INDUSTRIA PELETERA Y CORONAVIRUS: Dinamarca, los visones y las mutaciones del SARS-CoV-2

Dinamarca, el menor país en extensión de la UE (42.933 km2), tiene 5,8 millones de habitantes humanos y 17 millones de visones. Estos mustélidos, que en la naturaleza necesitan entre 10 y 14 km de río para vivir, son criados en pequeñas jaulas del tamaño de un microondas, repartidos en más de 1.100 granjas peleteras, a la espera del momento de ser desollados para que el humano que pueda pagarlo se vista con su piel.
Dinamarca es el segundo productor mundial de pieles de visión destinadas a la industria peletera. Para hacer un abrigo se necesita la piel de entre 60 a 75 visones.
Austria, Gran Bretaña, Croacia, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Macedonia han prohibido las granjas de pieles. Francia ha anunciado que lo hará. Alemania y Suiza introdujeron regulaciones que hacen que la cría de visones, zorros y mapaches no sea rentable. La última granja de visones de Alemania cerró en 2019. A raíz de la pandemia de coronavirus, los Países Bajos también han anunciado que cerrarán todas las granjas de visones para marzo de 2021.
En junio, Dinamarca informó por primera vez que había descubierto visones enfermos de Covid-19 en sus granjas de cría. En ese momento se creyó que los trabajadores humanos estaban transmitiendo el virus a los visones. Se sacrificaron 11.000 animales. Más de una de cada cinco granjas de visones informó de infecciones.
El 4 de noviembre, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen (socialdemócrata), anunció que el gobierno había ordenado el sacrificio de los 17 millones de visones del país debido a la aparición de una variante del SARS-CoV-2 en los visones de Jutlandia del norte. El gobierno danés no tomó esa medida arbitrariamente sino porque el Statens Serum Institut y la Universidad de Copenhague, le advirtieron que la variante mutada del nuevo coronavirus originada en las granjas de visones es particularmente preocupante. La mutación del virus muestra ser menos sensible a los anticuerpos obtenidos de personas que habían pasado la enfermedad.
El Statens Serum Institut (SSI) es un instituto de investigación que depende del Ministerio de Salud de Dinamarca. Su Departamento de Epidemiología tiene la misión de vigilancia y seguimiento de los brotes de enfermedades infecciosas en el país. Además de la investigación en epidemiología y prevención de enfermedades, el instituto también desarrolla y produce vacunas, entre las cuales se cuentan la vacuna BCG cepa danesa 1331 contra la tuberculosis, y una vacuna contra el virus de la poliomielitis.
El SSI publicó en su página informativa una detallada explicación, comprensible para todos los públicos, de los riesgos que comporta la mutación del coronavirus hallada en los visones. El SSI explicó que “la mejor manera de deshacerse de esta variante es, ralentizar la propagación de la infección”. Y para ralentizarla, obviamente, hay que deshacerse del hospedador.
El ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca, Mogens Jensen, dijo inmediatamente que “todos los rebaños de visones infectados, todos los rebaños de visones en los que exista una sospecha de infección, así como los rebaños en las inmediaciones de los rebaños infectados deben ser sacrificados”.
La industria peletera danesa, los sectores que viven de ella -como los veterinarios de visones-, los medios de comunicación y los diputados conservadores, pusieron el grito en el cielo contra la decisión del gobierno. Los peleteros amenazaron con exigir una indemnización de mil millones de euros por sacrificar los visones de sus granjas. La presión tuvo efecto, y la primera ministra Mette Frederiksen no tardó ni una semana en pedir disculpas ante el parlamento y decir que la medida era “un error, un error lamentable». La justificación de la retirada de la orden de sacrificar los visones de las granjas peleteras, fue que el gobierno “carecía del marco legal” y sólo tenía jurisdicción para sacrificar visones infectados dentro de un radio de seguridad. El 18 de noviembre acabó dimitiendo el ministro de Alimentación, Agricultura y Pesca, Mogens Jensen, y pidiendo perdón a los criadores de visones.
Si un gobierno no tiene “marco legal” para decretar una medida de urgencia recomendada por sus científicos ante una crisis sanitaria de la magnitud de la pandemia que estamos viviendo, cabe preguntarse para qué sirve un gobierno. O mejor dicho, a quién sirve. También cabe preguntarse por qué la UE ni siquiera emite su opinión siendo que los científicos daneses advierten que las vacunas pueden ser menos efectivas ante la variante mutada en los visones.
