ESPAÑA: La monarquía blindada
El destierro del ex rey ha renovado el interés, especialmente en Latinoamérica, por saber por qué España tiene un sistema de monarquía parlamentaria en el siglo XXI, y sobre todo, por entender por qué es tan difícil cambiar ese modelo de Estado. La nota que pueden leer a continuación, seguramente les hará comprender mejor la situación.
¿Por qué la Constitución española hace imposible un referéndum vinculante sobre la monarquía?

La Constitución española no permite convocar referéndums vinculantes y blinda la monarquía parlamentaria, que sólo podría sustituirse por una república con un cambio de Constitución
ROGER GRAELLS FONT / VILAWEB
La salida de Juan Carlos I de España ha puesto sobre la mesa un debate de fondo, el referéndum entre monarquía o república. Tanto el independentismo catalán, vasco y gallego, como la Coalición Compromiso (de Valencia) y Unidas Podemos son favorables a un cambio de modelo de Estado para profundizar en la democratización de España, mientras que el PSOE cierra filas con la derecha en defensa de la Casa Real. Las voces discrepantes dentro de los socialistas que reclaman un debate interno en el PSOE, como la de la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, son minoritarias.
Estos últimos años se han organizado consultas populares sobre la monarquía, como las que se han hecho en algunas universidades, y en algunos pueblos y ciudades del Estado español. La organización de estas votaciones no ha estado exenta de polémica, ya menudo la prensa monárquica y la derecha española las han atacado y descalificado.
A pesar del reavivado debate sobre el referéndum en la opinión pública, convocar un referéndum vinculante sobre la continuidad de la monarquía es casi imposible con la Constitución española vigente, que blinda el modelo de Estado como monarquía parlamentaria.
Sólo el artículo 92 de la Constitución española abre la puerta a convocar un «referéndum consultivo» sobre las «decisiones políticas de especial trascendencia». La propuesta la hará el presidente español, previa autorización del congreso. Y es el rey es quien debe firmar la convocatoria del referéndum.
Por lo tanto, sólo una interpretación flexible de la Constitución, que tendría que pasar por el tamiz del Tribunal Constitucional español (TC), podría abrir la puerta a hacer una consulta sobre la monarquía, y siempre no vinculante. Además, el TC ya ha sentado jurisprudencia, a raíz del proceso participativo del 9-N (N.de la E.: fue la consulta convocada el 9 de noviembre de 2014, en Cataluña para que los ciudadanos allí residentes opinaran si Cataluña debería ser un Estado y si ese Estado debería ser independiente. Se convocó por acuerdo mayoritario de todos los partidos del Parlamento de Cataluña, excepto PSOE y PP), según la cual no pueden hacerse referéndums ni consultas sobre cuestiones «resueltas en la Constitución».
Un referéndum posible pero improbable
El único referéndum vinculante posible sobre el papel que sometería a votación la monarquía española sería el de una nueva Constitución que incluyera un cambio del modelo de Estado, con todas las dificultades que conlleva modificar la carta magna vigente. Para ello es necesario el apoyo de dos tercios del Congreso y del Senado, una convocatoria electoral y la ratificación de la reforma con las mismas mayorías en las cortes españolas, y por último, una votación en referéndum de la nueva Constitución.
Ni siquiera un cambio de posicionamiento del PSOE haría posible esta opción, porque es necesario el concurso de la derecha española, que es declaradamente monárquica.
Los monárquicos argumentan que el conjunto del pueblo español aceptó la monarquía parlamentaria como modelo de Estado en el referéndum de la Constitución española en 1978. Sin embargo, la falta de garantías bajo las que se hizo aquel referéndum -Censo con irregularidades, falta de alternativa a la dictadura, ruido de sables – hacían inviable que se planteara una alternativa republicana en la Constitución.
Carlos 10:16 pm el 13 agosto, 2020 Enlace permanente |
¿Así que el referendum de 1978 fue válido, pero uno nuevo no? Es algo maravilloso. Una cosa es que no se pueda cambiar la situación porque no se puede hacer porque no hay voluntad política, votos suficientes y otra que sencillamente no se quiera hacer.
Es decir que, según la nota precedente, la soberanía de España no está en manos del pueblo español sino de un tipo al que llaman rey , de unos tipos que integran un tribunal , de socialistas impostores (porque no son socialistas ya que uno en política es lo que son sus ideas políticas, y no como se llame. Estos, como los nuestros, son falsos socialistas. Si fueran auténticos, estarían en contra de las monarquías: no puede haber socialismo con reyes ni reyes con gobiernos socialistas, uno de los dos es falso) y también en manos de los legisladores que, según parece, una parte importante quiere tener rey, no quiere cambiar la constitución y por lo tanto impedirá habilitar el procedimiento para modificarla, que no entiendo que diferencia tiene con cambiarla. Joder, ustedes tienen la lengua castellana.
¿La mayoría de los españoles quiere tener monarquía o eliminarla? Si la mayoría quiere eliminarla y se reúne en el Congreso la voluntad suficiente, se debe convocar a una asamblea constituyente para modificarla parcialmente o cambiarla totalmente, lo que debería incluir un capítulo referidos al bendito tribunal constituyente pues no es posible que los sujetos que lo integran decidan por todos los españoles.
¿ Franco está vivo y sigue en el gobierno? Aunque esté muerto, es más eficaz que Pinochet.
Repito: es una situación surrealista. Y por lo que dice la nota, seguirán con esta constitución intocable y con rey hasta el fin de los tiempos. Salvo que antes llegue la renovación generacional y la revolución mundial de las mujeres y tire a muchos por las ventanas, lo que estará muy bien.
Mientras, no discutan más (salvo que esto los divierta) por la conducta del que tengan de rey porque no tiene la menor importancia. Pesetas más, pesetas menos, amantes más o amantes menos, son asuntos de interés para los medios, pero no cambian en nada el fondo de la cuestión.
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