No es éste el sitio adecuado para dar una clase magistral de gramática, pero vale la pena señalar que a quienes les hayan enseñado que en las lenguas latinas “lo masculino impera sobre lo femenino”, (una de las justificaciones que esgrimen quienes defienden la neolengua inclusivista) les han engañado o fueron formados por docentes incompetentes. La lengua resuelve problemas optando por un género u otro, posiblemente al 50%, y de manera aleatoria, o inclusive optando por el femenino más veces. Pero la gente tiende a fijar su atención sólo en lo que le interesa (o en lo poco que conoce). Otro punto que vale la pena destacar es que muchos vocablos asumen un género en un idioma, y su equivalente en otro, tiene el género contrario. Esto pasa inclusive entre lenguas latinas muy cercanas (como castellano y catalán); entre castellano y alemán, entre castellano y ruso, etc. De allí que quienes se expresan en más de una lengua, a menudo protagonizan situaciones bastante cómicas justamente por el género que difiere en la traducción.

La tontería del lenguaje y la escritura inclusivista se cura aprendiendo dos, tres o cuatro idiomas más además del nativo. Y a quienes no desean transigir, siempre les queda la opción de hablar y escribir en inglés, que salvo algunas excepciones no hay diferencia de género.

Las personas de izquierdas tienen una opción mejor y revolucionaria de verdad: aprender esperanto en vez de crear neolenguas a partir de la destrucción de las ya existentes. En esperanto nadie tendrá dilemas morales con la denominación de los cargos públicos. Por ejemplo, quien ejerza un cargo presidencial es “la prezidanto” sea varón o mujer;  “la inĝeniero” es toda persona que haya hecho la carrera de ingeniería sin importar el sexo; “la kuracisto” es cualquier persona que ejerza la medicina, independientemente del género; «la ministro» es el varón o la mujer que ejerza el cargo ministerial. Por otra parte, el esperanto fue el idioma que nació para ser la lingua franca de la clase obrera que les permitiera comunicarse en todo el mundo. En las brigadas internacionales que lucharon contra el fascismo en la guerra civil española, hubo muchos hablantes de esperanto. Si el esperanto no llegó a ocupar el lugar que estaba destinado a tener, fue porque el dominio anglosajón (primero británico y luego estadounidense) impuso el inglés como lengua internacional. Pero el esperanto se sigue aprendiendo en la actualidad y en todos los países del mundo hay una pequeña comunidad que lo habla. Desde China, a Brasil y Argentina; de Asia oriental a la Europa central y del este. Esperanto estas parolata en 120 landoj kaj estas agnoskita de ONU.

La verdadera tarea es desterrar el discurso ofensivo contra cualquier colectivo humano: sea el colectivo femenino, un colectivo étnico, religioso, cultural, social, foráneo, o con problemas de salud. Creando una neolengua elitista con «-es» y «-xes» y «/» no cambiará la mentalidad patriarcal (de varones y mujeres) y cuando pase la moda -que pasará- el único resultado visible será que habrá una generación (de pobres) con competencias lingüísticas mermadas que les darán menos oportunidades de trabajo y de adquirir conocimientos. Y no habrá cambiado nada de lo que se pretendía cambiar.

«Una escritura excluyente que se impone mediante la propaganda»: 32 lingüistas enumeran los defectos de la escritura inclusiva

Ecriture inclusive by Jerome-Henriques on DeviantArt
En la pizarra. «Escritura inclusiva: El hombre o la mujer es un lobo o una loba para el hombre o la mujer». Alumno: «La escritura inclusiva rompe las bolas». Maestra: «¡O los ovarios, Kevin!

«Además de sus defectos funcionales, la escritura inclusiva plantea problemas para quienes tienen dificultades de aprendizaje y, de hecho, para todos los francófonos que de repente se ven privados de reglas y abandonados a la arbitrariedad moral».

TRIBUNA COLECTIVA / MARIANNE

Presentada por sus impulsores como progreso social, la escritura inclusiva paradójicamente apenas ha sido abordada científicamente, manteniéndose la lingüística al margen de los debates mediáticos. Detrás de la preocupación por una representación equitativa de mujeres y hombres en el discurso, el inclusivismo, sin embargo, desea imponer prácticas derivadas del activismo ostentoso sin otro efecto social que producir divisiones sin precedentes. Recordemos lo obvio: el idioma es de todos.