Seguidamente pueden leer la información que ofrecieron los científicos daneses y juzgar por si mismos lo ocurrido en el Reino de Dinamarca; y a continuación de la misma, un resumen de la desgarradora vida y muerte del visión en las granjas peleteras.
Mutaciones del coronavirus en visiones
Se han encontrado mutaciones en las variantes de COVID-19 del visón danés que muestran signos de ser menos sensibles a los anticuerpos de personas que han superado una infección por COVID-19.
El pasado sábado 7, la Primera Ministra Mette Frederiksen anunció que todos los visones en Dinamarca deben ser sacrificados. La razón es que la infección entre las granjas de visones está aumentando en número y extensión geográfica, sin que las medidas preventivas hayan funcionado; que se están infectando personas en las áreas de las granjas infectadas, y que se han visto nuevas variantes de COVID-19 en los visiones, que muestran una sensibilidad reducida a los anticuerpos de varias personas con antecedentes de infección. Esto es grave, ya que puede significar que una futura vacuna contra COVID-19 será menos eficaz contra la infección debido a estas variantes.
Antecedentes
El 6 de noviembre, se registró en Dinamarca la infección por COVID-19 en 216 granjas de visones. Este desarrollo se ha producido a pesar de los intensos esfuerzos de las autoridades para limitar la infección.
Al mismo tiempo, se han observado nuevas variantes del virus COVID-19 en visones. Esto se aplica tanto a las personas que trabajan con visones como a la población local. También ha habido una fuerte conexión geográfica y temporal entre el número de granjas de visones positivas y la incidencia de infección entre las personas en la región de Jutlandia del Norte.
Variantes del virus del visón
Las variantes ocurren cuando hay pequeños cambios en el material genético del virus (mutaciones). Estas ocurren continuamente cuando el virus se copia a sí mismo (porque comete errores al copiarse). Cuantos más virus se copien, mayor será la probabilidad de que se produzcan mutaciones.
Es bien sabido que las mutaciones de virus pueden ocurrir especialmente cuando los virus saltan de una especie a otra, por ejemplo, de humanos a visones y de visones a humanos. Lo hacen al adaptarse a la nueva especie. Los virus también pueden mutar cuando se transmiten entre muchas personas. Puede ser, por ejemplo, en un mercado de animales o en una gran granja de visones. Esto da como resultado un gran reservorio de virus y varias variantes de virus.
El material genético de un virus y, por tanto, cualquier mutación, puede detectarse mediante secuenciación del genoma completo.
La mutación del virus del visón
Hasta ahora, se han encontrado cinco grupos o agrupaciones diferentes de variantes del virus del visón en Dinamarca (agrupaciones 1-5).
Entre estas variantes del virus del visón, se han observado siete mutaciones diferentes en la denominada proteína espiga en la superficie del coronavirus. Y hay ejemplos de hasta cuatro cambios diferentes en la proteína espiga del mismo virus.
La proteína espiga es esencial, ya que es la proteína que utilizan los virus para penetrar en una célula. Después de una infección natural, los seres humanos desarrollan anticuerpos contra la proteína espiga. Las vacunas en desarrollo contra el COVID-19 también se basan en esta importante proteína. Por lo tanto, existe el riesgo de que el efecto de las vacunas anti-COVID19 basadas en la proteína espiga, se vea afectado cuando hay cambios en ella y en los virus que la vacuna debe combatir.
Se ha detectado un virus específico del grupo 5, con cuatro cambios simultáneos en los genes de la proteína espiga, en cinco granjas de visones del norte de Jutlandia y en 12 muestras de pacientes. De estos, cuatro personas estaban conectadas directamente con tres de estas granjas.
Para los expertos el SSI les informa que los virus han tenido los siguientes cambios en los aminoácidos: H69del / V70del, Y453F, I692V y M1229I.
Disminución de la sensibilidad
Los estudios preliminares sugieren que este virus del grupo 5 exhibe una menor susceptibilidad a los anticuerpos de más individuos con infecciones pasadas en comparación con el virus no mutado. Esto se ha demostrado en experimentos de laboratorio, donde se ve que el virus del visón en particular no es inhibido en el mismo grado por anticuerpos de humanos que han sido infectados con SARS-CoV-2 en comparación con otros virus SARS-CoV-2 no mutados. Actualmente se están realizando estudios que analizarán aún más el problema.
