GLOBALIZACIÓN – CHINA: La crisis del coronavirus reorganizará el sistema económico mundial
El economista Laurence Brahm pronostica que la crisis del coronavirus fragmentará la globalización tal cual la conocemos y China entrará en una nueva etapa de crecimiento económico liderando el despegue de Asia. Brahm sabe de lo que habla, en 1996,en su libro «China como número uno», auguró el ascenso de China hasta convertirse en la economía más grande del mundo, puesto que efectivamente alcanzó en 2014. En 2001, en su libro «El siglo de China», pronosticó que el siglo XXI sería definido por el surgimiento de China como una súper economía. El primer ministro chino de la época, Zhu Rongji (1998-2003), prologó personalmente el libro de Brahm. Laurence Brahm es estadounidense, y desde hace cuatro décadas está establecido en China y ha sido Asesor principal del gobierno de la República Popular en el Ministerio de Protección Ambiental. Brahm es miembro del Centro para China y la Globalización, un grupo de líderes y académicos chinos con sede en Pekín, dedicados al estudio de las políticas públicas, la migración global, las relaciones exteriores, el comercio exterior y la inversión, las multinacionales locales y la gobernanza global. También es director del Instituto Consenso del Himalaya, y vicepresidente de la plataforma Diálogo de la Ruta de la Seda y las Especias.
Solo una solución china puede combatir el coronavirus

LAURENCE BRAHM / CHINA DAILY
No hace mucho tiempo, escribí una columna para China Daily, «China Shall Overcome» (China vencerá) observando que el pueblo y la nación chinos han superado una crisis tras otra en el pasado, y tienen los medios y la determinación para hacerlo nuevamente frente a la crisis del coronavirus. Escribí esa columna, incluso mientras las infecciones en la provincia de Hubei estaban aumentando. ¿Por qué estaba tan seguro?
He observado y participado en muchas de las reformas y políticas de China para superar los desafíos durante las cuatro décadas que vivo aquí. He visto un patrón consistente de unidad y cooperación entre el pueblo chino, y una coordinación meticulosa de las políticas gubernamentales cuando se enfrentan a una crisis o desafío. La experiencia me ha demostrado, una y otra vez, que cuando ocurre una crisis, los líderes de China la enfrentan con una mentalidad racional. Algo parece entrar en el subconsciente de las personas y trabajan juntas en sinergia con las instituciones organizativas del gobierno para superar esos momentos de crisis.
He visto este patrón de forma recurrente a lo largo de los años viviendo en China y creo que es un aspecto innato del inconsciente colectivo chino que tiene raíces en la tradición confuciana.
Las influencias filosóficas, que son tanto taoístas como budistas, incrustadas en la psique cultural nacional, permiten una flexibilidad adecuada en respuesta a la crisis y una visión de esperanza positiva cuando se enfrentan a adversidades negativas. Esta capacidad de ver lo positivo a través de lo negativo y usar esa percepción para convertir incluso las situaciones más difíciles en ventajas es una parte profundamente arraigada de la cultura china y en el inconsciente colectivo del pueblo chino.
En tiempos de prosperidad, cuando las cosas van bien, todos están dedicados a lo suyo. Pero en esos momentos de crisis todos se unen. Esto es algo exclusivo de la cultura china que les permite responder y trabajar juntos. Esto es lo que vemos que sucede durante esta increíble crisis del coronavirus. ¿En qué lugar del mundo podría tener más de 100 millones de personas que se quedan en su casa y se ponen en cuarentena como parte de una política gubernamental coordinada? Esto representa una respuesta colectiva a una epidemia sin precedentes. Hay muy pocos lugares en el mundo donde todos puedan unirse en una paciente fuerza colectiva. Esto es exclusivo de China y su gente.