Los defectos de la escritura inclusiva


Los inclusivistas parten de la siguiente premisa: la lengua ha sido «masculinizada» por los gramáticos durante siglos y, por tanto, la «invisibilización» de la mujer en la lengua debe remediarse. Se trata de una concepción sin precedentes de la Historia de las lenguas asumiendo una lengua original «pura» que la raza masculina habría pervertido, como si las lenguas fueran desarrolladas conscientemente por los hablantes. En cuanto a la «invisibilización», en el mejor de los casos es una metáfora, pero ciertamente no es un hecho objetivo o un concepto científico.

Señalaremos aquí algunos defectos constitutivos de la escritura inclusiva y sus principios:

  • El idioma no puede masculinizarse ni feminizarse por decisión de un grupo de gramáticos, porque el idioma no es una creación de gramáticos ni de gramáticas. No son las recomendaciones institucionales las que crean el lenguaje, sino el uso de los hablantes. El ejemplo único y muy citado [por los defensores del lenguaje inclusivo] de la regla según la cual «lo masculino triunfa sobre lo femenino» pretende poseer alguna relevancia social. Es, además, una formulación muy rara, si no mítica, ya que no se puede encontrar en ningún libro de texto contemporáneo, ni siquiera en Bescherelle (lexicógrafo y gramático, autor de Manuales de Gramática y Diccionarios de lengua francesa, de referencia ) en 1835. El género femenino y masculino obviamente no tienen el mismo significado aplicado a sexo o gramática: encontrar algún privilegio social en la concordancia de adjetivos es una mera fantasía.
  • Si bien la feminización es una evolución legítima y natural del lenguaje, no es un principio rector de los lenguajes. De hecho, la lengua francesa permite designar el sexo de las personas y no es sólo una cuestión de léxico, sino también de determinantes y pronombres («Ella es médico»). Por otro lado, un nombre de género gramatical masculino puede referirse a un ser femenino biológicoMi hija es un verdadero genio matemático«) y viceversa («Este es Jules, la verdadera víctima del accidente«). Incluso podemos decir «águila hembra» o «rana macho» …

Escritura excluyente

El lenguaje no es una lista de palabras desprovista de contexto e intención, refiriéndose a esencias. No existe un lenguaje que se base en una estricta correspondencia sexual. De lo contrario, el significado de las palabras estaría determinado por la naturaleza de lo que significan, lo cual es incorrecto. Si este fuera el caso, todas las lenguas del mundo tendrían el mismo sistema léxico para referirse a los humanos. Sin embargo, el principio operativo del lenguaje no es designar el sexo de los seres: decirle a un niño «Eres un verdadero tirano» no se refiere a su sexo, sino a su comportamiento, independientemente del género de la palabra.

  • Las formas masculinas del francés se extienden tanto el masculino (librum) como el neutro (templum) del latín y, por lo tanto, funcionan como un género «neutral«, es decir por defecto, lo que explica por qué intervienen en el acuerdo por resolución («la niña y el niño se han ido«), como indefinido («han vuelto a subir los impuestos»), impersonal («está lloviendo»), o neutral («es bonito«). Aquí no hay dominación simbólica o socialmente interpretable. Cuando pedimos «un conejo con ciruelas«, no decimos «une coneje con ciruelas» …
  • El lenguaje tiene sus propias funciones que no dependen de reclamos de identidad individuales. El lenguaje no determina el pensamiento; de lo contrario, todos los francófonos tendrían los mismos pensamientos, creencias y representaciones. Si el lenguaje ejerció un poder «sexista», uno se pregunta cómo Simone de Beauvoir pudo haber sido feminista escribiendo en «francés patriarcal». La evidencia muestra que todos los pensamientos e ideologías más antitéticos pueden expresarse en el mismo idioma.
  • En francés, la ortografía es muy compleja, con sus dígrafos (eu, ain, an), sus homófonos (eau, au, o), sus letras mudas, etc. Pero los estándares permiten aprender combinando fonética y morfología. Sin embargo, las prácticas inclusivas no toman en cuenta la construcción de palabras: «tod.e.s l.e.s trabajador.e.s» crean raíces que no existen. Estas formas manufacturadas no entran en ninguna lógica etimológica y plantean considerables problemas de divisiones y desacuerdos.
  • De hecho, las reformas ortográficas normalmente tienen objetivos de armonización y simplificación. La escritura inclusiva va en contra de esta lógica práctica y comunicativa al opacificar la escritura. Al reservar el dominio de esta escritura a una casta de especialistas, la creciente complejidad de la ortografía tiene los efectos de la exclusión social. Todos aquellos que aprenden de manera diferente, la escritura inclusiva los excluye: ya sea los que sufran de ceguera, disfasia, dislexia , dispraxia, disgrafía u otros trastornos, se verán aún más debilitados por una ortografía con estándares aleatorios.
  • Todos los sistemas de escritura conocidos están destinados a ser orales. Sin embargo, es imposible leer la escritura inclusiva: «Querid.e.s» no se puede pronunciar. El desajuste de lenguaje / habla ya no se basa en convenciones de escritura, sino en reglas morales que los programas de texto de voz no pueden procesar y que hacen que los textos sean inaccesibles para las personas con discapacidad visual.