Este hallazgo es preocupante, ya que podría tener un impacto en el futuro de las vacunas COVID-19 contra la infección por ésta y otras nuevas variantes del visón. También puede suponer un riesgo de deterioro de la inmunidad a estos virus después de haber pasado la infección por COVID-19. Es importante tanto para estos casos como por la posibilidad de reinfecciones con mutantes.
Los virus del grupo 1 también se han examinado utilizando el mismo método, pero no se encontró evidencia de que se haya reducido la sensibilidad a los anticuerpos. Las otras variantes (grupo 2-4) y también se están probando para determinar su sensibilidad. Sin embargo, estos estudios toman tiempo (semanas) ya que los virus deben cultivarse primero.
Variedades de virus del visón entre humanos
En Dinamarca, se han detectado variantes del virus de visón, en 214 personas entre 5.102 muestras que se han secuenciado completamente desde la semana 24 hasta la semana 42. Este es el período en el que ha habido un brote de SARS-CoV-2 entre visones.
Durante este período se han detectado un total de 37.967 infecciones, por lo que la proporción de muestras secuenciadas es del 13%. De las 214, estas variantes de visón se han encontrado en 200 personas en la región de Jutlandia del Norte (94%). Durante este período, se secuenciaron 535 muestras en el norte de Jutlandia. Esto significa que se han detectado variantes de visón en el 40% de las muestras. Además, 14 personas con estas variantes de visón se han infectado fuera de Jutlandia del Norte, donde se secuenciaron 4.568 muestras durante el período, lo que corresponde al 0,3% de las muestras.
El virus del grupo 5 se encontró en cinco granjas de visones y en 12 muestras en agosto y septiembre. De estos, 11 son del norte de Jutlandia y 1 persona de Zelanda.
En general, esto sugiere que la infección con variantes de visón es hasta ahora un problema principalmente en el norte de Jutlandia, más cerca de las granjas infectadas.
Evaluación de riesgos del Statens Serum Institut
El SSI ha expresado durante mucho tiempo su preocupación por las mutaciones que ocurren en la proteína espiga. Sin embargo, las preocupaciones de que pudiera haber una menor sensibilidad a los anticuerpos y a las vacunas eran de naturaleza teórica. Esta preocupación ahora se ha vuelto real después de las pruebas de las que SSI tuvo resultados por primera vez el lunes 2 de noviembre.
Por lo tanto, el SSI envió una nueva evaluación de riesgos al Ministerio de Salud el 3 de noviembre.
El SSI estimó que la reproducción continua de visones implicaría un riesgo significativo de recurrencia de una gran propagación de la infección entre visones y humanos, como se vio en el oeste de Dinamarca en 2020. El SSI estimó que esto supondría un riesgo importante para la salud pública. Sabemos que las numerosas granjas de visones infectadas pueden conducir a una mayor carga de enfermedad entre los seres humanos, y sabemos que un gran reservorio de virus en el visón aumenta el riesgo de que se produzcan nuevas mutaciones del virus, contra las cuales las vacunas pueden no proporcionar una protección óptima.
En general, la inmunidad obtenida mediante la vacunación o una infección pasada también puede estar en riesgo de debilitarse o desaparecer.
La conclusión general, que también fue apoyada por la Autoridad de Salud y Medicamentos de Dinamarca, fue por lo tanto que la cría continua de visones durante una epidemia de COVID-19 en curso, implica un riesgo significativo para la salud pública. Incluidas las posibilidades de prevenir de forma óptima el COVID-19 con vacunas.
¿Deben preocuparse los ciudadanos?
Como ciudadano, no tiene que preocuparse. El virus mutado no es más peligroso que los otros virus, ni más contagioso. Sin embargo, si se propaga en Dinamarca o internacionalmente, podría tener consecuencias graves para el efecto protector de las próximas vacunas. La mejor manera de deshacerse de esta variante es, en general, ralentizar la propagación de la infección. Esto es especialmente cierto en el norte de Jutlandia, donde las variantes del visón están más extendidas, pero también otras en el resto del país.
Granjas peleteras: causar un dolor insoportable para producir un objeto innecesario

Fuente DZIVNIEUKU BRIVIBA
Para evaluar el sufrimiento que experimentan los animales en las granjas peleteras, es fundamental comparar el entorno natural de esa especie con las condiciones en cautividad en las granjas. Los visones y los zorros, que son los animales que se crían con mayor frecuencia para obtener pieles, no son especies domesticadas, y sus comportamientos, sus instintos y necesidades básicas no han cambiado.
