ÁFRICA – ELEFANTES: Descubierta la causa de la muerte de más de 300 animales en Botswana

Los científicos de Botswana ya saben por qué alrededor de 350 elefantes han muerto misteriosamente en los humedales del delta del río Okavango desde el pasado mes de marzo. En Zimbabue, país limítrofe de Botswana, ya se registraron a finales de agosto, las primeras muertes de elefantes con la pérdida de 11 animales. La causa de las muertes son las neurotoxinas presentes en bacterias que proliferan en las charcas de agua de la región, pero en el origen de la tragedia -que puede repetirse y extenderse a otras especies y a otras zonas del planeta- está la acción del simio humano que ha trastocado el clima y el equilibrio ecológico global.

Botswana: Bacteria poisoning killed more than 300 elephants

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FUENTES LIVE SCIENCE THE TSWANA TIMES

«Nuestras últimas pruebas han detectado que las neurotoxinas cianobacterianas son la causa de las muertes», dijo el Dr. Mmadi Reuben, veterinario jefe del Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales de Botswana, en una conferencia de prensa este 21 de septiembre.

Más del 70% de los elefantes caídos se encontraron cerca de charcas de agua contaminadas con grandes cantidades de cianobacterias, un organismo unicelular también conocido como algas verdiazules, llamado así por su tendencia a agruparse formando grandes alfombras verdes o «floraciones» en la superficie del agua.

Estas floraciones pueden ser peligrosas o incluso mortales, ya que albergan toxinas que atacan el sistema nervioso, la piel o el hígado de los animales – y de los humanos- expuestos a ellas.

Las floraciones de cianobacterias tóxicas ya son conocidas por haber causado la muerte masiva de peces, aves y otros animales, según un estudio de 2008 publicado en la revista Global Change Biology. Las cianobacterias utilizan la fotosíntesis para producir alimento a partir de la luz solar. Esto significa que prosperan mucho durante las olas de calor del verano cuando pueden competir con otros tipos de algas, explica el estudio de 2008.

A medida que el cambio climático global aumenta, crece la frecuencia y la gravedad de las olas de calor, y las floraciones de algas dañinas se están generalizando, al igual que sus toxinas. África es el continente más vulnerable a las alteraciones del clima, que avanzan el doble de rápido que la media mundial.

Según el Dr. Reuben, la investigación del gobierno de Botswana reveló «una combinación de neurotoxinas» en los abrevaderos cercanos donde cayeron muertos los elefantes. Si bien ninguna otra especie parece haber sido víctima de estas toxinas -salvo un caballo- es posible que los elefantes sean particularmente susceptibles porque pasan mucho tiempo bañándose en los charcos para mitigar el calor y bebiendo grandes cantidades de agua de ellos.

La muerte fue aguda, afectó a ambos sexos y todas las edades, con síntomas claros de afectación neurológica. Los casos se localizaron principalmente cerca de las charcas de agua que se forman estacionalmente, y se limitaron a una región, sin extenderse más allá de la región inicialmente afectada.

Se observó que los elefantes caminaban en círculos, con torpeza, desorientados, antes de desplomarse en el suelo, para no levantarse más.
En un elefante que pudo recibir tratamiento, se observó que los síntomas neurológicos que presentaba desaparecieron al administrársele un fármaco específico que mitigara los efectos tóxicos sobre el sistema nervioso, lo que sugiere que los síntomas se debían a algún proceso que afectaba a los receptores neurológicos del animal, dijo Cyril Taolo, subdirector del Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales. Taolo explicó que las neurotoxinas de las cianobacterias habrían afectado la transmisión de señales neurológicas del animal, causando parálisis, y finalmente la muerte por insuficiencia respiratoria.

El subdirector del Departamento dijo que la mortalidad de elefantes en esa región cesó cuando se secaron las charcas de aguas que se forman tras la estación de las lluvias.

La caza furtiva fue descartada desde el principio, porque los 350 elefantes fueron encontrados con los colmillos intactos, lo que sugiere que los cazadores furtivos que buscan marfil no fueron los responsables. Desde este punto de vista, la situación es tranquilizadora, ya que Botswana mantiene una población de unos 130.000 elefantes, más que cualquier otro país de África. En el delta del Okavango donde se hallaron los elefantes muertos, viven unos 15.000 ejemplares.

Las autoridades de Botswana también descartaron envenenamientos intencionales por ántrax, gas nervioso u otros agentes tóxicos, dirigidos contra los elefantes. El subdirector Taolo anunció que se creará de inmediato un plan de vigilancia de las charcas de agua estacionales, para prevenir estos sucesos en el futuro.

El problema no es exclusivo de Botswana, en Sudáfrica un 50% de las represas contienen las mismas algas verdiazules que crean neurotoxinas que pueden afectar también a los humanos. Las cianobacterias se multiplican en el agua rica en nutrientes, provenientes de aguas residuales o de filtraciones de fertilizantes utilizados en la agricultura. Una vez establecidas, son muy difíles de erradicar y tampoco es sencillo tratar el agua para hacerla potable.

La materia orgánica que generan las floraciones de cianobacterias alimenta a otras bacterias que se comen sus productos y generan gases como dióxido de carbono y metano. Las cianobacterias además consumen el oxígeno del agua donde se encuentran, causando la muerte de los animales que allí viven. Se sabe que han causado varios episodios de mortandad de peces, y de ganado y otros animales que beben directamente aguas afectadas; o porque entran en contacto con cianobacterias depositadas por el viento en la orilla de los cursos de agua donde abrevan los animales.

Algunas producen toxinas muy específicas y otras producen tóxicos de amplio espectro, que pueden ser mortales para los humanos. Algunas toxinas son tan letales como las del más mortal de los hongos conocidos, el Amanita Phalloides.

Se pronostica que las floraciones de cianobacterias proliferarán aún más debido al calentamiento global, lo cual puede tener graves consecuencias por la contaminación de las fuentes de agua potable.