VATICANO : Un alto cargo de Roma desvió millones a negocios opacos a espaldas del Papa
El ex número tres del Vaticano fue cesado de forma fulminante por el Papa al descubrirse que desvió los fondos de ayudas a los pobres -entre otros- a inversiones de especulación inmobiliaria en Londres y otras capitales europeas. Pero eso es sólo la punta del iceberg de la trama financiera que operaba a espaldas del Papa. Los fiscales del Vaticano hablan de «graves indicios de malversación, estafa, abuso de poder y blanqueo de capitales».
Paraísos fiscales, inversiones opacas y empresas de sus hermanos. Así desviaba los fondos vaticanos el cardenal destituido por el Papa Francisco
JESUS BASTANTE / RELIGION DIGITAL
La investigación ordenada por el Papa Francisco demuestra cómo el entramado de empresas dependiente del cardenal Becciu, hasta ayer prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos -y antaño ‘número tres’ del Vaticano- fue generando gradualmente un agujero en las cuentas de la Santa Sede, que alcanzó los 454 millones de euros, según revela en una extensa investigación el semanario L’Espresso.
Becciu y su entorno tejieron una red de desvío de dinero que, durante años, pasó inadvertida a los ojos de la Santa Sede. Los pocos que quisieron advertir al Papa fueron convenientemente purgados por la engrasada máquina curial.
Ahora, que Bergoglio ordenó «tener mano de hierro” contra corruptos y corruptores, la investigación ha dado resultados tan graves que ha acabado con la carrera eclesiástica de quien fuera sustituto de la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018.
«La famiglia é la famiglia»
Según informa L’Espresso, Becciu utilizaba el dinero proveniente de la Conferencia Episcopal italiana y del Óbolo de San Pedro en varias cooperativas y empresas, cuyos propietarios eran sus hermanos. De hecho, según demuestran los documentos, “secuestró” varias veces fondos de esas instituciones para la cooperativa ‘Spes’, cuyo propietario y representante legal era Tonino Becciu, hermano del ya ex cardenal.
Tal y como revela el semanario, lo hizo hasta en tres ocasiones: la primera, en septiembre de 2013, por 300.000 euros para ampliar el negocio y modernizar el horno; la segunda, en enero de 2015, asignando otros 300.000 euros a las arcas de la cooperativa después de un incendio ; la tercera y última se produjo en abril de 2018, con cien mil euros no reembolsables.
La trama Becciu empezó cuando Becciu fue nuncio en Angola y en Cuba, pero no era la primera vez que los hermanos Becciu hacían algo similar. Durante los años que fue nuncio (es decir, embajador del Estado Vaticano) en Angola (2001, nombrado por el papa Wotjila) y Cuba (2009, nombrado por el papa Ratzinger), una empresa de otro hermano del cardenal, Francesco, dedicada a la carpintería, amuebló y modernizó muchas iglesias de ambos países. En aquella época, no había ningún tipo de control sobre los contratos, lo que permitió la contratación ‘a dedo’.
Otro hermano de Becciu, Mario, profesor de psicología en la Universidad Salesiana de Roma, posee el 95% de las acciones de «Angel’s, SRL» , una empresa dedicada a la distribución de alimentos y bebidas, especialmente cerveza. Utilizando el comercio solidario (como ya hiciera ‘Spes’, el negocio del otro hermano, Tonino), la empresa embotelló la ‘Birra Pollicina’ una cerveza que ya no se encuentra en el mercado. Una parte de los ingresos de la misma debía ir a Cáritas Italia, pero nunca vieron ni un euro.
Un plan consolidado a espaldas del papa Francisco
Todas las empresas operaban con flujos de dinero difíciles de rastrear. Un dinero que, tal y como demuestran los documentos que publica L’Espresso, se reinvirtieron en capitales inmobiliarios y financieros, generando un agujero en las cuentas vaticanas de unos 454 millones de euros. Entre ellos, los 160 millones que fueron a parar a la compra del palacio de Sloane Square en Londres.
En el entramado era clave el financiero Enrico Crasso, al que el entonces nuncio Becciu conoció en Angola en una fallida operación de adquisición de petróleo angoleño. La empresa de Crasso (Sogenel Holding, primero, y Azimut después) dirigió las inversiones vaticanas -que estaban en manos de Becciu y compañía- hacia fondos especulativos, situados en paraísos fiscales.
Según el semanario italiano, las empresas pantalla de la trama Becciu se radicaban en Luxemburgo, Malta o Asia, asegurando a “las inversiones institucionales de la Secretaría de Estado Vaticano, en el pasado, una amplia capacidad de ocultación y tránsito«. ..»de un plan consolidado a espaldas del Papa Francisco, en el que el Cardenal Becciu prefirió mantener sus intereses privados… antes que cumplir con la clara política del Vaticano».
De acuerdo con este esquema, la polémica compra del palacio de Londres es un paso más en el proceso de ‘blanqueo’ de fondos, que chocaba frontalmente con la política de transparencia y lucha contra la corrupción del Papa Francisco.
Investigación vaticana
Todo comienza a derrumbarse cuando el director del IOR, Gian Franco Mammi, recibió una petición de 150 millones de euros por parte de Becciu, con la justificacion de “motivos institucionales”. Por primera vez en mucho tiempo, Mammi se dirigió directamente al Papa para preguntarle si estaba al corriente de los movimientos interbancarios del entonces Sustituto de la Secretaría de Estado.
Bergoglio se llevó las manos a la cabeza y, poco después, Becciu era apartado de las responsabilidades financieras directas de la Santa Sede. El Papa ordenó entonces una investigación que aún no ha concluido pero que, por lo que parece, ya ha podido demostrar irregularidades tan graves que han acabado con el cese fulminante de Becciu.
«El Vaticano siempre ha invertido en inmuebles»
El ex cardenal afirma que es inocente, y que está muy molesto. Respecto a las acusaciones de opacidad en las inversiones, Becciu se queja negando que sean «opacas», y sostiene que “la Santa Sede siempre ha invertido en inmuebles, siempre lo ha hecho: en Roma, en París, en Suiza… y también en Londres”, «desde Pio XII», dice el ex cardenal.
Lo cierto es que los investigadores del Vaticano habían detectado «graves indicios» de corrupción en la investigación en curso sobre supuestas irregularidades inmobiliarias, llegando a suspender de empleo a varias personas con anterioridad al cese de Becciu.
L’Expresso asegura que los fiscales del Vaticano hablan de «graves indicios de malversación, estafa, abuso de poder y blanqueo de capitales» por parte de algunos funcionarios o eclesiásticos de la Santa Sede.
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