Los animales criados para la obtención de pieles se mantienen en jaulas diminutas y sufren lesiones, deformidades físicas, y desarrollan comportamientos antinaturales, como conductas estereotipadas, agresión hacia sus congéneres, automutilación y canibalismo.
Los visones y los zorros son carnívoros con sentidos bien desarrollados que les permite la localización y captura de presas diversas Los animales de las granjas peleteras son alimentados con una pasta de carne y despojos de pescado. Los visones se mantienen en grandes cobertizos de entre 50 y 100 metros de largo, abiertos por los lados, colocados en jaulas, una contra otras, en dos filas a cada lado. Cada jaula tiene una superficie de 0,3 m2, una medida comparable a dos cajas de zapatos. Entre las filas de jaulas, hay un corredor de 1 metro de ancho por el cual pasan los trabajadores. El suelo de las jaulas consiste en una rejilla para facilitar a los trabajadores la recogida de los excrementos de los animales que se acumulan debajo de las jaulas. La recolección se realiza una o dos veces al año por lo que los animales se ven obligados a vivir toda su vida en un hedor permanente. Los excrementos amontonados no sólo son fuente de posibles enfermedades y parásitos, sino también causa de sufrimiento para estos animale: el fuerte hedor de los excrementos es muy molesto para los visones debido a su agudo sentido del olfato. El piso de malla tampoco es adecuado para los animales, que desarrollan dolorosas deformidades en las patas. Tienen que pisar, sentarse y acostarse en una red de alambre debajo de ellos durante toda su vida
En la naturaleza los visones son animales solitarios y muy territoriales. En las granjas peleteras, sin embargo, se colocan hasta tres visones en una sola jaula. En la naturaleza, los visones deambulan diariamente por un territorio de varios kilómetros cuadrados de superficie. Viven en regiones boscosas con cursos de agua cercanos, como ríos o lagos, donde excavan varias madrigueras. Los visones pasan aproximadamente la mitad de su vida en el agua, nadando unos 250 metros diarios, cada día y cazando animales acuáticos, el 70% de su dieta. En los criaderos, la única agua al alcance de los visones, es el sistema de abrevadero de los animales.
Las crías de visón nacen de abril a mayo, se separan de su madre cuando tienen entre 6 y 8 semanas de edad y viven unos 6 meses, hasta noviembre o diciembre, cuando son sacrificadas. En la naturaleza un visón vive 7 años.
Cómo mueren los visones en la industria peletera
Fuente ANIMAL-ETHICS y RESPECT FOR ANIMALS
Como si la corta vida del visón (y la del zorro, la chinchilla, el conejo, la marta cibelina) en las granjas peleteras no fuera lo suficientemente horrible, su muerte es particularmente siniestra.
Los diversos métodos utilizados para matar visones a menudo sólo los dejan inconscientes. Los más comunes son la electrocución anal y oral, la rotura del cuello y la asfixia con gases. Los animales también suelen ser desollados vivos mientras aún están conscientes.
En la asfixia con gases se usa dióxido de carbono o, a veces, nitrógeno. Una unidad de gasificación móvil se mueve a lo largo del cobertizo y los visones se sacan de la jaula y se colocan en la cámara tóxica uno tras otro. Puede haber entre 30 y 100 visones en la caja al mismo tiempo
Para reducir los costes de producción, se suele utilizar dióxido de carbono en bajas concentraciones, lo que provoca una muerte más lenta. Con concentraciones de dióxido de carbono de alrededor del 70%, los animales pueden pasar unos 15 minutos de agonía antes de morir. Los gases emitidos por los tubos de escape de los tractores también se han utilizado ampliamente, aunque en la actualidad este sistema está prohibido (no por el bienestar de los animales, sino porque es altamente contaminante).
Los gases provocan estrés y convulsiones en los animales antes de morir. A diferencia de los humanos y otros animales, los visones son capaces de detectar la anoxia (falta de oxígeno), lo que les causa mucho sufrimiento cuando los matan. Un testimonio explicó una escena dantesca, que observó en la granja de su abuelo: al sacar los visones muertos de la caja donde habían sido gaseados, a menudo tenían que arrancar las mandíbulas de los animales que quedaban atrapadas en la jaula de alambre. Habían estado tan desesperados por escapar de la cámara tóxica que intentaban morder a través del grueso alambre de metal. Obviamente, ninguno de ellos podía lograrlo.
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