China ha acordonado y bloqueado la provincia de Hubei. Este es un acto de responsabilidad no sólo para su propia gente, sino también para la comunidad global. Todos somos conscientes de la potencia mortal de este coronavirus y la inexplicable aparición de su rápida propagación aérea. La capacidad de bloquear y aislar es el primer paso para poder contener cualquier virus. Pero la escala de lo que está sucediendo en la provincia de Hubei para evitar que esto afecte a otras partes de China y al mundo en general, es increíble. Este es un verdadero acto de responsabilidad humanitaria global, a cuenta de los costos económicos y sociales de China.
Cuando se habla de humanitarismo, esta acción de China es un acto de interés mundial. Esta capacidad de la cultura china, del tejido social, más la capacidad organizativa de las instituciones que se han establecido en el país, son las que le permiten a China responder de manera rápida, decisiva y colectiva a una crisis de proporción increíble e imprevisible.
En tales circunstancias donde este coronavirus es una amenaza para cualquiera, podemos ver que todos se quedan colectivamente y pacientemente en casa. Autoaislamiento y trabajo en casa, evitando los peligros. No creo que se vea esta respuesta en ninguno de los países occidentales cuyos políticos y medios dominantes critican tan rápidamente a China por todo lo que hace. Esta es una respuesta colectiva distintiva de personas capaces de trabajar y unirse para superar una crisis juntos.
Una de las razones por las cuales China puede responder de manera tan efectiva es el sistema de macrogestión que evolucionó para abordar la reforma económica, pero que ahora se está utilizando para abordar una crisis sanitaria y humanitaria.
A lo largo de las décadas de 1980 a 1990, se desarrolló un sistema de orientación estatal de la economía, junto con controles y equilibrios para evitar crisis económicas, y la capacidad de apretar y aflojar las válvulas para permitir que el mercado funcione en flujo libre, o utilizar medios administrativos para guiar al mercado hacia condiciones más estables para evitar la volatilidad. Esto es en interés de todos colectivamente en lugar del interés propio de unos pocos.
Por supuesto, este coronavirus está teniendo un impacto en la economía de China. Las tiendas están cerradas y el movimiento de mercancías restringido. Esto tendrá implicaciones en toda la cadena de producción, transporte y suministros, no sólo en China sino a nivel mundial.
Es interesante observar que, a pesar de la desaceleración en China, el mercado de valores de EEUU ha continuado disparándose a los niveles más altos históricamente. Esto es muy extraño en un momento en que los fundamentos de esa economía no son buenos, y las desigualdades sociales han alcanzado cotas máximas de expresión.
Requiere aún más preguntas dada la cadena de suministros a EEUU de productos procedentes de China. Incluso las empresas de servicios de alta tecnología que dominan la riqueza acumulada del mercado de capitales dependen totalmente de la cadena de suministro de China para los componentes de sus productos. Entonces, ¿por qué el mercado está tan alto?
La crisis del coronavirus está fragmentando la globalización
Podríamos ver esto como una proyección de una percepción de desacoplamiento económico o fragmentación del sistema de globalización existente. Vemos las políticas aislacionistas de Estados Unidos apartando a otras naciones como China. Por lo tanto, es previsible que podamos ver más acuerdos de colaboración en Asia, no sólo en política económica y comercio, sino también en la lucha contra enfermedades y crisis. Esto puede ser sólo una evolución natural de los tiempos en que vivimos ahora.
Una vez que superemos esta etapa de contención y control del coronavirus y su propagación, China entrará en una nueva etapa de su propio crecimiento económico, un período de reinicio. Los mismos tipos de reformas aplicadas a los negocios, las empresas y la economía ahora deben aplicarse al sector de la salud.
Estas son áreas que ahora ofrecen la oportunidad de más inversión estatal e inversión privada y habrá una nueva era de crecimiento con grandes avances: en ciencia, tecnología e inteligencia artificial para el cuidado de la salud. Creo que estas son áreas en las que China liderará a los países de la región, como India, donde existen desafíos similares con grandes concentraciones de población, la seguridad del agua y los alimentos, y la atención médica. Podríamos ver un nuevo crecimiento regional y una revitalización económica. Se trata de usar lo negativo para crear lo positivo. Eso es fundamental en la la filosofía y cultura chinas.
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