La escritura inclusiva plantea desafíos para personas con dificultades de aprendizaje

  • Entre quienes lo practican encontramos trabajos caóticos que no producen un estándar consistente. Además de la proliferación de formas anárquicas («Queride.s colegu.e.s», «Querid.es colegue.s», etc.), la escritura inclusiva rara vez es sistemática: después de las primeras líneas «inclusivas», el resto suele estar en francés común … Si los académicos militantes no pueden aplicar sus propios preceptos, ¿quién puede hacerlo?
  • La escritura inclusiva, contrariamente a la lógica gramatical, también cuestiona radicalmente el uso del plural, que es verdaderamente inclusivo ya que agrupa. Si en lugar de «Los candidatos son convocados a las 9:00 hs.«, escribimos «Los candidatos y las candidatas son convocad.e.s. a las 9:00 hs», esto significa que potencialmente existe una diferencia de trato según el género. Al introducir la especificación del sexo, se consagra una disociación, que es lo opuesto a la inclusión. Al pretender anular la oposición de género, sólo la sistematizamos: la nueva redacción tendría necesariamente un efecto reforzado de oposición niñas/ niños, creando una exclusión recíproca y agravando las dificultades de aprendizaje en los primeros grados.

Además de sus defectos funcionales, la escritura inclusiva plantea problemas a todos aquellos que tienen dificultades de aprendizaje y, de hecho, a todos los francófonos repentinamente privados de reglas y abandonados a la arbitrariedad moral. Sin embargo, la circular ministerial de noviembre de 2017 fue clara y, si bien enfatizó con razón la feminización cuando estaba justificada, pidió «no usar la llamada escritura inclusiva»: las administraciones universitarias y municipales la burlan en un golpe administrativo permanente. El uso es ciertamente el rey, pero ¿qué significa el uso militante que deconstruye el conocimiento, que hace que la práctica sea más compleja, se libera de los hechos científicos, se impone a través de la propaganda y excluye a los hablantes con dificultad en nombre de la ideología?

Columna de opinión escrita por los lingüistas Yana Grinshpun (Sorbonne Nouvelle), Franck Neveu (Universidad de la Sorbona), François Rastier (CNRS), Jean Szlamowicz (Universidad de Borgoña)

FIRMADO POR LOS LINGÜISTAS:
Jacqueline Authier-Revuz (Nueva Sorbona)
Mathieu Avanzi (Universidad de la Sorbona)
Samir Bajric (Universidad de Borgoña)
Elisabeth Bautier (París 8-St Denis)
Sonia Branca-Rosoff (Sorbonne Nouvelle)
Louis-Jean Calvet (Universidad de Aix-Marsella)
André Chervel (INRP / Instituto Francés de Educación)
Christophe Cusimano (Universidad de Brno)
Henri-José Deulofeu (Universidad de Aix-Marsella)
Anne Dister (Universidad de Saint-Louis, Bruselas)
Pierre Frath (Universidad de Reims)
Jean-Pierre Gabilan (Universidad de Saboya)
Jean-Michel Géa (Universidad de Corte Pascal Paoli)
Jean Giot (Universidad de Namur)
Astrid Guillaume (Universidad de la Sorbona)
Pierre Le Goffic (Sorbonne Nouvelle)
Georges Kleiber (Universidad de Estrasburgo)
Mustapha Krazem (Universidad de Lorena)
Danielle Manesse (Sorbonne Nouvelle)
Luisa Mora Millán (Universidad de Cádiz)
Michèle Noailly (Universidad de Brest)
Thierry Pagnier (París 8- St Denis)
Xavier-Laurent Salvador (París 13-Villetaneuse)
Georges-Elia Sarfati (Universidad de Auvernia)
Agnès Steuckardt (Universidad Paul Valéry, Montpellier)
Georges-Daniel Véronique (Universidad de Aix-Marsella)
Chantal Wionet (Universidad de Aviñón)
Anne Zribi-Hertz (París 8- St Denis)

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